martes, 17 de septiembre de 2013

JOLLY JOKER "Sex, Booze & Tattoos"

(The Fish Factory)
 
Hacía tiempo que tenía ganas de echarme a la oreja a esta banda valenciana de la que me habían llegado muy buenas referencias, pero no ha sido hasta ahora que ha sido relanzado su debut discográfico cuando he podido disfrutar de su buen hacer. Un disco este “Sex, Booze & Tattos” publicado originalmente el pasado 2012 de forma completamente independiente por parte del grupo y que ahora gracias a la gran labor de The Fish Factory se ve distribuido y promocionado a nivel nacional.
A pesar de ser este su primer trabajo oficial estos cinco chicos no son ningunos recién llegados y llevan más de un lustro pateándose los escenarios compartiendo cartel con algunas de las figuras más significativas del hard rock mundial (Quireboys, Crazy Lixx, L.A. Guns), algo que en cierto modo creo que reflejan en el sonido de sus temas en estudio. Bien trabajados, pero directos y eficaces con la pegada precisa para resultar aun mejor en directo, con una esencia puramente hard rockera-sleazy americana que nos transporta a los mejores tiempos del estilo, pero sin encasillarse y ofreciendo diferentes vertientes y variantes que enriquecen el resultado final.
Nombres como los de Mötley Crüe, Guns n’ Roses, Poison, Skid Row, Faster Pussycat, Cinderella o Hardcore Superstar creo que sin duda ocuparán un lugar de privilegio dentro de los gustos de los componentes del grupo, o al menos eso dejan traslucir en sus composiciones. Basta escuchar la inicial “Damage” potente y venenoso corte lleno de descaro con su estribillo coreado golpeando con fuerza sobre unas guitarras muy bien trabajadas a cargo de Janick y Eddie dando réplica a la voz aguda y nasal a lo Vince Neil de Lazy Lane, para darnos cuenta por dónde van los tiros.
Se agudiza la influencia del rubio vocalista de los Crüe en la más rockanrolera y festiva “Dressed To Kill” de ritmo vacilón y bailongo de nuevo con un gran estribillo ganador aligerado por unos divertidos coros surferos creando de nuevo un buen balance de crudeza y limpieza en sus guitarras, así como en “Russian Roulette” hard de alto octanaje de nuevo con la voz de Lazy Lane aguda y algo chillona llegando casi a la mueca histriónica en el estribillo, siguiendo la misma línea para la macarra y coreada “She Starts” que se pega sin remedio con su toques de cencerro que siempre adornan y dan color.
Un punto más áspero y cañero a lo Skid Row encontramos en otros temas como “Givin’ It Up” de guitarras más rasgadas y pesadas dentro un ritmo más denso sustentado en la solidez del bajita Holy Gun y del batería Kickstarts para que de nuevo Janick nos deje otro buen solo, como la arrogante “Sucker” salpicada de trabajados detalles slide blues haciéndola de lo más interesantes, o como la final “Fuck It All” abrasiva por su punzantes guitarras y arrolladora por su poderoso ritmo enganchando a la primera, y de la que acaban de estrenar un provocador vídeo clip.
Se completa el CD con la más scnadi y actual “Before You Die” plena de fuerza y pegada con la suciedad precisa para ser otra de las destacadas, junto a la lenta intensa “God’s Kidding” en la que Lazy Lane muestra su cara más atormentada y expresiva junto a otro apasionado solo de guitarra.
Resumiendo, un muy buen disco lleno de actitud, buen sonido y buenos temas que desde su colorida portada (a la que han dado un ligero lavado de cara respecto a la original), nos enseña lo bien que se pueden hacer las cosas en España dentro del hard rock sin necesidad de inventar nada pero ofreciendo un nivel y ganas que poco o nada tienen que envidiar a las bandas de fuera, en algunos casos tremendamente sobrevaloradas. Bien por Jolly Joker.
Mariano Palomo

viernes, 13 de septiembre de 2013

UZZHUAIA "Santos & Diablos"

(Maldito Records)

