martes, 29 de enero de 2013

DELYRIÜM “Quaerens Utopiam”

(Molusco Producciones / Pegada Brutal)

Desde tierras manchegas llega a nuestras manos “Quaerens Utopiam” primer trabajo del quinteto albaceteño Delyriüm, que tras seis años de trayectoria nos ofrecen un interesante compendio de sonidos progresivos creados con intensidad y notable nivel técnico para conformar esta su primera entrega oficial. Una obra dividida en diez cortes, los seis primeros con sus textos independientes en español, precedidos por la instrumental que lo abre dándole título, y los tres últimos formando la trilogía “Forgotten Words” con sus letras en inglés, dando idea de la versatilidad del combo.
Repasando los nombres de los componentes de la banda, llama la atención el de Roberto Cappa (batería ex de Anima Sola y conocido sobre todo por su labor en Dark Moor desde hace un lustro), que en este proyecto también deja constancia de su alto nivel como percusionista. El resto de los músicos, sin tener el currículum de Roberto están a una buena altura y en algunos casos también tienen experiencia con otras bandas, como en el caso del guitarrista Art Rodríguez (también ex Anima Sola) o del bajista Javier Palacios (ex Niobeth y ex Centinela). Se completa la formación con el teclista y arreglista Pablo Sancha y con el vocalista Juan Antonio Camacho, muy buenos descubrimientos ambos.
Como decía el disco se abre con la instrumental “Quaerens Utopia” que ya nos indica claramente por donde van a ir los tiros, metal progresivo bien elaborado en el que melodía y contundencia maridan con acierto dentro de una nítida y precisa ejecución. Con “Tu Voluntad” se acelera el ritmo y se crea una atmósfera misteriosa con unos arreglos orquestales que tendrán protagonismo y brillo a lo largo del CD, pero sin restar nada de dureza a los riffs punzantes de Art ni a la rotunda pegada de Roberto, mientras que Juan Antonio empieza a dejar constancia de su valía vocal.
Sigue esta onda marcadamente progresiva pero más relajada con “Erase Una Vez” en la que los acordes de guitarra y los teclados envuelven una buena melodía de voz creando ambientes evocadores de cuento como bien indica su título, volviendo a terrenos algo más cañeros con la tremenda “Al Final del Laberinto” en el que nombres como los de Symphony X o Dream Theater aparecen como claras referencias alternando partes muy melódicas con otras mucho más contundentes, con mucho protagonismo de percusión y teclados.
Nuevo momento relajado para dejarnos una preciosa pieza lenta como “Nunca Jamás” en la que brilla con luz propia la voz de Juan Antonio, profunda y apasionada, prácticamente relatando sobre una suave instrumentación que se endurece sin necesidad de aumentar de ritmo pero con tremenda solidez y preciosismo, sobre todo en el solo de guitarra de Art, recordándome un poco a unos Stravaganzza pero menos dramáticos. Un dramatismo que se acentúa en la oscura “El Vuelo del Alma” con unos arreglos orquestales y corales más góticos, junto a una voz más engolada que recuerda al propio Leo Jiménez, dentro de una trabajada composición enriquecida por sus matices y cambios de ritmo desarrollando unas notables melodías tanto instrumentales como vocales, cerrándose la primera parte del disco en la misma línea con la intrigante y descarnada “Sin Mirar Atrás”.
La segunda parte corresponde a la trilogía “Forgotten Words”, que se inicia con “At The Boudaries of Oblivion”, la composición más extensa del trabajo que en sus más de once minutos de duración desarrolla todo el potencial del grupo alternando sonidos duros, pesados, góticos y agresivos incluso en algunos riffs y partes vocales, con relajadas ambientaciones sinfónicas a base de piano y guitarras suaves para envolver su apocalíptica historia, a todo esto con Juan Antonio defendiéndose muy bien con el inglés apoyado por la lírica voz de Miriam Arnouk que aporta un matiz más al tema dejándose notar más que en los otros dos en los que interviene ("Erase Una Vez" y "El Vuelo Del Alma").
Los otros dos temas de la trilogía no se quedan atrás ni en duración, más de ocho minutos cada uno, ni en calidad. El que le da título “Forgotten Words” resulta más orgánico, con una ambientación y onírica que envuelve la exuberancia instrumental que contiene de nuevo con los grandes del progresivo como referentes evidentes, al igual que en la más teatral “Where Hearts Roam to Rot”, que comienza avasalladora para ir relajándose u oscureciéndose según el momento con unas voces casi guturales salpicando una melodía principal algo angustiosa que va cambiando junto a ritmos y atmósferas.
La verdad es que para tratarse de una ópera prima, y más aun dentro de un género tan complejo como el progresivo, creo que los chicos de Delyriüm pasan el examen con muy buena nota demostrando, una vez más, que no hay que irse tan lejos para encontrar trabajos de gran calidad. Tendremos ocasión de ver su valía en directo el próximo día 2 de febrero en la sala Caracol de Madrid abriendo para Gauntlet, ya os contaremos si mantienen el nivel fuera del estudio.
Mariano Palomo

