viernes, 18 de marzo de 2011

KING KOBRA “King Kobra”

(Frontiers / Mastertrax)

Parece que la fiebre de retornos discográficos de bandas hard rockeras de los 80’s no tiene pinta de parar, y el último caso es el de los angelinos King Kobra. A diferencia de otros retornos no excesivamente afortunados, este del quinteto liderado por el batería Carmine Appice me ha resultado de lo más digno y atractivo, a pesar de no contar ya en sus filas con el-la gran Mark-Marcie Free. Su puesto ha sido ocupado por uno de los vocalistas más interesantes y sin embargo más inconstantes de la escena americana, el ex Rough Cutt y ex Quiet Riot entre otros, Paul Shortino. Un muy buen cantante que aporta mucho de su personalidad a este disco haciendo que me recuerde mucho a su carrera en solitario, pero siempre matizado por el resto de la formación original, David Michael-Philips y Mick Sweda a las guitarras, Johnny Rod al bajo y el citado Appice a la batería. Después de algunos experimentos absolutamente lamentables como aquel infumable “Hollywood Trash” de hace diez años, el grupo vuelve recuperando buena parte de su frescura y actitud de sus incios, sin llegar a la brillantez rockera de “Ready To Strike” ni a la exquisitez melódica de “Thrill Of A Lifetime”, sí pondría este nuevo disco a la altura o incluso por encima de aquel “III” que grabó el semi desconocido cantante Johnny Edwards. El incio es rompedor con la rápida y guitarrera “Rock This House” con una base ochentera total y una voz inconfundible y ronca perfecta para llamar la atención, aunque bajan un poco con la más sencilla y rockanrolera “Turn Up The Good Times” que se hace algo densa pero correcta. Más aires melódicos para “Live Forever” con Shortino exhibiendo su profunda voz dentro de un ritmo más suave, para sorprender a continuación con el incio de “Tear Down The Walls” que parece calcado del clásico escrito por Desmond Child “Sword & Stone” que hicieron famoso Bonfire, aunque luego va variando con un muy buen trabajo de guitarras y con la rotunda pegada de Appice. Destacada también la directa y alegre “This Is How We Roll” en la que incluyen efectos de público en directo y que seguro que está orientada para funcionar en sus conciertos a modo de declaración de intenciones, tornándose más melódicos en “Midnight Woman” más penetrante y sensual con unos mínimos arreglos de teclados. Algo más bluesy y vacilona “We Got A Fever” que va creciendo sobre su estribillo, para endurecerse con la reconicible “Top Of The World” buenas guitarras, coros melódicos, compacidad y gran estribillo para acabar enganchando. Vuelve la atmósfera más tórrida e intensa con “You Make It Easy”, un muy buen tema de coros suaves y voz profunda acompañados por unas curradas guitarras, española incluida, que deja sitio a la electro-acústica en la lenta y apasionada “Crying Turns To Rain” que contrarresta su falta de ritmo con su desgarrada intensidad. “Screamin’ For More” es la que más me recuerda al primer disco del grupo, acelerada, divertida, fiestera, sencilla, con poderío instrumental y ritmo hard rockero marca de la casa. Se cierra el disco con la relajada “Fade Away”, sencilla pero cuidada con variedad instrumental, teclados y acústica incluidos, junto a la cálida y profunda voz de Shortino. En definitiva un disco divertido, con chispa y efectividad que nos devuelve a unos King Kobra en bastante buena forma, algo que esperamos comprobar en directo si tienen a bien pasarse por aquí a presentarlo. Eso sí, la portada podían habersela currado un poco más.
Mariano Palomo

URIAH HEEP “Into The Wild”

(Frontiers / Mastertrax)