Tras la pequeña decepción que supuso para mí su anterior trabajo en estudio “13 Veces Por Minuto”, que sin parecerme en absoluto malo no acabó de llenarme, sucedido de su brillante “Directo Desde La Costa Este”, los valencianos Uzzhuaia regresan con fuerzas renovadas de la mano de este “Santos & Diablos”. Disco impulsado financieramente mediante la práctica de mecenazgo crowdfunding, cada vez más extendida, y gracias a la cual han podido costearse este álbum con las aportaciones de sus fans antes de terminar su elaboración logrando un magnífico resultado final plasmado en dos fantásticas ediciones en CD y vinilo.
Decía que vuelven con fuerzas renovadas y sobre todo con unas composiciones brillantes acorde con lo que Uzzhuaia convirtió en su marca de la casa, hard rock con ese punto sucio y macarra pero elaborado y nítido en su sonido, enérgico y melódico a partes iguales redondeando una docena de versátiles canciones capaces de conquistar cada una de ellas con sus propias armas. Ataques directos y guitarreros como “Una Historia Que Contar” en la que la arrastrada pero limpia voz de Pau Monteagudo marca su melodía atrapando sobre una base compacta en la que el bajo de su hermano Alvaro se deja notar junto a los redobles de José Luis García, dejando que Izzra Ferrer y Alex Simon disparen riffs y armonías con poderío y precisión.
Misma fórmula ganadora para la pegadiza “Santos & Diablos” plena de pegada y descaro, con una inteligente letra que acaba contagiando desde sus coros y estribillo, para la más sucia y rockanrolera “Latidos” suavizada por unas líneas vocales más melódicas que enganchan con clase y actitud resultando de lo más eficaz, al igual que la tremendamente directa y macarruza “El Solitario” de letra perfectamente aplicable a más de un alma nocturna de las que deambulan por cualquier garito rockero, o que la asequible “1975” con mayor carga melódica pero sin perder un gramo de esencia.
Ritmos más pesados y guitarras más densas para la profunda “Fugitivos” que alcanza un brillo especial en su magnífica melodía vocal apoyada por esos toques de pandereta a lo The Cult que ya se han convertido casi imprescindibles en los discos de los levantinos, y en la más heavy “Directo Al Mar” en la que crean un tremendo contraste entre sus durísimos riffs y su línea de voz, sonando actual pero con una base Sabbath más que clara, que también se deja notar en el oscuro inicio de “Bailarás En El Infierno” que acaba aclarándose con su directo estribillo y donde deja un buen solo el guitarrista invitado Sam Conflictivo.
Baja el nivel de distorsión que no de intensidad en la más melódica “A Un Millón de Años Luz” con arreglos más actuales dentro un ritmo ligero cobijando una estrofa-estribillo-estrofa marcándola por completo, relajándose aún más en los cortes más tranquilos del disco donde cobra protagonismo la acústica de Pau. Es el caso del medio tiempo “El Resplandor” con esos ecos sureños característicos que nos dejan de vez en cuando llenándola de expresividad y encanto, intensificándose algo el ritmo en la más sentimental “Cicatriz” una pequeña genialidad para todos los públicos, para acabar por desgarrarse en la segunda mitad de “En Ciernes” que empieza suave y desnuda a base de voz y acústica para romper después punzante y eléctrica con unas buenísimas aportaciones de guitarra.
Uzzuahia han vuelto y lo han hecho por todo lo alto con este “Santos & Diablos” que nos devuelve la mejor versión de para mí una de las mejores, si no la mejor, banda de hard rock de España.
Mariano Palomo

CONEY HATCH "Four"

(Frontiers / Mastertrax)

Coney Hatch, una de las bandas de culto del hard melódico canadiense, resucita con un nuevo trabajo en estudio dos décadas y media después de su disolución tras dejar tres álbumes publicados en la primera mitad de los ochenta. Y en este caso el término resurrección es casi literal, ya que la reunión de los miembros originales, Andy Curran (voz y bajo), Steve Shelski (guitarra), Dave Ketchum (batería) y Carl Dixon (voz y guitarra), se gestó a raíz de un gravísimo accidente de tráfico de este último que hizo que, tras su recuperación, volvieran a retomar el contacto y la actividad del grupo volviendo a los escenarios de su Toronto natal en el verano de 2010.
Tras más actuaciones y apariciones especiales, como la del pasado Firefest, decidieron que tenían material suficiente como para completar un nuevo trabajo y eso es lo que ahora nos ofrecen bajo el significativo título de “Four”. Un disco que básicamente mantiene el sonido habitual de la banda, en general algo más crudo y rockero, y que en una primera escucha me resultó escasamente atractivo, no le encontraba chispa ni alicientes suficientes, demasiado plano y hueco, pero a base de darle vueltas ha terminado por convencerme más aunque sin llegar a conquistarme.
Así temas como las iniciales “Blown Away” o “Boys Club” me parecían demasiado simples y básicas, pero ya les encuentro más gracia al familiarizarme con el riff a lo AC/DC y el pegadizo estribillo de la primera, o con la elaborada melodía de guitarra de la segunda que envuelve su denso ritmo. Más directas me entraron otras como la rockera “Down & Dirty” de ritmo sencillo y contagioso que dentro de su sencillez aporta más picante, o como la más rítmica “Connected” salpicada de buenos detalles de guitarra alrededor de su claro estribillo.
Igualmente atractivas la melódica “The Devil You Know” de base hard y estribillo vacilón sobre unas guitarras correctas pero algo tímidas que toman mayor altura en “Marseilles”, corte de marcadas rítmicas y brillantes solos que sirven como contrapeso a la voz más áspera y con un puntillo macarra de Dixon, que se suaviza notablemente en las más tranquilas “Holding On” donde se dobla en su estribillo junto a un bonito rasgueo electro-acústico, y “Revive” uno de los mejores tema del disco con su ritmo a medio tiempo dando sustento a una buena melodía de voz y guitarra creando una gran ambientación.
Se completa el CD con dos piezas prácticamente prescindibles, la más moderna “Do It Again” simple, espesita y sin gracia, y la opaca “We Want More” de ritmo plomizo que cae sobre unas guitarras y voces duras pero sin la pegada necesaria, como queriendo hacer algo más heavy pero sin llegar a conseguirlo. Afortunadamente estos dos últimos temas citados no representan todo el conjunto del disco, aunque también forman parte del mismo haciendo que para mí baje su nota final que, por otra parte, de momento no llega al notable, a lo mejor si lo escucho más veces acabe superándolo.
Mariano Palomo

