martes, 20 de octubre de 2015

YOSSI SASSI “Desert Butterflies”

(Top Artist Promotion)
En el mundo de la música de vez en cuando surgen proyectos que nos sorprenden por su originalidad y eclecticismo, es el caso de Orphaned Land, una formación multicultural afincada en Oriente Medio que ya lleva unos años sorprendiendo a propios y extraños con su arriesgada propuesta que va más allá del rock progresivo. Ahora uno de sus líderes y cofundador, el guitarrista, compositor y productor Yossi Sassi lanza para finales de año su segundo trabajo en solitario, sucesor de su debut discográfico “Melting Clocks” en el que contó con colaboraciones del nivel del guitarrista Marty Friedman (ex Megadeth, Cacophony) o de la cantante Mariangela Demurtas (Turisas) que también le acompaña en directo.
En este nuevo disco Yossi envuelve una filosófica historia conceptual acerca de la fuerza del espíritu humano de una deliciosa banda sonora llena de matices y ambientaciones en el que sus raíces hebreas se mezclan con desarrollos progresivos y eléctricos creando un fantástico resultado final lleno de gusto y clase en clave casi íntegramente instrumental.
Comienza el viaje por el desierto en busca de las mariposas con la evocadora “Orient Sun” de título más que apropiado creciendo sobre los medidos rasgueos y punteos de Yossi sobre su Bouzoukitara, el curioso instrumento de cuerda inventado por él mismo y con el que desarrolla sus melodías. Continúa de forma más eléctrica pero sin perder esa atmósfera odalisca en la encantadora “Fata Morgana” fusionando rock progresivo y folklore oriental magníficamente, suavizándose luego acercándose a la new age con “Neo Quest”  donde lucen unos buenos detalles de percusión y piano que acompañan la preciosista guitarra que marca su melodía central.
Con “Azadi” retoma el sonido arabesco más marcado con una voz femenina casi susurrando en segundo plano que acompaña un bonito piano de aires andalusís, sorprendiéndonos luego con “Believe” el tema más “comercial” del disco de nuevo con voz femenina, supongo que será la de Mariangela, ahora en italiano al principio entrando luego en inglés junto a otra masculina creando un melódico dueto dentro de una línea ligera en la que la guitarra española se deja notar con buenos detalles con un resultado final de lo más curioso.
Salta luego a terrenos más puramente progresivos en el tema título “Desert Butterflies”  alternando marcados e intensos arranques con delicados rasgueos electro-acústicos que van y vienen hasta llegar a un bonito y tranquilo solo, remarcándose el carácter progresivo llegando al jazz fussion en la versátil “Inner Oasis” corte dotado de fuerza y clase con un trabajo de guitarra que puede recordar a gente como Al Di Meola, antes de enlazar con la suave acústica “Shedding Soul” preciosista pieza que se prolonga con la delicada “Jason’s Butterfly” que no es más que un original y bucólico desarrollo de guitarra eléctrica o de bouziukitara, quién sabe.
En el final vuelve el ritmo y los aires new age a lo Neal Schon en solitario con la cálida “Azul” sencillamente mágica, antes de cerrar con la envolvente “Cocoon” que todo el ritmo que le falta lo suple con una enorme sensibilidad tanto instrumental como vocal, alternando otra vez voz masculina y femenina. Colofón a un delicioso CD, para degustar sin prejuicios y con tranquilidad.
Mariano Palomo

CIRCLE II CIRCLE “Reign of Darkness”

