jueves, 29 de diciembre de 2011

AVALANCH “Malefic Time: Apocalypse”

(Santo Grial Producciones)

Alberto Rionda y sus chicos, o lo que es lo mismo, Avalanch, vienen caracterizándose últimamente por buscar nuevos horizontes, y con este nuevo proyecto afrontan posiblemente su reto más complejo y ambicioso hasta la fecha. Es realmente complicado limitar el trabajo musical que nos ocupa a un simple compendio de composiciones, ya que resulta difícil entenderlo sin empaparse de la historia literaria y pictórica de Luis y Rómulo Royo a la que pone banda sonora. A priori cualquiera puede esperar un gran resultado cuando se unen el talento de dos de los mejores dibujantes de cómic fantástico del mundo con uno de los mejores compositores y algunos de los mejores músicos de España, y como era previsible el resultado final es ciertamente espectacular e impactante. Sin ser yo un fanático del cómic obviamente era conocedor de la obra de Luis Royo, sin ir más lejos a través de las portadas de alguno de los discos de los propios Avalanch y de otros muchos grupos a los que ha prestado su arte, pero nunca me había parado a degustar ninguna de sus obras literarias, algo que he podido hacer con las ilustraciones de este trabajo que supongo hará las delicias de los seguidores del célebre ilustrador y su vástago. Pero centrándonos en lo puramente musical, que es de lo que nos ocupamos aquí básicamente, encontramos una vez más el poderío y clase de, para mí, la banda nacional que más y mejor ha sabido evolucionar dentro del heavy metal en los últimos años. Sin ser el mejor disco que hayan hecho siguen manteniendo un tremendo nivel con su solidez y nitidez, pero guardando alguna que otra sorpresa para la ocasión acorde todo ello con la trama que se desarrolla en un entorno futurista y apocalíptico. Comienza la historia alrededor de la espada (Malefic) de la protagonista (Luz) con la rotunda y melódica “Malefic Time: Apocalypse” en la onda de los últimos discos del grupo con unas versátiles y acertadas líneas vocales a cargo de un magnífico Ramón Lage que se supera por momentos. Continua el relato musical con la apasionada “Baal” que se endurece tornándose áspera y agresiva acorde con su personaje implacable pero protector señor oscuro combinando guitarras pesadas y cristalinas de la mano de Rionda y Dany León sobre los envolventes teclados de Chez García, continuando de forma similar pero con más ritmo en la cañera y desafiante “La Augur” que trata de las pesadillas futuristas de su protagonista con un gran trabajo de percusión y bajo de Marco Álvarez y Fran Fidalgo respectivamente. En este punto llegamos a la primera de las cuatro instrumentales de la obra, se trata de la espiritual y relajada “Lost In Saint Patrick” que alude a la catedral de San Patricio de Nueva York, ciudad en la que se desarrolla principalmente la acción. Vuelven las partes vocales en la poderosa y expresiva “In The Name Of God”, contrastando partes suaves con otras agresivas y rabiosas sobre una base gorda y unas teclas siniestras, para romper de forma sorpresiva a continuación con la original “New York Stoner” donde Tony Almont rapea en algunas estrofas de ritmo cortado propio de la ciudad de los rascacielos entrelazándose con la voz de Lage muy melódica junto a unos sonidos de guitarra más setenteros y unos riffs muy heavies, realmente curioso el resultado final. La omnipresente teatralidad se acentúa con la rotunda “Spread Your Wings” más previsible con su ritmo power metalero actual de estribillo coreado y directo, para oscurecerse completamente a continuación con la arrolladora “Marduk” que es puro death metal sombrío y machacón como requiere su personaje de cuya voz gutural se encarga el invitado Miguel Mesas, afortunadamente el terror dura poco más de dos minutos y medio. Tras la tempestad llega la calma con la onírica instrumental “Apocalyptic Dream” donde destaca la participación al violoncello de Javier San Marcos De La Torre creando un ambiente siniestro y melancólico característico de las historias de terror y que se entiende mucho mejor siguiendo las ilustraciones del cómic. Despertamos del sueño con “Lilith” seguramente el corte más “radiable” por sí solo en una onda de heavy melódico actual mínimamente gótico en sus arreglos, desgarrándose con la más angustiosa “Voices From Hell” que nos transmite el sufrimiento de las almas atormentadas. El final lo ponen dos breves piezas instrumentales, la ambiental de arreglos electrónicos y modernos “9th Snake” y la triste “Soum’s Death” que cierra con aires orientales haciendo referencia al origen del personaje al que está dedicado, la guerrera nipona Soum. Un trabajo ingente, lleno de atractivo en su conjunto y que, en lo puramente musical mantiene el nivel de Avalanch. Creo que para sacarle todo el jugo conviene hacerse con la edición especial que incluye CD, libro ilustrado, DVD explicativo y algún que otro regalito para intentar disfrutar en su conjunto para empaparse más del mismo. Algo que esperamos hacer cuando lo lleven al directo con unas actuaciones muy especiales que realizarán el próximo mes de marzo junto a Luis y Rómulo Royo desarrollando su arte en vivo tanto en Madrid como en Barcelona, para no perdérselo.
Mariano Palomo