lunes, 28 de enero de 2013

ZENOBIA “Armageddon”


(Yarhibol Records)

Menudo discazo. Los que ya conocíamos a esta banda riojana y a sus dos excelentes primeros trabajos, “Luchando Hasta El Final” y “Alma De Fuego”, podemos estar bien tranquilos. Más de lo mismo. No se han metido en experimentos, siguen con su heavy metal sin complicaciones, temas rápidos y directos en torno a los cuatro minutos, y unos geniales y poderosos estribillos ideales para los conciertos. Son en total diez cortes más la intro, y el gran nivel general de todas las canciones, en las que no logramos encontrar ninguna de relleno, hacen que resulte muy difícil destacar unas sobre otras.
Las letras son variadas. Algunas a primera vista parecen tipo dragones y mazmorras pero también pueden ofrecer otras interpretaciones, como “La Legión Infernal”, “Armageddon”, “Tu Oscura Tentación” o “La Maldición”. Algunas claramente aluden a experiencias personales como “Lengua De Serpiente” “Tu Valor” o la balada “Vuelve”. Otras son simples cantos de fidelidad al Heavy Metal, como “Mi Alma Es Tempestad”, “Unidos Por El Metal” o el medio tiempo “Si Dejas Que Viva En Ti”.
Ya he dicho que es muy difícil decir cuáles son las mejores composiciones, pero personalmente quizá me ha llamado la atención “Mi Alma Es Tempestad” porque me ha recordado a los no menos geniales Valhalla. Y supongo que también habría que destacar el himno “Unidos Por El Metal”, que casi seguro quedará fijo en el repertorio en directo de Zenobia.
Sólo podemos pedir a Jorge, Luis, Dan y Javi que sigan así. Ya veis lo poco que os cuesta seguir teniendo a vuestros seguidores bien contentos.
Nacho Jordán

NATRIBU “Camino”

(CD Music)
De tierras canarias nos llega el disco de debut de esta banda con chica al frente. Natribu son Chapi Solla a la voz, Jorge Brito en la guitarra, Juanma Ávila al bajo y Alejandro González en la batería. Podemos decir que se trata de un grupo de heavy metal, pero con influencias de otros estilos.
Nos presentan once canciones, aunque sería más exacto decir diez más una extra, pues “Canción De Cuna”, que además es la que han elegido para el vídeo-clip, viene repetida, en eléctrico y en versión acústica, que es la que cierra el trabajo.
En general no están mal, pero al escuchar el disco corte a corte te vas dando cuenta de que aún les falta un cierto gancho a las canciones, algo que marque la diferencia entre haber escuchado un CD bueno, pero uno más, y uno que te deje la sensación de que has dado con un trabajo realmente memorable.
Tratando de poner palabras a la sensación que nos deja este “Camino”, me da la impresión de que los músicos de Natribu no han elegido el estilo más acorde con ellos mismos. Casi me atrevería a afirmar que con sus letras, que son mayoritariamente de denuncia social, y con la voz poderosa pero sin ápice de melodía de Chapi, estarían más cómodos si directamente se dedicaran al rock urbano. No deja de ser mi opinión personal y sin duda habrá quien no esté de acuerdo.
En resumen, lo mejor es que cada uno lo escuche y saque sus propias conclusiones. Como ya he dicho, aunque no me ha llenado es un buen disco, y no deja de ser su primera obra, lo normal es ir mejorando con el paso del tiempo.
Nacho Jordán

viernes, 25 de enero de 2013

ALHANDAL “Rotta”

