martes, 26 de junio de 2012

MERCURIO “Bautismo de Fuego”

(Autoeditado)
Afortunadamente parece que el heavy metal más clásico de esencia ochentera sigue teniendo buenos y renovados referentes en nuestra escena. Nombres como los de Steel Horse, Wild, Ciclón u Oker empiezan a tener una actividad y respuesta cada vez mayor por parte de un público tanto joven como veterano que parece intentar recuperar parte del brillo que iluminó la mejor época de la música dura española.
Dentro de esta corriente, aunque con algún matiz, podemos incluir a los que nos ocupan en esta ocasión, los sanseros Mercurio que publicaban hace unas semanas su segundo largo duración bajo el título de “Bautismo de Fuego”, continuación mejorada de su predecesor homónimo, publicado y editado por ellos mismos, al igual que este, hace un par de años.
Como decía lo suyo es heavy metal clásico, pleno de sonidos ochenteros ejecutados con pulcritud y energía por parte de estos, ya no tan jovenzuelos músicos, encabezados por los hermanos Sergio y Javi Salcedo, guitarrista y bajista respectivamente, acompañados por el vocalista ex Posesión José García, por guitarrista Andrés de la Cita y por el batería Rafa García.
Dentro de esta base puramente heavy nos encontramos con ritmos cabalgantes en temas como la inicial “Desde El Infierno, Dentro Del Pademonio” correcta y efectiva con cierto aire a lo Angeles del Infierno, la cercana al power “Estoy Vivo” suavizada por unas discretas teclas con la voz de José con cuerpo y melodía resultando agresiva pero pulida, como lo es la pesada pero ágil “Tu Demonio de la Guarda” en la que resalta el buen trabajo de guitarras de Sergio y Andrés.
Más melódicas resultan la desafiante de ritmo vivo “Eclipse Total” de nuevo con los teclados en escena como colchón a la clara y matizada línea vocal junto a un afilado solo de guitarra siendo de las que más me han llamado la atención, al igual que la más agresiva de temática fantástica y guerrera “Cabalgada Infernal” que adornan con un ligero toque celta.
Registro más marcadamente épico con detalles progresivos “El Hombre del Saco” con buenos matices rítmicos pero con menos inmediatez, cayendo en una cadencia más pesada a continuación en la oscurilla “Sin Miedo”, para ahondar aun más en clave terrorífica  en la más ambiental de ritmo cortado “Gevaudan”. Recuperándose en buena medida la viveza y el ritmo con la compensada “No Hay Rival” con la voz de José mostrando poderío y aspereza junto a unas guitarras más rockeras.
Se cierra el CD con la limpia y sentida balada “Angel” con buenos sonidos electro acústicos pero algo lineal, para poner el punto final con la extensa “Bautismo de Fuego” desarrollando en sus más de doce minutos una intrincada composición que comienza con la narración de un pasaje bíblico del “Apocalipsis” para ir sucediéndose ritmos rápidos, retazos épicos, guitarras guerreras y bases reiterativas cubriendo su primer tercio para pasar a un cambio lento en el que las guitarras toman altura y sentimiento, para acabar con un nuevo acelerón cabalgante recuperando el ritmo inicial.
Disco correcto, ejecutado con buen gusto, pero quizá no todo lo directo que esperaba, en cualquier caso recomendable repetir la escucha para sacarle todo el jugo.
Mariano Palomo

GAUNTLET “Stubburn”


(Molusco Discos / Pegada Brutal)

