viernes, 8 de agosto de 2008

ICED EARTH “The Crucible Of Man (Something Wicked Comes, Part 2)”

(SPV / Mastertrax)

Diez años después se cierra la historia conceptual “Something Wicked” que Mr. Schaffer ha completado con el aliciente añadido para algunos fans del grupo de la vuelta a la banda del vocalista Matt Barlow. Tras la edición hace unos meses a modo de aperitivo del maxi de tres temas “I Walk Among You”, ya podíamos imaginarnos por donde iban a ir los tiros, sonidos pomposos y grandilocuentes a base de coros, guitarras bastante saturadas, bases potentes y presentes, y la voz de Barlow que siempre me ha parecido más carismática y personal que realmente buena, de hecho me gusta bastante más la Tim Owens que parece algo gafado y marcado desde que tuvo la mala suerte participar en la peor etapa creativa de los Judas, algo de lo que evidentemente él no tenía ninguna culpa. Con todos estos ingredientes nos encontramos con un disco ortodoxamente conceptual, algo siempre arriesgado y que en este caso cae un tanto en la monotonía y falta de matices, a pesar del indudable trabajo de elaboración que este tipo de obras requieren. Se abre con la intro lírica “In Sacred Flames” seguida por la pesada “Behold The Wicked Child” en la que destacan las voces corales épicas, algo que será protagonista a lo largo de buena parte del trabajo. Con “Minions Of The Watch” sigue la atmósfera pesada, más oscura aun en un tempo más lento, para acelerar con la agresiva “The Revealing” en la que marcan un ritmo más limpio con la buena pegada del batería Brent Smedley que ocupa su buena cuota de sonido en toda el disco. Se relajan en un principio con “A Gift Or A Curse” con guitarras acústicas y voces profundas con ecos sobre unos originales arreglos de percusión, para romper en su parte central metiendo unos ásperos riffs y un buen solo de Schaffer, volviendo a caer al final del tema que pasa por ser de lo más rescatable del CD. La agresividad, marca de la casa, vuelve con “Crown Of The Fallen” y “The Dimension Gauntlet” que forman prácticamente un único tema, inicialmente seca y plomiza para intensificarse su crudeza al final a base de redobles marcados y voces misteriosas en segundo plano. Llegamos al único tema de este larga duración que aparecía en el EP de anticipo antes referido, se trata de “I Walk Alone” que no me dijo demasiado en su momento y ahora sigue sin decírmelo, demasiado densa a pesar de la calidad una vez más de su percusión. Mejora la historia con la más pausada “Harbinger Of Fate”, con la atormentada voz de Barlow que llena de misterio a lo Queensryche su inicio para desgarrarse con las afiladas guitarras de Schaffer y del segundo hacha Troy Seele, contrastando con sus arreglos acústicos y envolventes coros. Las dos siguientes “Crucify The King” y “Sacrifical Kingdoms” vuelven a la oscuridad y los ritmos más monocordes, aun con esos aires épicos de las voces a lo Blind Guardian de la primera, y con la limpieza de las guitarras de la segunda. El ambiente épico sigue presente en “Something Wicked (Part 3)” que mejora un poco por su afilado cambio de ritmo central, pero sin mejorar demasiado, para endurecerse y acelerarse en la cañera “Divide And Devour” que roza el thrash con su machacones riffs, contrarrestados por sus coros más melódicos. Unas voces melódicas, dentro de lo que cabe, que continúan con “Come What May” de aires marciales sobre todo en los coros y en sus arreglos orquestales. El cierre definitivo lo pone, como su nombre indica, “Epilogue” creando un ambiente triste con sonidos de chelos y percusión suave. Como decía al inicio, un disco que seguro que tiene mucho curro, pero que se me hace muy cuesta arriba escuchar de una sentada y del que cuesta sacar cortes aislados. Prefiero los discos más directos en este tipo de estilo más contundente.
Mariano Palomo

H.E.A.T “Heat”

(Stormbox Records)