DÖRIA “Despertar”

(Autoeditado)

Estamos ante otro caso en el que las apariencias me han engañado, y afortunadamente para bien. Al ver la portada, muy bonita por cierto, y la imagen de los músicos, en un primer momento pensaba que estaba ante otro nuevo proyecto de power metal actual del que, salvo honrosas excepciones, ya estoy bastante saturado. Pero no, lo que este quinteto barcelonés ofrece en su primer larga duración es un puñado de buenos temas de heavy rock clásico bien elaborado, con fuerza y melodías asequibles, sin enrevesarse pero con matices y detalles que lo hacen bastante interesante. Tras una mínima intro de piano abren el CD con enérgica y convincente “Pensavientos” mostrando un buen balance entre las guitarras de Laura Moral y Víctor Vázquez y la base rítmica que forman Lluis Ripollés al bajo y Pep Rovira a los tambores, sin olvidar el intenso trabajo vocal de Martí Doria, y que en su conjunto por momentos puede recordar a Duneadain a unos Ars Amandi menos folclóricos. Este recuerdo a las bandas castellanas también surge en otos cortes como las ochenteras de buen ritmo “Carta Al Barquero”, o “Luz Roja” plena de llegada y melodía en sus coros resultando bastante efectiva. Mayor intensidad muestran “Caperucita Feroz”, con las guitarras poderosas junto a unas buenas melodías vocales que dan forma a una curiosa y provocadora versión del popular cuento infantil, y en la más hard rockera “Ciudad Esperanza” que engancha por su ritmo animado. Por su parte toman un tono más sombrío en la pesada y angustiosa “Sweeney Todd”, y en la lenta llena de remordimientos “Por Si Sirve De Algo” en la que la voz de Martí destila amargura rematándose con un buen solo de guitarra ochentero. Igualmente relajadas son la bonita electroacústica “Si Te Vas” que navega entre el medio tiempo y la balada, o la sentida “Amanecer” que gana en cuerpo y emotividad con la alternancia vocal entre el titular de la banda y Sarah Díaz que aparece como invitada junto a la teclista Nuria Malapeira y a Dani Trujillo que se encarga de los arreglos de cuerda que remarcan la melancolía del tema. Se completa el disco con dos buenos cortes heavy rockeros melódicos como son la asequible y optimista “Despierta” y la matizada “Nueva Vida” de temática entrañable con unas risas de bebé incluidas y que supongo estará dedicada al hijo de alguno de los componentes de la banda o de su entorno. Esperemos poder seguir disfrutando de estos chicos que sin llegar a los dos años de historia ya han sido capaces de dar a luz a este buen trabajo.
Mariano Palomo

FACTOR 19 “Campo De Sueños”

(Greek Records)