Los madrileños Gauntlet continúan con su imparable progresión dentro del metal nacional. A estas alturas empiezan a tener ya pocas cosas que demostrar, pero con este nuevo cañonazo en forma de disco vuelven a escalar un escalón más y a sorprendernos con una colección de temas que en mi opinión redondean su remesa más completa y versátil hasta la fecha.
Ya me gusto mucho la evolución mostrada en su anterior disco “What Doesn’t Kill Us…” ahondando en terrenos más extremos y actuales pero sin abandonar su base clásica y melódica dentro del heavy–thrash metal técnico y elaborado, como sucesión lógica del EP  “The Comeback” en el que aun contaban con el cantante Ivo Galenov que abandonó la banda tras su lanzamiento para cederle los trastos de matar, vocalmente hablando, al guitarrista y cofundador del grupo Miguel Rocha que se desdobla desde entonces en ambas tareas para sorpresa de casi todos por su agresiva y competente ejecutoria como frontman de la banda.
Decía antes que este “Stubburn” me parece el trabajo más versátil de Gauntlet hasta ahora, ya que en él podemos encontrar algunos de los momentos más melódicos y hard rockeros de la trayectoria de la banda junto a otros en los que pisan terrenos realmente brutos pero siempre respetando unas grandes líneas melódicas acentuadas sobre todo por un excelente trabajo de guitarras de la mano del propio Miguel y de Dani Millán, llenándolo todo de riffs, armonías o solos tan nítidos y afilados sgún lo requiera la ocasión.
Todo esto no estaría justificado si no estuviera enmarcado dentro de unas composiciones elaboradas y cuidadas hasta el más mínimo detalle, y siempre sustentado por la tremenda solidez y pegada que proporcionan el bajista Juan Carlos Fernández que se estrena a nivel discográfico con el grupo, y el habitual Alejandro Martínez, realizando ambos una labor espectacular que sin duda es en buena parte culpable de un sonido perfectamente reconocible, el sonido Gauntlet.
Ciñéndonos al contenido del CD la verdad es que desde que uno empieza a escuchar el disco resulta realmente complicado desengancharse y es un no parar de descubrir rasgos y matices que se inician con el ritmo arrollador de “There Will Be No Peace”, un corte en clave thrash de base clásica y sonido actual con la voz de Miguel agresiva y rabiosa como requiere el espinoso tema que trata condenando con furia la violencia terrorista que llevamos tanto tiempo sufriendo en nuestro país.
Un vuelta de tuerca aun más cañera para la más rítmica y groovie “Feed The Worms” en la que Miguel dobla su voz con la de Javier Cardoso (Vita Imana) sobre unos riffs asesinos matizados por algunos sonidos más relajadas y por un brillante solo más hard a cargo de Ix Valieri (037), creando una pieza tremendamente rica en matices y poderío.
No le va a la zaga la más melódica “Slave” acertado primer single–vídeo muy pegadizo y eficaz con un sonido gordo lleno de coros rivalizando con unos buenísimos diálogos de riffs suavizados por una parte acústica intermedia, haciendo de este tema probablemente mi favorito del grupo de toda su carrera, con permiso de “Seeds Of Hate”.
Continúa la descarga con la sólida “Blood, Sweat and Tears” una composición de largo recorrido de inicio lento y suave que crece sin remisión sobre un punzante riff rompiendo con potencia en un tono más pesado y heavy a lo Annihilator atacada por una segunda voz agresiva igualmente contrarrestada por melodías más relajadas pero igualmente intensas, incluidas las de la guitarra de Aitor Gorosabel (Su Ta Gar) que deja su impronta en el tema, como lo hace seguidamente Rown Houland (Clockwork) con su áspera voz en la directa y más sencilla “My Dying Breath”.
Se atempera un poco el ritmo con “You Don’t Know Me” en clave thrash actual, con gran peso rítmico pero plagada de dibujos guitarreros tan técnicos como afilados, tornándose más crudos pero igualmente limpios en la rápida y rotunda “Last Exit To Blisstonia” todo un puñetazo sonoro que además fue el primer tema que pudimos escuchar como adelanto del disco y que ya nos convenció sobremanera, equilibrando con acierto melodía y contundencia, rematándola con un solo arrollador, todo ello dando soporte a una letra ultra friki relacionada con un planeta que sólo aparece en un capítulo de Los Simpsons, no podía faltar este tipo de referencia tan del gusto de la banda (gracias Juanma por ponerme sobre la pista).
Aunque el tema que realmente me suena freak es el que cierra el disco, la curiosa “The Fake” en la que participan el guitarrista Manuel Seoane (Burning Kingdom) como hacha principal y su compañero de banda Dagarod poniendo su voz en un tono impostado junto a la de Miguel dentro de una estructura más hard pero igualmente dura, un poco a lo Skid Row, resultando chocante en un principio pero acaba por enganchar a base de escucharla.
Se completa la obra la intensa power ballad “Sold My Soul”, llena de sentimiento y clase con un gran trabajo de guitarras acústicas y eléctricas a lo Pantera que completan la gran labor vocal de Miguel que acaba acelerando al final para terminar de forma casi frenética pero controlada.
Poco más puedo añadir, solamente recomendar este trabajo de una banda que a base de trabajo, esfuerzo y dedicación, cuidando todos los detalles (presentación, difusión en redes sociales, promoción, etc.) y con la inestimable ayuda una vez más de José Garrido y Daniel Meilán en la grabación, han parido el que está llamado a ser el disco de metal del 2012 a nivel nacional, si no al tiempo.
Mariano Palomo

viernes, 1 de junio de 2012

CIRCUS MAXIMUS “Nine”

