martes, 27 de agosto de 2013

ONSLAUGHT "VI"

(AFM / Avispa)

Desde que volvieron tras casi veinte años de silencio en 2005 de la mano de Nige Rockett, guitarrista fundador de la banda, y del vocalista Sy Keeler, el otro miembro que permanece en el grupo de su etapa ochentera, los británicos Onslaught parecen querer asentarse con más fuerza y presencia que nunca en la escena thrash metalera. Con un más que correcto “Sounds Of Violence” hace un par de años ya mostraron un nivel mayor que en cualquiera de sus anteriores trabajos que si bien recogían la rabia y fiereza de la juventud de los de Bristol, también mostraban claras carencias técnicas y compositivas, quedando como tema más recordado de su primera época una acelerada versión de “Let There Be Rock” de AC/DC con Steve Grimmett (Grim Reaper, Lionsheart) a la voz.
Ahora con este “VI” nos encontramos una formación que reafirma las buenas sensaciones de su anterior entrega, más compacta y madura, con un sonido absolutamente thrash de esencia clásica pero de sonido actual y pulido sin dejarse una gota de energía en cada una de sus andanadas sonoras. En este sentido me parece remarcable la labor de Keeler, que sin ser ni mucho menos un dechado de virtudes vocales, sí sabe dotar de sentido y personalidad a las composiciones en las que los guitarristas Rockett y Andy Rosser-Davies dejan muy buenas pinceladas, siempre sobre la poderosísima base rítmica que ejecutan Jeff Williams al bajo y Mic Hourihan a la batería.
Después de la breve instrumental a modo de intro “A New World Order” rompen con el avasallador ritmo de “Chaos Is King” corte pleno de fiereza con el que nos pasan por encima como una apisonadora a toda velocidad, pero con la calidad y llegada suficientes como para no quedarse en un mero ejercicio de agresividad sonora, recuerda un poco a los maestros Slayer, sobre todo en sus speedicos ataques guitarreros, como sucede en la terrorífica “Slaughterize” descerrajando riffs y solos como auténticas ametralladoras.
Crudeza y potencia marcan la más cortada “Fuel For My Fire” golpeando con su áspero estribillo doblado pero dejando también curiosos dibujos de guitarra, al igual que en “Children Of The Sand” en la que incluso rodean la gruesa y por momentos angustiosa voz de Keeler de algunos ecos árabes creando una original ambientación que rompe un poco dentro de tanta rapidez y contundencia. Algo que en una primera impresión también parece que podría repetirse en “66’ Fucking ‘6” por su calmado inicio que se rompe bruscamente con su agrio estribillo retador y groovie que sigue marcando el tema a golpes de voz que junto con unos rítmicos riffs duros y limpios recuerda a los germanos Kreator.
Atemperan un poco el ritmo en la potente pero algo monótona “Cruci-Fiction” dejando que las guitarras suenen más agudas y afiladas, tornándose más pesadas pero igualmente atractivas en la agria “Dead Man Walking”, para terminar mezclando punzantes riffs y afilados solos en “Enemy Of My Enemy” de base machaconcilla y explícito estribillo rompiendo sobre su extenuante agresividad rítmica.
Paso adelante en mi opinión de estos referentes del thrash metal británico que creo que pueden estar en su mejor momento de forma, al menos su producción en estudio desde su regreso así lo atestigua aunque habría que comprobar cómo se desenvuelven en directo actualmente para acabar de ratificarlo, pero de momento este último trabajo me parece de lo más competente.
Mariano Palomo

jueves, 22 de agosto de 2013

ARC ANGEL "Harlequins Of Light"

(Frontiers / Mastertrax)