Afortunadamente dentro del marasmo de nuevas tendencias y sonidos artificiales que nos invade sigue habiendo bandas que mantienen viva la llama del heavy rock más crudo auténtico que nos hizo engancharnos a esta historia hace ya unas décadas. Es el caso de los madrileños Factor 19 que, sin descubrir nada nuevo ni ser el colmo del virtuosismo técnico, han sabido llevar el espíritu del mejor sonido ochentero abarcando un amplio rango estilístico. Son capaces de ir desde la dureza y sencillez de cortes como “Roja y Negra” en la que se mezclan las guitarras duras de Paco González (que también se hace cargo del bajo) y de César Macaya, con la voz recia y áspera de su hermano Javier sobre la batería de Daniel Pérez rozando el punk rock, hasta el hard rock vacilón y lleno de rollo de “Mala Mujer” que bien podía haber aparecido en cualquiera de los singles del Villa de Madrid de los ochenta. En esta misma línea simpática y divertida nos encontramos con “Contra La Pared” que en su trabajo de guitarras me suenan bastante a Beethoven R., al igual que en la más dura “Musa" con unos buenos fraseos doblados y una percusión marcada junto a unas líneas vocales que recuerdan ligeramente a las de Silver Fist, y más aún en la más pesada rozando el thrash “Vista Atrás”. Onda cortada y rasgada en la áspera y cumplidora “Mendigo” y en la más curiosa casi rapeada “Cuadro De Sombras", las dos más flojas para mi gusto, todo lo contrario que las que más me han convencido y que dejo para el final. En primer lugar la adaptación que han hecho de “Canon Pachebel” bajo el título de “La Dama y El Rey” puro heavy ochentero con es punto urbano de ritmo alegre y voz directa típicamente español redondeado por un buen solo de guitarra. El segundo tema a destacar es el que da título al disco “Campo De Sueños” clásico heavy metal de guitarras sencillas y algo sucias pero con encanto y melodía que incrementan con un pequeño interludio relajado, una composición que se gestó al tiempo que el hijo de Dani al que está dedicada. Emotividad también encontramos, aunque por un motivo mucho más triste, en la lenta e intensa “Siempre Es Lo Mismo” en la que denuncian la violencia doméstica a ritmo de power ballad con la voz de Javi destilando amargura y desgarro junto a unos arreglos de teclados de Bea García sobre los que aceleran al final con unas afiladas guitarras. Si buscas arabescos y escalas imposibles, este no es tu disco, pero si aprecias el sabor y esencia más clásicos de nuestra música creo que puede acabar convenciéndote.
Mariano Palomo

miércoles, 28 de diciembre de 2011

AMALGAMA “Estigia”

(Autoeditado)

Tras quince años los ilicitanos Amalgama continúan avanzando en su carrera con firmeza y decisión como demuestran en esta nueva entrega bajo el título de “Estigia”. Con el hard rock clásico como base y con la energía como principal característica, la banda liderada por los hermanos Tomás y Gabriel Marín vuelve a mostrar su cara más macarra y descarada en temas como la contundente “Fiebre” llena de poderío con la voz de Tomás agresiva y aguardentosa pero limpia dentro del ritmo cañero que marcan Gabriel y Fran desde batería y bajo respectivamente mientras Roberto y Falcone destripan sus afiladas guitarras con el punto justo de distorsión. Unas guitarras más pesadas en la seca y cortada “A Fuego” algo monótona mejorando en su estribillo y en su melódico solo, volviendo al macarreo y a la intensidad más clara con “Vibraciones De Un Instante Eterno” con las guitarras dotándola de dinamismo con un puntillo stoner, que se acentúa en la insinuante y angustiosa “Inerte” con aires Black Sabbath. Por su parte el tema título “Estigia” me recuerda más a los Metallica del “Black Album” sobre todo por su base y riffs pesados con buenos matices de percusión dando sustento a la áspera y clara voz de Tomás que acaba de forma rabiosa, contrastando con la melodía que desprende en el medio tiempo “Rara Avis”, un título muy apropiado para un corte personal con tintes alternativos al que no le acabo de coger el punto. Se completa el trabajo con una acelerada y metalizada versión de “Da” de Héroes Del Silencio que les queda bastante bien, y con el tema más intenso y sentido del disco “Paseo De La Melancolía”. Una composición esta última llena de amargas connotaciones personales cuya letra es obra de mi buen amigo José Mora (La Cabaña del Tío Rock) y a la que los chicos de Amalgama han dado un barniz musical tremendo creando un medio tiempo electro acústico con reminiscencias sureñas lleno de sentimiento donde brillan las guitarras de Falcone y Roberto junto a la penetrante voz de Tomás perfecta para transmitir su mensaje. A nivel personal sólo por este corte ya merece la pena hacerse con el disco, pero además creo que en su conjunto vuelve a ser recomendable para todo aquel al que le guste el hard rock descarado y punzante con buenas melodías. Y en directo aun mejores.
Mariano Palomo

miércoles, 14 de diciembre de 2011

JORGE SALAN “Sexto Asalto”