(Mox Recods / CD Music)

El final del 2012 nos trajo el que para mi gusto ha sido uno de los mejores trabajos del año pasado aunque realmente tendrá recorrido y repercusión en este 2013. Un disco este “Rotta” que reafirma una vez más el tremendo potencial creativo de los malagueños Alhandal, capaces de completar un obra conceptual impresionante, llena de matices, colores y formas en la que todos los miembros del grupo aportan su talento y nivel técnico al servicio de una idea global compacta y versátil.
Con una base sinfónico-progresiva, complementada por otros elementos que agrandan la magnitud de las composiciones, el sexteto andaluz acompañado de algunos invitados de lujo, desarrolla la tormentosa historia creada por el guitarrista Joz Zagalaz a nivel musical, por Miguel Angel de la Linde a nivel literario, y por el ilustrador Fernando Nanderas a nivel gráfico. Dividida en dos CDs de diez cortes cada uno, alternan pequeñas piezas a modo de intros o interludios con otras de duración más estándar, hasta llegar a las más extensas, todas ellas perfectamente ensambladas para dar sentido al intrincado conjunto de sonidos, matices y situaciones que lo componen.
Como toda historia conceptual tiene sus personajes, con un protagonista principal en la figura de Jacob, un joven afectado de parálisis cerebral alrededor de cuya carta póstuma a su madre giran los acontecimientos, acompañado por su pareja, Danae, a la que pone voz la maravillosa Gema Vau, y por el Doctor Carter, encarnado por Angel San Juan (Tierra Santa), participando ambos en los momentos precisos. Se completan las colaboraciones con el locutor Silvio Bergamini, el percusionista Coki Jiménez, el violonchelista Virgilio Meléndez, la violinista Verónika Nahapetyan, y el oboísta José Alcántara Infante.
Aparte de todos los citados, creo que era de justicia hacerlo ya que todos ellos dejan su sello, hay que hablar obviamente del nivelazo de todos y cada uno de los miembros del grupo. Las guitarras de Fran Benitez y Jon Zagalaz se intercalan con clase y poderío, Francisco G. Nieto al bajo y Carlos Núñez a la batería aportan una solidez y versatilidad tremendas, los teclados de Hugo Martín crean atmósferas y efectos que envuelven o sobresalen según el momento, y por supuesto Yiyi Vega sigue confirmándose como uno de los vocalistas más interesantes y originales del panorama nacional, capaz de acariciar con suavidad o de atacar con determinación, complementándose perfectamente su voz con los registros aportados por Gema y Angel. Tampoco quiero olvidarme del gran trabajo de producción y masterización de Javi San Martín (Sátira) junto al propio Jon, en los estudios Sonido XXI.
Es complicado entender los temas por separado, ya que todos y cada uno de ellos se enlazan dentro del conjunto, por lo que empezaremos a desgranarlo desde el principio. Comienza la historia de forma muy pausada con las breves “Céfiro” y “Lettera I” a base de sonidos acústicos, piano y voz profunda, para enlazar con la instrumental “Memorandum” que se va endureciendo con unos punzantes riffs progresivos que contrastan con los bellos pasajes sinfónicos de piano sobre los que se desarrolla.
Llegamos a “El Velo Rasgado”, un corte en el que la alternancia de melodías teclas y guitarras brilla dentro de un misterioso ambiente salpicado de matices electrónicos mientras Yiyi sigue contando la historia de Jacob en primera persona dentro un ritmo tendido y asequible que tiene continuación en la más viva “Iris” donde la voz tremendamente melódica se dobla con originalidad con la de Gema apareciendo discretamente, para tomar mayor protagonismo en la hermosísima balada “Geminis Alpha” creando un espectacular dueto junto a Yiyi para dar vida a una preciosa letra amorosa.
Se rompe la tranquilidad momentáneamente con “Frenesí” más áspera y dura pero con una fantástica melodía de guitarras y teclados matizada por algunos efectos cibernéticos tan del agrado del grupo, bajando de nuevo el ritmo rotundamente con la delicada “Inuendo” en la que únicamente una suave guitarra española nos lleva a paisajes y escenarios llenos de paz, que desembocan en la entrañable “Danae” con la protagonista declarando su amor a Jacob en una breve narración en la voz de Gema llena de sensibilidad y dulzura, para que afloren las raíces andalusís del grupo con una maravillosa instrumentación a base de guitarra, percusión y piano llenos de embrujo y sinfonismo.
El final del primer CD lo pone la atormentada y extensa “La Rueca de Aracne”, creando una ambientación sombría con una voz de Yiyi más agria e inquietante entrando en diálogo con la de Angel para acabar en clave de discusión con la de Gema, encajando dentro una estructura progresiva en la que se desarrolla con técnica e intensidad para cerrar este capítulo.
El segundo CD se abre también de forma relajada con una breve y estremecedora “Lettera II” que enlaza con la insinuante “La Senda de Baal” que va envolviendo con sinfonismo y grandes melodías de voz, para acelerarse y “progresivizarse” en la compleja y algo angustiosa “La Danza de la Falcata” donde sonidos electrónicos, robotizados, acústicos, crudos y melódicos van dándola forma creando uno de los temas más interesantes del disco.
Se recupera el diálogo Yiyi (Jacob) – Gema (Danae) reprochándole ésta su actitud celosa y soberbia al primero que con su voz susurrante y expresiva, acompañado por una suave acústica, deja su reflexión atormentada creando una ambientación emotiva y bella redondeada por un precioso solo eléctrico. Vuelve a endurecerse el sonido con la profunda y afilada “Llanuras Abisales”, con la voz de Angel entrando en su parte final acelerando e intensificando su ritmo y melodía iniciales con un dinamismo que se prolonga la más asequible “El Vórtice” en la que los sonidos progresivos aparecen más dulcificados.
Nuevo punto de inflexión con otro corte extenso “Géminis Omega” que comienza lento y acústico para ir cogiendo ritmo pero sin llegar a acelerar proponiendo una atmósfera intensa pero relajada con unos elegantísimos detalles instrumentales tanto de guitarra como de percusión, transmitiendo una tranquilidad que se torna en espiritualidad en la preciosista “La Morada de Sidharta” y en la melancólica instrumental “Sit Tibi Terra Lebis” donde se dejan notar los aportes de los instrumentos de cuerda. Llegamos al cierre con “Lettera III”, poniendo punto final a la epístola con la personal voz de Yiyi narrando su experiencia vital a modo de despedida respondida en un tono más positivo y grave por Silvio Bergamini, todo dentro de un bonito fondo instrumental en la que la guitarra parece llorar dándole un toque tan bello como angustioso.
Una vez expuesto todo esto poco más queda por añadir, simplemente recomendaros que reservéis un par de horitas para poder disfrutar y diseccionar como se merece de esta auténtica obra de arte, y esperar que pronoto podamos verla llevada al directo para vivirla con más intensidad si cabe.
Mariano Palomo

