miércoles, 17 de octubre de 2012

JIMI JAMISON "Never Too Late"

(Frontiers / Mastertrax)

Cuando dos talentos de la magnitud de Jimi Jamison y Eric Martenson se juntan, lo normal es que esa unión de cómo resultado una obra de arte tan atractiva como la que se han marcado estos dos genios. Uniendo la experiencia y elegancia del primero con la energía y capacidad creativa del segundo podemos disfrutar de una colección de composiciones altamente adictivas que hacen querer a escuchar el disco una y otra vez.
Con un Jamison pletórico, cantando a nivel enorme, melódico, potente, expresivo, probablemente en uno de los trabajos con sonido más duro de todos en los que ha participado, pero sin perder nada de esencia, sigue sonando con su personalidad propia. Pero matizada y enriquecida por la fuerza desbordante del señorito Martenson que se encarga prácticamente de toda la instrumentación dándole esa garra que encontramos últimamente en los múltiples proyectos donde está implicado. Así pues podría definir el sonido de este disco como un cruce entre Survivor y Eclipse, con todo lo que esto implica a nivel de calidad.
El A.O.R. potente domina desde el principio con dos pelotazos como la pegadiza y rotunda “Everybody’s Got A Broken Heart” donde las guitarras de Eric mandan creando un gran ritmo mínimamente matizado por las teclas, que adquieren mayor presencia en la tremenda “The Great Unknown” con unos riffs más rasgados pero también muy melódica con la voz de Jamison atrapando con fuerza y clase.
Se suaviza un poco el tema con “Never Too Late” puro A.O.R. ochentero de ritmo alegre que bien podría haber pertenecido a la discografía de Survivor, aunque también tiene cierto deje a The Storm por los juegos de voces en su espectacular estribillo, que se apagan un poco para la más seria “I Can’t Turn Back” potente y embaucador medio tiempo que va atrapando con su melodía.
Vuelta al ritmo más rockero con la intensa “Street Survivor” donde la mano de Martenson se deja notar a base de bien junto a su compañero en Eclipse Magnus Henriksson que se encarga de la guitarra con poderío, mientras Jamison tira de registros más crudos creando un estribillo directo y seco completado por buenas teclas y coros. Repite Henriksson en la lenta y espiritual “Heaven Call Your Name” sustentada en teclados eclesiásticos de la mano de Jonas Öijvall y en guitarras duras en su parte final que acaban intensificándose junto a la profundidad de la voz de Jamison apoyado por unos buenos coros femeninos.
También en clave tranquila nos dejan “The Air I Breath” una compacta balada donde las armonías vocales brillan sorbe su escaso ritmo, aumentando en la más optimista “Not Tonight” de nuevo con Jamison marcando el corte con su maravillosa voz, con fuerza y matices que resaltan sobre un ritmo medio marcado por el batería Magnus Ulfstedt, que rompe con fuerza tras el piano que abre “Calling The Game” con ese ritmo ochentero característico donde voces y guitarras se unen para enganchar sin remisión.
Dos temas intensos y apasionados con más aire Eclipse para el final, “Bullet In The Gun” que dentro de su rotundidad deja un buen espacio para los sonidos de piano haciéndola de lo más original, y la más hard “Walk On (Wildest Dreams)” donde se dobla la melodía de voz llenando su estribillo dentro de una ambientación más seria y algo dramatizada.
En definitiva, discazo súper recomendable que une lo mejor de la veteranía y la juventud para mayor disfrute de todos los fans del A.O.R. de alto nivel. Eso sí, la figura de Jimi Jamison sobresale sobre todo, probablemente en uno de sus mejores momentos, completando para mí su mejor obra en solitario.
Mariano Palomo

ELECTRIC MARY “III”

(Listenable Records)

Me habían hablado muy bien de estos rockeros australianos llamados Electric Mary que ya llevan un tiempo dando guerra, pero no ha sido hasta ahora que ha caído en mis manos su tercer disco cuando he me he parado a prestarles más atención. Y la verdad es que, sin acabar de matarme, sí me han parecido una banda interesante, influenciados directamente por el rock duro más clásicamente setentero los grandes como Led Zeppelin, Black Sabbath o AC/DC, pero con un cierto regusto actual en su sonido haciéndolo por momentos más pesado y menos dinámico de lo que a mí me gustaría.
Y eso que la cosa empieza bastante bien con la cruda y enérgica “O.I.C.” de buen ritmo marcado por unas guitarras saturadillas a lo Motörhead, pero con mayor melodía vocal por parte de Rusty recordándome un poco en sus tonos nasales a Jeff Keith (Tesla). Pero a renglón seguido al aire se densifica con la pesadísima “Stained” con una cadencia stoner algo lisérgica que se aclara un poco por las buenas aportaciones de los guitarristas Pete Robinson e Irwin Thomas, como sucede en el inicio de la más embaucadora “So Cruel” que aunque es algo más ligera tampoco acaba de romper.
Mejora la cosa con la más clara “Long Time Coming” en la que su ritmo rasgado y arrastrado tiene un matiz más sensual recordando a los Tesla más añejos o a los propios Zeppelin, animándose más todavía con la electrizante “All Eyes On Me” de ritmo contagioso y directo marcado por sus riffs punzantes y por los redobles de Venom, volviendo a caer a plomo con oscura “Lies” monótona y algo chirriante.
Repuntan de nuevo con “Nobody’s Perfect” hard de distorsión clásica creando un sencillo ritmo coreado que la hace bastante pegadiza, al igual que la punzante de ritmo cortado “Bone On Bone” esencia australiana y algo sureña en la que la voz áspera de Rusty engancha bien con sus coros más melódicos. Vuelve la distorsión y el bajo setentero dentro del ritmo sinuoso de “Waiting” con una buena melodía vocal pero menos directa, quedando más potente en la polvorienta “American Jam” con la suciedad precisa para arrastrarnos a su terreno lisérgico donde se suceden dos buenos solos de guitarra a lo Slash explayándose en su parte final dejando una buena muestra de su capacidad instrumental.
Como decía al principio, disco interesante, pero excesivamente denso por momentos para mi gusto, probablemente si te tira más que a mí la vena stoner, sin abandonar el hard rock más clásico, este disco y esta banda pueden estar entre tus favoritos, yo les tengo que dar alguna vuelta más.
Mariano Palomo

RICK SPRINGFIELD “Songs For The End Of The World”

(Frontiers / Mastertrax)

Dentro de los grandes nombres del rock melódico el del aussie Rick Springfield nunca ha sido uno de los que más me ha llamado la atención, de hecho apenas he seguido su dilatadísima trayectoria musical que arranca allá en los setenta y que ha compaginado con otras facetas como las de actor o escritor. Y tras la escucha de este “Songs For The End Of The World” mi percepción a cerca de este músico no ha variado demasiado, sigue sin atraerme en exceso, aunque bien es cierto que me ha sorprendido por el sonido tan actual y fresco que ha conseguido para muchos de los temas de este disco, que más parece obra de cualquier banda adolescente que de un madurito pop-rockero.
Las canciones que más me han convencido son las más festivas, como la inicial “Wide Awake”, con su ritmo cortado y punzante de guitarras saturadas mejorada por su potente y melódico estribillo quedando bastante alegre y recordándome a los Harem Scarem más Rubber, como la vitalista “Our Ship’s Sinking” rotunda y enérgica con unos coros arriba en los que participan otros dos ilustres como John Waite y Richard Page, continuando el espíritu festivo con la más melódica “I Hate Myself” que me recuerda a los Darkness por su falsete y a Def Leppard por sus coros.
Bastante correcta también la comercial de ritmo vivillo “Love Screws Me Up” sencillota pero resultona con su estribillo fácil y sus coros claros, algo menos la modernita “Depravity” agradable pero con escasa chispa y ligero aire Beatles, como lo encuentro en la final “One Way Street” igualmente actual y rascona en sus guitarras pero con mayor dinamismo y energía en la voz de Rick que me resulta más convincente acompañada de nuevo por la de Richard Page.
Entre medias, buen ritmo en la amable “Joshua” de lo más melódico del disco a pesar de esa entonación medio cortada que le resta puntos, cumpliendo “A Sign Of Life” que continúa siendo optimista pero menos llegadera. Se endurecen las guitarras en “My Last Heartbeat” con unas estrofas casi rapeadas que no me dicen nada con unos efectos de voz que me echan para atrás, resultándome bastante obviable al igual que la atormentada “I Found You” espesa y empalagosa como unas natillas cuarteleras, y que los insustanciales medios tiempos “You & Me” y “Gabriel” lineales y aburridos como ellos solos.
Aun siendo un disco en general fácil de escuchar y por momentos bastante divertido, me da la sensación que este intento de actualización en su sonido no aportará grandes masas de nuevos fans al señor Springfield ni tampoco acabará de convencer a sus seguidores más clásicos.
Mariano Palomo

martes, 16 de octubre de 2012

SOLEIL MOON "One Way To Everything"

