miércoles, 17 de octubre de 2012

ELECTRIC MARY “III”

(Listenable Records)

Me habían hablado muy bien de estos rockeros australianos llamados Electric Mary que ya llevan un tiempo dando guerra, pero no ha sido hasta ahora que ha caído en mis manos su tercer disco cuando he me he parado a prestarles más atención. Y la verdad es que, sin acabar de matarme, sí me han parecido una banda interesante, influenciados directamente por el rock duro más clásicamente setentero los grandes como Led Zeppelin, Black Sabbath o AC/DC, pero con un cierto regusto actual en su sonido haciéndolo por momentos más pesado y menos dinámico de lo que a mí me gustaría.
Y eso que la cosa empieza bastante bien con la cruda y enérgica “O.I.C.” de buen ritmo marcado por unas guitarras saturadillas a lo Motörhead, pero con mayor melodía vocal por parte de Rusty recordándome un poco en sus tonos nasales a Jeff Keith (Tesla). Pero a renglón seguido al aire se densifica con la pesadísima “Stained” con una cadencia stoner algo lisérgica que se aclara un poco por las buenas aportaciones de los guitarristas Pete Robinson e Irwin Thomas, como sucede en el inicio de la más embaucadora “So Cruel” que aunque es algo más ligera tampoco acaba de romper.
Mejora la cosa con la más clara “Long Time Coming” en la que su ritmo rasgado y arrastrado tiene un matiz más sensual recordando a los Tesla más añejos o a los propios Zeppelin, animándose más todavía con la electrizante “All Eyes On Me” de ritmo contagioso y directo marcado por sus riffs punzantes y por los redobles de Venom, volviendo a caer a plomo con oscura “Lies” monótona y algo chirriante.
Repuntan de nuevo con “Nobody’s Perfect” hard de distorsión clásica creando un sencillo ritmo coreado que la hace bastante pegadiza, al igual que la punzante de ritmo cortado “Bone On Bone” esencia australiana y algo sureña en la que la voz áspera de Rusty engancha bien con sus coros más melódicos. Vuelve la distorsión y el bajo setentero dentro del ritmo sinuoso de “Waiting” con una buena melodía vocal pero menos directa, quedando más potente en la polvorienta “American Jam” con la suciedad precisa para arrastrarnos a su terreno lisérgico donde se suceden dos buenos solos de guitarra a lo Slash explayándose en su parte final dejando una buena muestra de su capacidad instrumental.
Como decía al principio, disco interesante, pero excesivamente denso por momentos para mi gusto, probablemente si te tira más que a mí la vena stoner, sin abandonar el hard rock más clásico, este disco y esta banda pueden estar entre tus favoritos, yo les tengo que dar alguna vuelta más.
Mariano Palomo

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