miércoles, 23 de enero de 2013

JORN “Symphonic”

(Frontiers / Mastertrax)

Parece que el señor Lande ha querido darse un homenaje a sí mismo recuperando algunos de sus temas para arreglarlos con elementos orquestales clásicos ofreciéndoles con otro color y texturas distintas a las habituales. Habrá quien piense que podría haberse ahorrado la tarea viendo en este lanzamiento algo de oportunismo, ya que las composiciones originales son lo suficientemente buenas como para retocarlas, pero a la vista del resultado obtenido creo que estamos ante un notable trabajo que aporta nuevos matices enriqueciendo dichos temas, unos más que otros lógicamente, completando un disco muy interesante.
Entre los más destacados me quedo con “The World I See” con un punto terrorífico muy melódico pero duro en las guitarras de Jimmy Iversen y Tore Moren, y en la descarnada voz de Jorn vagando dentro de su sombría ambientación orquestal, con la rockera y resultona “Burn Your Flame” con la base muy dinámica marcada por el bajista Nic Angileri y sobre todo por el batería Willy Bendiksen que destaca a lo largo y ancho de la obra, o con la delicada “My Road” que sin llegar a los tres minutos de duración supone una exhibición de sentimiento total con la voz de Lande a flor de piel sobre una suave orquestación.
En el mismo nivel de los anteriores podría situar cortes como las embaucadoras “Black Morning” y “Behind The Clown” absolutamente deliciosas, destilando esencia Coverdale sobre todo la primera, adornando sus arreglos de cuerda la apasionada voz de Jorn casi desnuda, contrastando con la teatralidad de “Vision Eyes” llena de detalles grandilocuentes rematados por un virtuoso solo de guitarra algo progresivo, de la poderosa y envolvente “War Of The World”, o de la extensa “A Thousand Cuts” igualmente dramatizada por una orquestación muy presente pero suavizada respecto a la original de su anterior disco “Bring Heavy Rock To The Land” que copa la mitad del listado de temas.
Un poco por debajo situaría la épica “I Came To Rock” emotiva pero más densa, como lo son la oscura y rasgada “Like Stone In Water”, y la lineal “Man Of The Dark” donde brillan más las guitarras que la orquestación limitándose prácticamente a discretos detalles de teclados.
Dejo para el final los temas ajenos, bueno, el primero de ellos no tanto, ya que se trata de una revisión de “Time To Be King” el tema que daba título al último disco de Masterplan apareciendo también en el citado “Bring Heavy Rock To The Land”, y que en esta nueva versión resulta bastante bien con mayores reminiscencias Dio-Sabbath. Esas referencias a los padres del Heavy Metal aparecen en las dos versiones que completan el CD a modo de tributo. Primero con una fantástica y apasionada “The Mob Rules” (que ya apareció como tema extra en la edición japonesa del último disco de Jorn) a la que su orquestación no resta un ápice de rotundidad aportando un original barniz sinfónico en el que Jorn, Moren e Iversen brillan con fuerza. No se quedan atrás con la reencarnación de “Rock n Roll Children”, donde el añorado Ronnie James Dio es homenajeado como merece creando una espectacular pieza, que no desmerece en absoluto a un tema tan grande como el que aparecía en el fantástico “Sacred Heart”.
Lo dicho, seguramente Jorn puede resultar demasiado reiterativo en sus lanzamientos, quizá parezca que adolece de falta de creatividad, pero que queréis que os diga, a mi escuchar este disco me ha resultado de lo más agradable y entretenido.
Mariano Palomo

PINK CREAM 69 “Ceremonial”

(Frontiers / Mastertrax)