(Warner Music)

Cuando escuché por primera vez en locales de Revirock este “Sexto Asalto” de Jorge Salán me impactó por su versatilidad y rotundidad sonora, pareciéndome de lo mejorcito que ha hecho en su carrera. Ahora, una vez escuchado con mucha más atención y detenimiento no puedo más que ratificar esa primera impresión, afirmando que estamos ante el trabajo más completo y compacto de uno de nuestros mejores músicos. Resulta complicado explicar con palabras la infinidad de matices y detalles que contienen todos y cada uno de los temas que componen este disco, donde además del propio Jorge mucho han tenido que ver los buenísimos instrumentistas que le han ayudado en la tarea. Los habituales Fernando Mainer al bajo, Carlos Expósito a la batería, Javi Díez a los teclados y Roberto Jabonero al violín, además de Edu Brenes y José Antonio Pereira a la batería, todos ellos al servicio de un resultado final fresco y directo que es capaz de llegar con claridad dando cancha todos los instrumentos sin perderse en inútiles ejercicios de virtuosismo instrumental, que también los hay pero en su justa medida. A todo esto Jorge ya se muestra perfectamente acoplado a su faceta como cantante, cada vez más maduro y seguro, con un registro personal que ha ido puliendo con acierto para hacer llegar con mayor claridad el, en ocasiones, críptico mensaje de sus letras, algunas de ellas obra de su padre Chema. Es el caso de la inicial “Depredador” un tema rápido y penetrante, con una base gorda que le da solidez y empaque para que Jorge se luzca con una de esas genialidades “marcianas” a base de efectos con las que suele salpicar sus discos y que en este caso me recuerda a “The Dragon” que aparecía en “Subsuelo”. Estructura y sonido más hard rockero para “Mar De Cristal” con una entrada de violín y guitarra que nos lleva sin remedio a recordar al llorado Gary Moore con ese aire irlandés pero con una fuerza y pegada que resaltan su cañera historia sobre todo con un repunte de ritmo al final que engancha por completo. Aires más actuales para “Tocar Tierra”, elegido como primer single y que si bien no fue de los temas que más me atrajo en un principio, ha terminado por convencerme por su trabajada melodía y su pegada, como me ha sucedido con la más melódica aun “Aprendiendo a Perder” con una fantástica letra que tiene algo de autobiográfico y con unas magníficas aportaciones instrumentales y vocales sobre un ritmo cortado que me recuerda a los primeros discos de Jorge. Sigue el gran nivel vocal en la hard con matices modernos “Trainspotting” melódica e intensa, para darle mayor velocidad y dinamismo a “Reflejos del Ayer” otro gran corte en el que Jorge, Fernando y Carlos se bastan y se sobran para marcarse una tremenda interpretación con ciertos tintes progresivos pero siempre respetando la línea hard melódica. Llegamos a otro de los momentos álgidos, la balada “Cero 16”, una maravilla de tema lleno de sentimiento y calidez en el que se denuncia con elegancia y claridad el maltrato a las mujeres, y en el que la voz se sale junto los sonidos acústicos y de violín, rematando con un solo enormemente emotivo. La única composición en la que no ha metido mano Jorge ni a nivel de letra ni de música ha sido “Depresión”, un tema firmado por Javi Díez que, al igual que me sucedió con “Tocar Tierra”, no me llamó demasiado la atención al principio pero que ha acabado por convertirse en uno de mis favoritos del disco, desde su contradictoria letra hasta su magnífico ritmo e instrumentación con una melodía que acaba por enganchar sobre las líneas vocales que lo marcan. Por su parte “La Lluvia Quedó Atrás” sí que me sedujo desde el inicio, con su rollo medio western polvoriento adornado por un sonido de armónica que rompe en un ritmo blues rock tremendo lleno de rollo e intensidad guitarrera. No se queda atrás la magnífica “Agotamiento” de ritmo cortado con mucho encanto y cierto aire Talisman por su marcado bajo y su gran solo de guitarra técnico y melódico de ligero regusto funky. Aunque para funky probablemente el tema que más sorprenda al personal, se trata de “Sinfonía Subterránea”, una divertida y currada composición llena de arreglos y matices que recuerdan a Jamiroquai o los Toto más Jazzies para envolver la crápula y descarada letra de Carlos Tarque (M Clan) que invita a la fiesta y el disfrute nocturno. Para rematar el CD nos encontramos con una hard rockerizada versión de “Dulces Sueños” composición original de Ultimo de la Fila que Jorge ha sabido hacer suya dotándola de mayor ritmo y guitarreo, pero sin perder su esencia. Poco más que añadir, con este chico ya se nos acaban los calificativos y lo único que podemos hacer es intentar que su arte y talento llegue al mayor número de gente posible para pueda disfrutarlo como nosotros. Esperemos que algún día haya un mínimo de justicia y de cultural musical en España para que el Señor Salán recoja los frutos que merece y que lleva sembrando durante todos estos años.
Mariano Palomo