(Ear Music)
Vuelven Circle II Circle con nuevo álbum, siempre con Zak Stevens al frente, después de haber estado un tiempo recordando en directo su época en Savatage interpretando íntegramente algunos de sus discos como “Edge Of Thorns”, “Wake Of Magellan” y “Handful Of Rain”. Centrado ya en el proyecto que lleva abanderando durante más de dos décadas, el vocalista norteamericano nos ofrece una nueva remesa de intensas composiciones en las que, junto a sus actuales compañeros de fatigas, une oscuridad, melodía y potencia dentro de un sonido bastante reconocible con las habituales cotas de teatralidad indudables deudoras de Savatage.
Basta con escuchar la oscura inicial a modo intro “Over-Underture” cuyo piano inicial hace que nos acordemos indefectiblemente del gran Jon Oliva antes de acelerar sobre el poderoso ritmo que impone desde su batería el recientemente incorporado Marcelo Moreira y los duros riffs que ejecutan Christian Wentz y Bill Hudson, que se tornan más tímidos en la dramatiza interpretación de “Victim Of The Night” dejando que brille más la voz de Stevens dentro de algún cambio de ritmo cercano al progresivo en el que de nuevo las teclas de Hennig Wanner toman protagonismo.
Se relaja el ritmo pero no la pegada con la más grave “Untold Dreams” donde resalta un trabajado solo de guitarra y una gran melodía vocal, que se ensombrece en la misteriosa “It’s All Over” más rotunda en su concepción sobre un reiterado riff con que engancha con facilidad, resultando más pesados en la cadenciosa “One More Day” de nuevo con la voz de Stevens como principal activo, tremendamente melódica y expresiva.
Sigue el ambiente sombrío y denso en el inicio de “Ghost Of The Devil” que coge ritmo sobre unas guitarras cortadas y afiladas, que toman más brío en la intrigante “Somewhere” donde los sonidos progresivos de piano y teclados rodean su claro estribillo, metiendo una marcha más en la acelerada “Deep Within” cargada de matices teatrales algo barrocos con otra destacada aportación de Hudson y Wentz a las guitarras.
Vuelve a brillar la pareja de hachas con un buen solo en “Taken Away” sobresaliendo junto a las teclas de Wanner y del también bajista Paul Michael Stewart dentro de una base bastante pesada, que se reitera en la más actual sin excesiva chispa “Sinister Love” bajando ambas un poco el nivel medio, que se recupera en la balada “Solitary Rain” que comienza solo con piano y voz entrando luego una suave base y unas amortiguadas guitarras creando una agradable aunque taciturna ambientación.
Final relajado para esta más que correcta entrega, séptima en estudio, de Circle II Circle para seguir llevando con dignidad el testigo de los añorados Savatage.
Mariano Palomo

jueves, 15 de octubre de 2015

VOODOO HILL “Waterfall”

(Frontiers Music)

Dario Mollo, uno de los músicos más brillantes del rock italiano, vuelve a escena con el que es para mí su proyecto más representativo Voodoo Hill, sin olvidarnos de otras buenas aventuras como The Cage. Después de más de diez años desde la publicación de su anterior entrega, Mollo vuelve a unir fuerzas con el mito Glenn Hughes para ofrecernos una nueva remesa de cuidadas composiciones enraizadas en el hard más clásico para conformar el tercer trabajo de esta franquicia que muchos dábamos ya por finiquitada.
Siguiendo la línea de sus predecesores en este disco volvemos a encontrar la clase y elegancia de Hughes puesta al servicio del talento creativo de Mollo, bebiendo de las fuentes más puras y reconocibles del género, tocando la guitarra con una pasión y técnica más que notables, y redondeándolo todo de un gran sonido en el que se alían fuerza y melodía para crear un gran resultado final. La pareja titular está acompañada  para la ocasión por el teclista y bajista Dario Patti, por el también bajista en algunos temas Andrea Maiellano, y por los baterías Ricardo Vruna y Vladimir Ruzicic Kebac.
Como decía en este “Waterfall” el hard rock es la espina dorsal sobre la que se desarrolla su sonido, desde la seductora inicial “All That Remains” que abre llena de melodía y sensualidad con la voz de Hughes en tonos medios luciendo junto a unas guitarras pulidas y a unas ligeras teclas en segundo plano, hasta la envolvente final “Last Door” que crece con cuerpo y solvencia dentro de su cadencioso ritmo. Entre medias cortes tan atractivos como la sinuosa “The Well” dotada de unos originales juegos vocales atravesados por un punzante solo de guitarra, o la adictiva “Karma Go” deudora de la herencia Zeppelin en sus guitarras y con Hughes dejando su inconfundible sello arrastrando su voz, que se torna más nasal con un toque soul en la rasgada “Evil Thing” destilando venenosa esencia del cantante británico en su reiterado estribillo.
Antes nos encontramos con la polvorienta “Rattle Shake Bone” de base blues eléctrica pero con un riff bastante heavy sobre el que se desarrollan los punteos de Mollo y las demostraciones vocales de Hughes resultando de lo mejorcito del disco, al igual que la potente “Eldorado” que empieza tranquila para luego crecer sobre su ritmo entrecortado con unas guitarras endurecidas dando réplica a sus melódicos coros, o la más relajada “Underneath and Down Below” más Rainbow por sus ambientaciones de teclado y por el apasionado modo de tocar la guitarra de Mollo culminando con un enorme solo a lo Blackmore.
Bajan un poco la intensidad con la más relajada “Sunflower” con unos desarrollos vocales e instrumentales más prolongados, aumentando con el expresivo medio tiempo “White Feather”, misteriosa pieza apasionadamente técnica, al igual que la bella balada “Waterfall” que da título al disco. Un disco a la altura de lo que podíamos esperar de sus creadores y que debe hacer las delicias de los seguidores del hard más clásico, y en especial del maestro Hughes.
Mariano Palomo