Esperaba con ganas el nuevo disco de Pink Cream 69, una de mis bandas favoritas dentro del hard rock europeo, que llevaban nada menos que seis años sin publicar material nuevo desde que lanzaran el notable “In10sity” en 2007, directo y DVD mediantes. Salvando la etapa de transición a mediados de los noventa, con la salida del grupo de Andy Deris y la incorporación del más que consolidado David Readman, siempre me ha gustado todo lo que han hecho, con ese sonido tan potente y melódico capaz de crear temas memorables dentro de excelentes álbumes como “One Size Fits All”, “Electrified”, “Sonic Dynamite” o “Thunderdome”. Y no sé si por ese listón tan alto que siempre han puesto, por el excesivo tiempo de espera, o por la hiperactividad creativa de su pilar básico, el bajista y productor Dennis Ward, pero el caso es que esperaba más de este “Ceremonial”.
No es que el disco suene mal, a estas alturas creo que sería casi imposible, ni que esté mal construido, en absoluto, pero echo en falta mayor inmediatez y capacidad de enganche, encuentro sus composiciones más densas y rebuscadas que de costumbre, manteniendo un gran nivel instrumental pero, en general, sin la brillantez y dinamismo habituales, es preciso detenerse unas cuantas escuchas para acabar cogiéndole el punto. Eso sí, el señor Readman sigue reafirmándose día a día como uno de los mejores vocalistas del panorama actual, magnífica exposición de recursos y registros vocales la que deja en este trabajo.
El comienzo con “Land of Confussion” que sin estar mal tarda en entrar, podría ser una buena muestra del nivel medio de los temas, melódico, con buen trabajo vocal sobre todo en el estribillo, pero sin mucho ritmo, aunque a base de machacarla ha terminado por convencerme. Mucho más directas y dinámicas son la sencilla “Wasted Years” entrando con claridad con su ritmo alegre y sencillo salpicado de buenas melodías de voz y guitarra de Uwe Reitenauer y Alfred Koffler, las más actuales “Special” y “Superman” rompiendo con sus rotundos estribillos resultando muy pegadizas, al igual que la más dura e intensa “Big Machine” que seduce con su melodía vocal con efectividad y potencia dejando en algunos pasajes de guitarra aromas Whitesnake, como sucede en el precioso medio tiempo “King For One Day” lleno de encanto coverdeliano.
Se mantiene la intensidad aunque un tono más tranquilo en el acompasado medio tiempo “Right From Wrong” con un sonido de guitarras clásico, algo western, lo suficientemente sucio como para resultar atractivo, como lo es la animada “I Came To Rock” descarada y efectiva, pero creo que podrían haberla dado una vuelta de rosca más, un punto más de solidez, quizá porque la batería de Chris Schmidt no suena todo lo rotunda que debiera en mi opinión.
Baja bastante la calificación general con temas más discretos, como la densa “Let The Thunder Roll” que va ganando en ritmo por sus melodías vocales pero sin acabar de romper, la opaca “Find Your Soul” correcta en su construcción pero chirriante por sus arreglos actuales, que comparecen también en la atormentada “The Tide” con reminiscencias de los Harem Scarem intermedios, o en la taciturna “Passage of Time” que acaba por ser la más floja por su excesiva oscuridad a pesar de su solidez.
En conjunto acaba por ser un disco correcto que en una primera escucha me dejó muy frío, pero que dentro de mis preferencias acabará estando por encima de muchos de los lanzamientos de otras bandas contemporáneas, pero al menos un escalón por debajo de lo que nos tiene acostumbrados Pink Cream 69.
Mariano Palomo