(Frontiers / Mastertrax)
 
Conocía el talento vocal de Larry King por su participación junto al gran guitarrista Michael Thompson, pero es ahora con la segunda entrega de su proyecto Soleil Moon cuando me acaba de atrapar con su voz este tremendo cantante. Una voz ideal para las composiciones que comparte con el teclista John Blasucci junto al que crea un torrente de melodías llenas de fuerza y elegancia que navegan entre el A.O.R. y el Westcoast.
A estos dos titulares les acompañan en este disco un puñado de experimentados músicos del area de Chicago, siendo  conocidos para mí el propio Thompson y el batería Vinnie Colaiuta, mientras que el resto tengo entendido que se mueven desde el jazz hasta el soul, pasando por todos los espectros de la música "adulta", notándose en cierto modo estas influencias en los temas que ejecutan con un gran nivel técnico.
Con estos ingredientes es fácil adivinar lo que nos podemos encontrar en este trabajo, composiciones delicadas, llenas de melodía, precisas, pero también apasionadas y cercanas por la gran aportación de King, como empezamos a comprobar "History Repeats Its Pages" profunda y modulada, con buenas acústicas y piano creando un ritmo cortado que me resulta una especie de cruce entre Cannata y Dan Lucas. Una referencia esta al vocalista alemán que me resulta familiar en los tonos graves de King del entreañable medio tiempo "Colorado" lleno de sentimiento evocador y nostálgico en el que guitarras acústicas y piano ambientan su gran estribillo con el apoyo de una segunda voz femenina y una potente guitarra slide.
Llega a un tono aun más potente en la guitarrera "Down" que me suena al gran Dan Huff (Giant) creando un curioso tema tras la misteriosa instrumental "Burn" que acaba siendo un poderoso solo de guitarra algo adornado. Guitarras más rockeras también para la positiva "Here I Am" llena de personalidad que tranmite la voz principal de nuevo con el apoyo femenino en segundo plano en clave A.O.R. con algunos arreglos sintetizados.
Una vez revisados los momentos más rotundos del disco vamos bajando el ritmo que no la intensidad llegando a medios tiempos llenos de apasionamiento como "Love The Way You Love" con la voz arriba saliéndose junto a un gran solo de guitarra, o "Freedom" de sonidos electro-acústicos westcoast derrochando feelin' y clase, o como la más actual "Move On" en la que brilla su estribillo a dos voces con reminiscencias al inmenso "Discipline" de Desmond Child.
Seguimos cambiando de tercio con la sensual de toques jazzies a lo Toto "One Way To Everything" una deliciosa composición donde se combinan fuerza y elegancia, volviendo a tesituras más relajadas con la breve acústica "Blackbird" de cierto regusto Beatles por su toque de armónica, bonita pero con poca chicha, algo que si que tiene la descarnada balada "Goodnight Irene" que aunque no me acaba de matar si me transmite más únicamente con la voz de King y el piano de Blasucci.
En el final del CD nos encontramos con tres cortes señalados como bonus tracks, no se por que, pero que en cualquier caso están a la altura cada uno en su estilo. La apasionada y algo teatral balada "Ohio" plena de creciente expresividad en voces y piano bien rodeada por percusión y guitarras, la pomp westcoast "Calling On The World" que va creciendo desde la calma acústica con elementos jazz, soul, incluyendo un curioso solo duelo de saxo y piano con un gran resultado final, al igual que la evocadora "I'd Die For You" con una parte orquestal en su primer tercio desarrollándose con suavidad hasta que irrumpen con fuerza guitarra y voces creando un climax magnífico a lo Queen.
Fantástico cierre para este disco lleno de detalles y en el que el señor King se postula como uno de los mejores cantantes del panorama melódico actual.
Mariano Palomo

ISSA "Can't Stop"

(Frontiers / Mastertrax)
 
A la vista de las buenas referencias que había leído y de los temas que le integran, tenía cierta curiosidad por escuchar este disco de versiones de la vocalista noruega Issa. Una chica, la señorita Oversveen, que me dejo bastante frío con su primer trabajo, que tan buenas críticas recibió pero que a mi se me hizo excesivamente soso, aprte de que el timbre de voz de Issa no me agrada en exceso.
Pero centrándonos en este disco que nos ocupa, creo que tiene cosas buenas y otras no tanto. Obviamente cuando alguien hace un disco de versiones se expone automáticamente a la comparación con la original, y la voz de su protagonista principal sigue sin convencerme del todo, no se amolda a todos los temas todo lo bien que sería desable, aunque en algunos casos sí encaja bastante bien.
En su conjunto creo que prácticamente ninguna de estas covers mejora a las originales, pero tampoco chirrián en exceso, me parecen bastante correctas, sobre todo por la elección un tanto rebuscada del track list. Incluyendo temas que no son hits absolutos, más bien se trata de buenos temas de A.O.R. recuperados por alguien que tiene que ser buen conocedor del género, no se si habrá sido la propia Issa o habrá que atribuírsela más a su compañía.
Así nos encontramos con dos versiones de 21 Guns, la banda fromada por Scott Gorham que apuntaba muy alto pero que se quedó a medias con un sólo disco destacable en su haber "Salute", y del que rescata dos de sus temas más tranquilos a medio tiempo "Just A Wish" y "These Eyes" ambas bastante bien recreadas, pero en las que la personal voz de Thomas LaVerdi se echa bastante en falta.
Mejor resultado vocal en la inicial "Can't Stop" de Aviator, de ritmo alegre y brillante que se incluía en el único disco de culto de esta banda americana con ese punto pomp de sus teclas y guitarras que en este disco corren a cargo de los músicos residentes de Frontiers Alessandro Del Vecchio y Mario Percudani, acompañados por sus compañeros de fatigas Anna Portalupi al bajo y Alessandro Mori a la batería, haciéndolo todos ellos muy bien, como pudimos comprobar hace unas semanas cuando tocaron en Madrid con Chasing Violets.
También me ha gustado bastante el resultado en "Power Over Me" una delicia de tema de los ingleses Atlantic que sorprendían a mediados de los noventa con su único disco y que aquí suena con mejor producción pero donde también se extraña la voz orginal de Phil Bates, mejorando para darle más brío rockero a la animada "Wherever You Want" de los canadienses Regatta cuyo único disco de 1989 nunca acabó de convencerme, se me hacía excesivamente edulcorado. Algo que me ocurría en menor medida con sus paisanos Boulevard que se marcaron dos interesantes discos en la misma época y de los que aquí rescatan la buenísima "Dream On", un manual de A.O.R. rozando el Westcoast con una enorme melodía vocal.
Sigue el A.O.R. canadiense representado por otra de esas joyas objeto del deseo de los coleccionistas como es el disco de Worrall, del que toman prestado uno de sus temas más divertidos "Heat Of The Night" con unos arreglos que rallan con el wimp pero con un deje más rockero en sus guitarras, como ocurre con una gema absoluta como es "State Of Love" del gran Mark Free, que mejoran en producción y sonido pero no en pasión y cuerpo.
Seguimos con tres cumplidoras versiones, una algo endurecida de "If You Ever Fall", tema compuesto en los ochenta por Jack Ponti y Mark Mangold que este último publico en su proyecto Mistyc Healer unos cuantos años después aunque ya había aparecido en uno de los discos de la también noruega Tone Norum, acercándose más la recreación de este disco a la de los primeros con unas guitarras más punzantes. La otra "Do You Ever Think Of Me" del segundo disco de Unruly Child en el que Kelly Hansen (Hurricane, Foreigner) sustituyó a Mark Free, y que dotan de intensidad por sus buenas melodías vocales sin acelerar el ritmo. Baja un poco el pistón con la elegante "I Won't Surrender" de los americanos apadrinados por Mike Slamer Tower City, a la que no saben dotar de la intensidad precisa en su magnífico estribillo.
Dejo para el final una de mis debilidades, "Stranded" de los melódico-sureños Tangier (no confundir con la de Heart o Jaime Kyle del mismo título), que me ha sorprendido y agradado ver recuperada más de veinte años después y en la que Del Vecchio deja su sello con un bueno solo de teclas moog, mientras Issa cumple pero no llega a la pasión que desprendía Mike LeCompte con ese tremendo feeling fronterizo que aportaba con sus cuerdas vocales.
Lo mejor de este disco es poder recordar revisados con buen nivel en un solo CD una docena de buenos temas de A.O.R. que no son los de siempre (Journey, Toto, Foreigner, Survivor, Boston), y que puede servir para alimentar la curiosidad de los que los desconozcan pudiendo descubrir a sus creadores originales. Lo peor, que una vez que los descubran lo más seguro es que este trabajo pase al olvido por pura lógica comparativa. Lo siento pero esta chica, no lo hace mal, se sabe rodear muy bien, tiene muy buen gusto musical, pero ni con temas propios ni ajenos consigue acabar de engancharme.
Mariano Palomo