Jeff Cannata es sin duda una de las figuras de culto dentro de los círculos del A.O.R. Con una selecta cosecha de álbumes que se inició a principios de los 80’s, primero como Arc Angel y posteriormente alternando esta denominación con la de su propio apellido, este compositor, productor, cantante y multinstrumentista nos ha dejado joyas para el recuerdo del calibre del propio debut discográfico homónimo como Arc Angel en 1983 o el fantástico “Watching de World” como Cannata diez años después.
Especialista como pocos en unir el A.O.R. de rasgos pomposos con el rock sinfónico más nítido y cristalino ahora regresa al primer plano de la actualidad musical con otro gran trabajo en el que vuelve a mostrar su talento y clase consiguiendo redondear un disco a la altura de sus mencionados predecesores, curiosamente también una década después. Parece que los mejores momentos creativos de Jeff se producen en ciclos de diez años, ya que sus trabajos intermedios, sin ser para nada malos, no llegan al mismo nivel de brillantez.
En este nuevo CD de Arc Angel una vez más Cannata se encarga prácticamente de todo, desde la composición a la producción, pasando por toda la base instrumental y vocal, ayudado por buenos colaboradores prácticamente desconocidos para el gran público salvo el caso de Jimi Bell (House Of Lords) que junto a otra media docena de guitarristas, tres teclistas y un bajista, aportan su granito de arena para completar un puñado de envolventes composiciones.
Se abre el disco con el tema título “Harlequins Of Light”, con unas combinaciones de sonidos de telcados alternando acústicos y sintetizados dando pomposidad y cuerpo a una evocadora melodía rota por algunos afilados aportes guitarreros, quedando en su conjunto un sonido gordo y épico de cadencia pesada pero cristalina. Aumenta notablemente a continuación el ritmo con la pegadiza y comercial “As Far As The Eye Can See” corte luminoso y alegre que me recuerda a Asia con unos preciosos adornos de teclas y guitarra salpicados junto a un estribillo claramente ganador.
La más lenta “War (Battle Wounds Of Life)” vuelve a tener un brillante estribillo emboscado entre guitarras electro-acústicas, marcados pianos, técnicas percusiones, y líneas vocales recitantes con la siempre personal y reconocible voz de Cannata en clave casi narrativa, acentuándose esta veta en la más viva “Voice Of Illuminati” dotada de una tremenda profundidad que nos puede llegar a llevar hasta los Magnum más sinfónicos como la fabulística “Legend Of The Mary Celeste” ambas con delicioso protagonismo del trabajo de teclados, bajando de ritmo en la intimista “Through The Night” decorada por unos delicados sonidos acústicos y de cuerda para que el protagonista luzca su capacidad interpretativa vocal.
Aumenta el ritmo con retazos cercanos al progresivo en la animada “Amnesia (The Rest Of Your Life)” con unas percusiones y arreglos de teclados que podríamos denominar casi de tribales creando una evocadora ambientación a lo Marillion que también comparece pero con más delicadeza en la compacta “Diamonds And Gold” con unos preciosos toques de guitarra. Pasando a terrenos algo más rockeros encontramos la colorida “California Daze”, pegadiza, con buenos matices y repuntes que convencen dentro de una elaborada sencillez, como sucede en la más básica “Tonight… Forever” con una percusión desnuda sustentando unas buenas voces dobladas y unas pomposas andanadas de teclados que rompen por sorpresa su estructura rítmica, y en la optimista “Get To You” con unos sonidos de órgano de la mano de Jay Rowe que le dan un toque setentero que encaja magníficamente con los rasgueos acústicos marcados por David Coe.
Queda lugar para el recuerdo con “Fortune Teller 2”, reencarnación del tema original aparecido en “Watching The World” y que recuperan con algunos retoques pero manteniendo su mágica esencia que impregna todo este “Harlequins Of Light” que supone un nuevo monumento musical recomendado para todo el que le guste el A.O.R. en su vertiente más sinfónica, o el rock sinfónico en clave más accesible.
Mariano Palomo

miércoles, 21 de agosto de 2013

FERGIE FREDERIKSEN “Any Given Moment”

(Frontiers / Mastertrax)

