(Frontiers / Mastertrax)
Precedido de una notable expectación en los mentideros melódicos, en estos días se pone en circulación el debut discográfico del joven sexteto sueco Diamond Dawn. Una expectación más que justificada una vez escuchado lo que nos ofrecen estos chicos en que es nada más y nada menos que un buen puñado de temas de A.O.R. escandinavo, con un sonido bastante correcto, limpio pero algo hueco por momentos, y que se deja escuchar con facilidad, lo cual no quiere decir que sea simplón, ni mucho menos.
Siguiendo la senda marcada por los grupos de rock melódico ochentero (Return, Da Vinci, Alien, Treat, Dalton…) que tan buenos discos nos dejó desde Escandinavia, nos encontramos con unas composiciones frescas, ultramelódicas, y bien elaboradas, en las que las líneas vocales del y los teclados de Niklas sobresalen sobre el trabajo de guitarras de Olle y de Johnny que en cualquier caso también se dejan notar. Hablaba de líneas vocales, y no sólo de la voz del cantante Alex, muy buena por otra parte, ya que los coros que meten tanto Olle como Niklas son fundamentales en el sonido de la banda, creando melodías ganadoras tremendamente pegadizas, sustentándose sobre la correcta base rítmica que forman el bajista Micke y el batería Effy.
Se abre el disco con “Into the Overdrive” tema scandi A.O.R. de manual, con ese sonido de teclas envolviendo y resaltando sobre su ritmo optimista y festivo, pero también con un toque elegante en voces y guitarras, siguiendo la misma línea en las insinuantes “Take Me Higher” y “The Hunter” que me recuerdan a los Treat más melódicos con sus enormes estribillos embaucadores, que se torna más directo en la buenísima “Cryin’” que va creciendo dentro de su tempo relajado para terminar siendo de las más pegadizas del trabajo, junto a la resultona “Standing As One” en la que destacan sus buenos repuntes de voces.
Flirtean con el hard en las más guitarreras “Turn It Up” festiva y positiva a golpe de cencerro con un gran estribillo coreado, y “California Rush” con la voz de Alex más potente acompañada por un técnico y melódico trabajo de guitarras de Olle y Johnny, que brillan también aunque compartiendo más protagonismo con las teclas de Niklas en la más lineal “Indestructible”, y en la engánchate “Give It All”, también con un gran estribillo y con un buen solo de guitarra doblado dentro de un sonido nítido totalmente A.O.R.
Llegamos casi al final con la lenta “Don’t Walk Away” en la que Alex luce su apasionada voz con unos buenos coros en segundo plano y una instrumentación suave pero con cuerpo dejando unos delicados detalles sobre todo de guitarra, para cerrar definitivamente con “Powergames” que me resulta algo artificial y discontinua por sus teclados un poco deshilachados, aunque va ganando en ritmo e intensidad en su desarrollo sobre todo por la labor de voz y coros. Final un poco más flojo que no desmerece en absoluto a este buen trabajo que creo que se ganará a los seguidores del A.O.R. más clásico y ochentero facturado desde el norte de Europa, conmigo por lo menos lo han conseguido.
Mariano Palomo
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