CRASHDIET “The Savage Playground”

(Frontiers / Mastertrax)

Casi tres años después del lanzamiento de su anterior entrega “Generation Wild”, nos reencontramos con estos macarras suecos que vuelven con energías renovadas y por primera vez repitiendo en el puesto de vocalista en la figura de Simon Cruz. Un hecho este que da sensación de cierta estabilidad dentro de una banda bastante inestable en su trayectoria tras pasar por circunstancias tan trágicas como el suicidio de su frontman original Dave Leppard, con altibajos en su producción discográfica, pero siempre manteniendo una expectación tremenda a su alrededor.
Este nuevo trabajo supone un paso más en el endurecimiento del sonido del grupo, que sin olvidar su esencia melódica sleazy y descarada, sí que aporta mayor poderío a su base rítmica con Peter London (bajista) y Eric Young (batería) dejándose notar sobremanera junto a unos riffs cada vez más pesados y punzantes a cargo de un competente guitarrista como es el líder de la banda Martin Sweet. Por su parte Cruz matiza, desgarra o arrastra su voz con arrogancia según lo pida el momento, bien rodeado de los coros del resto del grupo que siguen siendo parte fundamental de sus composiciones.
Empezamos a apreciar ese punto más de dureza en la decadente, en el buen sentido, “Change The World”, que con su sonido algo sucio de guitarras nos arrastra dentro de una vorágine de riffs duros y coros descarados que aportan mayor equilibrio melódico, siempre con el toque sleazy marcado, acentuándose aun más todos estos elementos en la resultona “Cocaine Cowboys”, elegida como primer single con acierto por su capacidad de enganche dentro de su insinuante ritmo. Aunque como tema más directo me quedo con “Anarchy” liderado por un poderosísimo estribillo coreado en todo lo alto que hace que se meta en la cabeza sin remedio a la primera escucha, a todo esto dentro de una estructura y sonido más heavy con un excelente trabajo de guitarras a cargo de Sweet.
Levantan el pie del acelerador con la más relajada “California” dotada de cierto encanto por sus envolventes melodías de voz pero con escasa chispa, que recuperan con la más versátil de voces dobladas “Lickin’ Dog”, y en mayor medida con la dinámica “Circus” acelerando sobre sus potentes guitarras emboscando su estribillo bastante bien dentro de su sencillez, al igual que en la más dura “Sin City”, otra de las que más me ha llamado la atención recordándome a los mejores Skid Row con sus toques de percusión macarra y con la voz Cruz en su versión más áspera.
Continúa esa aspereza vocal aunque con menos brillo en la melódica “Got a Reason” en la que sin perder intensidad disminuyen la distorsión, recuperándola en buena medida con la pegadiza y callejera “Drinking With You” manteniendo un buen balance de melodía y energía, ensombreciéndose seguidamente en la densa “Snakes in Paradise” resultándome la más espesa del disco en un principio pero que ha terminado por convencerme algo más, al igual que la más extraña “Damage Kid” que dentro de su originalidad no entra a la primera por su cadencia más pesada pero tiene un curioso encanto que hace que acabe gustándome en mayor medida que otras como el melódico medio tiempo “Excited” que a pesar de sus buenas guitarras me resulta demasiado plana.
El sorprendente cierre lo pone la extensa “Garden of Babylon”, probablemente el tema más trabajado y complejo que hayan registrado Crashdiet en toda su discografía incorporando elementos orientales a sus arreglos, con la voz de Cruz mostrándose muy cruda dentro una envolvente melodía evocadora que bien podría recordar a los últimos Lillian Axe, quizá con más intención que efectividad, pero resultando sobre todo una nueva demostración del buen nivel técnico de Sweet a la guitarra.
Un buen disco en general este “The Savage Playground”, a la altura de su predecesor pero aun a distancia del rompedor debut discográfico del grupo, y que esperemos suponga la continuidad de esta formación referente absoluto del hard escandinavo en el siglo XXI.
Mariano Palomo