Tras el magnífico sabor de boca que nos dejó hace un par de años su “Happiness Is The Road”, el que fuera vocalista de Toto a mediados de los ochenta, Fergie Frederiksen, vuelve ahora con una nueva muestra de su enorme talento y capacidad de superación de la mano de este “Any Given Moment”. Resalto el hecho de su capacidad de superación ya que en 2010 le fue diagnosticado un cáncer del que desde entonces intenta recuperarse, incluyendo a la música como parte de su terapia y tratamiento. Por desgracia parece que con esto no basta para curarse ya que en últimamente su estado se ha agravado y de hecho sus hijos acaban de pedir públicamente donaciones para poder seguir tratándole en su casa.
Al margen de esto que viene a ensombrecerlo, paradójicamente nos encontramos de nuevo con un fantástico trabajo lleno de energía y positividad en el que Frederiksen deja patente su tremenda clase que hace de la suya una de las mejores y más personales voces del A.O.R., con ese timbre elegante pero potente que impregna sus composiciones y en el que las guitarras de un buen puñado de invitados (Robert Sall, Bruce Gaitsch o Peter Friestedt entre otros) tienen peso y relevancia junto a los teclados del incansable Alessandro Del Vecchio que además de producir el disco también participa en los coros junto a Roberto Tiranti (Labyrinth).
La técnica y compacta base rítmica formada por el batería Heman Furin (W.O.A.) y por el bajista Nik Mazzucconi también se dejan notar desde el inicio de la ochentera “Last Battle Of My Heart” llena de cuerpo y personalidad en la que su intenso ritmo acaba por atrapar dejando un regusto sinfónico en sus arreglos de teclas y guitarra contrastando con unas voces más pomposas. Salto hasta territorio más clásicamente A.O.R. con la apasionada “Let Go” marcándose los teclados en los cambios entre estrofa y estribillo pero también con aportes durillos de guitarra, al igual que en el solo de “Price Of Loving You” más setentera por su sonido de teclas y en la que la voz de Fergie ejecuta unos magnífico repuntes, o en “When The Battle Is Over” de espectacular estribillo que sobresale sobre el compensado equilibrio que consiguen teclados y guitarras.
Continuamos con los sentimientos como protagonistas en las baladas “I’ll Be The One”, con una buena melodía de guitarra creando un corte A.O.R. de manual pero con personalidad y llegada, y “How Many Roads” más profunda y acústica con el piano presente adornada de unos suaves arreglos de cuerda para envolver su emotividad a flor de piel, con cierto aroma Pride Of Lions.
En un tono completamente distinto nos topamos con la brillante “Time Will Change” optimista con sus melodías vocales rivalizando con un breve duelo de sintetizadores y guitarras que me recuerdan a los Journey de Augeri, amortiguándose un poco en “Candles In The Dark” algo menor en ritmo pero en absoluto en solidez y melodía, como sucede con el magnífico medio tiempo “Any Given Moment” que roza terrenos baladísticos llenándose de pasión intercalando rasgueos acústicos y eléctricos sobre la maravillosa voz de Fergie más desnuda en este caso sin apenas apoyos corales.
Se completa el disco con la relajada y cálida “Not Alone” marcada por un interesante dueto junto a Issa Oversveen que aporta su voz algo nasal creando un bonito contraste, y con una fiel versión de “Angel Don’t Cry” de Toto que ya grabó originalmente Fredeiksen en el fantástico “Isolation” (1984) y que sirve para recordarlo sin apenas cambios apreciables respecto de aquella, para qué estropear lo que ya está bien, ¿no?
Casi inmejorable manera de cerrar este muy buen trabajo que esperemos no sea el último que nos pueda ofrecer Fergie Frederiksen, desde aquí nuestros mejores deseos para que pueda afrontar con fuerza su lucha.
Mariano Palomo

miércoles, 14 de agosto de 2013

FIND ME "Wings Of Love"

(Frontiers / Mastertrax)

