viernes, 21 de noviembre de 2008

ECLIPTICA “Impetus”

(Frotniers / Mastertrax)

Impetuoso y convincente sin duda resulta el debut discográfica de esta sólida formación austriaca que en estos días se pone en circulación en toda Europa. Un disco que se presentaba como de rock progresivo, pero que realmente me ha resultado bastante más cercano al power heavy metal melódico, por supuestos con algún elemento progresivo, y con una buena instrumentación, sobre todo por parte del batería Roman Klomfar y del bajista Florian Thür que suenan tremendos a lo largo de todo el disco. Tampoco lo hacen mal los guitarristas, Markus Winkler y Bernie Scholz que combinan partes melódicas y saturadas acompañando a la profunda y personal voz de Thomas Tieber, bien apoyado en algunos pasajes por la más dulce de Elisabeth Fangmeyer. Empiezan a desgranar este “Impetus” de forma suave con la intro instrumental del mismo nombre que inmediatamente da paso a la cañera “My Paradise” en la que encontramos el duelo de voces más notable, con un ritmo cabalgante muy marcado de power de aires progresivos, y donde la rotundidad y melodía se funden como tónica habitual de la obra. Este buen sonido queda reflejado también en “Land Of The Silence”, más puramente heavy, agresiva, pero endulzada por unas líneas de voces más melódicas, al igual que en la más power épica a lo Blind Guardian “Carry On”. Un aire más misterioso y relajado aporta “Twilight Hall”, igualmente intensa con buenas aportaciones de piano y coros melódicos que arropan el poderío de su base, para seguir en una línea de melodía y calidez con “Turn Away” donde se vuelven a enlazar acertadamente las voces de Thomas y Elisabeth con unos buenos cambios de ritmo desde un inicio baladístico lleno de piano que se acelera al final del tema. Continua esta aceleración con “Old Man’s Memories”, en la que encontramos esa potente mezcla de guitarras limpias con otras más saturadas, cortando el ritmo con cambios secos más progresivos, y que se suceden en la siguiente “Watching You”, más oscura y algo gótica donde el bajo de Florian suena de impresión. Elisabeth vuelve a tomar el protagonismo en “The Jester In The Ballroom”, una pieza más cercana a la onda del “Sirens” de Savatage, sobre todo en lo que a las guitarras se refiere, y donde la participación de la voz masculina de Thomas se limita a los estribillos. El cierre lo pone la extensa y demasiado espesa “The Black Swan”, que se inicia con tranquilidad y voz narrativa, para ir creciendo en la instrumentación, pero quedando muy oscura y sin acabar de romper. Un cierre demasiado opaco, para una más que competente obra que nos descubre a una nueva y talentosa formación a seguir.
Mariano Palomo

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