Parece que el paso de los años no hace mella en la capacidad creativa de estos vetaranos rockeros británicos que siguen ofreciéndonos interesantísimos trabajos como este nuevo disco que nos ocupa en este 2011. Nada menos que treinta y un años después del lanzamiento de su primera entrega de culto “Very ‘eavy.... Very ‘umble” Uriah Heep son capaces de crear una obra redonda, llena de enacnto, entrañable y viva como pocas, muy por encima de lo que vienen haciendo hace algún tiempo algunos de sus contemporáneos que les eclipsaron en su momento, lease Deep Purple o Black Sabbath. Y es que es una delicia escuchar ese sonido absolutamente personal y característico en el que se mezclan hard rock totalemente clásico, rock sinfónico y rock melódico, encuadrado en unos temas llegaderos, asequibles y envolventes que se escuchan con facilidad y agrado quedándose a la primera en muchos casos. Por ejemplo, “Nail On The Head”, ideal para comenzar llena de clase setentera con las voces clásicas del grupo arropando al personal Bernie Shaw y las punzantes guitarras de Mick Box. Sigue la fiesta con “I Can See You” animada composición con buenos juegos de guitarras junto a las teclas del ex Grand Prix Phil Lanzon, y con la épica y envolvente “Into The Wild” llena de coros. Baja un poco el ritmo con “Money Talk” con el hammond marcado dentro de un tempo más monótono, que se anima de nuevo en “I’m Ready” con un gran Bernie Shaw , que sigue brillando en la relajada “Trail Of Diamonds” casi a capella en su inicio para crecer en intensidad y solidez a medida que van entrando los instrumentos, sobre todo la percusión de Russell Gilbrook y el bajo del veterano Trevor Bolder. El hard más sinfónico se apodera de “Southern Star” un tema que engancha y envuelve con un aire evocador en el que voces corales y guitarras clásicas sobresalen, al igual que en la más A.O.R. “Believe” que perfectamente podría encajar en álbumes anteriores del grupo como “Equator” o “Sonic Origami” siendo uno de mis temas favoritos del disco. Algo menos me convence la más tendida y setentera “Lost”, que, sin estar mal en absoluto, tiene un ritmo inferior y menor brillo, volviendo la senda más comercial y hard melódica con la alegre “T-Bird Angel” en la que las líneas vocales me recuerdan al mismísimo Danny Vaughn. El cierre viene con la suave y compacta “Kiss Of Freedom”, voces profundas, buenos coros y sentidos solos de guitarra y teclados para poner punto final a este muy buen disco, mejor incluso que su anterior “Wake The Sleeper”, de una banda que sigue siendo de culto aunque, a la vista de su trayectoria y perseverancia, debería haber sido mucho más grande y reconocida.
Mariano Palomo

ELDERDAWN “Empty Words”

(Santo Grial Records)

Hace unos meses se ponía a disposición del público vía internet el debut discográfico de este sexteto madrileño que ahora lo ve publicado físicamente, obteniendo así el merecido fruto a su constancia y trabajo desde que comenzaron a funcionar en 2002 con el guitarrista y cantante Juanpa “Evildead” al frente. En todo este tiempo han pasado un buen número de músicos por la banda, para estabilizarse y consolidarse lanzando este “Empty Words” en el que mezclan sonidos power metaleros, toques death melódicos, retazos góticos, actuales y atmósferas oscuras. Una oscuridad que cubre todo el disco desde el principio con la extensa “Redemption” una composición intensa y matizada de pegada rotunda a cargo del batería Edu “Headcrusher” que respalda los beunos juegos de voces constantes a lo largo de la obra y en los que Juanpa pone sus tonos guturales junto a los más limpios y matizados de José “The Maze”. Por su parte las guitarras del propio Juanpa y de JJ. “Crack” son un ejemplo de trabajo y versatilidad yendo desde pasajes absolutamente melódicos hasta ataques frenéticos, completándose los cambios de ritmo con el interesante trabajo de teclas de M. Avila y de bajo de Miguel “Commander”. Tras la declaración de intenciones inicial continua la oscuridad con “Passion”, con unos tintes más góticos y atormentados, mientras que “Final Chapter” se mueve por unos derroteros más actuales y machacones, al igual que “My Own Torture” que comienza lenta e inquietante para romper acelerada con toque death. Un toque death que también concurre en la densa “Nema, Empty Words” destacando sus buenos arreglos de guitarras y teclados, y en la contundente “Almost Human” una de las reseñables por potentes y versátiles sonidos que recorren desde la ferocidad más metalera hasta la calma acústica. “Covenant Of Last Awake” es otro de los cortes que me ha parecido más interesantes y originales con cortados cambios de ritmo, afiladas guitarras, y bellos retazos electro-acústicos dando misterio a la pieza en su parte central. Menos llamativa me ha resultado la compleja “Illeven Blood” machacona y opaca con algunos fragmentos de teclas chirriantes mejoradas por unos buenos riffs y trabajados solos de guitarra. Se completa el disco con la más power metalera y melódica “Lycantr-Hope” que aporta un punto épico y guerrero, para cerrar definitivamente con una versión en español de la comentada “Passion” que musicalmente no difiere en nada de la cantada en la lengua de Shakespeare. Para ser un primer disco, hecho con medios propios y dentro de un estilo que no está entre mis favoritos, la verdad es que me parece que refleja una fuerte personalidad propia, con bastante buen sonido, y con mucho trabajo a sus espaldas.
Mariano Palomo

lunes, 14 de marzo de 2011

THE POODLES “Performocracy”

