(Frontiers / Mastertrax)
Qué larga se nos ha hecho la espera, pero pocas veces habrá merecido tanto la pena. Cuatro años esperando al sucesor de aquel maravilloso debut discográfico con el que W.E.T. nos conquistó gracias a la unión del talento inmenso de Jeff Scott Soto (Talisman), Erik Märtensson (Eclipse) y Robert Säll (Work Of Art), para dar vida a uno de los proyectos más brillantes surgidos últimamente en el panorama hard melódico. Un lanzamiento el de este segundo disco del que algunos podíamos dudar por lo apretadas de las agendas de sus creadores, pero que finalmente ha visto la luz con un resultado para mí al menos tan satisfactorio como el de su predecesor.
La clase, fuerza, calidad y magia de aquel quedan refrendados y aumentados si cabe con las composiciones de éste, una docena de perlas engarzadas para completar una nueva joya en la que el influjo de las bandas que le dan forma a las iniciales de W.E.T. queda perfectamente reflejado, pero consiguiendo un sonido compacto y propio dentro del A.O.R. yendo de la intensidad más guitarrera de Eclipse, a la elegancia de Work Of Art, pasando por la originalidad de Talisman, redondeando un claro candidato a disco del 2013.
Empiezan a poner el listón muy alto con un temazo como es “Walk Away”, con unas voces ultra melódicas registrando un matador estribillo y un sonido durito y actual cercano a Eclipse, pero con un Soto enorme que mantiene un nivelazo espectacular a lo largo y ancho de todo el disco tirando de sus registros más A.O.R. Continua la exhibición de poderío con la rotunda “Learn To Live Again”, directa, pegadiza, perfecto primer single con unos arreglos de teclas que le dan un toque original y donde Märtensson se deja notar doblando a Soto en el estribillo.
Después de este arrollador comienzo en el que Säll demuestra que también sabe meter caña con su guitarra cuando es preciso, se relajan mínimamente con el tema título “Rise Up” que va creciendo con claridad sobre un marcado ritmo de bajo, para llegar al primer momento tranquilo con la emotiva balada “Love Heals” en la que Soto se sale literalmente derrochando pasión con su voz, recuperando el A.O.R. más estándar con la correcta “What You Want” que acaba convenciendo sin alardes.
Se dinamiza la historia con un par de temas tremendamente enganchantes y alegres como la brillante “The Moment” festiva, contagiosa, casi bailonga, muy Soto, al igual que la positiva “Bad Boy” más guitarrera con unos coros a lo H.E.A.T, pegadiza, directa, tremenda y perfecta para el directo. Tampoco se quedan atrás “On The Run” con una base más hard cercana a Talisman, de nuevo con el bajo muy marcado y con un rasgueo de guitarra característico de la banda del añorado Marcel Jacob, ni la más atemperada “Broken Wings”, con unas melodías de voz espectaculares dejando un emotivo regusto evocador .
Giro de nuevo más actual con unas guitarras bastante duras recordando a Eclipse en la cortada y contundente “Shot” menos directa pero igualmente competente, y en la final “Still Unbroken” con otro enorme estribillo melódico, claro y directo rompiendo con poderío, después de habernos dejado otra intensa balada como “Still Believe In Us” en la que piano y acústica dejan su sello con clase junto a unas buenísimas voces.
Alguno podéis pensar que exagero, que era muy difícil superar el primer disco de W.E.T., pero afortunadamente creo que lo han conseguido dejándonos un trabajo redondo se mire por donde se mire, lleno de calidad, y que ya sólo falta que tenga mayor continuidad tanto en estudio como en directo para poder disfrutarlo de primera mano.
Mariano Palomo
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