(Ear Music / Edel Music)
Uno de los muchos grupos que surgieron en los ochenta en Gran Bretaña en plena efervescencia creativa de la NWOBHM fueron Chrome Molly, una banda de la que únicamente tenía referencia nominal ya que no recuerdo haberme parado a escucharles en su momento, y que ahora descubro en mayor medida al retornar con este cumplidor trabajo, prácticamente con su formación original al completo. Al no recordarles en sus origines no puedo comparar este nuevo “Gunpowder Diplomacy” con ninguno de sus trabajos anteriores, el último de ellos publicado en 1990, pero me da la sensación que no deben haber cambiado mucho desde entonces, ya que estos nuevos temas destilan esencia tradicional por los cuatro costados, con más regusto de hard rock clásico del que esperaba, pero con ese sonido tan básico y con tanto encanto del heavy metal primerizo.
La producción, a cargo de Toby Jepson (Little Angels, Fastway), siendo correcta no es brillante, y creo que está intencionadamente orientada a sacar ese sonido añejo que mencionaba, sin artificios ni efectos, yendo a lo esencial, guitarras bien ejecutadas sin carreritas por el mástil, base rítmica solvente en su sitio con buena presencia de bajo, y unas líneas vocales a cargo de Steve Hawkins melódicas y con la arrogancia precisa, recordándome por momentos bastante a la época intermedia de sus paisanos Saxon.
Como decía en este disco encontramos puro heavy metal clásico, con algunos matices que lo aproximan al hard rock, pero con ese encanto especial que tienen temas como la inicial “Corporation Fear” con una afinación un poco sucia en las guitarras de John Antcliffe sobre un ritmo cañero perfectamente encuadrable en la NWOBHM, con el bajo de Nick Wastell bastante presente, formando pareja rítmica junto al recientemente incorporado Greg Ellis a la batería.
Ese mismo espíritu sigue presente en la más atemperada “TV Corps” con un deje zeppeliniano en los riffs de Antcliffe que sobresale en su aparición más compleja del CD, dejando mayor protagonismo al estribillo y coros de la hard rockera “Stop Love!” un corte fresquito y pegadizo que me ha gustado mucho, al igual que la sencilla “Short Shrap Shock” que entra con facilidad de nuevo con las cuatro cuerdas de Wastel dejándose notar, creando una composición dinámica y eficaz.
Pierden chispa en la más pesada “Clean Outta Luck” correcta por su melodía vocal y guitarra pero sin enganchar, consiguiéndolo con la alegre “Supercharged”, guitarrera, con buenos coros hard rockeros, para volver a caer un poco, en ritmo que no en pegada, con la cruda “Complicated” en la que voz de Hawkins recuerda mucho a la de Byfford, y con el medio tiempo “All In My Mind” el tema más lento del disco con una entrañable cadencia casi beatleliana, brillando de nuevo la labor del guitarrista Wastel.
Giro decadente para la densa “Billion Dollar Heart Attack”, con ritmo pesado que endulzan con unos curiosos coros que se quedan algo cortos, y para la machacona “Bulletproof” que parece querer arrancar pero que no acaba de matar, cerrándose el disco con otro corte denso como “The Runner” en el que rozan el stoner con una línea rítmica bastante pesada en el que el bajo resalta muchísimo. Una parte final que acaba dejándome algo frío, bajando la nota media de este correcto larga duración que sin ser la quintaesencia del heavy rock puede hacernos pasar un buen rato y que nos interesemos por la historia de esta veterana banda.
Mariano Palomo
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