Al fin ve la luz uno de los proyectos que más ganas tenía de echarme a la oreja desde que hace ya unos cuantos meses se anunció su gestación. Unas ganas alimentadas sobre todo al estar liderado por Robbie LaBlanc, uno de los cantantes que más me han impresionado últimamente con su banda Blanc Faces, pero del que llevábamos demasiado tiempo sin disfrutar de su tremendo talento. Si a esto unimos la participación en tareas de composición, producción e instrumentación de un grande de la escena melódica como Daniel Flores, las expectativas casi no podían ser mejores, y afortunadamente, al menos en mi caso se han cumplido sobradamente.
Robbie sigue cantando como pocos, con un chorro de voz tremendo lleno de clase y fuerza, matizando sus tonos cuando es preciso, pero siempre convincente desprendiendo pasión y emotividad en cada una de sus interpretaciones. Una voz que encaja perfectamente en las brillantes composiciones de Flores ayudado en esta labor entre otros por viejos conocidos como Alessandro Del Vecchio, Erik Martensson (¿estos chicos tendrán vida aparte de la música?), o Tom y James Martin. Compendian todos ellos una docena de temas que convencen por su solidez, por su exquisito tratamiento instrumental y vocal, y por su capacidad para cubrir de un ligero barniz actual una base fundamentalmente clásica dentro del A.O.R. sin perder nada de esencia.
Desde el principio empezamos a descubrir las perlas que nos deja este “Wings Of Love” con un tema de rotundo como “Road To Nowhere”, nítido pero poderoso, con la voz de Robbie espectacular desprendiendo cierto dramatismo balanceándose sinuosa entre los aportes de guitarra de Chrsitopher Vetter y David Sivelindt que dejan sendos interesantes solos. Crece el ritmo con la más pegadiza “Another World” plena de garra y actitud con un comienzo un poco a lo “Separate Ways” (Joruney) marcado por la pegada del propio Flores que también se hace cargo de los teclados a lo largo del disco, dejando buena muestra de su versatilidad en temas como este en el que sus adornos sintetizados se dejan notar.
Mayor brillo y guitarras más ligeras para la positiva “Dancing To A Broken Hearbeat” puramente A.O.R. de nuevo con una enorme melodía vocal resultando de las más inmediatas por su fantástico estribillo, al igual que “Firefight” desarrollándose a menor ritmo pero con unos coros realmente buenos dotándola de cuerpo, o la más potente “One Soul” con unas líneas vocales dobladas ultra melódicas sobre un colchón de teclas sustenándolas junto a un matador estribillo y a otros dos buenos solos de guitarra con Vetter repitiendo junto a Daniel Palmquist (Xorigin).
Más temas dinámicos e intensos, como “On The Outside” con ese regusto escandinavo en su sonido de teclas sintetizadas pero sin saturar dando cobijo a otro remarcable trabajo vocal, que se incrementa en “Bottom Of My Heart” marcada por unos efectivos repuntes de ritmo de la mano de unas espectaculares subidas a cargo de LaBlanc, y en la más tranquila “Wings Of Love” que envuelve con sus coros y teclas.
Algo menos de chispa encuentro en “Powerless”, con la percusión marca de la casa compartiendo primer plano con la voz, más lineal en este caso, junto a unas discretas teclas más sinfónicas, que toman mucho más protagonismo, breve solo incluido, en el suave medio tiempo “Unbreakable” que en ciertas melodías de guitarra y voz me recuerda ligeramente a “Hysteria” (Def Leppard) creando una ambientación magnífica. Se completa el disco con otro medio tiempo “Your Lips” de claro estribillo reiterado creciendo sobre unos teclados siempre presentes, y con la intensa balada “Eternally” plena de clase y sentimiento en otra demostración de calidad de Robbie junto al piano de Flores y la guitarra de Sivelindt.
Resumiendo, gran disco, con un enorme cantante para unas buenas composiciones, algo manidas de la mano del equipo habitual de Frontiers pero siempre competentes, que nos hacen disfrutar de un buen rato de A.O.R. sólido y con llegada.
Mariano Palomo

martes, 13 de agosto de 2013

LITTLE RIVER BAND "Cuts Like a Diamond"