lunes, 12 de diciembre de 2011

’77 “High Decibels”

(Kaiowas Records)

Firme y decidido paso adelante el de los barceloneses ’77 con esta segunda entrega “High Decibels” que, por si quedaba alguna duda, acaba de confirmarles como una de las bandas más interesantes del panorama rockero actual. Si con su debut discográfico hace tres años ya fueron capaces de llamar la atención del personal tanto en España como fuera de nuestras fronteras, con este nuevo disco muestran aun mayor trabajo tanto compositivo como de producción, algo que habrá que agradecer en gran medida al alma mater de Hellacopters Nick Andersson que ha querido hacerse cargo personalmente de los botones al escuchar el material por primera vez. Mantienen la fuerza y energía del primer disco, pero en este segundo enriquecen su sonido con más matices y detalles, sobre todo en el trabajo de guitarras de Armand y LG Valeta, abarcando un rango estilístico más amplio, sin perder su indisimulado estigma de los primeros AC/DC, ni falta que hace. De hecho el inicio con el single y tema título no puede ser más eléctrico y directo resultando perfecto para engancharnos retomando la historia donde la dejaron con su ritmo vivo, su pegadizo estribillo y su rotundo e incendiario riff. A medida que avanza el disco vamos encontrando temas como “Gotta Go Gotta Hit The Road” que va creciendo sobre un ritmo blues rockero para acelerar en un crepitante solo de LG, o la más desgarrada y aguda “Are You Ready For Rock N Roll” en la que su estribillo coreado resalta y engancha, al igual que en la más macarra “Let’s Bit It Up” limpia y punzante en sus guitarras con mucho rollo sobre su ritmo cortado. Más blues eléctrico de manual en la insinuante “Backdoor Man” de cadencia lenta clásica llena de feelin’ con la voz de Armand entre Bon Scott y el Joe Elliot más joven y descarnado, yendo un poco más allá rozando el western en la vacilona “Give Me A Dollar” con unas guitarras espectaculares junto a un estribillo reiterativo y coreado dentro de un ritmo rockanrolero total a lo “Baby Please Don’t Go”. Continúan con temas más rítmicos y cortados como la tendida y provocadora “The Girl Is On Fire” donde la base de Dolphin (batería) y Raw (bajo) aparece muy marcada con buenas incrustaciones guitarreras, o la más discontinua y algo amortiguada “Melting In A Spoon” que acaba rompiendo afilada, recuperando la estructura más blues en la más suave y elegante “Since You’ve Been Gone” con cierto regusto amargo y más sentimiento que ritmo. Para el final dejan una pedazo de composición de más de ocho minutos que ellos mismos han remarcado como uno de sus temas más especiales bajo el título de “Promised Land”, en la que desarrollan algo así como una mini ópera rock a lo The Who contando sus aventuras durante su estancia en Londres. A nivel musical lo tiene todo, elaboración, cambios de ritmo y registro, buena instrumentación, fases directas y pegadizas, en fin una maravilla que comienza en clave blues rock llena de ritmo animado, cortando a una parte más lenta donde dejan en segundo plano una curiosa conversación de backstage en español, volviendo a romper dinámica y hasta bailonguera con un tremendo estribillo coreado “We Are Seventy Seven”, recuperando el ritmo inicial en el último tercio. Cierre maravilloso para un gran disco que, si bien no me entró tan directo como el primero, una vez escuchado con más detalle ha terminado por convencerme por completo, más aun después de ver como lo desarrollan en directo. Buenísimos.
Mariano Palomo