Sí, ya sé que no debería sorprenderme tanto, pero me sigue maravillando la enorme calidad y el talento de tantas y tantas formaciones nuevas o semidesconocidas de rock escandinavo. Sin duda de allí nos llegan los grupos más excitantes del panorama actual. Hablamos de Wig Wam, The Poodles, Brother Firetribe, Leverage y la última sensación del momento; H.E.A.T. El hard rock y el rock melódico escandinavo están de enhorabuena. Con formaciones tan recordadas como Treat, Europe, Fate, TNT o Return tienen ahora dignísimos herederos. Pero hablemos de H.E.A.T. Son suecos, y rescatan con talento y clase la atmósfera melódica de los 80. Es increíble, pero suenan a veces como Treat, otras como a Giant o Europe. Es como si escucharas un clásico de esta época, pero con la frescura, los arreglos y la producción del 2008. Alucinante. H.E.A.T son un grupo de jovencitos que sacuden el mercado del rock. No reniegan de sus influencias, las aprovechan y las adaptan a su estilo, les dan un toque personal. Suenan a clásicos, y de los buenos. Lo tienen todo. Un buen vocalista como Kenny Leckremo, finas guitarras con Dave Delane y Eric Rivers, buenos y melódicos coros y una gran base de teclados con Jona Tee al frente. Si estuvieran a finales de los 80 cualquier multinacional apostaría fuertemente por ellos. El disco no puede empezar mejor con “There For You” y “Never Let Go”, dos temazos, muy hit singles que te atrapan a la primera escucha. Cortes en la línea de aquellos de Europe o Treat que no podías apartar de tu cabeza. Seguimos, “Keep on Dreaming” es buenísima, llena de coros, intensidad y melodía. “Follow Me” y “Straight For The Heart” son muy bombásticas e intensas. No podía faltar la balada, “Cry”, que merece la pena, pero no es la mejor canción del disco. Finalmente, "Feel It Again" y "Bring The Star" cierran de modo brillante el trabajo. Pocas veces un disco y un grupo novel me habían gustado tanto. Un discazo este de H.E.AT, que destila aromas del pasado.
Jesús “Nono” García

GYPSY ROSE “Another World”

(Escape Music)

Lo primero es situar a estos Gypsy Rose. Se tratan de la formación escandinava, liderada por el guitarrista y compositor Martin Kronlund, que ya tenían un disco publicado en el mercado hace ya un par de años. Nada que ver con los Gypsy Rose canadienses y su maravilloso y recordado “Pray”. Bien, los Gypsy Rose suecos han publicado un notable disco de hard rock que cuenta con David Reece (ex Bangalore Choir, Accept) como nuevo vocalista. Personalmente, David Reece es un cantante de rock que me gusta. Dotado de una voz muy personal, sus registros vocales se adaptan muy bien al hard. Martin Kronlund, el líder de Gypsy Rose lo sabe, y ha compuesto y arreglado todos los temas adaptándolos a la garganta de David Reece. El resultado es “Another World”, un disco excitante que recupera el hard rock USA de los 90 aderezado con las melodías del hard melódico escandinavo. “Another World” abre fuego con la poderosa “Final Call”, un tema cercano al metal melódico donde Reece se muestra pletórico de voz. Le sigue “Nothing Really Matters”, más intensa y dramática, más atemperada. “Angels” y “When I Call Your Name” cuentan con poderosos coros y finas guitarras, y se mueven más en la onda de Bangalore Choir. Seguimos con “Don´t Look Back”, para mi el mejor tema del disco, llena de pasión en la voz de David Reece, muy bombástica y pegadiza. Otra canción a tener en cuenta es “A Little Ain´t Enough”, con mayor protagonismo de los teclados y la melodía, más europea. Finalmente, cortes como “Liar” o “Hellhammer “no pierden intensidad, y confirman la perfecta mezcla entre el hard rock USA y el escandinavo. “Another World” supone dos cosas: la confirmación y la buena línea de Gypsy Rose como grupo a tener en cuenta y la vuelta de David Reece al escaparate musical. Un disco muy superior a su álbum debut.
Jesús “Nono” García

jueves, 7 de agosto de 2008

MOTORHEAD “Motorizer”

(SPV / Mastertrax)

