martes, 28 de marzo de 2017

NIGHT RANGER “Don’t Let Up”


(Frontiers Music)
Los iconos del hard melódico Made In USA Night Ranger vuelven a la carga con nuevo disco en estudio apenas unos meses después de la publicación de su brillante directo “35 Years and a Night In Chicago”. Y lo hacen para seguir demostrando un excelente momento de forma como lo vienen haciendo desde que recuperaron su mejor sonido en 2011 con el álbum “Somewhere In California” tras una etapa un tanto irregular.
Para goce y disfrute de sus fans desde entonces no han hecho más que regalarnos buenísimos trabajos discográficos y mejores shows en directo que esperemos que se prolonguen durante mucho tiempo. Pero ahora toca sacarle todo el jugo a este último trabajo en el que Blades, Keagy, Gillis, Levy y Kelli facturan otro puñado de vibrantes composiciones marca de la casa. Comenzando por la optimista y pegadiza “Some How Some Way” llena de ritmo y luminosidad con Kelly Keagy en la voz principal además de aporreando los tambores bien acompañado por Jack Blades al bajo y con las habituales inmensas armonías vocales rompiendo en un estribillo poderoso que rivaliza en brillo con los acordes característicos de Brad Gillis, posiblemente uno de los guitarristas más infravalorados del planeta, secundado por Kery Kelli que ya es uno más en la banda.
Sigue la fiesta con otra de esas canciones que te alegran el día, “Running Out Of Time”, de sonido algo más A.O.R. en sus guitarras y voces llenas de expresividad dejando mayor protagonismo a Blades llegando a un estribillo lleno de rollo y melodía con un punto vacilón que seguro funcionará en directo. Vuelve a tomar las riendas vocales Keagy con un tono más grave para el elegante medio tiempo "Truth” que sube de intensidad en su claro estribillo bien acompañado de rasgueos electro acústicos.
Retoman ritmos más vivos y marcados con “Day And Night”, tema que ya incluían como primicia en el citado directo de Chicago y que me convence algo más en esta versión de estudio por su machacón y contagioso estribillo aunque desde luego no es de lo mejor que hayan hecho últimamente. Mejoran con el romántico medio tiempo que da título al disco “Don’t Let Up” desarrollado sobre una resultona melodía vocal y unas bonitas guitarras.
Unas guitarras que toman el protagonismo en clave slide rockanrolera junto a los sonidos de pianola de Eric Levy en la sorprendente y desenfadada “(Won’t Be Your) Fool Again” para explorar terrenos blues-sureños que nos les recuerdo haber visitado tan claramente en discos anteriores, pero siempre con la melodía y la clase como elementos innegociables. Más previsible resulta “Say What You Want”, sonido típico Gillis lleno de personalidad y dinamismo doblándose con Kelli acompañando unas melodías a dos voces tantas veces utilizadas por el dúo de vocalistas dotándola de energía y encanto.
Momento relajado con la balada de inspiración Beatles “We Can Work It Out”, nada que ver con el tema de los de Liverpool del mismo título, pero con esa esencia british que tanto le gusta sacar a relucir de vez en cuando sobre todo a Blades que despliega su encanto complementado por unos bonitos acordes rematados por un solo acústico lleno de arte y feeling. Vuelta a la distorsión con “Comfort Me” potente y expresiva en sus líneas vocales sin acelerar demasiado el ritmo con Keagy en un tono áspero matizado por los coros del estribillo en una onda más actual, cumple pero tampoco es de las que más me haya llegado.
Sí me han convencido mucho más los dos últimos temas del disco. Primero la animada y contagiosa “Jamie” con un estribillo enorme desplegando fuerza y melodía, con buenos riffs marcados que se desbocan llenos de clase en un solo doblado espectacular apoyado por unos breves teclados orgánicos. Para finalizar otro tema suave, “Nothing Left Of Yesterday” de nuevo con elementos acústicos y aires Beatles donde Blades se mueve como pez en el agua, y con otro gran solo de guitarra para poner el broche a otra magnífica entrega de, al menos para mí, una de las mejores bandas de la historia del hard melódico.
Mariano Palomo

ONE DESIRE “One Desire”


(Frontiers Music)

Cinco años después de que este proyecto empezara a gestarse en la mente del batería Ossi Sivula y después de algunas pruebas buscando la formación adecuada, ahora ve la luz en forma de CD la primera entrega de One Desire. Con un sonido orientado al hard moderno este debut homónimo ha terminado por convencerme algo más de lo que lo hizo en mis primeras escuchas donde me resultaban excesivamente artificiales en su sonido, algo parecido a lo que me sucede con los británicos Vega con los que encuentro bastantes similitudes, sobre todo en el tratamiento de los teclados sintetizados y de las melodías de voz.

