viernes, 28 de noviembre de 2008

NIOBETH “The Shining Harmony Of Universe”

(Molusco Records)

Nueva formación de metal gótico con chica al frente que nos llega desde Albacete. Se trata de Niobeth, una formación que comenzó a dar sus primeros pasos hace cuatro años, y que ahora ve recompensado su trabajo y esfuerzo con la publicación este su primer larga duración. Un disco que además de la etiqueta generalista de metal gótico que le he colocado en el inicio, abarca algunos matices más, ahondando más profundamente en la música clásica y en las voces líricas y operísticas de su vocalista Itea Benedicto, sin duda lo que más llama la atención en principio de la banda, potente y muy amplia en sus registros aunque algo estridente en algún momento, pero tiene el grupo muchas más cosas interesantes. Y eso que en un primer acercamiento, este disco me pareció excesivamente denso y oscuro, sobre todo por su producción, pero a base de darle vueltas se pueden encontrar bastantes matices y muchísimo trabajo de elaboración y composición. El inicio se me hizo algo cuesta arriba, con cortes algo deslavazados y espesos como “The Wishper Of Pain” que se me hace demasiado pasada con su plomiza atmósfera, mejorada por los grandes coros a cargo del Orfeón de La Mancha y por algunos matices de flauta de Lourdes Guillén, “Secrets” más puramente gótica y melancólica que coge algo de color con las guitarras de Jesús Díez pero se me hace demasiado larga, al igual que la más lírica “Tell Me Lord” con las bases más arriba marcando un ritmo más cortado. Empieza a convencerme más la obra a partir de la contundente “A Frightening Shiver”, con un ritmo más rotundo y limpio, buenos arreglos de voces líricas en la que habrán tenido que ver el notable número de sopranos, contraltos, tenores y barítonos invitados, y con un interesante interludio más suave en el que aparecen los arreglos de cuerda; además como curiosidad incluyen como bonus una versión en japonés de este tema, evidentemente orientada para el mercado nipón. Continua la cadencia lenta en la intimista “My Silence Within”, con un piano, un cello y una flauta acompaña a la voz de Itea en su versión más dulce, animándose al final subiendo el tono, continuando levemente la ascensión en “Requiem For Imogen” con un toque más gótico de guitarra y melancólico y celta en las voces y redobles. Vuelta de tuerca más contundente para “Dance Of Tragedy”, más tétrica, con la voz aguda y lírica de Itea compartiendo plano con la de Fernando Asensi dotando de teatralidad operística al corte, y donde resalta la labor al bajo del invitado Juanba Nadal (Dragonfly) y la seca pegada del batería Alberto Trigueros. Vuelve la calma con la preciosa y trabajada “Reflected Light’s Garden”, en la que mezclan sonidos acústicos, piano y gaita a cargo de Santi Tejedor, con las guitarras más punzantes de Jesús, densificándose de nuevo con “Rhyme For My Gone Beloved”, más oscura, con buenos cambios de registro vocal ayudados por unos misteriosos coros, y unos cambios de ritmo bastante progresivos a cargo de Juanba y Alberto. Encaramos el tramo final con la cañera e irregular “Musician Soul”, en la que vuelven a brillar los coros, seguida por la versión metalizada de “The Magic Flute (Queen Of The Night Aria)” Aria perteneciente a la ópera “La Flauta Mágica” de Mozart y en la que Itea muestra todo su potencial lírico sobre la contundente base instrumental de sus compañeros. El cierre, amen del bonus con letra en japonés citado anteriormente, lo pone la extraña “The Awakening”, donde vuelven a aparecer arreglos de cuerda y flauta mezclados con guitarras cañeras y voces líricas. Un curioso cierre para un disco muy trabajado y bien interpretado, aunque cuesta digerir de primeras, quizá con sonido menos oscuro me hubiera llegado mejor.
Mariano Palomo

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