(Frontiers / Mastertrax)

Me da la sensación de que con The Poodles me está pasando un poco el efecto gaseosa, explosivos y refrescantes al principio, pero a medida que va pasando el tiempo cada vez se me hacen más sosos y menos interesantes. Cuando rompieron en el mercado escandinavo con su fantásitico debut discográfico “Metal Will Stand Tall” lograron llamar mi atención convirtiéndose en uno de los nombres a seguir dentro de la escena hardrockera, manteniendo el nivel en buena medida con su segunda obra “Sweet Trade”, para inciar el declibe con el más irregular “Clash Of The Elements” en el que ya empezaron a incluir elementos más oscuros y densos, para acabar de pegarsela en mi opinión con este nuevo “Performocracy” en el que han perdido gran parte de su chispa y birllantez para encaminar su sonido por unos terrenos mucho más grises y escasamente atractivos. Me da la sensación que la marcha del grupo del guitarrista Pontus Norgren ha hecho mucha mella en el grupo, y que su sutituto Henrik Bergqvist está muy lejos de llegar al nivel de su predecesor, algo que ya hemos podido comprobar en directo en más de una ocasión. Por su parte el pintón Jakob Samuel sigue dando el sello de identidad al grupo con su personal voz, pero luce mucho menos dentro de unas atmósferas más pesadas y espesas, con ritmos escasamente enganchantes y con una instrumentación justita que se salva por lo solidez de la base que forman el batería Christian Lundqvist y el bajista Pontus Edberg. El inicio ya me hace recelar con la moderna “I Want It All” con sus arreglos raritos y su hocedad que acaba por no decirme apenas nada. Por desgracia esto me sucede con bastantes temas del disco, como con las prescindibles “I Believe In You” pesada y cadenciosa, “Love Is All” sosa y monocorde, “Action!” opaca y engolada en onda popera eurovisiva sin nivel, “Into The Quiet Night” monótona e introvertida a pesar de su correcta voz, o “Don’t Tell Me” flojita, flojita. Suben algo el nivel con las cumplidoras “Until Our Kingdom Falls” de ritmo animado y reconocible, “Father To A Son” rascona de ritmo discontinuo que gana mucho por sus voces, “Cuts Like A Knife” scandi hard actual pero de base clásica y ritmo competente, al igual que “Your Time Is Now”. Para el final dejo las que, sin acabar de matarme más me han convencido, la emotiva acústica “As Time Is Passing” una balada correcta e intensa, la hard melódica más clásica “Bring Back The Night” sobresaliendo en estribillo y voces sobre unas pobres guitarras, que mejoran bastante en la melódica y animada “Vampire’s Call” a la que le sobran algunos efectos de máquina sobre la voz de Jakob. En fin, parece que lamentablemente los temores de bajón con respecto a Los Caniches suecos se confirman, esperemos que sólo sea un paréntesis y que recuperen la chispa y el nivel con el que nos conquistaron.
Mariano Palomo

U.D.O. “Leatherhead EP”

(AFM / Avispa)

El incansable Udo Dirkschneider sigue en la brecha dando caña con su banda editando discos en estudio prácticamente cada dos años desde que en 1987 comenzó su carrera en solitario con el maravilloso “Animal House” tras dejar a sus Accept a los que regresó fugazmente en un alguna ocasión. Lo que nos presenta ahora es un adelanto de lo que será su próximo larga duración “REV-Raptor” que se publicará el 20 de mayo, y en el que nos ofrece cuatro temas en su la onda habitual y ya algo reiterativa. El tema que da título al EP, “Leatherhead” aparecerá en el disco y es un corte de coros hímnicos y marciales marca de la casa pero opacado por su tratamiento de voces y guitarras saturadas mecanizadas que hacen que no brille el trabajo de Igor Gianola y Steffan Kaufmann, ni del propio Udo. Algo que mejora notablemente en los dos siguientes temas que serán bonus track, “Rock ‘n’ Roll Soldiers”, mucho más dinámica y directa, con ese halo arrogante que tanto convence dentro de unos parámetros más misteriosos con su estribillo voceado y coreado que tiene pinta de funcionar bastante bien en directo, al igual que la inquietante y poderosa “Free Or Rebellion” con la voz de Udo rasgada destacando junto a unas guitarras más sencillas y efectivas y unos coros grandilocuentes que bien podrían representar la segunda parte de “They Want War”. Se completa este EP con la lenta y dramática “Run”, de voz más profunda y piano clásico, con coros melancólicos, dejándose notar la percusión de Francesco Jovino, dentro de un tema que flojea respecto a las dos anteriores y que tampoco aparecerá en LP. En principio por lo que nos presentan con este póker de canciones, más de lo mismo, con lo que ello tiene de positivo y negativo, y que habrá que esperar a la escucha completa del disco para emitir un veredicto más justo y acertado.
Mariano Palomo