(Frontiers / Mastertrax)

Una de las bandas más míticas y longevas de Australia, tras remozar parte de su formación desde hace unos años, parece querer reverdecer viejos laureles con lanzamientos como este que nos ocupa y que estará en la calle a finales de este mes. De hecho el único miembro que permanece en el grupo desde 1980 es el bajista y cantante Wayne Nelson, y ni siquiera es uno de los fundadores ya que el grupo se creó a principios de los 70’s, y por el mismo han pasado figuras de culto del A.O.R. de la talla de Graeham Goble, John Farnham o Peter Beckett entre otros, lo que da idea de su magnitud.
Desde principios del siglo XXI Nelson recuperó la creación discográfica de Little River Band reclutando a distintos músicos hasta llegar a la alineación actual con los guitarristas Greg Hind y Rich Herring, el teclista Chris Marion y el batería Ryan Ricks hasta completar el equipo que ha dado forma a este “Cuts Like a Diamond”, acompañados el guitarrista Stephen Housden que aparece como invitado.
El caso es que una banda con tanta historia y con tantos lanzamientos publicados nunca me ha llamado en exceso la atención, hasta la fecha de su extensa discografía únicamente había escuchado hace bastante tiempo su LP “Playing to Win” (1984) sin dejarme apenas huella. Tras diseccionar esta nueva entrega observo una banda con clase y elegancia a la que echo en falta una mayor capacidad de llegada y enganche, nada excesivamente extraño por otra parte tratándose de un grupo de A.O.R. en su vertiente más suave pasando la línea del West Coast.
Al empezar a escuchar este disco nos encontramos con “The Lost And The Lonely” un optimista tema ochentero lleno de melodía y encanto que con algo más de chispa bien hubiera podido escalar en las lista americanas como ya hicieron algunos otros de Little River Band en su momento, pero que acaba por caer en un ritmo excesivamente edulcorado. Siempre con unas buenas armonías vocales, agradable al oído, con buenos aunque algo tímidos aportes de guitarra, coronados por unos discretos repuntes rítmicos que me dejan con ganas de más.
Más o menos me sucede lo mismo con “Forever You Forever Me” que siendo de ritmo menor es bastante pegadiza por su estribillo, al igual que la luminosa “Cuts Like a Diamond” que sube un escalón convirtiéndose en una de las destacadas por sus buenísimas voces y sus suaves guitarras dentro de una entrañable ingenuidad.
Otras de las que más me han convencido han sido el medio tiempo “What If You Were Wrong” sobresaliendo el trabajo de guitarras aliándose acústicas y eléctricas con suavidad y acierto creando un agradable sustrato para una embaucadora melodía vocal, la envolvente “Where Do I Run” también a ritmo medio aliñado con un sonido sureño de guitarras magnífico, la más lenta “Someone” que en clave west coast reúne buenos aportes instrumentales y vocales rematados con un solo de saxo, y la final “Love Is” romántica y dulce pieza casi recitada con bellos detalles acústicos.
Menos brillo he encontrado en cortes más pop como “You Dream I’ll Drive” a pesar de algunos buenos detalles instrumentales pero muy discontinuos, la balada “I’m An Island” agradable pero sosita, al igual que “Way Too Good” con más ritmo pero se me queda un poco hueca. En un término medio situaría “Who Speaks For Me” bien por su intención y por su mayor presencia de guitarras, pero peca de linealidad y reiteración.
Como decía disco bonito, agradable, con buen sonido, pero que si se escucha del tirón puede acabar aburriendo cual etapa llana del Tour, al menos a mí es lo que me ha sucedido.
Mariano Palomo

ANNIHILATOR "Feast"


(UDR-EMI / Avispa)