TEN “Heresy And Creed”

(Frontiers / Mastertrax)

Tras un largo periodo de cierta indefinición con lanzamientos escasamente atractivos que acababan resultándome bastante aburridos, la ya veterana formación inglesa Ten, liderada siempre por el vocalista Gary Hughes, empezó a mostrar síntomas de mejoría el pasado año con el lanzamiento de un disco más que correcto como fue “Stormwarning”. Un mejoría claramente refrendada ahora con este notable “Heresy And Creed” que, sin llegar a las mejores cotas de obras como “X”, “The Name Of The Rose”, “Spellbound” o “Babylon”, sí que recupera en gran medida la esencia y nivel de éstas.
Volvemos a encontrar esa combinación de grandes melodías vocales junto a ambientaciones épicas y guerreras con guitarras bastante duras, creando esos momentos que nos llevan del A.O.R. más evocador a rozar el power metal melódico, pero siempre con el sello personal de la voz de Mr. Hughes, que nunca será la más potente, ni la más técnica, ni la más aguda, pero que la sabe utilizar como nadie manteniendo un encanto especial que encaja como un guante en sus brillantes composiciones. Todo ello implementado por el buen hacer del mago Dennis Ward que se ha encargado a la producción junto a Gary consiguiendo un sonido a la altura de los temas, algo desgraciadamente poco habitual en los discos de Ten.
Empezamos a introducirnos en este disco con la misteriosa instrumental orquestada “The Gates Of Jerusalem” que nos lleva hasta “Arabian Nights” que haciendo honor a su título nos transporta con sus sonidos a las tierras del desierto con unos arreglos arabescos-orientales de la mano del teclista Darrel Treece-Birch que ingresó en la banda el pasado año tras la salida de Paul Hodson. Al mismo tiempo hubo sustituciones en la guitarra con la entrada del desconocido Dan Mitchel, cuya labor me ha convencido bastante formando pareja a las seis cuerdas junto al fiel John Halliwell único que permanece junto a Hughes desde 1996, y en el bajo con el retorno del pelirrojo Steve McKenna, habitual durante mucho tiempo en la formación, completándose ésta con el batería Max Yates.
Sigue el viaje con la más heavy “Gunrunning” que sin perder nada de su esencia melódica, contiene unas guitarras más duras que empastan perfectamente con los tonos más insinuantes de la voz de Gary creando un acertado contraste, para introducirse en territorios más A.O.R. sinfónicos en el medio tiempo “The Lights Go Down” con mayor presencia de las teclas y con ese ritmo característico de Ten absolutamente reconocible dese su primera estrofa sugiriendo mientras Mitchel y Halliwell se dedican a entrelazar buenos acordes y solos. En “Raven’s Eye” muestran devoción medieval con su ambientación celta típicamente británica que bien podría servir como soporte para cantar las hazañas de los caballeros andantes, aunque no acaba de romper y se alarga en exceso quedándoles algo pesada.
Se anima mucho más el ambiente con la hard melódica “Right Now” más directa con un estribillo claro arriba que me recuerda a los discos de Gary en solitario resultando pegadiza y sencilla pero con bastante trabajo por dentro mezclando teclas y guitarras con buen tino dándola un interesante matiz sinfónico. Continúa la misma onda en la intensa “Game Of Hearts” más guitarrera con el bajo de McKenna marcado resaltando junto a sus buenas voces que llenan, para llegar al descanso del guerrero con la épica balada “The Last Time” que deja un regusto romántico pero atormentado en su instrumentación y melodía vocal quedando bastante bien.
Sube de nuevo el ritmo con la seductora y hard rockera “The Priestess” dotada de interesantes matices vocales, que se vuelven más arrogantes aún en la más dura “Isiatiable” donde las guitarras rasgan con poderío las armónicas líneas de teclados que acaban pasando a un segundo plano tras la desafiante voz de Gary. El vocalista retoma su versión más cálida y habitual en un precioso medio tiempo como es “Another Rainy Day” adornada de suaves arreglos acústicos y de piano redondeando el sonido A.O.R. propio de la banda.
En el final vuelven a pisar un poco el acelerador con el guitarreo dinámico de “Unbelievable” marcada por unas magnífica líneas vocales maca de la casa creando una melodía perfectamente reconocible, Ten 100%, cerrando definitivamente el CD con la romántica balada “The Riddle” donde el piano de Darrel vuelve a ser protagonista junto a la aterciopelada voz de Hughes.
Parece que Ten están en el buen camino, esperemos que la formación siga consolidándose para acabar de recuperar el cetro del hard melódico europeo, de momento creo que con “Heresy And Creed” podemos disfrutar de su disco más interesante y completo desde aquel maravilloso “Babylon”, que no es poco.
Mariano Palomo

NEAL SCHON “The Calling”

(Frontiers / Mastertrax)

Después de la pequeña decepción que supuso para mí el último trabajo de Journey, que sin estar mal no colmó mis expectativas, ahora nos encontramos con un nuevo trabajo instrumental en solitario de su guitarrista y líder Neal Schon. Disco variado, brillante en su ejecución técnica, pero que se me hace excesivamente complejo y rebuscado por momentos, reconociendo por supuesto el tremendo nivel tanto del Schon como de los que le acompañan en esta obra que no son mancos precisamente. De hecho podemos volver a apreciar el gran talento de su ex compañero en Journey Steve Smith a la batería, que es lo que más me ha llamado la atención, de Igor Len a los teclados, y de la colaboración especial Jan Hammer a los solos de órgano moog.
Como decía el disco es bastante variado, se abre con tema de ritmo animado como “The Calling” en el que se mezclan aromas funk y jazz setenteros con guitarras experimentales, acentuándose la improvisación controlada en la curiosa “Carnival Jazz” donde los solos y escalas de Schon recorren la percusión de Smith haciendo honor a su título con un sonido jazz fussion que acaba pareciéndome algo deslavazado.
Cambio de registro para encontrarnos con la lenta “Six String Waltz” que a ritmo de vals suave incluye punzantes ejercicios de guitarra aguda algo marciana, que se relaja en mínima pieza de reminiscencia irlandesa “Irish Field”, que ve rota su calma por los intensos riffs de “Black Smash” un tema durito de ritmo pesado algo experimental, con mucho curro instrumental matizado por aportes de guitarra española, teclas y percusión destilando virtuosismo quedando muy bien.
Sigue la experimentación mezclando sonidos en la original “Fifty Six (56)” capaz de entrelazar con sentido toques orientales, piano jazzie y virguerías guitarreras completando un complejo corte que sin embargo me resulta de los más enganchantes por su dinamismo. Transmite también aunque con unos registros totalmente distintos la balada “True Emotion” donde Schon exhibe toda su sensibilidad sacando unas hermosas melodías desde sus cuerdas, que se tornan más sinfónicas en la extensa y compleja “Tumbleweeds” con sonidos espaciales de sintetizadores dando réplica a los sentidos solos de guitarra del titular.
Cambio radical de onda con la racial “Primal Surge” marcada por unas percusiones tribales junto a unos sonidos de guitarra mezclando new age y hard rock dando un aire algo vacilón pero con clase, como sucede en la preciosista “Blue Rainbow Sky” de ritmo tendido e intenso más Journey con la guitarra más aguda pero extremadamente melódica y reconocible, volviendo a sonidos más new age en “Transonic Funk” que poco tiene de funky y en la que las notas tienen una gran profundidad a medio tiempo, para dejarnos definitivamente de forma relajada con la delicada y sensible “Song Of The Wind II” que puede sonar a los discos en solitario de Craig Chaquico (Starship).
Mucho nivel, mucha calidad, pero echo en falta temas más asequibles, aunque no sorprende dentro de la trayectoria en solitario de uno de los grandes del rock melódico de siempre que siempre ha querido investigar y probar con otros sonidos, esperemos que con Journey mantenga el nivel de calidad y mejore en cuanto a pegada para próximas entregas de los dioses del A.O.R. De momento este “The Calling” sirve para tenernos ocupados una temporadita.
Mariano Palomo

lunes, 15 de octubre de 2012

NIGHT RANGER “24 Strings & A Drummer”

(Frontiers / Mastertrax)

