(Eleven Seven Music / Emi)
Uno de los nombres más representativos de la escena hard rockera moderna de California son sin duda los cada vez más veteranos Buckcherry, que tras irrumpir con fuerza desde L.A. en la segunda mitad de los noventa se tomaron un descanso de unos añitos, volviendo con fuerza en 2005 para seguir dando caña hasta ahora. Encabezados siempre por el carismático vocalista Josh Todd han ido sacando unos trabajos correctos que nunca me han atraído en exceso, dotados de más adrenalina que de virtuosísimo, y que por lo que dicen los que les han visto en directo ganan muchos enteros sobre las tablas con sus enérgicas actuaciones.
Con todo lo expuesto la verdad es que no esperaba demasiado de este “Confessions”, sexto disco en estudio del grupo, pero en el que he encontrado más cosas positivas de las que pensaba a priori. Comenzando por un tratamiento de guitarras por parte de Keith Nelson y Stevie D., bastante limpio y melódico sin olvidarse de meter buena caña distorsionada, mientras el bajista Jimmy Ashhurst y el batería Xavier Muriel desarrollan su labor correctamente haciendo lo que saben hacer sin complicarse la vida pero dejándose notar, para que Todd lidere los temas con su áspera voz bien acompañado en los coros por el resto del grupo.
Empiezan de forma divertida con la descarada “Gluttony” de ritmo contagioso y sencillo en una onda casi punk rockera sobre su reiterado estribillo, repitiendo la fórmula en la vacilona “Seven Ways to Die” haciéndola de lo más resultona con un sonido de caja y pandereta que repiten en la convincente a lo The Cult “Water”, para tirar más de distorsión en la macarra “Greed” cruda pero con encanto y profundidad, al igual que la enérgica “Lust” desafiante con su rotundo estribillo arriba.
Son capaces de mantener la intensidad con menor velocidad en temas como la melancólica “The Truth” en clave de balada, como sucede en la desgarrada “Sloth” apasionada y un poco engolada incluyendo unas buenas guitarras arrastradas junto a toques de piano, o en la desgarbada y polvorienta “Pride” con la voz de Todd recitante sobre un añejo ritmo medio con detalles de guitarras acústicas y slide.
Hay otros cortes de aires más actuales que me dicen menos, caso de “Wrath” más seria y plana, mientras que enganchan algo más “Nothing Left But Tears” por su ritmo marchoso y cortado con una melodía limpia pero moderna, y “Air” donde su guitarras dejan un ligero aroma sleazy quedándoles curiosa. Se completa el disco con los dos temas más sosos del mismo, el embarullado y plomizo medio tiempo “Envy” demasiado “alternativo” para mí, y la romántica lenta “Dreaming Of You” que no está mal pero tampoco parece que sea el terreno en el que mejor se desenvuelvan metiendo unos arreglos de cuerda y una acústica agradables pero sin gracia.
Como decía al principio nunca he sido seguidor de Buckcherry, y con este nuevo disco sin volverme loco sí me han hecho pasar un rato entretenido y me han parecido algo más interesantes, supongo que a sus fans más acérrimos es gustará aún más.
Mariano Palomo
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