BUCK SATAN & THE 666 SHOOTERS “Bikers Welcome! Ladies Drink For Free”

(AFM / Avispa)

¿Heavy Western, Country Core?, ¿A quién se le puede ocurrir definir así a su música?, pues nada menos que al peculiar Al Jourgensen quien ha sido durante años el azote industrial del metal tejano al frente de sus Ministry. Ahora en este nuevo proyecto se hace llamar Buck Satan acompañado por músicos de diverso pelaje, Rick Nielsen (Cheap Trick) o Tony Campos (Static-X) entre otros, para dar vida a una docena de divertidas y desmadradas canciones fácilmente ubicables en cualquier garito polvoriento del oeste americano con un montón de rednecks dándole al bourbon. El sonido está mucho más cerca del country y del western que del metal o el hardcore, y sin complicarse en exceso propone una animada fiesta que se abre con la divertida “Quicker Than Liquor” armónica incluida con una discreta base electrónica en segundo plano. Más aberrada “What’s Wrong With Me” sobre todo por la voz de Buck completada por un curioso solo de slide guitar, quedando más currada “Medication Nation” con redobles, guitarras, violines y coros más melódicos en el estribillo suavizando la áspera voz del protagonista, haciéndose aun más divertida y festiva con “Drug Store Truck Drivin’ Man” que incita a la juerga de saloon con un curioso contraste de violín y guitarra. Ritmo y voz country en la irónica “The Only Time I’m Sober Is When You’re Gone” de cachondo estribillo con toques de banjo y acústica, siguiendo en la misma línea vacilona con la sencilla y resultona “Cheap Wine, Cheap Ramen”, para desmadrarse más con el ritmo redneck de “Down The Drain” que acaba caótica mezclando bases maquineras con armónica, violín y guitarras saturadas. Sigue el desfase, aunque algo más controlado con la explícita y acelerada “Sleepless Nights And Bar Room Fights” con buenas voces en su estribillo, relajándose ligeramente en la asequible con más de elaboración y melodía de voz, guitarras y violín “Friend Of The Devil”, y más aún en la tendida y curiosa “Ten Long Years In Texas” contrastando voz áspera con slide y acústica tendidas con un punto humorístico y curioso que rematan con un muy buen solo de guitarra. Más pesada y grave, pero con rollo aparece “I Hate Every Bone In Your Body Except Mine” aguardentosa y cáustica, cerrando con la lenta country “Take Me Away” que me parece que a pesar de su punto romántico tiene bastante coña, como el resto de los temas. Disco muy divertido y que, sin ser lo que más me apasione musicalmente, me ha entretenido bastante, más aun si lo comparamos con los trabajos de Ministry. Ideal para desinhibirse una buena noche de juerga salvaje.
Mariano Palomo

jueves, 8 de diciembre de 2011

ROYAL HUNT “Show Me How To Live”

(Frontiers / Mastertrax)