STRYPER “Fallen”

(Frontiers Music)
Parece que Stryper han cogido carrerilla, y después de pasarnos hace dos años por encima con una apisonadora como fue “No More Hell To Pay” ahora vuelve a golpear con fuerza con este “Fallen” en el que siguen con su línea de poderosísimo heavy metal sin perder sus innegociables señas de identidad melódica en lo que a líneas vocales, coros sobre todo, y guitarras se refiere. Con Michael Sweet que parece haber hecho un pacto con el diablo, o con Jesucristo en su caso, cantando con una potencia enorme sin perder su clase característica, siempre bien secundado por un vibrante Oz Fox a la guitarra, un siempre sólido y competente Tim Gaines al bajo y por un enrome Robert Sweet a la batería, desarrollando todos su labor con una tremenda eficacia.
Empiezan entrando a saco a través de la mística “Yhaweh” con unos coros casi monacales marca de la casa elevándose sobre sus andanadas donde las guitarras inciden afiladas dentro de una trabajada estructura, que se torna más oscura y descarnada en “Fallen” muy rítmica, con los platos marcadísimos y con los coros más engolados en el estribillo mientras Michael se desgañita, atemperándose y rompiéndose en la más melódica “Pride” con un punto de arrogancia remarcando su pegada pesada y precisa.
Con “Big Screen Lies” tiran de vena clásica setentera recordando a Alice Cooper en sus guitarras pero con una melodía vocal más clara y reconocible aunque algo plana, que se prolonga en el cadencioso medio tiempo “Heaven”, mejorando notablemente con “Love You Like I Do” de estribillo pegadizo y coros made in Stryper redondeada por un gran solo de guitarra, y con la balada “All Over Again” que con sus rasgueos acústicos y sus bonitas voces envuelven con calidez.
Vuelve la cera con la machacona versión de Black Sabbath “After Forever” marcada por el bajo de Gaines y por un riff central muy heavy hasta que entran unos dinámicos adornos de guitarra enriqueciéndola para terminar por resultar bastante quedona, acelerando en la más breve “Till I Get What I Need” clara, melódica y directa con un pegadizo estribillo, para volver a ritmos más pesados con “Let There Be Light” que engancha por su expresiva y poderosa melodía vocal y por su enrome estribillo coreado.
Para el final dejan otros dos temas destacables y reconocibles, “The Calling” sencilla y efectiva con unos magníficos coreos y unas punzantes guitarras sin olvidarse de la melodía, y “King Of Kings” volviendo al misticismo en clave hímnica con la voz de Michael acabando por todo lo alto y con otro gran solo de guitarra. Gran colofón para este perfecto sucesor de su anterior disco, aunque con alguna fase algo más pesada que aquel, y que sigue mostrando a Stryper como una de las bandas de HEAVY METAL, así con mayúsculas, más en forma de la actualidad.
Mariano Palomo

JOEL HOEKSTRA’S 13 “Dying To Live”

(Frontiers Music)