Después de dejarnos hace el pasado 2011 un maravilloso trabajo como fue “Growing Up In California”, con su correspondiente gira americana complementada por unas cuantas citas veraniegas que les acercaron al a Japón y al viejo continente dándonos la oportunidad de disfrutar de uno de los mejores conciertos que recuerdo en el Sweden Rock Festival, ahora estos monstruos del hard melódico vuelven a conseguirlo otra vez mediante el lanzamiento de esta nueva obra en formato acústico.
Un disco que recoge tanto en CD como en DVD la actuación que el quinteto californiano llevó a cabo el pasado mes de mayo en Sausalito para un selecto grupo de fans que pudieron disfrutar en directo de los clásicos de la banda en una versión distinta a la habitual, así como de alguna pequeña sorpresa, que hacen de este un lanzamiento de obligada adquisición para cualquier seguidor de Night Ranger.
Formato acústico pero en absoluto aburrido ni lento, más bien al contrario, buenos y variados ritmos marcados por el color de las voces no sólo de los habituales Jack Blades y Kelly Keagy, si no también de los guitarristas Brad Gillis y Joel Hoekstra que se salen con sus instrumentos, y del teclista Eric Levy también aporta su buena labor en momentos más puntuales. Todo esto con un tremendo sonidazo, dinámico, compacto y brillante.
Se inicia la fiesta con el ritmo insinuante de “This Boy Needs To Rock” el tema que más varía respecto a su originaria concepción eléctrica pero dotada de un encanto diferente con la voz de Keagy más áspera suavizada por unos detalles de piano que acaban contagiando al personal que acaba palmeando. Menos sorprendente resulta la envolvente y magnética “When You Close Your Eyes”, pura melodía con unas voces enormes que tocan el cielo en su estribillo coreado que compite en brillo con un maravilloso punteo doblado.
Me ha convencido también mucho como ha quedado la intensa y divertida “Sing Me Away”, repitiéndose los elementos de la anterior llenándola de feeling con algo más de percusión y ritmo, que se acentúa aun más en la más reciente “Growing Up In California” alegre, nítida, con su estribillo contagioso que te anima el día, resultando bastante fiel a se versión eléctrica, algo que no sucede tanto en la peliculera “The Secret Of My Success” en la que sus sonidos sintetizados originales desaparecen bajo las aportaciones acústicas que rompen con un vacilón punteo, pero respetando sus ultra melódicas líneas vocales.
Llegamos al momento de gloria de Levy que se marca una dramatizada intro de piano para enganchar con una de mis baladas preferidas “Sentimental Street”, que resulta mágica con la apasionada voz de Keagy apoyada por unos coros quizá excesivamente melosos, que acaba creciendo con una intensidad tremenda rematada por el solo bastante fiel al original pero diferenciándose con un ligero toque slide. Repite el piano de Levy en el inicio de, para mí, “el tema” de Night Ranger, esa maravilla hecha canción titulada “Four In The Morning” que debería aparecer en cualquier manual de melodías básicas, y que en esta ejecución acústica pierde un poco de su fuerza eléctrica pero nada de su sentimiento y clase, con la voz de Blades doblada magistralmente por Keagy que también se deja notar con la percusión, al igual que Hoekstra con un magnífico punteo.
Seguimos con momentos especiales, pero en este caso no tan nuevos, ya que enlazan las relajadas “Let Him Run” y “Goodbye” de la misma forma que aparecían recogidas en el directo del ‘89 en Japón con la voz principal de Keagy perfectamente secundada por la de Blades creando una ambientación espectacular mientras Gillis deja un bonito solo aunque aquí sí echo de menos la intensidad del eléctrico original. Seguidamente me sorprende la inclusión entre tanto clásico de la menos conocida “Forever Allover Again” que pertenece originalmente al LP “Neverland” de 1997 y que prácticamente calcan mandando sus suaves armonías vocales con una suave percusión de fondo.
La recta final es más que previsible con sus hits imprescindibles, desde los embaucadores y reconocibles acordes de “Don’t Tell Me You Love” con mayor presencia de Keagy en los tambores dando sostén a la melodía pura de las voces con Blades arriba y unas guitarras de la pareja Gillis–Hoekstra que hace meterse al público coreándola con unos repuntes sorprendentes para un acústico. Baja el ritmo de nuevo con la más conocida últimamente por sus apariciones cinematográficas y televisivas “Sister Christian” que es puro derroche de emotividad en la voz de Keagy aumentada por los luminosos juegos vocales del resto de la banda, para terminar el show por todo lo alto con el himno “(You Can Still) Rock In America” que ejecutan con la misma fuerza instrumental y vocal que si tuvieran los amplis y la distorsión a tope con un bárbaro solo de guitarra doblado.
Como perlita final nos dejan a modo de bonus track una buena versión de “Boys Of The Summer” cuya autoría corresponde a Don Henley (Eagles) y que encaja perfectamente con su espíritu californiano algo nostálgico con buenas voces y rasgueos, como predominan a lo largo y ancho de este trabajo. Una pura delicia, para nada empalagoso, y que a riesgo de exagerar situaría sólo un peldaño por de bajo de “Five Man Acoustical Jam” de Tesla, obra cumbre de los acústicos para mi gusto.
Mariano Palomo

JEFF LYNNE “Long Wave”

(Frontiers / Mastertrax)
Al mismo tiempo que se publica un recopilatorio con temas regrabados de la Electric Light Orhcestra (podéis leer la reseña publicada en Alianza hace unos días) su líder Jeff Lynne se saca de la manga un disco de versiones de los temas que le influenciaron en su adolescencia creadas originalmente desde hace más de medio siglo. Un disco que se aleja bastante del rango estilístico de que solemos ocuparnos en este espacio, pero que tratándose de una figura tan influyente dentro del rock creemos que merece la pena aunque sea una pequeña reseña del mismo.
La mayoría de los temas son tranquilos, con ritmos bastante suaves que nos transportan a unas épocas que dada mi edad he conocido casi de refilón a través de discos como este o de proyectos audiovisuales retrospectivos y que al final acaban quedándose en la memoria haciendo que nos suenen sus melodías al volver a escucharlas. Mucho romanticismo envuelve a temas como la inicial “She” composición del mito francés Charles Aznavour que ya fue versionada en su momento por Elvis Costelo y que me suena mucho a los Beatles más acomodados, siendo una referencia esta que también aparece en la más rítmica y sosa “If I Loved You” de los compositores Rodgers y Hammerstin, y en el electro-acústico medio tiempo “So Sad” original de los Everly Brothers y que también incluyó George Harrison en su discografía.
Seguimos con temas de escasa gracia que invitan a un casto baile agarrado con la excesivamente edulcorada “Bewitched, Bothered And Bewildered” que formó parte de un musical de Broadway de la mano de Vivienne Segalt, la sensual de voz profunda “Running Sacred” surgida originariamente del buen hacer de Roy Orbison, con la susurrante “Smile” muy suave que fue obra nada menos que del genial Charles Chaplin haciéndola popular Nat King Cole, unas de las mejores voces negras para este tipo de composiciones, al igual que lo fue la de Etta James que prestó su talento a “At Last” una cinematográfica pieza a ritmo de vals escrita a principios de los cuarenta.
Algo más de cuerpo, aunque no de ritmo, nos encontramos en la cincuentera “Love Is A Many Splendored Thing” que también aparecía en una banda sonora de la época que interpretaron The Four Aces y que bien podría haber encajado dentro de película como Grease con un barniz más E.L.O. con los coros y arreglos que nos encontramos en la versión de este trabajo.
Los ritmos más animados los encontramos en el rock & roll más clásico de Chuck Berry con “Let It Rock” de pianola y contrabajo marcados, con la electro-acústica “Mercy Mercy” de percusión hueca firmada Don Covay en 1964, y con la curiosa “Beyond The Sea” de aires crooner e incluso de baile de salón escrita a mediados de los cuarenta por Trenet y Lawrence, haciéndola famosa quince años después Bobby Darin.
La mayoría de los nombres que aparecen aquí son desconocidos para mí, los aporto prácticamente a título documental, para que quien sí los conozca pueda ubicar los temas que puede encontrarse en este trabajo que es una pura elegía a la nostalgia más personal del señor Lynne, pero que también puede conseguir que alguno profundice algo más en las raíces de esta historia. Yo de momento me limitaré a ponérmelo de vez en cuando de fondo para tener una agradable compañía musical, desde luego no apto para soltar adrenalina.
Mariano Palomo

viernes, 12 de octubre de 2012

LEYENDA “Ciudad del Caos”