martes, 22 de enero de 2013

SNAKECHARMER “Snakecharmer”

(Frontiers / Mastertrax)

Surgida de los rescoldos The Snakes, posteriormente Company of Snakes, nos encontramos ahora con la agradabilísima primera entrega homónima de los británicos Snakecharmer (no con confundir con la banda sueca del mismo nombre encabezada por el vocalista Pete Sandberg). Una banda con la indeleble marca de los Whitesnake más clásicos absolutamente presente, manteniendo al guitarrista Mickey Moody y al bajista Neil Murray al frente, acompañados por otros cuatro buenísimos y experimentados músicos de las islas como son Harry James (Thunder, Magnum) a la batería, Chris Ouesy (Heartland, Virginia Wolf, The Distance) a la voz, Laurie Wisefield (Wishbone Ash) a la guitarra, y Adam Wakeman (Ozzy Osbourne) a los teclados.
Todos ellos se han marcado un excelente trabajo pleno de esencia hard rock-blues, donde los sonidos de guitarras y teclados envuelven la magnífica voz de Ousey que muestra su máximo nivel de clase y sentimiento, pero sin perder nada de rotundidad ni pegada, moviéndose del hard setentero al rock sureño con total acierto y dinamismo.
Empiezan a atraparnos con la cadencia blues de “My Angel” un tema embaucador salpicado de sonidos acústicos y slide donde Moody y Wisefield se salen con sus guitarras bien acompañados por los teclados inmaculados de Wakeman, de casta le viene al galgo. Giro más cercano a los setenta con la maravillosa “Accident Prone” con Ousey tirando de garganta bien rodeado de coros más soul que aportan un rollo especial al tema, y con la más bluesy “To The Rescue” que bien podrían haber firmado Bad Company con un fantástico balance de teclas y guitarras junto a unas matizadas líneas vocales que me recuerdan a los Alaska de Bernie Marsden.
Un punto más de relajación con la profunda balada “Falling Leaves” marcada por la voz enorme de Ouesy rodeada de unos buenísimos coros llenándola de sentimiento mientras las guitarras parecen sangrar para crear una emotiva composición que encierra lo mejor del hard blues hecho con alma y elegancia. Se anima el ritmo con la sinuosa “A Little Rock & Roll” en la que acústicas y slides reaparecen brillando a medio tiempo dentro unos sonidos más sureños que se embarullan un poco al final con una voz tratada que la desluce mínimamente, mejorando en la más rasgada “Turn of the Screw” llena de intención y ritmo polvoriento.
Vuelta a tesituras más relajadas con “Smoking Gun” en la que la potente voz de Ousey rivaliza con el encanto de guitarras y teclas completándose con unos buenos coros aportando el toque blues-sureño, que desaparece momentáneamente en la pegadiza ochentera “Stand Up”, el tema más A.O.R. del disco en el que los arreglos de guitarra y teclados nos llevan a la época dorada del género recordando ligeramente a los propios Heartland.
En la recta final Moody parece retomar el mando con buenos temas setenteros como “Guilty as Charged” en el que el regusto blues Snakes queda patente sobresaliendo tanto el tratamiento de guitarras como de teclas, al igual que en la más rítmica “Nothing to Lose” coronada por un muy buen solo lento marca de la casa. El cierre lo pone “Cover Me In You” un intenso medio tiempo en el que las guitarras dobladas y los matices vocales lo llenan de sensualidad dejándonos un delicioso sabor de boca.
Para todos los que seguimos enganchados a la saga de la Serpiente Blanca estamos de enhorabuena, ya que con este trabajo podemos disfrutar de toda su magia de una forma más auténtica sin tanta sobreproducción ni autoplagio. Aunque suene a lo que tiene que sonar, destila personalidad propia, en gran medida gracias a la tremenda labor vocal de Ousey, que me parece que ahora mismo supera claramente a lo que está haciendo el mismísimo Coverdale ¿será cuestión de edad?
Mariano Palomo