Lo de Motorhead es como una especie de guerrilla del rock, atacan cuando menos te lo esperas, sin que apenas nadie se lo espere de repente te encuentras con un nuevo trabajo suyo en la calle, que una vez más acaba arrasando sin hacer prisioneros. Eso es exactamente lo que sucederá el próximo 1 de septiembre cuando se ponga en circulación este “Motorizer” en el que volvemos a encontrar todos y cada uno de los elementos que cualquier seguidor del trío puede y quiere esperar: garra, arrogancia, mala leche, rock & roll, ritmo, contundencia,... en fin Motorhead. Además en esta ocasión han vuelto a sacarle un fantástico y limpísimo sonido a los once variados temas que componen el trabajo y en el que distinguimos perfectamente la labor de cada uno de los protagonistas de los mismos. Evidentemente y como no podía ser de otra manera, Lemmy sigue siendo el jefe, con su inconfundible voz y con una labor con su bajo más que notable y mucho más trabajada de lo que pudiera parecer en primera instancia, pero perfectamente secundado por un Phil Campbell que cada vez me convence más con su guitarra, y con el loco Mikkey Dee que sigue reafirmándose como uno de los mejores baterías del mundo. Se abren los cuarenta minutos de descarga del trabajo con la áspera y rotunda “Roundaround Man” en la que saturan un poco con sonidos algo más actuales, con buena presencia compartida de bajo y guitarra y con la voz de Lemmy en su versión más cabreada. Se le pasa un poco el cabreo en “Teach You How To Sign The Blues”, que aunque no tiene nada de blues, sí es más rockera y vacilona, con guitarras más limpias con el bajo ejerciendo prácticamente de rítmica y rematada por un buen solo de Campbell. Aunque para rockera y clara “English Rose” con su ritmo dinámico y pegadizo, con una guitarra muy Young y con un estribillo claro y enganchante que me hace moverme sin remedio y que, a la postre, es mi favorita del disco junto a la más clásica con remisniscencias Thin Lizzy en sus guitarras “Back On The Chain” en la que la voz de Lemmy se rompe menos para hacerse más profunda. En onda algo más cercana al R&B o al rock sureño, nos encontramos con “One Short Life”, que se me hace más pesada y monótona, aunque se arregla un poco con otro afilado solo de Campbell. Hay otros temas más pesados marca de la casa: la bélica “When The Eagle Screrams” con mínimo discurso inicial en castellano que habla de conflictos religiosos y que nos lleva a un tema rotundo que habla de campos de batalla, dentro de un ritmo más pesado y machacón; “Heroes” con una estructura más heavy cercana a sus colegas Saxon y donde aparece menos forzada y apoyada por ecos que le dan un aire épico, de nuevo sobre las buenas guitarras de Phil Campbell; y la final “The Thousand Names Of God” con su coros directos en la estrofa sobre una rotunda base en la que sobresale la pegada del gran Mikkey Dee y el ritmo marca de la casa a lo “Orgasmatron”. La vena más macarra y acelerada sale a relucir en “Time Is Right” con sus marcados ritmos y la voz aguardentosa de Lemmy acompañando su buen y directo estribillo, al igual que en la más agresiva “Buried Alive” tan sencilla como efectiva. Probablemente muchos pensaréis que no aportan nada nuevo, que son siempre lo mismo, que otro disco más de los más de veinte que tiene la banda, pero nunca está de mal echárselos al oído, y os aseguro, sin ser un fan acérrimo del grupo, que el día que dejen de sacar discos y sobre todo de tocar en directo les vamos a echar de menos.
Mariano Palomo

CROWNLESS “Demo 2008”

(www.crownless.es - www.myspace.com/crownlessband)

Tras una nutrida trayectoria de directos, muchos de ellos propiciados por sus éxitos en distintos concursos musicales de nivel nacional (Moralrock, Granito Rock, Pasión Rock, Rivas), llega a nuestras manos la primera demo de estos madrileños llamados Crownless. Una banda que ya me convenció bastante en directo el pasado año en Villalba, y que ahora con esta demo de cinco temas más intro, remata la faena de manera brillante con su dark power metal como ellos mismos lo denominan de forma acertada. Aunque en este disco (por presentación, sonido y calidad general me resisto a llamarlo maqueta aunque ellos mismos la hayan titulado como "Demo 2008") encontramos más cosas, más matices sobre una base de sonido que se ajusta bastante a la definición anterior. Combinan acertadamente potencia y lirismo, con un notable nivel instrumental y vocal, que da más brillo si cabe a unas trabajadas y pulidas composiciones, rematadas por una muy buena producción a cargo del propio grupo con el guitarrista Jorge Escudero a la cabeza, que además, sin desmerecer al resto de la banda, destaca por encima de sus compañeros. En cuanto a los temas, más variedad de la que pudiera dar a entender un grupo novel y dentro de un estilo bastante trillado. Tras la referida “Intro” atacan con la potente y oscura “Freak Garden” en la que la ambientación gótica se hace presente para rodear los contrastes vocales de la lírica voz de Vanessa Ramírez y la gutural del bajista Sergio Mena, y con algún toque más moderno en algunos arreglos cibernéticos acompañando a sus buenos coros. Con “Night Crawler” se ponen algo más heavies y directos, con un ritmo más alegre marcado por el bajo Sergio y la batería de Pablo Bazán para dar solidez a los duelos de teclas de Pablo Sánchez y de guitarras de Jorge, que se repiten a lo largo del trabajo, para darle aun más empaque. Las tesituras más power marcan “Oceans Of Sorrow” con un inicio casi monacal a base de coros, piano, flautas y violines, para romper al más puro estilo de los primeros Nightwish con las telcas como protagonista, de nuevo con los contrastes de voces de Vanessa y Sergio, y con un tremendo solo de guitarra de Jorge. Por la misma línea, aunque algo más heavy, se mueve “Touch The Sky” con guitarras poderosas, estribillo claro e interludios líricos, y de nuevo con un intenso duelo de teclas y guitarra. El cierre a modo de curiosidad lo pone la breve “El Angel De Los Sueños”, único tema en español del disco, en clave acústica-medieval y donde la voz de Vanessa alcanza sus máximas cotas de lirismo, creando un ambiente bucólico junto a sus arreglos de flautas y guitarras acústicas. En definitiva una brillante primera entrega de esta banda que, al menos en estos temas, demuestran que son bastante más que unos imitadores más de Nightwish, y que si siguen progresando pueden dar mucho que hablar en el futuro.
Mariano Palomo