(PICAP / Actual Records)
Creo, sin temor a equivocarme, que conozco pocas personas tan consecuentes y perseverantes dentro del mundillo del rock como Antonio S. Montemayor desde que se presentó hace más de diez años en los estudios de Radio Vallekas presentando una de sus primeras maquetas junto alguno de los que entonces eran sus compañeros tanto en Leyenda como en la Universidad.
No se si será por esa formación académica (afortunadamente cada vez más presente en los músicos españoles), por su carácter humilde y amable, por su inagotable pasión por la música, o por todo ello en conjunto, pero el caso es que Antonio sigue llevando adelante el proyecto que comenzó hace diecisiete años en la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Autónoma de Madrid bajo el nombre de Infernal para tornarse definitivamente a Leyenda en el año 2000.
Infinidad de idas y venidas de músicos en la banda, cambios de estructura en la formación, aventuras diversas con las compañías, en fin los avatares habituales para cualquier banda de heavy metal que no han podido doblegar la inquebrantable voluntad de mejorar y progresar de el profesor Montemayor dando como fruto, tras tres más que dignas demos autoproducidas, cuatro interesantes trabajos cada uno de ellos mejorando al anterior, para llegar a este completísimo “Ciudad Del Caos” que ahora ponen en circulación.
Una vez más y como ha sido norma en los discos de Leyenda nos encontramos con nuevos compañeros de aventura para Antonio completando la alineación de la banda esta vez en forma de quinteto por primera vez en su trayectoria. Respecto a “Horizontes”, su anterior entrega publicada en 2009, sólo repite la compañía catalana PICAP, la banda es totalmente nueva, acompañando al cantante y guitarrista madrileño el batería Jörgen Bjurenlind el que lleva más tiempo en la banda, el bajista Javi García, el teclista Jack Soriano y el guitarrista Diego Borealis.
También llama la atención la extensa nómina de invitados con nombres ilustres de la escena heavy-hard nacional dando versatilidad y categoría a unas composiciones variadas pero siempre con el estilo reconocible de Leyenda fundamentado en el heavy melódico de tintes épicos con la personal voz de Antonio cada vez mejor.
Mucho trabajo compositivo y de producción se refleja en cada uno de los temas que componen este nuevo disco, dando cabida a algunos elementos prácticamente inéditos anteriormente, pero como siempre dando el protagonismo principal a las buenas melodías vocales, con unas guitarras realmente brillantes por parte de Diego y Antonio, y con un mayor protagonismo del habitual para los teclados de la mano del propio Jack y de los invitados Edu Ortiz (Perfect Smile, Ad Astra) y José Paz (Santelmo, Koven). En la base rítmica Javi y Jörgen cumplen a la perfección, técnicamente muy bien, sólidos sin necesidad avasallar sonando con nitidez y rotundidad.
Tras la evocadora intro “Un Nuevo Mundo” enlazan con “Esmeralda” un tema muy melódico de temática romántica a ritmo cabalgante suave pero marcado con unas magníficas melodías de guitarra apoyadas por las teclas que dan sustento a su claro y reiterado estribillo.
Cambia el panorama tornándose más sombrío y pesado en la atractiva “Ciudad Del Caos” un gran tema que a pesar de esa oscuridad que lo cubre tiene un brillo especial con unas guitarras tan duras como limpias completadas por unos toques de hammond a cargo de José Paz creando una ambientación tétrica en la que se deja notar la participación de Silver (Muro, Silver Fist) como segunda voz. El veterano vocalista madrileño repite en la más actual con arreglos cibernéticos “Nm1go” más densa e inquietante.
Entre estos últimos temas nos encontramos otros dos más luminosos en los que participa bastante en segundo plano otra de las mejores voces de nuestro rock, Ignacio Prieto (Eden Lost, Atlas). El primero de ellos “Tierra Prometida” muy rítmico y melódico, de buena estructura vocal con mayor presencia de Antonio destacando sobre las teclas algo barrocas de Edu, que también aparecen por parte de José Paz alternando con tímidos sonidos hammond en la épica y auto afirmante “Quiero Alcanzar Todos Mis Sueños” compuesta en su parte musical por el ex guitarrista de la banda Roberto Gutiérrez (Kiss Fever Band) que también mete un buen solo.
Llegamos a uno de los puntos emotivos del trabajo, y de los que más me ha gustado, con “Héroes Del Sol Naciente”, que precedida a modo de preludio instrumental de la suave oriental “Héroes Réquiem”, sirve como homenaje al pueblo nipón que sufrió la fuerza de la naturaleza en la tragedia de Fukushima hace casi dos años. Musicalmente el tema es puro Leyenda, ritmo cabalgante, épico, melódico, bien trabajado, y además con un gran solo de Jero Ramiro (Ñu, Santa, Saratoga) como guinda.
Continua la emotividad a flor de piel en la preciosa balada “Junto A Ti” en la que Antonio comparte primer plano vocal con la gran Patricia Tapia (Nexx, Mago de Oz, Khy) creando un dueto lleno de belleza e intensidad acompañados en su primera mitad por los delicados teclados de Yeray Corujo (Black Rock, Perihellion), tomando mayor altura y dramatismo con la entrada del resto de los músicos. Continua la potente voz de Patricia presente en la épica y barroca “Vestido Blanco” con la voz de Antonio desafiante tomando el mando sobre un ritmo ligeramente power recordándome a los primeros Avalanch, adornada por un solo rápido de Carlitos (Mago de Oz), creando una línea enganchante y guerrera que me da la sensación que puede funcionar muy bien en directo.
Para la parte final se relajan un poco, primero con el envolvente medio tiempo “Torre de Marfil” digna sucesora de “Horizontes” en la que la voz de Antonio muestra toda su expresividad acompañado en segundo plano por las de Beatriz Romero, Catalina Taltavull e Irene Sendina, componentes del Coro de la Universidad Rey Juan Carlos, completando una bonita instrumentación destacando los sonidos de guitarra. El cierre definitivo lo pone a modo de Bonus Track la lenta acústica “Ciudad Del Bien”, una bella pieza llena de positivismo en la que se deja notar con clase la aportación en la guitarra de Albert Maroto (Dark Moor, Dreamaker).
Poco más puedo añadir, aparte de señalar el buen trabajo de producción y masterización por parte de Javier Palomeque y Caco Refojo respectivamente, y únicamente me queda recomendaros este que supone para mí el mejor disco de Leyenda hasta ahora, y esperar que puedan mantener la formación mucho tiempo para que puedan seguir dándonos más satisfacciones como ésta.
Mariano Palomo

E.L.O. “Mr. Blue Sky”

(Frontiers / Mastertrax)
 
A la vista de este recopilatorio de grandes éxitos regrabados, me da la sensación que estamos ante el típico disco puente de relanzamiento de la carrera algo estancada de un músico que parece querer volver a los primeros planos de la actualidad musical. Como ejercicio de nostalgia y recuerdo no me parece mal, pero no creo que Jeff Lynne, líder y alma matter de E.L.O. hubiera tenido que recurrir a esto. El mismo, sin contar con nadie más, se encargado de volver a grabar y producir todos esos temas que compuso hace ya unas cuantas décadas, que en su momento coparon las listas de éxitos a los dos lados del Atlántico, y que además de refrescar la memoria de los más veteranos puede que sirva para que los más jóvenes o despistados descubran a una banda fundamental dentro del rock sinfónico más comercial, con elementos pop y con influencias de gente como The Beatles o The Beach Boys.
No me extenderé mucho ya que no hay grandes diferencias respecto a las composiciones originales, y prácticamente viendo el listado de temas el disco se comenta por si solo. Desde la divertida y fácil de escuchar “Mr. Blue Sky”, pasando por el encanto de “Evil Woman” deslucida un poco por el uso del sintetizador en sus imprescindibles arreglos de cuerda, o de “Stange Magic” con esos tonos nasales en la voz de Lynne llenando su reiterado estribillo.
También hay momentos más animados y rockeros como la fantástica y eficaz “Don’t Bring Me Down”, aunque me quedo con la original, al igual que me sucede con el hit “Livin’ Thing” con su rollo tan festivo en los coros pero que no se por qué se me queda algo floja en sus voces y arreglos de cuerda, mejorando bastante mi apreciación en la más guitarrera “Do Ya” menos conocida pero más dinámica con ese sonido de cencerro que le da un encanto especial y festivo, como se puede apreciar también en la más sinfónica y romántica “Turn To Stone”.
Un sinfonismo que se acentúa en los arreglos del medio tiempo “Showdown” más seria con guitarras algo Clapton, para desaparecer casi por completo en la balada “Telephone Line” cuyo sonido nos lleva a la época de “Grease” o “Xanadu” con su despliegue de azúcar a base de violines y voces suaves. Por su parte el influjo Beatle queda patente en la cálida envolvente “Can’t Get It Out Of My Head” que bien podrían haber firmado los de Liverpool.
En el final nos encontramos con dos alicientes más novedosos. En primer lugar la edición 40 aniversario de “10538 Overture” que curiosamente ni es una overtura, ni es instrumental, pero que si tiene los elementos propios del rock sinfónico que podrían ser previsibles a la vista de su título, bien pero sin alardes. Llegando al final con una composición completamente nueva “Point Of No Return” un buen tema de rock sinfónico asequible, de buenas melodías vocales con arreglos suaves y buen estribillo que me recuerda a los primeros Asia pero sin tanta carga pomposa en su instrumentación.
Lo dicho, para cualquiera que haya seguido al grupo durante su trayectoria no creo que este lanzamiento tenga mayor interés, para el que no los conozca seguramente les resultará excesivamente añejo y fuera de onda, y para el que de vez cuando escuche las emisoras de radio fórmula de rock clásico seguro que reconocerá la mayoría de los temas. Apropiado para llevarlo en el coche o para tenerlo de fondo.
Mariano Palomo

martes, 9 de octubre de 2012

PRIDE OF LIONS “Immortal”