Desde que unieron sus fuerzas hace una década parece que el cantante y guitarrista Dave Padden y el alma mater de Annihilator Jeff Waters han encontrado la sintonía ideal para generar discos de buen nivel con cierta fluidez. Así, este “Feast” supone la quinta entrega en estudio creada por ambos, acompañados en cada una de ellas por distintos músicos para su base rítmica, cuando no han sido ellos mismos quienes se han hecho cargo de pare de ella.
En este nuevo trabajo nos encontramos nueve cortes de rotundo y preciso thrash metal, llenos de rabia y pegada, pero sin dejar de lado una notable técnica instrumental y compositiva que siempre ha sido parte del ADN de la banda canadiense. Temas acelerados y machacones como “Deadlock” que abre el CD con la potente y amenazante voz de Padden rasgando su clásica estructura thrasher acuchillada por unos riffs asesinos respondiendo a su bélico estribillo doblado, tan arrogante como claro. Continúan con “No Way Out” que a pesar de su comienzo calmado es igualmente contundente pero algo más ligera en su base rítmica, manteniendo una buena melodía de voz que corta su ritmo dejando retazos en los que lucen unos limpios aportes de guitarra de la mano de Waters.
Vuelven a pisar el acelerador con fuerza en “Smear Champaign” que va creciendo con su pegada speedica consiguiendo limpieza y rapidez con cierta gracia, que también tiene la más original “No Surrender” que sorprende inicialmente con rasgueos de guitarra y pulsaciones de bajo a ritmo funky que son bruscamente cortados por unos punzantes riffs y unos duros golpes de voz a largo de su dinámico desarrollo. Volviendo a tesituras más clásicas y previsibles en la agria pero nítida “Wrapped” en la que sus afiladas melodías de guitarra rompen con matizada dureza.
Después de tanta caña nos encontramos con un agradable remanso de tranquilidad de la mano de “Perfect Angel Eyes”, una lenta pieza electro-acústica que va creciendo en intensidad pero sin llegar a romper del todo, la clama antes de la tormenta. Una tormenta que se desencadena de nuevo sobre el ritmo cortado de “Demon Code” en el que el sonido distorsionado marca de la casa deja curiosos contrastes de partes duras y melódicas, para volver con un amago de suavidad en el delicado inicio de “Fight The World” con un bonito sonido de guitarra y piano que es roto violentamente por una machacona pegada arrollando con su ritmo frenético que galopa hasta ser atemperado por algunos detalles de bajo y por un notable solo de guitarra, pero que en cualquier caso seguramente provocará más de un pogo cuando sea interpretada en directo.
El cierre lo pone el tema más extenso del disco “One Falls Two Rise” que en sus ocho minutos y medio de duración va desde unos momentos iniciales lentos y baladescos, hasta otros ultra rápidos de riffs rasgados a lo Slayer, pasando por buenos matices de voz y guitarra para acabar de nuevo lenta, convirtiéndose en una de las composiciones más interesantes del trabajo.
Un buen lanzamiento en su conjunto este “Feast” que además en su edición limitada en ecobook contiene un CD extra a modo de recopilatorio con quince clásicos del grupo regrabados en 2012 (“Fun Palace”, “Alison Hell”, “King of the Kill”, “Never Neverland”, “Set The World On Fire”, “Refresh The Demon”…) por si alguno a estas alturas todavía no los conoce.
Mariano Palomo

lunes, 12 de agosto de 2013

WOLFPAKK "Cry Wolf"


(AFM / Avispa)

