miércoles, 19 de noviembre de 2008

THE CREEPSHOW “Run For Your Life”

(People Like You Records / Locomotive Records)

Aunque no se ajuste totalmente a los contenidos habituales de Alianza, vamos a hacer una excepción y reseñaremos brevemente el segundo trabajo de esta original e histriónica banda canadiense que se presentan bajo el nombre de The Creepshow. La música que desarrolla este cuarteto podríamos definirlo como punkabilly, una mezcla de ritmos entre Bad Religion o los Ramones, con la esencia del rockabilly clásico de los Stray Cats, y con el toque más pop y rebelde de la voz de Sarah Sin, que también se hace cargo de la guitarra. Esta alumna aventajada de Wendy James (Transvision Vamp), está acompañada por el contrabajista Sickboy, el batería Matt Pomada y por The Reverend Mcginty a la batería , cumpliendo todos ellos un papel más que correcto e igualmente protagonista a lo largo de todo el trabajo. Un trabajo, por otra parte, fácil de escuchar, con ritmos pegadizos, y temas cortos que resultan bastante asequibles y divertidos. Por otra parte no olvidan la fuerza y la energía necesarias para darle compacidad y empaque a sus composiciones, como comprobamos nada más empezar a escuchar el disco tras la apocalíptica intro radiofónica “The Sermon II”, y meternos de lleno en la acelerada y agresiva “Rue Morgue Radio” de marcado ritmo a lo Bad Religion que se refleja también en la más melódica y elaborada “Buried Alive”. Más rockabilly es “Demon Lover” en la que se dejan notar más las teclas del Reverendo (Mcginty, no el de Wyoming) y unos coros más melódicos, para caer definitivamente en los brazos de los tupés y las patillas con el primer single “Take My Hand”, llena de coros, de ritmo alegre, tan corta como efectiva, y en la menos directa y algo ralentizada “Dearly Departed”. Endurecen un poco la historia con “Run For Your Life”, con unas guitarras más heavies, una batería más contundente y unas voces dobladas en las que se mezcla la más melódica de Sarah Sin con las más roncas de sus compañeros de andanzas. Algo similar encontramos en el final del disco con “Rock n’ Roll Sweet Heart” con las guitarras más curradas y los coros más actuales a lo Offspring, y con la más sucia y machacona “Long Way Down” que sorprende en el final con un original cambio de ritmo de piano. Entre medias un guiño al swing con la curiosa y menos rockera “You’ll Come Crowling” en la que mandan las voces y coros. Como os decía estamos ante un disco que estilísticamente no tiene demasiado que ver con el tipo de grupos que tratamos por aquí, pero que creo tiene un nivel interesante y que tampoco viene mal para desengrasar un poco. No os acostumbréis.
Mariano Palomo

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