(Frontiers / Mastertrax)

Larga, larguísima diría yo, se nos ha hecho la espera a los seguidores del A.O.R. durante el lustro de sequía que hemos tenido que padecer para poder disfrutar de nuevo y por todo lo alto de, en mi opinión, la banda más importante del género en el siglo XXI. Un interludio este en el que se han desatado todo tipo de especulaciones acerca del futuro de Pride Of Lions que, por fortuna, se han desvanecido volviendo a dar como resultado otra absoluta obra maestra del rock melódico repitiendo la fórmula ganadora de la dupla Hitchcock-Peterik.
Elegancia, fuerza, pasión, clase, sensibilidad, en fin todo lo que se podía esperar de estos dos genios es lo que nos encontramos en este “Immortal” lógica y fantástica continuación de sus tres entregas anteriores que les colocaron en la primerísima división para asombro y regocijo de los seguidores de los sonidos melódicos dentro del rock.
Lo de la voz de Toby Hitchcock es digno de estudio, con una profundidad y potencia barnizadas de melodía que está al alcance de muy pocos elegidos, como empezamos a comprobar una vez más con el tema título que de apertura al CD haciendo que uno quiera devorar un corte tras otro. “Immortal” rebosa solidez y ritmo, con unos juegos vocales espectaculares, ya que Toby no está solo en estas lides con el propio Peterik apoyando junto a otros colaboradores como Thom Griffin (Trillion) o Marc Scherer.
Guitarras y teclados de la mano de Jim Peterik compartiendo protagonismo, sobre una base compacta y real con el gran Kelly Keagy (Night Ranger) a la batería en seis de los temas y con el menos conocido Ed Breckenfeld en los cinco restantes, completándose con la pareja compuesta por Bobby Lizik y Klem Hayes que se reparten las tareas al bajo, sonando todo ellos realmente bien.
El abanico se abre hacia sonidos más emotivos en la fabulosa “Delusional” llena de sentimiento con unas inmensas melodías vocales que transmiten optimismo como reflejan en el entrañable vídeo clip rodado al efecto y que bien podría servir como soporte sonoro a cualquier telefilm de sobremesa. Misma positividad que impregna las más rockeras “Vital Signs” que recuerda a los propios Survivor por su espíritu motivante además de por su título, y la inmensa “If It Doesn’t Kill” tremenda declaración de intenciones plena de vitalidad con una garra y melodía excelsas.
La onda animada continúa en la final “Ask Me Yesterday” enganchando con los omnipresentes juegos de voces de sus protagonistas que comparten primeros planos con grandes guitarras, que se tornan más insinuantes en “Coin Of The Realm” donde el bajo y la percusión aparecen más marcados creando un ritmo menos directo pero igualmente atractivo.
No pueden faltar los temas más relajados en los que las voces se alternan brillando sobremanera, caso de la balada “Everything That Money Can’t Buy” pura pasión a lo Desmond Child en la que participa poniendo su elegante y nítida guitarra el versátil Mike Aquino (compañero de Peterik en el proyecto World Stage), que repite en el igualmente apasionado medio tiempo “Tie Down The Wind” absolutamente rotundo y delicioso, rozando el west coast.
Más dramáticos y algo nostálgicos se ponen en “Are You The Same Girl” de nuevo en clave de balada con las teclas sobresaliendo con unos preciosistas arreglos, que dejan mayor especio a las guitarras en la positiva y elegante “Sending My Love” puro A.O.R. de manual, como lo es la más profunda y rítmica “Shine On” con unos magníficos repuntes de voz y guitarra.
Sin duda estamos ante otra nueva joya llamada a ocupar el podio de este 2012 que se nos empieza a escapar, esperando que el próximo 2013 sigua trayéndonos buenas nuevas de estos iconos absolutos del rock melódico, y a ser posible la gira prometida que al menos nos los acerque a Europa para poder disfrutar de su arte en directo. Como diría el clásico “compra o muere”.
Mariano Palomo

MANAKEL “Luz”

(Autoeditado)

Muy grata sorpresa la que me he llevado con este nuevo proyecto del guitarrista de Offtopic Toni Sánchez-Gil que bajo el nombre Manakel ha grabado un interesantísimo y entretenidísimo disco titulado “Luz”. Sorpresa sobre todo por la orientación musical de los temas, alejada en bastantes fases de lo que conocíamos de él con su banda en una onda más metalera y actual, resultando de lo más variada. Podemos encontrar desde hard melódico, a rock & roll, pasando por el heavy metal, todo ello ejecutado a la guitarra, bajo y batería con clase y eficacia por el padre de la criatura bien acompañado por una importante lista de colaboradores, comenzando por la magnífica vocalista Rosa Ibáñez, su compañera en Offtopic y en la vida personal.
Rosa pone su personal y potente voz a dos temas, el que abre el disco “Sin Compasión” que nos lleva a los sonidos del mejor rock melódico nacional con su estructura sencilla y pegadiza donde sus dinámicas guitarras y su claro estribillo sobresalen con técnica y encanto. El otro tema que canta Rosa, “Juntos Tú y Yo” transpira pasión y fuerza a medio tiempo con la voz poderosa y sensual contestada por una depurada técnica de guitarra a lo Pete Lesperance por parte de Toni, recordando en su conjunto a nuestros añorados Nexx.
Más contundencia encontramos en la hard rockera “Puedes Cambiar” con la inconfundible voz de Ignacio Prieto (Eden Lost) comandando un fantástico tema de sonido más actual pero pleno de matices y musicalidad en sus voces en segundo plano y en su instrumentación con la participación del bajista de Offtopic José Luis López metiendo un buen solo de guitarra. Aumenta aún más el octanaje de la voz del ex Atlas con la más heavy “Por Mi Libertad” con un sonidazo tremendo de guitarra marcando un ritmo trepidante y limpio que nos lleva a la mejor época del heavy americano de bandas como Q5 o incluso los Racer X más melódicos.
El tema más duro lo encontramos con la pegadiza y agresiva “Predicador” con la voz de Diego Valdez (Helker, Tridanna, Electro Nomicon) algo engolada dando réplica a unas guitarras más pesadas y actuales dotando al tema de la crudeza que corresponde a su letra remarcada por la importante pegada de desde los tambores. Diego Valdez y Toni muestran su versatilidad en la más melódica pero igualmente rotunda “Se Perdió” contrastando guitarras melódicas y actuales balanceando con acierto creando muy buenos momentos dentro de un gran ritmo.
Llegamos a los temas más puramente fiesteros y rockanroleros a lo Chuck Berry de la mano de uno de los vocalistas a reivindicar en nuestra escena, Juan Olmos (Antigua, Punto de Mira), que transmite con gancho y poderío en la totalmente clásica “Para” que invita al baile y el desenfreno con su contagioso ritmo en sus apenas dos minutos y medio de duración y donde su compañero Javier Mira deja un buen solo de guitarra. Sin extenderse tampoco en exceso y más cerca del hard melódico se mueve “No Lo Quiero Aceptar” llena de personalidad sobre un ritmo medio adornado por unos grandes detalles de guitarra, dejándome cierto regusto Beethoven R.
Esa estela de los Beethoven o de los mismísimos Sangre Azul parecen seguirla también en los dos temas que completan el disco. La alegre y vacilona “Difícil De Olvidar”, un señor tema pleno de armonías vocales con un gran descubrimiento como ha sido Baol Bardot (Musical We Will Rock You) acercándose un poco al A.O.R. pero con unas guitarras más hard rockeras. Transmitiendo y acentuándose aun más si cabe esta tendencia en la entregada balada “Yo Te Tengo a Ti” llena de sentimiento e calidez que salen tanto de la voz de Baol como de la su instrumentación con el bajo marcado junto unos teclados suaves y discretos de Dani Sánchez-Gil, rematando con un fantástico solo de guitarra.
Muy buen trabajo este de Manakel al que esperemos que Toni de continuidad ya que me ha parecido de lo más entretenido, fresquito, variado y completo técnicamente de lo que he escuchado últimamente dentro del panorama nacional. Muy Recomendable.
Mariano Palomo

jueves, 4 de octubre de 2012

MOB RULES “Cannibal Nation”