El inquieto guitarrista norteamericano Joel Hoekstra ha sacado tiempo entre sus múltiples ocupaciones, antes con Night Ranger ahora con Whitesnake, para marcarse un señor disco acompañado por dos de los vocalistas más grandes del panorama hard & heavy, nada menos que Russell Allen y Jeff Scott Soto, y por dos maestros de las bases rítmicas como son el bajista Tony Franklin y el batería Vinny Appice, además de contar con unos cuantos invitados de gran nivel.
Con estas premisas sólo podíamos esperarnos un fantástico producto final y eso es precisamente lo que nos encontramos, un excelente conjunto de temas variados que van del heavy melódico al A.O.R., alternando momentos épicos y guitarreros con composiciones suaves, pasando por baladas llenas de sentimiento e intención, todo ello con un cuidado sonido en el que todo suena con fuerza y clase sin sobrexposiciones instrumentales ni vocales, pero con todos los participantes en el disco desempeñando su labor a una gran altura.
Comienzan atacando de forma poderosa con “Say Goodbye To The Sun” plena de fuerza y expresividad en la guitarra de Hoekstra y en la voz de Allen rodeando su ritmo cortado de misteriosos coros, aligerando un poco pero sin despegarse mucho de esta línea con la más épica “Anymore” que deja cierto regusto al mejor Yngwie o al proyecto de Allen junto a Lande con una enorme melodía vocal que rompe espectacular en su estribillo, destacando la participación de Derek Sherinian a los teclados y un gran solo de guitarra de Joel.
Se relaja el ritmo con “Until I Left You” apareciendo Jeff Scott Soto en su versión más melódica creando un sonido delicado y elegante junto a unos bonitos arreglos acústicos pero sin olvidarse de la eléctrica, que se rasga en la descarnada balada “Long For The Days” de nuevo con Allen al frente dotándola de profundidad y potencia, y con otro buen solo de guitarra. Vuelve Soto al primer plano para poner su apasionada voz a la hard rockera “Scream” de estribillo tremendamente pegadizo y con otra buena aportación de teclados de Sherinian.
Sigue la onda de buen hard melódico con “Never Say Never” igualmente recordable con mucha llegada en sus riffs y en su estribillo mostrando la versatilidad de Allen yendo de la melodía delicada a la potencia con una facilidad pasmosa, como demuestra también en la sugerente “Changes” salpicada de bonitos detalles de guitarra y con unos envolventes coros donde participa el gran Toby Hitchcock (Pride Of Lions).
Más pegada en la desafiante “The Only Way To Go” con unas enormes melodías vocales de los dos cantantes con mayor presencia de Soto entrando de manera potente entre los rasgueos de Hoekstra, que se endurecen notablemente en “Dying To Live” el tema más pesado del disco que alterna momentos densos con otros más dinámicos creando una atmósfera intrigante que no me ha terminado de convencer, a pesar del tremendo poderío vocal de Allen.
Por el contrario con “Start Again” y con “What We Believe” la melodía crece exponencialmente con Jeff luciéndose, en el primer tema entrando de lleno en su versión más A.O.R. dentro de una preciosa pieza que recuerda a sus tiempos con Eyes, y en el segundo compartiendo protagonismo con Chloe Lowery (Trans Siberian Orchestra) el corte más extenso del disco en el que contrastan sus voces dentro de una agradable ambientación a ritmo lento adornado de bonitas aportaciones acústicas y con un ligero toque progresivo.
Buen cierre para un magnífico trabajo que acaba de confirmar a su titular, por si no lo estuviera ya, como un gran músico y compositor más allá de ser un mercenario de lujo al servicio de algunos de los mejores grupos del hard rock mundial, parece que Coverdale ha vuelto a acertar.
Mariano Palomo

miércoles, 14 de octubre de 2015

CENTINELA “El Lamento del Diablo”

(CDuque Music)