(Frontiers / Mastertrax)
No es sencillo para una banda conseguir ser accesible para el gran público haciendo rock progresivo sin perder complejidad y virtuosismo, por lo general una cosa lleva a renunciar a la otra. Pero de vez en cuando nos encontramos con músicos cuyo talento y trabajo les permiten crear obras en las que se aúnan accesibilidad y técnica, como es el caso de estos suecos que lo consiguen plenamente con esta su tercera entrega bajo el título de “Nine”.
Capaces de convencer en temas más hard y melódicos de duración estándar entre cuatro y cinco minutos o con otros más complejos el doble de largos en los que no se limitan a exhibir su tremenda capacidad instrumental y vocal, además logran no hacerse excesivamente pesados y enrevesados en sus composiciones.
De hecho, tras la misteriosa intro “Froging”, el disco se abre con uno de esos temas extensos como es “Architect Of Fortune” en el que convencen a base de cambios de ritmo, voces muy muy melódicas, inserciones acústicas, riffs duros, pasajes sinfónicos y partes intimistas, todo ello entrelazado con elegancia pero sin perder un ápice de fuerza.
Hacía referencia a las voces, sin duda uno de los puntos fuertes de este trabajo, con un gran Michael Eriksen que le da un toque ya no sólo rockero sino A.O.R. en ocasiones con su fantástica voz brillante y con cuerpo como ya pudimos disfrutar también en el primer disco de The Magnificent hace un par de años en una onda distinta de puro hard melódico ochentero.
Además de Eriksen no hay que olvidarse del resto de los músicos que lo hacen pero que muy bien, desde el brillante guitarrista Mats Haugen, pasando por el versátil teclista Lasse Finbraten, hasta los sólidos y técnicos integrantes de la base rítmica Truls Haugen a la batería y Glen Cato Mollen al bajo, consiguiendo todos ellos sonar compactos, nítidos y dinámicos.
Los temas más inmediatos a la hora de entrar al oyente pueden ser “Game Of Life” en la que equilibran con acierto riffs duros y teclas brillantes sobre una cadencia pesada suavizada por la voz de Eriksen, “I Am” de ritmo alegre, solo virguero de guitarra y batería presente con la voz más matizada, o la intensa y más dura “Used” melódico y sólido metal progresivo que atrapa con su buena pegada recordando a Symphony X.
Siguiendo la misma línea de “Used” pero con una cadencia más pesada nos encontramos con “The One” agraciada de nuevo por la brillante labor vocal, con la más curiosa de ritmos egipcios “Namaste” con el bajo de Glen marcado junto a unas guitarras pesadas de Mats que se dulcifican con un melódico solo, o con la más opaca de aire intimista “Reach Within” que es la que menos me ha dicho.
Dejo para el final otros dos temas de larga duración que cierran la obra y que bien podrían resumirla. En primer lugar “Burn After Reading” una trabajada pieza de ritmo e intensidad crecientes que comienza tibia y envolvente a través de la voz y las teclas para ir endureciéndose incluso arrollando en algún momento, para acabar con matices barrocos y pomposos que se desvanecen con unos suaves sonidos de piano.
El cierre definitivo viene de la mano de “Last Goodbye”, que al igual que la anterior va de menos a más cortándose en su ritmo por los matices vocales subiendo y bajando con unos potentes aportes de guitarra junto a unas teclas más melódicas consiguiendo un brillante resultado dentro de su complejidad compositiva.
Y tras todo lo dicho no me queda más que recomendar este disco, no sólo a los seguidores más acérrimos del rock progresivo, sino a todos aquellos que disfruten de la música bien hecha, con clase y gusto. Eso sí, aunque sea fácil de escuchar, tampoco os esperéis estar pegando botes con los temas y coreando estribillos a grito pelado, para eso hay otras cosas que igualmente están muy bien.
Mariano Palomo

RICHARD MARX “Inside My Head”

(Frontiers / Mastertrax)
 