(AFM / Avispa)

Desde que publicaron su primer trabajo, “Savage Land” en 1999, los alemanes Mob Rules siempre me han parecido una de las formaciones más respetables dentro de panorama power-heavy metalero europeo, y según han ido avanzando en su carrera creo que han ido creciendo enriqueciendo con matices y mejoras tanto técnicas como compositivas cada uno de los siete discos publicados hasta la fecha, incluido este último que nos ocupa que se pondrá en circulación el próximo 19 de octubre.
Un disco en el que las guitarras junto a las partes orquestales dan brillo y altura a unas bases sólidas y precisas creando momentos ciertamente notables en sus nueve temas que, a pesar de exceder los seis minutos en algunos casos no se hacen en absoluto pesados. Mención aparte para la voz de Klaus Dirks, fundador del grupo junto al guitarrista Matthias Mineur, que me parece uno de los cantantes que más y mejor ha evolucionado en los últimos años, sin necesidad de mostrar una potencia desmedida ni de exhibirse con agudos imposibles, posee una de las voces que más me convencen dentro del género, con esa especie de mezcla entre James LaBrie y André Matos que lo hacen de lo más atractiva.
La referencia al vocalista brasileño nos lleva también al sonido de dos las bandas en las que forjó su trayectoria, Angra y Shaman, ya que en este trabajo encuentro muchas similitudes con éstas, combinándose con clase y poderío melodía y potencia dando como resultado piezas tan intensas como la inicial “Close My Eyes” donde las melodías de guitarra de Sven Lüdke y del citado Mineur se dejan notar sobre unas teclas envolventes de la mano de Jan Christian Halfbrodt, mientras que el bajista Markus Brinkman y el batería Nikolas Fritz aportan sustento rítmico marcado y contundente sin necesidad de acelerar en exceso ni de tirar de dobles bombos estridentes.
Sigue la misma tónica en “Lost” rodeada de un sonido más misterioso y donde los coros llenan junto a la potente voz de Dirks, que sube y se matiza aun más para la más rápida “Tele Box Fool” en la que las guitarras se afilan para dar mayor agresividad sin perder melodía a una acertada y crítica letra sobre el alienamiento televisivo que sufrimos en estos tiempos.
Un aspecto este de los textos que cuidad especialmente dedicándose a escribir sobre cosas bastante más interesantes que sobre espadas y dragones (esa etapa ya pasó), como por ejemplo en la magnífica “Ice And Fire” en la que abordan el secuestro por parte de las FARC de la política Ingrid Betancourt, y que ha sido elegida con acierto como primer single. El tema más largo del disco en el que se deja notar la mano de Miro (Heaven’s Gate, Virgo, Avantasia) dejando unos magníficos arreglos orquestales para ambientar esta historia que se desarrolló en la selva colombiana creando una fantástica atmósfera digna de los propios Angra, sin olvidarnos de unos grandes detalles corales y de guitarras.
Con “Soldier Of Fortune” continúan presentes los arreglos de teclas orquestales pero esta vez con unos tintes más épicos y guerreros marcados, al igual que en “The Sirens” más veloz sobre un típico ritmo cabalgante roto por la versión más cañera de la voz de Dirks que sigue cargando de técnica y matices su interpretación.
Si hablábamos de letras interesantes no lo son menos las de los dos temas que siguen. En primer lugar la epopéyica “Scream For The Sun (May 29th 1953)” cuyo título refleja la fecha en la que el neozelandés Sir Edmund Hillary acompañado por el sherpa Tenzig Norgay conquistaron por vez primera en la historia la cima del Everest. Musicalmente un tema elaborado siempre sobre un ritmo medio y con elementos sinfónico-progresivos que me recuerdan por momentos, sobre todo por sus guitarras, a los Maiden del “Seventh Son” o a los propios Savatage por la carga dramática que imprimen.
En el tema título “Cannibal Nation” se enfrentan nada menos que con la figura de Bokassa, dictador sudafricano que seguía una curiosa dieta, y al que retratan dentro de uno de los temas más duros y de mayor ritmo del disco, relajándose al final para cerrar con la suavidad inicial de la envolvente “Sunrise” que va cogiendo intensidad dentro de un desarrollo lento y agradable rematado por un precioso aporte de guitarra española.
Notable disco en definitiva, de lo mejorcito que recuerdo de Mob Rules ratificando la buena opinión que siempre he tenido de ellos.
Mariano Palomo

miércoles, 3 de octubre de 2012

ORDEN OGAN “To The End”

(AFM / Avispa)

Los germanos Orden Ogan siguen construyéndose un nombre dentro del cada vez más famélico panorama del power metal europeo. Creo que hacen muy bien lo que hacen, aunque haya dejado de llamarme la atención hace tiempo, un power metal melódico clásico con influencias de los grandes del género, sobre todo de Blind Guardian, con una producción más que solvente y con unos temas que dentro de su uniformidad ofrecen interesantes matices compositivos.
“To The End” supone ya el tercer trabajo de este cuarteto que empezó a funcionar hace aproximadamente un lustro y que ha ido puliendo su sonido en cada de ellos para llegar un resultado final sólido y trabajado como podemos comprobar en los once cortes de esta última entrega. Un disco que tras la instrumental guerrera de rigor, “The Frozen Few”, ataca con el tema título a base de ritmos contundentes, riffs afilados y coros marciales bastante pomposos que predominan a lo largo y ancho del CD.
Sigue la vena marcial y épica, incluso acentuada, con “The Things We Believe In” más interesante y melódica sobre todo por el trabajo vocal del también guitarrista Seeb Levermann que rasca menos que en la anterior sobre unos marcados redobles de la mano de Dirk Meyer-Berhorn y con esos coros tan típicamente reconocibles que comentaba antes, dejando sitio a una mayor pegada machacona en “Land Of The Dead” pero sin perder las buenas melodías corales.
Muestran su cara más tranquila en la evocadora balada “The Ice Kings” llena de suaves sonidos acústicos y de piano, algo que no le resta compacidad ni intensidad, sobre todo por su buen solo de guitarra que habrá corrido a cargo del propio Seeb o del otro guitarrista Tobin Kersting, cambiando la pareja de hachas por completo de registro a continuación en la motivada “Till The Stars Cry Out” donde combinan el heavy power más cañero y festivo con otros elementos que les acercan al progresivo con tintes bucólicos.
Una referencia al progresivo que no abandonan en “This World Of Ice” pero en una onda más pesada en el trabajo de guitarras que rozan terrenos casi industriales acordes con la voz inquietante y agresiva de Seeb, sin abandonar los tonos rasgados melódicos que recupera en mayor medida en la resultona y directa “Dying Paradise” más cabalgante a golpe de caja y bombo junto al bajo de Niels Löffler, que sigue más machacón en la efectiva de trabajadas guitarras “Mystic Symphony” donde se evidencia el influjo Blind Guardian.
Para el final dejan el tema más largo y más corto del disco. En el primero, “Angels War”, superan los siete minutos comenzando de forma lenta en plan bardo, pero rápidamente entra en juego la distorsión a base de riffs cortados que se compensan con elaboradas melodías de teclas-guitarra yendo y viniendo propiciando suaves cambios de ritmo que vuelven a completar un sonido más progresivo algo Savatage.
El cierre definitivo lo pone otra balada “Take This Light”, piano, voz suave y profunda, mucha melodía pero escaso ritmo que se intensifica un poco en su parte final con mayor presencia de guitarras acústicas y percusión, creando un bonito tema para despedir este más que correcto disco ideal para escuchar con las cartas y el tablero del Rol.
Mariano Palomo

martes, 2 de octubre de 2012

DOKKEN “Broken Bones”

(Frontiers / Mastertrax)