jueves, 12 de septiembre de 2013

EDEN'S CURSE "Symphony Of Sin"

(AFM / Avispa)

Tras un par de significativos cambios en su formación una las bandas más difícilmente encasillables estilísticamente en la actualidad, tan pronto con temas de hard rock como de power metal o casi de A.O.R., comparecen con nuevo trabajo en estudio para satisfacción de sus fieles. Después de dejarnos hace un par de años un buen trabajo como “Trinity” ahora vuelven con esta nueva entrega presentando nuevo vocalista, el serbio prácticamente desconocido Nikola Mijic, y nuevo teclista, el más experimentado Steve Williams conocido por su labor en Powequest y Dragonforce y al que sustituirá en directo el maxipluriempleado Alessandro Del Vecchio.
Si bien es cierto que se echa algo en falta la carismática voz de Michael Eden, Nikola no lo hace nada mal, ofreciendo unas interpretaciones técnicamente notables con un amplio registro capaz de llegar a tonos altos sin estridencias pero manejándose mejor en los medios encajando en unas buenas y elaboradas composiciones en las que brilla con clase la guitarra de Throsten Koehne sin necesidad de perpetrar desbocadas carreras por el mástil sobre la competente base rítmica formada por el bajista Paul Logue y por el batería Pete Newdeck.
Empezamos a introducirnos en la historia de este “Symphony Of Sin” con una evocadora intro orquestal en el inicio del tema título donde dentro de sus cambios de ritmo y ambientaciones despliegan una amplia gama de sonidos power sinfónicos con destacada presencia de teclas y guitarras variando de la rotundidad más eléctrica a la suavidad acústica consiguiendo un interesante resultado final. Avanzan a terrenos más prog metaleros en los rasgueos de “Break The Silence” un corte más duro y actual en el que su base rítmica y su melodía vocal más hard hace que me recuerden a bandas como Jaded Heart o Shakra, llegando a cotas más melódicas con la atractiva “Evil Divine” acertadamente elegida como primer single trayéndome a la memoria los mejores tiempos de los Queensryche del “Empire”, como me sucede con la lenta electroacústica “Fallen From Grace” sobre todo por su ambientación y por el timbre de voz de Nikola en algunos momentos, o en la dinámica y cañera “Losing My Faith” donde la guitarra de Koehne suena más cruda pero sin abandonar la melodía.
De power light podríamos calificar lo que nos dejan en “Great Unknown” tema de base rotunda adornada por sonidos de teclas casi folkies festivos que acaba por resultar bastante efectiva y pegadiza por su claro estribillo, o en “Devil In Disguise” que a pesar de su estructura más hard se ve cubierta de una atmósfera más sombría por sus melodías de voz y teclas suavizadas por algunos adornos barrocos.
Mezcla de hard y heavy para la más cruda “Sign Of The Cross” de nuevo con Jaded Heart en la memoria por su tratamiento vocal, para la clara de ritmo cortado “Rock Bottom” tema con encanto adornado de un retazo suave y pellizcado que adorna un tono vocal más tibio, que se repite en el melódico medio tiempo “Turn The Page” pegadizo con su logrado equilibrio de intensas melodías de guitarra, y en la romántica “Where Is The Love” trabajada y con mucho sentimiento su interpretación.
Rozan el A.O.R. en cortes como “Unbreakable”, una magnífica composición llena de vitalidad y brillo en la que sus melodías de voz enganchan sutilmente sobre unas curradas guitarras y teclas, o como en “Wings To Fly” cuyo estribillo ganador sobresale de nuevo sobre unos fantásticos aportes guitarreros más hard. Seguramente temas como estos son los que justifiquen su inclusión en el cartel de este año de un festival como el Firefest, aunque también podrían encajar perfectamente en otras citas como el Progpower.
Como podéis intuir un disco versátil, variadito y técnicamente bien construido, y que ha hecho que aumente mi interés y curiosidad por ver cómo serán capaces de defenderlo en directo en el próximo Firefest de Nottingham, ya os contaremos.
Mariano Palomo