Más de tres años han pasado desde que los manchegos Centinela publicarán su último disco de temas propios en estudio, el interesante “Pura Satisfacción”, dejándonos entre medias el curioso “Regresiones” en el que versionaban y adaptaban clásicos del hard y el heavy de siempre llevándolos a su terreno. Ambos discos supusieron en mi opinión una mejora respecto a sus inmediatos predecesores, y ahora con este nuevo álbum continúan en la misma línea, yendo más al grano, con un sonido actual y afilado en el que la voz de Cano sigue mostrándose poderosa y personal como de costumbre compartiendo protagonismo con un muy buen trabajo de guitarras a cargo de Fernan que despliega un buen muestrario de recursos técnicos sobre la rotunda pegada de Michel en la batería junto a la sólida aportación de Javi al bajo.
El disco se enmarca en una ambientación misteriosa y algo lúgubre por momentos, comenzando desde la intro que le da título enlazando con la teatral “La Ultima Canción” descarnada y desafiante pero muy limpia en su desarrollo, sucedida por la rítmicamente arrogante “Valor” marcada por unos riffs entrecortados que se clavan como cuchillas en su melodía vocal.
Sube la velocidad con “Me Verás” de base clásicamente heavy pero con algún detalle más pesado y actual en sus golpes de voz y en su afinación, metiendo una marcha más todavía en la angustiosa “Mi Ruta Secreta” muy bien trabajada en sus matices vocales sobre una pesada base, que se dinamiza seguidamente en la poderosa “Arde el Tiempo” en la que destaca Fernan rasgando su guitarra con una distorsión alta pero precisa y nítida.
Siguen las guitarras punzantes en “Tres Diablos” incidiendo junto a un sonido de bajo muy gordo entrecortando su agresivo ritmo, amagando luego con relajarse en el inicio de “Lo Mejor de Mí” que luego cabalga cortándose con momentos más tranquilos sobresaliendo la potente voz de Cano en tonos medios envuelta por los suaves coros de María Donate y Charo Moya.
El cierre lo pone la sombría balada “La Luz de Este Lugar” descarnado ejercicio de elegante intimismo a base de profundidad vocal y suaves arreglos de cuerda y piano con el que se completan los apenas treinta y cinco minutos de duración de este CD que en un principio me dejó algo frío, pero que tras unas cuantas escuchas me ha parecido bastante correcto.
Mariano Palomo

miércoles, 7 de octubre de 2015

MAVERICK “Break It Up”

(The Fish Factory)

Los múltiples movimientos dentro de las filas de las bandas madrileñas de heavy rock están dando últimamente lugar a proyectos más que interesantes, caso de Tequila Sunrise, Thunderheart, o Maverick que son los que nos ocupan en este caso. La banda está encabezada por el ex vocalista de Wild, Javier Endara, ahora haciéndose cargo del Bajo compartiendo base rítmica con el batería Chris Giardino (ex Eldorado) y cediendo el puesto de frontman a David Requejado (ex Perfect Smile), completándose la alineación con los guitarristas Alejandro Gabasa (Leather Heart) y Angel Muñoz (ex Steel Horse, Nigromante).
Con este primer EP de presentación el quinteto ha querido encerrar en menos de veinte minutos la esencia ochentera de la que son indisimulados deudores, por momentos más cerca del heavy rock, en otros rozando el A.O.R., abarcando un amplio rango estilístico, siempre respetando la melodía, logrando un sonido bastante pulido pero con mucha fuerza en su interpretación.
Así nos asaltan de manera potente con la inicial “You Must Come With Me” con la melodía de voz y guitarra perfectamente empastadas sobre una marcada línea de bajo que me recuerda un poco a los Saxon de la segunda mitad de los ochenta y que cuenta con la participación a los coros de Javier Pastor (Wild, Tuhnderheart). Un sonido más clásico cercano en su base y ritmo a Thin Lizzy nos encontramos en “Into The Mirror” donde también se puede apreciar algún deje de la NWOBHM (Tokyo Blade, Praying Mantis).
En el ecuador del CD nos encontramos con una fiel y buenísima versión de “Far From Over” de Frank Stallone, tema de puro A.O.R. potente en el que brillan las guitarras de Angel y Alejandro junto a las magníficas teclas del invitado Sergio Cisneros “Kiskilla” (ex Mago de Oz), creando un momento fantástico que seguramente sorprenderá a muchos.
Más serios se ponen en la atormentada “Break It Up” con unas guitarras muy melódicas y con la voz de David creciendo con fuerza y expresividad logrando un más que competente resultado final, que se ve refrendado en la fresca y poderosa “Love Through The Shadows” con un fraseo de guitarra muy Lynch de la mejor época Dokken y con un gran estribillo sobresaliendo dentro de un buen equilibrio de fuerza y clase sin necesidad de darle demasiada velocidad al tema.
Apenas cinco temas que nos dejan con ganas de más, y que supone una interesantísima carta de presentación de esta banda que esperemos que continúe progresando para ofrecernos más material no tardando mucho.
Mariano Palomo