Que Don Dokken hace mucho tiempo que está muy lejos de su mejor forma vocal es algo que creo que no hace falta casi ni recordar, pero trabajos como este “Broken Bones” no hacen más que refrendarlo una vez más. Tampoco es que haya sido nunca un cantante excelso, pero sí que mantenía un nivel más que interesante para sus fantásticas composiciones con las que nos conquistó en los ochenta con tres obras maestras como “Tooth And Nail”, “Under Lock And Key” y “Back For The Attack”, piezas claves del hard rock melódico norteamericano de la época.
La magia de esos tres discos se rompió a principios de los 90 tras la desbandada que se produjo en el grupo, con George Lynch y Jeff Pilson inmersos en otros proyectos, propiciando una muy buena aventura en solitario de Don junto a otros enormes músicos (Peter Baltes, John Norum y Mickey Dee), reflejada en un gran disco como “Up From The Ashes” que desgraciadamente no tuvo continuidad. Después algunos intentos de reforma del line up clásico sin excesivo brillo, idas y venidas de músicos (desde Reach Beach a Barry Sparks, pasando por el propio Norum) llegamos hasta 2004 para encontrar prácticamente la formación actual con John Levin a la guitarra y Mick Brown a la batería (con entradas y salidas del grupo), variando el puesto de bajista en varias ocasiones hasta ser ocupado éste por el Sean McNabb (House Of Lords, Quiet Riot, Great White).
La producción discográfica desde entonces creo que puede considerarse correcta y discreta, por no decir ramplona refiriéndome sobre todo a “Hell To Pay” (2004) un trabajo modernito, con algún momento rescatable, pero que desde luego no sació a los fans clásicos de Dokken, que quedamos más satisfechos cuatro años después con “Lightning Strikes Again” apropiado título para un álbum que recuperaba buena parte de la esencia hard melódica de la banda, sin llegar ni mucho menos a las cotas de antaño.
Pero ahora que parecía que la cosa volvía a ir para arriba, nuevo bajón con este “Broken Bones”, un disco en su mayor parte plano, soso, y escasamente enganchante, acorde con el estado de forma de su titular. Está claro que las composiciones están adaptadas a las capacidades actuales de Don, que no son muchas por cierto, tirando de tonos medios y bajos quedando reflejado en el escaso ritmo que desprenden en la mayor parte del disco.
Y eso que el comienzo es bastante prometedor con un tres temas intensos como “Empire” clásico y dinámico con un gran tratamiento de guitarras junto a unas líneas vocales muy melódicas y un buen estribillo recordando a la etapa en solitario del cantante, entrando en terrenos más misteriosos con el tema título “Broken Bones” que engancha sin avasallar a medio tiempo con ciertas reminiscencias a la cinematográfica “Dream Warriors”, y con “Best Of Me” tema hard rockero de riffs marcados y buenas voces envolventes de nuevo a lo “Up From The Ashes”.
A partir de aquí empieza a bajar la intensidad poco a poco, manteniendo algo el tipo con “Blind” de cadencia pesada donde la guitarra de Levin vuelve a resaltar sobre una tonalidad monótona, acentuándose en la densa e irregular “Waterfall” salvada en cierta medida por sus coros y por su trabajo instrumental, agradable pero sin chispa.
Sigue cayéndosenos el disco con dos temas tranquilos que parece que ya hemos escuchado antes “Victim Of The Crime” que parece la continuación de “Best Of Me” mezclando eléctricas y acústicas, tomando el protagonismo estas últimas en el comienzo de la más plana “Bruning Tears” salvada de nuevo por otro buen solo de Levin. (Curiosamente al que menos echo de menos en Dokken es a George Lynch cuando siempre ha sido uno de mis guitarristas favoritos).
Más tedio con la lenta “Today” suave, agradable, vale, pero sosa como ella sola, mejorada notablemente a continuación por “For The Last Time” que empieza igualmente lenta acabando compacta e intensa rompiendo desde un gran riff con la voz más arriba bien doblada por los coros y matizada por buenas partes acústicas, llegando a la correcta “Fade Away” que no acaba de arrancar, cerrando definitivamente con la más potente “Tonight” que si hubiera estado cantada con más ganas podría haberse convertido en uno de los mejores temas de esta última etapa de Dokken.
Pero desgraciadamente Mr. Don está como está y este disco con todo lo bueno que tiene instrumentalmente queda deslucido porque este señor ya no da más de sí, dando como resultado una copia en blanco y negro de alguien que brilló con luz propia hace ya demasiados años, una pena.
Mariano Palomo

KIX “Live In Baltimore”

(Frontiers / Mastertrax)

Uno de los primeros abanderados del denominado “Hair Metal” fueron los algo infravalorados Kix. Una formación que al igual que muchas otras comenzó como banda de versiones a finales de los setenta para empezar a dar guerra con su propio material en 1981 con la publicación de su primer trabajo. Desde entonces han desarrollado una irregular trayectoria que llegó en primera instancia hasta mediados de los noventa cuando se desintegraron con media docena de trabajos a sus espaldas, para volver casi una década después prácticamente con los mismos miembros de su mejor época para participar en algunos festivales norteamericanos que fueron tan positivos que les impulsaron a seguir con la historia, incluso anunciando nuevo disco en estudio para el próximo año 2013.
El lanzamiento que nos ocupa refleja esa vuelta en directo mostrando una banda enérgica, divertida y bien engrasada que ofrece todos esos elementos que les hicieron ganarse a sus fieles en los ochenta, con un sonido crudo pero limpio, y donde la voz de Steve Whiteman es lo que más acusa el paso del tiempo, y en cierto modo para mejor ya que no está tan chillón como antaño, aunque se ve que tampoco puede llegar donde solía.
El resto de la banda cumple perfectamente su labor, con las guitarras afiladas y macarras de Ronnie “10/10” Younkis y Brian “Damage” Forsythe cabalgando con estilo sobre la efectiva y sólida base formada por el destacado bajista Jimmy “Chocolate” Chalfant y por el batería Mark Schenker, y siempre con unos coros fiesteros inconfundibles marca de la casa. Todo esto lo empezamos a comprobar con “No Ring Around Rosie” puro hard rock & roll divertido cortado a base de distorsión acompañado por una armónica final dándole mucho rollo y que se incluía en su exitoso “Blow My Fuse” de 1988 del que dan buena cuenta en este directo copando casi la mitad del mismo con sus temas.
Continúan con la más rítmica y opaca “Atomic Bombs” recuperada de su debut discográfico en una onda más dura, para volver al macarreo con la rocanrolera “Lie Like A Rug” de su tercer trabajo “Midnite Dynamite” del ’85 recuperando los coros agudos reiterando su estribillo para llegar al primer parón para dar la bienvenida al público preguntándoles insistentemente sobre su felicidad (“Are You Happy?”).
Momento relajado e intenso con la profunda balada “Don’t Close Your Eyes” mostrando a un apasionado y atormentado Whiteman al límite de su capacidad vocal en su desgarrador estribillo ayudado por un respetable entregado arropándole junto a unos buenos detalles de piano, que desaparecen en la fresca y sensual “Girl Money” igualmente coreada por el público dentro de su ritmo cortado, bien secundada por la enérgica “Cold Blood”, probablemente su tema más conocido que alargan casi hasta los nueve minutos haciendo partícipes a los fans cantando su enorme estribillo sleazy y melódico, y donde también deja su huella “Chocolate” con su bajo.
Cuatro cuerdas que siguen muy presentes marcando un ritmo cercano al funky en la original “Cold Shower” que comienza casi a cappella para ir mezclando luego partes rapeadas con riffs hard rockeros a lo Extreme, de nuevo con la armónica dándole mucho rollo, retomando el hard más afilado a lo AC/DC con la resultona “She Dropped Me The Bomb”, a todo esto con Whiteman forzando su voz sobremanera llegando casi a romperla rescatado por unos coros menores, para soltar otra charla al final que sirve como enganche de “Blow My Fuse” interactuando con el público en sus primeras frases hasta que rompe entrando el resto de la banda completando otro momento cañero y resultón alargando su final para despedirse por primera vez.
Los supuestos bises son pura fiesta hard rockera, comenzando por la clásica y potente “Kix Are For Kids” nasal y frenética, algo atropellada pero tan sencilla como efectiva de nuevo con la sombra de los Hermanos Youg reconocible en su ritmo y guitarras. Se controla un poco el desenfreno con la más melódica “Midnite Dynamite” con unas voces reseñables a lo Leppard de la primera época, volviendo a acelerar con la más garajera y simple “Yeah, Yeah, Yeah” pedida por el público y que prolongan hasta los diecisiete minutos explayándose a base de riffs poderosos, marcadas líneas de bajo, coros compartidos con la audiencia y bastante desfase instrumental quedándoles excesivamente larga y pesadita para cerrar, de nuevo con charla infumable de por medio hasta que recuperan el pulso en su último tercio.
Final un tanto desparramado que desluce un poco este buen directo de una de esas bandas de los ochenta que parecen querer reverdecer viejos laureles. En directo parece que de momento lo van consiguiendo, habrá que esperar a escuchar su nuevo material a ver qué tal andan de creatividad e ideas después de un parón compositivo tan prolongado.
Mariano Palomo