SAMMY HAGAR "Sammy Hagar & Friends"

(Frontiers / Mastertrax)

Sin dejar de lado Chickenfoot, su proyecto principal en el que lleva involucrado ya unos años, el gran Sammy Hagar ha encontrado un hueco en su agenda para juntarse con un puñado de buenos amigos y dar forma a un entretenido y variado trabajo en el que recoge buena parte de sus influencias y vivencias dentro de la música. No es el típico disco de hard rock al uso que podríamos esperar del pelirrojo cantante y guitarrista, es más bien una amalgama de estilos y sonidos dejándose llevar por sus gustos e inspiraciones repasando desde el conuntry al blues, pasando por el rock sureño pero sin olvidar su vena más hard.
Empieza el CD con “Winding Down” una divertida y breve pieza country-blues acústica de irónica y reivindicativa letra en la que Hagar comparte tareas vocales con el veterano bluesman Taj Mahal dejándose notar el dobro de Dave Zirbel y una segunda voz femenina complementando con clase y tino. Un detalle este de las voces femeninas, tanto en segundo como en primer plano, que se repite con frecuencia a lo largo del disco, como en la más pesada “Not Going Down” en la que dan un toque soul a su candencia setentera cercana a Chickenfoot, al igual que en la original versión del hit de Depeche Mode “Personal Jesus” en la que participan nada más y nada menos que Neal Schon (guitarra), Michael Anthony (bajo) y Chad Smith (batería) dándole la vuelta a su sonido original del tecno al blues consiguiendo un resultado tan impactante como atractivo.
Seguimos de sorpresa en sorpresa con la evocadora “Father Sun” que empieza en clave folkie con sonidos de acordeón y mandolina para ir cogiendo formas setenteras a lo Bad Company-Led Zeppelin en la guitarra de Vic Johnson que también participa en otros temas, como la más cañera “Knockdown Dragout” formando pareja con el mago Joe Satriani para crear un corte lleno de energía a base de riffs punzantes y redobles cortados de la mano Denny Carmassi (Heart) sobre los que entran las ásperas voces de Sammy y de Kid Rock.
Registro más clásicamente rockanrolero para la revisión de “Ramblin’ Gamblin’ Man” animado tema de Bob Seger a la que dan un aire sureño y en el que las voces llenan su estribillo sobre una marcada línea de bajo a cargo de Mona Gnader, que repite en la vacilona y brillante “Bad On Fords And Chevrolets”, hard rock & roll que bien podría seguir la senda del propio Seger o ZZ Top siendo la que más podría encajar dentro de la discografía en solitario de Hagar, con un rollo freeway a lo “I Can’t Drive 55” que la hacen de lo más atractivo del disco con la participación de la estrella del country Ronnie Dunn que pone su voz dándole mucho rollo junto a la de Mona.
Más participación de cantantes country en la romántica de aires mejicanos “Margaritaville”, tema de Jimmy Buffett en el que el invitado Toby Keith pone su engolada voz junto a la de Sammy (seguramente recordando alguna noche en Cabo Wabo regada en tequila y ron) y en la que vuelven a aparecer el acordeón y las voces femeninas. En esta misma línea suave pero con unos delicados aires hawaianos nos encontramos con “All We Need Is An Island” que cuenta con la siempre personal y preciosa voz de Ann Wilson (Heart) acariciando sus suaves acordes creando una brisa musical tan agradable como lineal.
El cierre lo pone el tema más cañero y puramente hard rockero del disco, “Going Down” registrado en una cruda primera toma de estudio en directo como queriendo decir, todo lo de antes está muy bien, pero al final hay que seguir sonando a Van Halen y a Chickenfoot, repitiendo con la estratosférica alineación de “Personal Jesus” en un corte mucho más previsible y reconocible con un espectacular solo de Schon que sin necesidad de sobreproducción suena magníficamente bien.
No está mal que de vez en cuando los músicos se dejen llevar y nos ofrezcan trabajos tan originales y sorprendentes como este, eso sí, siempre dentro de un orden y manteniendo la calidad y esencia por la que nos engancharon en su momento. Realmente divertido y variopinto este “Sammy Hagar & Friends”.
Mariano Palomo