(AFM / Avispa)
Los veteranos thrashers germanos Tankard siguen dejándonos interesnates trabajos tras muchos años de trayectoria, mostrando una notable mejora en lo que a calidad y nivel tanto instrumental como compositiva en sus últimos lanzamientos. Incluso se muestran más serios y comprometidos en algunas de sus temáticas, pero sin olvidar por supuesto su lado más gamberro y festivo que les ha caracterizado durante toda su carrera. En este decimocuarto disco de estudio de los de Frankfurt me ha vuelto a llamar la atención como en su anterior entrega “Thirst”, el muy buen sonido de guitarras a cargo de Andi, mostrando una limpieza y versatilidad remarcables, junto a la solidez y eficacia que aportan Frank al bajo y Olaf a la batería. Por su parte Gerre sigue con su peculiar estilo vocal, pero también monstrando registros menos estridentes que antaño, bien acompañado por el resto de la banda en los coros marca de la casa que por supuesto siguen muy presentes. El disco se abre con la sombría “Time Warp”, de incio lento y marcial para romper agresiva y pesada, redondeada por un buen solo de guitarra doblado; se atemperan con la sencilla y crítica “Rules For Fools”, para acelerse y ponerse más machaones con la sarcástrica “Fat Snatchers (The Hippo Effect)” típicamente Tankard, al igual que en la crítica “Black Plague (BP)” en la que meten caña a la petrolera británica por su marea negra en la costa suroriental de Estados Unidos a base de thrash clásico con los coros resaltando sobre sus pesados riffs. La sencillez de “Somewhere In Nowhere” se abre camino con su sonido puramente thrash, al igual que “The Agency” donde las guitarras rasgadas ambientan el corte sobre su inquietante ritmo, para romper con la más delirante y humorística “Brain Piercing Öf Death” con un matiz más desgarrado. Por su parte “Becks In The City” resulta más fresca y sencilla con un buen estribillo claro, para densificarse a continuación con la más seria “Condemnation” de buenas voces y aceleradas guitarras. El cierre lo pone la más extensa “Weekend Warriors”, con aires hímnicos, riffs afilados, y logrados cambios de ritmo desde la profundidad de su solo de guitarra hasta su frenetismo final. Buen final para un buen disco, con los elementos típicos de Tankard presentes, pero más pulidos y en mi opinión ganando en calidad y limpieza lo que puedan perder en fiereza y diversión.
Mariano Palomo
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