En cuanto a los músicos, el cantante André Linman (Sturm und Drang) me parece de lo mejorcito del grupo con una potencia y un timbre vocal magníficos que por momentos me parecen algo diluidos entre esos arreglos tan edulcorados que aparecen en ciertos temas del disco. Por su parte su compañero en Strum und Drang, Jimmy Westerlund, cumple bastante bien a la guitarra aunque a veces queda algo emboscado entre los teclados, mientras que Ossi muestra una rotunda pegada completando el dúo rítmico con el bajista Jonas Kuhlberg (Paul Di’Anno, Cain’s Offering).

El disco comienza de forma prometedora con la hard A.O.R. “Hurt” de base gorda, teclas sintetizadas en su punto junto a una gran melodía vocal con mucha fuerza y clase con un punto de dramatismo, para crear un corte nítido y potente. Se mantiene el nivel en la intensa “Apologize” con un buen balance de teclas y guitarras salpicadas de buenos detalles completando su notable fuerza interpretativa con un claro estribillo coreado.

Pero a partir de la más actual y poppy “Love Injection” la cosa empieza flojear con ese rollo a lo Vega más modernos que no me dice nada quedándoles demasiado pastelosilla para mi gusto, mejorando un poco con la más potente “Turn Back Time” que lo intenta aunque sin acabar de rematar con algún repunte rítmico y con un solo de guitarra metido un poco con calzador. Sigue la línea escasamente atractiva con la tediosa “Falling Apart” rollo moderno atormentado sin ritmo mi chicha, ganando algún punto con la más intensa “Straight Through The Heart” que aun manteniendo los arreglos sintetizados algo excesivos aporta mucho más fuerza y ritmo desde su base y estribillo.

Afortunadamente ya hasta el final la cosa mejora ostensiblemente, comenzando por la pegadiza “Whenever I’m Dreaming” con la voz de Linman doblándose con intención junto a unos buenos coros recordando a la mejor versión de los citados Vega y, esta vez sí, con un incisivo y competente solo de guitarra de Westerlund. Continúa la mejora con la cuidada “Do You Believe”, A.O.R. en onda más clásica con brillantes melodías, sonidos más reales de teclados y guitarra y limpio estribillo a tempo medio.

Para el final dos cortes totalmente distintos pero ambos también de lo más remarcable del disco, cada uno a su manera. Primero la potente “Buried Alive” heavy melódico actual a lo Pretty Maids de la última época con un ritmo cañero y marcado sobre el que Linman muestra un registro más áspero y agresivo rompiendo en un estribillo acompañado de teclados cibernéticos al más puro estilo de los maestros daneses.

Como contraste y para rebajar la adrenalina ponen el cierre con la preciosa balada “This Is Where The Heartbreak Begins” tremendamente cálida con una delicada y embaucadora instrumentación a base de detalles acústicos mezclados con otro apasionado solo de guitarra. Magnífico colofón para este trabajo que arranca bastante bien, que termina mejor aún, pero que entremedias me deja bastante frío. Esperemos que en el futuro sean capaces de redondear sus trabajos en mayor medida superando este primero que, como carta de presentación, no está mal.

Mariano Palomo

lunes, 27 de marzo de 2017

HOUSE OF LORDS “Saint Of The Lost Souls”


(Frontiers Music)
Dos años después de la publicación de su notable álbum “Indestructible” nos encontramos con este nueva entrega de la banda del vocalista James Christian con la que mantienen sus señas de identidad desde que recuperaron su sonido más clásico con la entrada en el grupo del guitarrista Jimi Bell y del batería BJ Zampa, ambos a día de hoy piezas fundamentales en el engranaje de la banda. Para este último disco han incorporado a la formación al bajista Chris Tristram que sustituye a Chris McCarvill cumpliendo perfectamente su función formando una competente base rítmica con BJ Zampa.
Como decía en este nuevo disco de House Of Lords encontramos los elementos característicos de su sonido, cuidadas melodías de voz, envolventes ambientaciones, marcados riffs llenos de calidad y brillantes teclados que hacen que cada uno de sus once cortes nos dejen buenos momentos para sus seguidores. Así, tras una hechizante mezcla de teclados y sonidos de caja de música atacan con “Harlequin” magnífico corte con unos toques pomp-sinfónicos que junto a un buen solo de guitarra de Jimi enriquecen la gran interpretación vocal de Christian.
Ritmos sinuosos en “Oceans Divide” con la voz potente e insinuante doblándose sobre una base marcada y una buena combinación de teclas y guitarras, que se tornan envolventes en la más A.O.R. “Hit The Wall” que a medio tiempo seduce por sus delicadas melodías remarcadas en unos grandes coros que siguen siendo protagonistas en el tema título “Saint Of The Lost Souls” pero con un giro más agresivo y épico compartiendo protagonismo con las guitarras más duras de Jimi sin dejar de lado los omnipresentes teclados, bajando de nuevo el ritmo en el agradable medio tiempo electro acústico “The Sun Will Never Set Again” con las voces en clave casi recitante junto a una suave instrumentación.
Recuerdos ochenteros en clave A.O.R. sinfónica para la brillante “New Day Breaking” poderío y clase con una remarcable calidad técnica pero también con mucho encanto y llegada en su interpretación, retomando después la senda más hard con la vibrante de base atemperada “Reign Of Fire” cuerpo y feeling en sus voces junto a la luminosidad de sus teclados a lo Marillion (Fish era) transmitiendo vitalidad y optimismo. Sorprenden a continuación con la insinuante “Concussion” A.O.R. con un deje blues en sus rítmicas que la hacen de lo más interesante dentro de su sensual cadencia a tempo medio siendo de las más curiosas y resultonas del disco.
Algo más discreta me ha parecido “Art Of Letting Go” intensa en sus coros y matices pero algo menor en su instrumentación, remontando con poderío en la evocadora “Grains Of Sand” de inspiración árabe-oriental en teclas y guitarras rodeadas de buenos coros, pero marcada por unos golpes de voz muy hard rockeros en su estribillo acompañado de palmeos, para poner el cierre de forma excelente con la animada “The Other Option” que encajaría perfectamente en el primer disco en solitario de James “Rude Awakening”, con unos teclados ochenteros y unas virtuosas guitarras entre las que sobresale un claro estribillo lleno de encanto.
Fantástico broche para otra buena obra de una banda que tras algunas fases de indefinición ya llevan un tiempo facturando trabajos al nivel que se les supone como una de las bandas de culto dentro de los sonidos melódicos.
Mariano Palomo