ALAMBRADA “Sin Vivir”

(The Fish Factory)

Desde la Región de Murcia, concretamente desde Puerto Lumbreras, llega a nuestras manos el primer trabajo oficial de Alambrada. Una formación ya veterana con un cuarto de siglo de historia, y que ahora ve como su esfuerzo se ve materializado en forma de CD donde reflejan su indisimulada devoción por el rock más básico y callejero, con algún toque cercano al punk, y con unas temáticas en sus textos que no por predecibles o manidas dentro del estilo dejan de estar vigentes entre un público siempre fiel a este tipo de manifestaciones.
Musicalmente como decía la banda es bastante básica, guitarras rasconas e incisivas, coreos contagiosos, bases sencillas y mucho mensaje social en sus letras. Así arrancan de forma furiosa con “Caricias de Navaja” donde la voz del también guitarrista Angel y los coros del otro hacha Madriles y del bajista Pistolo hacen que nos vengan a la cabeza nombres como los de Barricada o Transfer, al igual que en la nostálgica “Viejos Amigos” que comienza lenta pero luego tira hacia arriba desarrollando una bonita historia de camaradería rockera y donde se deja notar la colaboración a la guitarra de Nacho de Carlos (Silver Fist, ex Beethoven R., ex Ñu) que también participa brillantemente en la agria balada “Tu Propio Suicidio”.
Esa atmósfera algo gris aparece en “Giro Sin Vivir” con unas guitarras más opacas pero con cierto tono irónico en su letra, en las lentas “Cortinas de Humo” donde cuentan una descarnada historia de desamor en tono casi recitante, y “Lágrimas Negras” que destila tristeza en sus notas, o en la más punk “Perdónanos Yugoslavia” de claro mensaje político y ritmo reiterativo. Ese deje punk pero en clave festiva la encontramos también en “Los Tres Cerditos” con unos coreos que bien podrían haber firmado La Polla Records en sus tiempos más macarras.
Los coros, pero en este caso recordando a Leize, también son protagonistas en la despechada “Te Vuelves Loca” marcando un buen ritmo de guitarra, como sucede en la más melódica y poética “En Tu Copa” que entra bien con su estribillo replicado, y en la curiosa “Euskadi Rock” festiva en su sonido pero con una letra que no sé muy bien si es un homenaje al rock vasco o una crítica al mismo. Mucho más clara está la historia en la dura “Marcas en tus Venas” con unas guitarras que inspiran callejones y jeringuillas para lamentar el azote de la droga, en la breve y expresiva con algún matiz punk “Malos Tratos” que ya podéis imaginar de que va, y en la negativa “Puedes Sentir Miedo” con la inmigración como telón de fondo.
Un disco correcto, sin virtuosísimos, con un puñado de temas que pueden funcionar bien en directo, y que seguramente agradará a los seguidores del rock callejero y contestatario.
Mariano Palomo

jueves, 1 de octubre de 2015

REVERENCE “Gods Of War”