Dos años después de sorprendernos con “Wolfpakk”, Michael Voss (Casanova, Mad Max, Bonfire) y Mark Sweeney vuelven a la carga con la segunda entrega de este interesante y ya menos sorprendente proyecto. Manteniendo sonidos y estructuras más heavies de lo que es habitual en ellos con sus bandas de cabecera, consiguen de nuevo conjuntar junto a un selecto y nutrido grupo de colaboradores un puñado de buenas y variadas composiciones que pueden llegar a todo tipo de público, desde el más hard melódico al más clásicamente heavy.
Todo ello tremendamente trabajado y pulido de la mano del talento compositivo de Voss y Sweeney que se encargan de poner su voz en todos los temas alternando con los invitados, además de dejar un puñado de solos de guitarra el primero, creando ambientaciones y sonidos versátiles que redondean una decena de cortes originales más una sorpresiva versión de un clásico del heavy rock de siempre, en este caso una aligerada revisión de “Run With The Wolf” de Rainbow que sin ser tan rotunda como la original si resulta igualmente atractiva a pesar de chocar al principio al haber variado bastante tanto su cadencia rítmica como su estructura resultando más pomposa y dejando explayarse a uno de sus responsables primigenios, el teclista Tony Carey del que nos alegramos volver a saber de él ya que le teníamos bastante perdida la pista.
El inicio con “Moonlight” es bastante cañero pero a su vez muy melódico sucediéndose las voces de los dos padres de la criatura con la de Ralf Scheepers (Primal Fear) que deja su huella dentro de un sonido bastante épico cercano al de Avantasia, manteniéndose la potencia melódica pero con más crudeza en la sólida “A Matter of Time” que me recuerda bastante a los Crystal Ball de Sweeney con un Johnny Gioeli (Hardline) imperial subiendo tonos y con el señor Brian Tirchy (Whitesnake, Foreigner) rompiéndola en los tambores.
Se calma la tormenta con la tierna balada “Cold Winter” en la que la bella voz de Amanda Somerville contrasta con las principales acariciando sobre la melodía de teclados que nos regala Don Airey (Deep Purple, Rainbow, Gary Moore…) creando el momento más cálido y relajado del disco. Poco a poco vuelve a crecer el ritmo con la inquietante “Palace of Gold” pesada y densa con la participación a la voz de Tony Mills (Shy, TNT, Siam, Serpentine) más engolada y menos aguda de lo habitual.
Se dinamiza la historia con la veloz cercana al power “Beast In Me” con el gran Goran Edman (Yngwie, Nostradamus, Glory…) dejando constancia de su capacidad camaleónica capaz de llegar a tesituras duras y rotundas sin perder un ápice de clase y con Roland Grapow (Masterplan, Helloween) aportando un melódico y trabajado solo, para romper seguidamente con un pelotazo en forma de himno como es “Wakken” pegadiza a más no poder para ser cantada a grito pelado en directo, sobre todo en el mítico festival de Wacken al que está dedicada, siguiendo el ritmo marcado de nuevo por Tichy y con la voz de Piet Sielck entrando como un cuchillo en su clarísimo estribillo.
Continúan enganchándonos con la más hard “Pressure Down” en la que la voz de Doogie White se remarca dentro de un ritmo más pesado roto por su estribillo retador y por un discreto solo de guitarra de Voss, que cede el testigo en esta labor a Kee Marchello (Europe, Red Fun) que aporta originalidad y punzante energía al tema título “Cry Wolf” que se extiendo hasta los diez minutos con sonidos relajados, efectos lluviosos y partes narrativas en las que se abre camino con poderío sorprendiéndome gratamente la potente voz de Blaze Bayley (ex Iron Maiden, ex Wolfsbane) mostrando registros variados junto a los protagonistas principales dentro de los cambios de ambiente que propone la composición.
Se quedan solos en las voces Michael y Mark doblándose en las pesadas “Dark Revelation” muy a lo Shakra con unas punzantes guitarras que se clavan en su rítmica estructura, y “Kid Raw” más agria y descarnada en una onda también actual pero sin saturar, potente y sin excesivo brillo pero con el aliciente de la pegada seca y precisa del batería Herman Rarebell (ex Scorpions).
Muy buen trabajo una vez más de estas dos brillantes figuras del hard & heavy centroeuropeo que parecen querer dar continuidad a su vena más cañera.
Mariano Palomo

SINNER "Touch Of Sin 2"

(AFM / Avispa)