Hacía tiempo que le tenía perdida la pista a este cantante y compositor norteamericano que tan buenos discos de A.O.R. nos dejó a finales de los ochenta y principios de los noventa, con títulos como “Rush Street” o “Repeat Offender” que forman ya parte de la historia de la música melódica.
Luego sacó alguna entrega más floja y ya perdí bastante interés en su trabajo hasta ahora que vuelvo a encontrarme con este “Inside My Head” en el que se recogen algunos temas nuevos junto a otros que aparecían en los últimos trabajos de Marx aparecidos únicamente en Estados Unidos.
Entre tanto parece que este señor no ha parado de componer y producir trabajando con gente del más diverso pelaje, desde veteranos como Ringo Starr, Kenny Rogers, Barabara Streisand, Michael Bolton o Kenny Loggins, pasando por colaboraciones más sorprendentes con gente como NSYNC, Paulina Rubio o el actor Hugh Jackman, hasta nuevos referentes del hard rock actual como Daughtry o Nickelback,.
Precisamente uno de los aspectos llamativos de este disco es la participación de miembros de estas dos bandas más juveniles en un par de temas donde dejan notar ligeramente su sello. Se trata de dos medio tiempos, la pegadiza “Had Enough” marcada por sus bonitas guitarras y por su tremendo sonido, y la más acústica actualizada “On The Inside” capaz de ser rotunda dentro de su calidez. Ambos cortes aparecían en el disco “Stories To Tell” publicado el año pasado en USA, al igual que la más lineal y algo horterilla “Over My Head” y que la romántica balada “Loved” puramente A.O.R. con el piano como protagonista junto a la voz de Richard.
Este último tema también aparecía en el disco “Sundown” de 2008, como lo hacía el sólido medio tiempo “Always On Your Mind” co-escrita junto a Matt Scannell de Vertical Horizon con el que grabó el disco “Duo” ese mismo año, siendo una de las destacadas por su capacidad embaucadora con brillantes toques acústicos.
El resto de los temas rescatados corresponden a “Emotional Remains”, también de 2008, todos ellos en una onda relajada. La balada “Through My Veins” melancólica y profunda embarullándose al final, la intimista “Part Of Me” bien construida con un toque actual acabando más rockera y luminosa, y los medios tiempos “Come Running”  regularcillo con un punto funky-jazz donde deja su huella Fee Waybill (The Tubes), mejorado por la más sentida “Done To Me” donde resalta la fuerza melódica de la voz del protagonista.
Como podéis ver muchos temas tranquilos componen este CD, y sigue la misma onda con dos de las nuevas, la apasionada balada “Wouldn’t Let Me Love You” elegida con acierto como primer single, llena de feelin’ por la voz de Marx algo áspera sobre una tremenda instrumentación, solo de guitarra puramente A.O.R. incluido, y la no menos interesante aunque más romántica “Like Heaven” con empaque y cuerpo resaltando el trabajo de teclados.
Para el final quedan los dos cortes más sorprendentes del disco y que si no me dicen que son de Richard Marx creo que muy difícilmente hubiera sido capaz de averiguar que loo son, y donde parece haberse contagiado de la sangre joven con la que ha venido trabajando últimamente. Sorprende completamente con “All Over Me”, que bien pudiera haberse insertado en la banda sonora de cualquier comedia gamberra de los 90’s tipo “American Pie”, llena de guitarras actuales y cortadas con un ritmo desacompasado y discontinuo que le queda bastante divertida y rascona adaptando su voz en una tesitura más moderna recordando un poco a Rubber-Harem Scarem.
Por último “Scars” es una curiosa mezcla de sonidos funkies vacilones y bailongos junto a cuerdas de bajo y guitarra pulsadas que le dan un rollo groovie sin acabar de hacernos saltar pero que dentro de su excentricidad engancha  sobre todo por su buenísimo y cañero solo de guitarra en onda setentera.
Disco correcto, llamativo por momentos, que hace que volvamos a tener noticias de un músico que parecer intentar recuperar el protagonismo de antaño, pero que creo que ya ha vivido sus mejores tiempos que, de hecho, aparecen recogidos en este lanzamiento con un segundo CD extra a modo de recopilatorio de los grandes éxitos (“Hazard”, “Angelia”, “Satisfied”, “Too Late To Say Goodbye”, “Right Here Waiting”...) que le hicieron grande.
Mariano Palomo