(Razar Ice  Records)
El año pasado nos llevamos una grata sorpresa con “Unleash The Fire” disco de retorno de Riot bajo la denominación de Riot V tras la muerte de su líder y fundador Mark Reale. En el mismo llamaba la atención la poderosa voz del cantante Todd Michael Hall, que ya había trabajado con Jack Starr’s Burning Starr, y al que tuvimos ocasión de ver en directo desplegando toda su potencia en el pasado Rock Fest de Barcelona haciendo que tomáramos buena nota para seguirle la pista.
Afortunadamente no ha habido que esperar mucho para volver a tener noticias suyas ya que en estos días volvemos a encontrárnoslo en el primer trabajo de Reverence, donde comparte alineación junto a los guitarristas Bryan Holland (Tokyo Blade, Arrest) y Pete Rossi (Overland), al bajista Michael Massie (Overloaded) y al batería Steve Wacholz (Savatage, Crimson Glory). Todos ellos se han marcado un más que competente disco de heavy-power americano en el que rotundidad y melodía conviven con acierto, y en el que son inevitables los recuerdos a las bandas citadas en la carrera de sus músicos y a otras como Iced Earth o los primeros Queensryche.
Con un Todd menos chillón que con Riot V compartiendo plano con un importante despliegue de riffs y solos incidiendo sobre una solidísima base rítmica van cayendo los temas de este “Gods Of War” comenzando por el que da título a la obra  y en el que sobre un ritmo pesado pero nítido insertan ataques vocales y guitarreros con poderío, aumentando el ritmo con “Heart Of Gold” que bien podría encajar en la discografía de Riot con unos fraseos de guitarra muy marcados y melódicos sobre la potente pegada de Wacholz.
En “Until My Dying Breath” se entrecorta el ritmo con el bajo de Massie muy presente al igual que las rítmicas dando cabida a las subidas matizadas de un Todd más arrogante, resultando más melódico pero no menos poderoso en la incisiva “Angel In Black” con alguna reminiscencia Judas Priest/Primal Fear en sus afiladas guitarras, al igual que en la más dura y densa “Tear Down The Mountain”, o en la motivante “Blood Of Heroes” adornada de un ligero barniz progresivo.
Más velocidad y agresividad en la poderosísima “Battle Cry” con un matador riff y con la voz de Todd muy aguda pero controlada compitiendo con las guitarras asaetadoras de Holland y Rossi que se doblan en un tremendo solo volviendo a recordar a los Riot más cañeros, para acercarse más al hard en “Choices Made” con la participación del batería Lorenzo González (Tokyo Blade, Overloaded) estando marcada sobre todo por sus grandes melodías corales, que se relajan en la power ballad “Splinter” para mayor lucimiento de la expresiva voz de Todd.
Para el final dejan dos buenos cañonazos, la rítmica y punzante “Cleansed By Fire” de nuevo con los coros tomando protagonismo con mucha esencia ochentera, y la rotunda “Race To Obscene” de melódica fiereza en la que técnica y pegada resaltan dentro de una cadencia más pesada que se aligera con sus trabajados solos de guitarra.
Buen cierre para un trabajo que en su parte central puede tener algunas fases más densas y pesadas, pero que en general ofrece muy buenos momentos para los seguidores del power americano más poderoso y clásico.
Mariano Palomo

GRAVESHADOW “Nocturnal Resurrection”

(Mausoleum  Records)
Desde la capital de California, Sacramento, y tras un primer EP de presentación del año pasado, llega el primer larga duración de Graveshadow, una joven banda que práctica un metal sinfónico con algunos dejes death melódicos, góticos e industriales, y en la que la voz operística de Heather Michele es quizá lo más destacado contrastando con la fiereza gutural de Jason Angove y del también productor Matt “Hazmatt” Thomas. Todo el caudal vocal y lírico se ve complementado por un sólida instrumentación de guitarras trabajadas y poderosas a cargo de Matt Mitchell y William Walker III, rasgando las ambientaciones y orquestaciones salidas de los teclados de la otra fémina de la banda Valerie Hudak que cumplimenta su labor competentemente, al igual que el batería Roman Anderson y el bajista Benjamin Amstrong.
Se abre el disco con “Namesake”, con las teclas de Valerie desprendiendo inquietante misterio que es roto por un potente riff y por la voz gutural de Hazmatt, que alterna luego con el lirismo de la de Heather dentro de un rítmico tempo pesado. Sigue la misma línea cadenciosa en la más fiera “In The Road Of Desire” con la batería de Anderson machacando salvo un tramo más suave y romántico que desaparece antes de un punzante solo de Mitchell.
Observamos mayor ritmo y dinamismo en menos pesada “Lycan Lust” con unos golpes de voz de Heather muy cercanos a los de Nightwish respaldando la rotundidad de sus guitarras pero con bastante carga melódica y épica explayándose en su solo antes de llegar a un nuevo ataque rabioso de Angove. Destaca más el contraste vocal oscuro-lírico en “Winter’s Come To Call” rodeado de buenos momentos orquestales rodeando sus intensos cambios de ambientación pasando de la relajación a la agresividad.
Esos cambios de sonidos los encontramos también en “Blink” de guitarras más atemperadas y pesadas, sobre las que se desarrollan las melodías de voz tanto de Heather como de Hazmatt completadas con una breve aparición de Ralph Scheepers (Primal Fear) para redondear una dramatizada composición que tan pronto nos lleva a terrenos bucólicos y oníricos, como nos golpea terroríficamente.
Las melodías melancólicas marcan la oscura “Fading” que dentro tempo medio inserta detalles góticos y operísticos con discretas irrupciones guturales que se intensifican a continuación en la inquietante de tintes doom “Exhumed”,  y en la densa “Blood And Fire” que cierra el trabajo con un barniz de tétrica teatralidad. Cierre correcto para este interesante disco que por momentos puede hacerse un poco pesado, pero que contiene un buen número de matices y contrastes bien trabajados por sus intérpretes.
Mariano Palomo