WHITESNAKE “Forevermore”

(Frontiers / Mastertrax)

Parece que David Coverdale se resite a retirarse de la actividad y continua poniendo en circulación trabajos discográficos de cierto nivel (otra cosa es su estado vocal en directo como pudimos comprobar en su decepcionante última visita a Madrid). Este “Forevermore” es un digno sucesor de “Good To Be Bad”, disco con el que volvió a seducirnos hace tres años después de más de una década sin publicar nuevo material y que supuso una grata sorpresa para los seguidores de la Serpiente Blanca. Esta nueva entrega continua en la línea de la anterior, de regusto clásico pero afilado, con raíces bluesies y rotundidad hard rockera, pero con menos frescura e inmediatez que aquella, quizá me sobran medios tiempos y temas lentos (hasta cuatro encontramos) a pesar de ser históricamente uno de los fuertes de la banda, y por momentos me da la sensación de estar auto versionandose en algunos fragmentos de los temas. Por lo demás el disco se deja escuchar bastante bien, con momentos brillantes y acertados como la directa y vacilona “Steal Your Heart Away” con regusto sureño y polvoriento en la que la voz arrastrada de Coverdale convence junto al buen trabo de guitarras slide de Doug Aldrich y Reb Beach recordándome a los añorados Tangier, aunque realmente debería ser al revés, ¿no?. Tampoco están nada mal las potentes y rotundas “All Out Of Luck” con su buen estribillo coreado brillando sobre un insinuante y contagioso ritmo, “Dogs In The Street” con un aire total al hard rock poderoso de “1987” – “Slip Of The Tongue” melódico, pegadizo y afilado, o la más rockanrolera “My Evil Ways” de guitarras sucias y frenéticas por momentos contrarrestando la limpieza de las melodías de voz. Las partes más festivas las encontramos en la alegre y optimista “I Need You (Shine A Light)” donde se dejan ver las teclas que apenas tienen protagonismo a lo largo del disco, y que son sometidas al martilleante ritmo del nuevo bajista Michael Devin (ex Lynch Mob) y del tremendo batería Brian Tichy, al igual que en la clásica y rasgada “Love And Treat Me Right” que me suena más a la etapa “Slide It In” del grupo, de nuevo con un tremendo estribillo. Algo que se repite en “Love Will Set You Free”, elegida como primer single y vídeo pero que ha mi no me ha llamado tanto la atención en principio aunque acaba enganchando por la versatilidad vocal Coverdale. Una voz que brilla sobre todo en otras partes más tranquilas, como las de la envolvente “Easier Said Than Done” puro Whitesnake relajado con toques acústicos, siendo la que más me ha gustado de las lentas, junto a la final “Forevermore” que suena mucho a la etapa del vocalista británico junto a Jimmy Page con aires a lo “Kashmir”. Los otros dos cortes tranquilos y acústicos “One Of Theese Days” y “Fare Thee Well” no me dicen demasiado, la primera por excesivamente pegajosa a lo "My Sweet Lord" de George Harrison y la seguda por su escasez de chispa y feeling. Tampoco supera la media la densa “Tell Me How” a pesar de sus buenas voces, que por contra son bastante mejorables en “Whipping Boy Blues” de cadencia blues y guitarras saturadas. En general un buen disco, sin llegar a los niveles de excelencia de antaño de Whitesnake, ni siquiera de “Good To Be Bad”,  que supongo que seguirá mejorando con las escuchas y que habrá que seguir difrutando, nucna se sabe si será el último. Como decía al principio, otra cosa será cuando salgan de gira para defenderlo en directo, esperemos que lo hagan bastante mejor de lo que lo hicieron en su anterior tour, sobre todo el titular de la banda.
Mariano Palomo