Al igual que hiciera recientemente con el disco en solitario de Mat Sinner “Back To The Bullet”, la discográfica alemana AFM pone ahora en circulación la reedición de un puñado de temas de la primera etapa ochentera de su banda matriz Sinner haciendo alusión en su título a “Touch Of Sin” uno de sus trabajos más aclamados publicado originalmente en 1985 al que han añadido un 2 para diferenciarlo de aquel. Este nuevo lanzamiento no se limita a una mera reedición, ya que los once temas originales recuperados (cinco de ellos del mencionado "Touch of Sin" junto a otros de "Danger Zone" (1984), "Comin' Out Fighting" (1986) y "Dangerous Charm" (1986)) que han sido regrabados recientemente están acompañados de tres cortes nuevos, y además se ha hecho un guiño a la portada primigenia del citado trabajo del 85 cambiando colores y disposición de la misma, pero manteniendo su sugerente mensaje.
Acompaña al bajista y cantante Mat Sinner una formación totalmente diferente a la que grabó los temas tres décadas atrás con su fiel Alex Beyrodt a la guitarra formando trío de hachas con Christof Leim y Alex Scholpp, completándose la base rítmica con el experimentado batería André Hilgers. Además dejan su calidad metiendo voces de manera esporádica David Readman (Pink Cream 69, Voodoo Circle), Eric Martenson (Eclipse, W.E.T.), Deigo Valdez (Helker) y Tom Nauman (ex Primal Fear).
Todos ellos, con la inestimable labor de Achim Köhler a los mandos técnicos en la mezcla, consiguen que el disco suene realmente bien, fresco, sólido, con cuerpo, y en absoluto falto de vigencia a pesar del paso del tiempo. Salpicado de temas hímnicos y pegadizos para ser cantados puño en alto como la inicial “Born To Rock” toda una declaración de principios sencilla y eficaz con una cadencia rítmica pesada a lo Accept que tiene pinta de funcionar muy bien en directo con su coreable estribillo arriba, al igual que la clarísima “Germany Rocks” que bien podría ser continuación lógica de la anterior, repitiendo fórmula en la cabalgante de guitarras dobladas “Shout”, y en menor medida la más cruda “Lost in a Minute” cortada por afilados riffs y algo reiterativa en su estribillo.
Sin perder intensidad encontramos elementos más dinámicos en “Commin’ Out Fighting” en la que el bajo se marca sobremanera creando un inquietante sonido roto por su potente melodía vocal, o en la punzante “Danger Zone” enriquecida con dibujos de guitarra creando interesantes contrastes con sus graves golpes de voz, mientras que “Knife In My Heart” tiene un toque más hard a base de versátiles aportes de guitarra que arropan la embaucadora y profunda voz de Mat a medio tiempo, manteniendo esa línea pero con mayor ritmo en la currada y directa “Concrete Jungle”.
Rozan el power a lo Running Wild en la más machacona “Emerald” con mayor distorsión en sus guitarras cabalgando de nuevo sobre sus mástiles, adornándose más en la reiterada y sencilla “Masquerade”, para brillar más aún a lo Thin Lizzy en la pegadiza “Bad Girl” que engancha con su tremendo estribillo que recuerda irremediablemente a la legendaria banda irlandesa.
Una referencia al sonido y al legado de Phil Lynott y compañía que se refrenda más aun en dos de los temas nuevos que se incluyen para la ocasión. Una obvia “Don’t Believe a Word” revisada manteniendo la letra original del mito dublinés pero acelerando un poco su ritmo y modificando su melodía vocal quedando bastante bien, más heavy por sus guitarras pero manteniendo el feelin’. La otra la encontramos sobre todo en los cruces de guitarras de “Blood On The Sand” rematadas con un punto épico en su afilado solo que se incrusta en una melódica sucesión de voces coreadas haciéndola de lo más atractivo.
El cierre en clave más heavy metalera lo pone el último de los temas nuevos, la potente “Lost In The City” un corte claro y duro con afiladas guitarras y estribillo arrastrado muy Primal Fear que completa un compendio de referencias y sonidos que hacen de este “Touch Of Sin 2”, como sucedió con “Back To The Bullet”, un atractivo y acertado lanzamiento tanto para los que ya conocían el material original como para los que lo descubren ahora de la mano de este reflote.
Mariano Palomo