ECLIPSE “Monumentum”


(Frontiers Music)

Creo que a estas alturas no habrá mucha gente que dude que desde hace unos años Eclipse es una de las formaciones más en forma del panorama hard melódico mundial. Creciendo sin parar desde que empezaron a darse a conocer con una juventud insultante hace ya más de tres lustros en estos días nos ofrecen una nueva obra para dar un paso más en su brillante trayectoria.

Este “Monumentum” es su sexto trabajo en estudio y en él seguimos encontrándonos el sonido típico de la banda que respetando la esencia del hard clásico pero con un característico barniz actual y con una energía enorme que les hacen sin duda imprescindibles para entender la escena musical del siglo XXI dentro de su género. Erik Martensson sigue comandando el grupo con su inagotable capacidad de trabajo y su gran talento tanto compositivo como interpretativo, bien acompañado como siempre por el más que eficiente guitarrista Magnus Henriksson, además de por el batería Philip Crusner y por el bajista Magnus Ulfstedt, ambos igualmente competentes y sólidos en sus respectivas labores.

El disco se abre de forma enérgica con “Vertigo”, corte marcado por un poderoso riff sobre el que se desarrolla una pegadiza melodía vocal llena de fuerza con un ligero apoyo de teclas por debajo. Sigue la misma línea pero con un punto más actual y comercial en la contagiosa “Never Look Back” que me recuerda un poco a los últimos trabajos de sus paisanos H.E.A.T, sobre todo por sus líneas vocales con unos arrogantes cambios de tono muy logrados.

Con “Killing Me” continúan enganchándonos a base de embaucadores vaivenes de tonalidades y colores combinando con acierto guitarras y teclados junto a una agresiva propuesta vocal matizada por momentos más relajados en un tema Eclipse 100%, como lo es “For Better Or For Worse” navegando entre guitarras gordas, expresivas armonías vocales y marcados ritmos de bajo y batería.

También resulta más que reconocible la brillante “The Downfall Of Eden” que ya pudimos disfrutar en directo en formato acústico el pasado mes de noviembre en Madrid y que si ya me gustó entonces ahora con toda su carga instrumental se ha convertido en una de mis canciones favoritas del grupo en los últimos tiempos, señor temazo con intensidad, melodía, poderío, rotunda base rítmica, y unos arreglos magníficos que le dan un ligero toque celta.

Sin perder nada de intensidad baja el ritmo en la atormentada balada “Hurt” llena de desgarro en su interpretación vocal sobre una instrumentación más suave hasta que incide Henriksson con un punzante solo de guitarra. Con “Jaded” se recuperan los ritmos y sonidos más festivos siendo de lo más resultona dentro de su sencillez con buenos aportes acústicos y de teclados, metiendo una marcha más en la magnífica “Born To Lead” llena de poderío en sus guitarras y en su arrogante estribillo resultando de lo más pegadiza.

Se mantienen ritmo y chispa con “No Way Back” que ofrece un gran dinamismo en su base rítmica empastando espectacular con las melodías de voz y guitarra destilando clase y potencia, dejando sitio a sonidos más actuales para los arreglos de la rotunda “Night Comes Crawling” envuelta de una embaucadora melodía vocal en su estribillo. Para el final queda la más pesada “Black Rain” marcada por unos teclados y por algunos giros vocales dramatizados que me recuerdan a los daneses Pretty Maids, además de por un duro y virtuoso solo de guitarra que le aporta un nivel más de intensidad y velocidad dentro de su ritmo atemperado.

Gran trabajo una vez más de Erik y compañía para continuar confirmando a Eclipse como un referente absoluto dentro del hard rock melódico y a los que ya estamos deseando verles presentarlo en directo.

Mariano Palomo