JEFF BROWN “23 Years”

(Mausoleum  Records)
Si hace unas semanas revisábamos el primer trabajo de Cats In Space, ahora nos encontramos con el primer álbum en solitario de su bajista y cantante Jeff Brown. Un disco que al igual que el citado de su banda desprende luz y buen rollo, rock melódico amable, cargado de temas alegres y pegadizos, pero con una clara base rockera. Un buen ejemplo es el corte que abre el trabajo, “Crazy World”, lleno de ochentero encanto con un ritmo vivo y pegadizo lleno de melodías  contagiosas marcadas en un buen estribillo y guitarras de las que se encargan Niko Arvantis (Warlock, Stormwind) y Peter Szigeti (Warlock, U.D.O., Coracko).
En esa misma línea brillante y optimista nos encontramos también con “Once In Every Lifetime” composición muy A.O.R. en la que las guitarras y los teclados de Gary Moberley (The Sweet) vibran rodeados de unos buenos coros, como lo hacen en la ingenua “Stay With Me” tremendamente resultona.
Más hard son “Calling Me Calling You” dotada de un estribillo ganador y de una base más rotunda con Jürgen Reinert dejándose notar desde la batería, o la peliculera “Casino Royale” de guitarras potentes y ritmo cabalgante casi épico adornado por las intervenciones habladas de Muriel Carrez.
Contrastando con estos cortes más potentes, salpican el disco de numerosas baladas y medios tiempos, comenzando por “23 Years”, con la voz de Brown profundamente intensa dentro de una gran ambientación con detalles acústicos pero muy sólidos, que comparecen también de la mano de Ralf Bronckhorst (All Ages) en el comienzo de la potente “Contagious” llena de buenos juegos de voces y teclas ochenteras a lo Statetrooper, no en vano Jeff formó parte de la segunda encarnación del grupo ya sin Gary Barden en el mismo. También nos dejan un guiño sinfónico en la evocadora “Fallen Angels” con unos coros y un sonido de órgano muy al estilo Uriah Heep.
Otro tema tranquilo es la bonita balada “When The Love Is Gone” que cuenta con la participación en las voces de Joe Gillingham (The Tremoles) y en las guitarras tanto acústica como eléctrica de Peter Brander (Royal Hunt, Cornerstone) que nos deja un precioso solo. En estos mismo parámetros se mueve “Slipping Away” pero con el solo en esta ocasión a cargo de Steve Mann (M.S.G., The Sweet, Lionheart) dentro de una ambientación más acústica rota con pasión por una buena subida de tono vocal.
El cierre, siguiendo en modo relajado, lo pone la romántica “Life Goes On” ejecutada prácticamente a base de piano y voz hasta la entrada de guitarras y voces dándola un gran cuerpo y altura, antes de encontrarnos por sorpresa tras un breve silencio con otro agradable tema, que bien podría titularse “Watching You”, oculto dentro del mismo corte en clave soft A.O.R.
Disco realmente agradable, con variedad, buen gusto y que sin excesivas complicaciones es capaz de abarcar un buen rango de sonidos para no hacerse en absoluto plano.
Mariano Palomo