lunes, 14 de enero de 2013

BARÓN ROJO “Tommy Barón”

(Casadiós)

Resulta un tanto complicado saber cómo tomarse esta nueva entrega de Barón Rojo. “Últimasmentes” data ya del 2006, y después de dos directos, “Desde Barón A Bilbao” y “En Clave De Rock”, lo que toca ya es un disco con material totalmente nuevo. Y regrabar en castellano el “Tommy” de The Who no es lo que esperaban los fans de Barón Rojo. Si se les hubiera ocurrido hacer lo mismo con el “Highway To Hell”  de AC/DC o con el “British Steel” de Judas Priest, por decir sólo dos ejemplos, el entusiasmo de los barón-maníacos habría sido incontenible. Pero el público mayoritario de Barón Rojo, sobre todo los chavales que van a sus conciertos, no han escuchado en su vida el disco original, y si lo intentan igual no llegan ni a terminarlo. Ha sido, sin duda, una propuesta muy arriesgada.
Y no es que lo hayan hecho mal. Como ya vimos en “PerVersiones”, los barones son especialistas, no en igualar, sino incluso en superar las canciones ajenas. En esta grabación, Gorka y Rafa han demostrado que funcionan en estudio tan bien como en directo. Carlos canta mejor que nunca, y Armando, que en varias canciones asume la voz principal, también está en buena forma vocal.
Del sonido, nada hay que decir. Con los medios de hoy en día es imposible no sonar mejor que un disco grabado hace más de cuarenta años. Y más aún si se cuenta con un gran presupuesto y un mezclador de lujo como Eddie Kramer. Por no hablar de la cuidadísima presentación. Si bien es una labor ajena al grupo y hay que dar el mérito a la compañía, a quien sólo se le puede reprochar lo absurdo de duplicar gastos y meter en dos CD´s un trabajo que por su duración entra perfectamente en sólo uno. Desde el punto de vista técnico todo es perfecto.
Los únicos “peros” que se pueden poner hay que ponérselos al “Tommy” original. Para algunos, una maravilla, una obra maestra sin ningún tipo de duda. Para otros, una insufrible sucesión de canciones interminables, aburridas por su nula comercialidad. Lo cierto es que hay temas fáciles de asimilar, como “El Rey Del Pinball”, “Hacia El Espejo”, “La Reina Ácida” (cantada por una colaboradora sorprendente y genial, Eva Amaral), “No Lo Aceptaremos”o el que quizá sea el mejor de todos, “Sally Simpson”. Incluso alguno de los instrumentales, como “Obertura”.
Pero con 24 cortes, son mayoría los de más complicada digestión. Poniéndonos en la piel de quien por desconocimiento no puede opinar, lo recomendable no es escuchar el disco de una sola vez. Para disfrutarlo como es debido hay que ir poco a poco, evitando la saturación o el cansancio. A quien no le guste el “Tommy” de The Who, es difícil que pierda su tiempo intentando darle otra oportunidad, pero lo mismo vale a la inversa. Para el que sea admirador de esta añeja obra, esta será una oportunidad de oro de redescubrirla y volver a disfrutarla desde un ángulo distinto.
Nacho Jordán