Después de algunos trabajos más discretos, que no malos en absoluto, André Andersen ha decidido volver a contar para sus Royal Hunt con D.C. Cooper que probablemente haya sido el vocalista que mejor haya encajado y desarrollado las composiciones del genial instrumentista ruso afincado en Dinamarca. De hecho para muchos de sus seguidores los álbumes que grabaron juntos “Moving Target” (1995) y “Paradox” (1997) son los mejores del grupo compartiendo podium con sus primeras obras “Land Of The Broken Hearts” y “Clown In The Mirror”, y creo que este nuevo trabajo está prácticamente a la altura de éstos. Se recupera un mayor grado de brillantez y dinamismo respecto a anteriores entregas, con un Cooper estelar en su labor desplegando poderío y clase bien apoyado por una vocalista de la que nos gustaría conocer su identidad porque lo hace realmente bien creando momentos estelares de pomposidad y melodía desde el inicio con la guerrera y enganchante “One More Day” que es perfectamente reconocible con su sonido neocláisco intenso y virtuoso. Siguen siendo protagonistas Cooper y su partener femenina en la emotiva y potente “Another Man Down” en la que rivalizan Andersen con sus teclas y el nuevo guitarrista Jonas Larsen, que le dan un sinfonismo y barroquismo marca de la casa a la atmosférica “An Empty Shell” rodeada de un aura grave y teatral por la voz de Cooper junto a la solidez en la base del batería Allan Sorensen y el bajista Andreas Passmark. Un punto más de compacidad y grandilocuencia para la destacada “Hard Rain’s Coming” con la voz de Cooper dramática, enorme y desafiante, transmitiendo con poderío dentro de un ritmo matizado soportado por unos tremendos coros. Por lo menos igual de buena me parece la asequible y trabajada “Half Past Loneliness” que rompe con una gran guitarra incial y unas teclas épicas seguidas de un magnífico estribillo-estrofa hard rockero con protagonismo de la voz femenina, que pasa a un segundo plano en la pomposa típicamente Royal Hunt “Angel’s Gone”. Se completa el disco con el tema que le da título “Show Me How To Live”, en el que desarollan sus virtudes instrumentales y vocales durante más de diez minutos comenzando de forma suave con la profunda voz de D.C. Cooper, para ir cogiendo ritmo sobre el sinfonismo de las teclas de Andersen con las guitarras de Larsen y la percusión de Sorensen, quedando algo repetitiva en su estribillo coreado, rompiendo el ritmo en su parte media con piano y arreglos orquestales envolventes, retomando ritmo y solidez para el último tercio del corte. Muy buen disco recuperando al mejor D.C. Cooper dentro el sonido más atractivo de Royal Hunt, y que con sólo siete temas redondean poco más de cuarenta minutos dejándonos satisfechos y casi con ganas de más.
Mariano Palomo

SANDSTONE “Cultural Dissonance”

(Limb Music)

Tras un pseudoclandestino debut discográfico en 2006 bajo el título de “Tides Of Opinion” sin apenas respercusión, los irlandeses Sandstone despertaron cierta expectación hace un par de años con su segunda e interesante entrega “Purging The Past” a base de una acertada combinación de metal progresivo y hard rock melódico, refrendándola ahora con este “Cultural Dissonance” en el que endurecen y densifican un tanto su sonido. Probablemente mucho tendrá que ver en este sentido la incorporación de una segunda guitarra en el grupo, de la que se hace cargo el vocalista Sean McBay que forma una competente dupla con el también fundador Stevie McLaughlin, a los que acompañan en la base rítmica el hermano del segundo David al bajo y el batería Dan Lafford. Comienza el disco con la heavy de ritmo vivo algo machacón “Reckless Thought” donde se combinan buenas melodías de guitarra con la fina voz algo nasal y típicamente irlandesa de Sean McBay, entrando a continuación en los terrenos progresivos de la cortante y marcda de ritmo medio “Little Forgeries” entremezclando sonidos electroacústicos y sinfónicos con dureza y melodía. Arreglos más suaves pero igualmente progresivos en la dinámica y trabajada “Fading” que destila cierto aire oriental, que pasa a ser más teatral y enrevesado en la destacada “Leaning On An Arrow” donde cambian de ritmo cruzando riffs duros, golpes de percusión y teclas suaves, recordando a los americanos Symphony X. Menor ritmo y crudeza salpicada de potentes arreglos progresivos en “Carefree Moment”, dotando de mayor claridad a la inquietante “Silent Suicide” marcada por su estribillo a dos voces a cual más aguda y nasal contrastando con la buena pegada de Lafford y sus grandes guitarras a lo Savatage. También sobresalen la lenta y dura “Black Skies” que crece sobre una potente guitarra suavizada por unas evocadoras líneas vocales y un preciosista solo de Steve McLaughlin, contrastando con la más hard y cálida “No More” acogedora pero con fuerza. En la pausada “Sleep” Sean dota a su voz de cuerpo y profundidad complementándose perfectamente con suaves toques de percusión y un sentido solo de reminiscencias Blackmore, llegando al cierre con la poderosa y melódica “Trick Of Mind” en clave de técnico y brillante prog metal a lo Threshold. Sin llegar a agradarme tanto como su precedecesora por contener más momentos densos y algo monónotonos, esta tercera obra de Sandstone cumple sobradamente por calidad y elaboración.
Mariano Palomo