jueves, 25 de mayo de 2017

SNAKECHARMER “Second Skin”


(Frontiers Music)

Uno de los conciertos de los últimos años que recuerdo con más cariño es el que ofrecieron el uno de mayo de 2014 los británicos Snakecharmer dentro del primer Frontiers Rock Festival presentando su debut discográfico homónimo. Un disco y un concierto que me engancharon sobremanera por su exquisita forma de recuperar la esencia del mejor hard blues de calidad, algo que tampoco debería sorprender demasiado viendo quienes eran los responsables de dicha obra.

Ahora, tres años después vuelven para continuar dándonos alegrías con otras once composiciones que recogidas bajo el título de “Second Skin” retoman la senda justo donde la dejaron, con el mismo buen gusto, calidez y clase de sus predecesoras. Con un único cambio en la formación de la banda con la salida de la misma de uno de los nombres más potentes en su origen, el guitarrista Micky Moody (Whitesnake), perfectamente reemplazado por el irlandés Simon McBride que en este nuevo trabajo deja patente su gran calidad formando dupla con Laurie Wisefield (Wishbone Ash) que continúa impartiendo su magisterio.

La pareja de guitarristas son los encargados, junto al maravilloso e injustamente infravalorado vocalista Chris Ouesy (Heartland), de llevar el peso de unas melodías enormes sustentadas sobre una de las secciones rítmicas más competentes que pueden encontrarse en el panorama mundial, Neil Murray (Whitesnake, Gary Moore) al bajo y Harry James (Thunder, Magnum) a la batería, completándose el sexteto con el teclista Adam Wakeman (Ozzy Osbourne) que hace honor a su apellido recogiendo la herencia de los grandes de su instrumento dejando magníficos pasajes salidos de sus dedos.

Este nuevo disco es otro delicioso ejercicio musical, comenzando por la animada “Sounds Like a Plan”, blues rock mezclado con hard A.O.R. destilando esencia en sus guitarras e intención en sus melodías de voz acompañadas por unos acertados teclados. Continúan con la más relajada pero para nada menos intensa “That Kind Of Love”, donde la voz de Ousey acaricia enormemente melódica y cálida bien acompañada por unos coros que le dan un fantástico toque soul embaucando junto a sus melodías de guitarra, que luego se mueven sinuosas en la deudora de los primeros Whitesnake “Are You Ready To Fly” hard blues de altos vuelos rompiendo con un breve solo de guitarra de alto octanaje.

Más rockanrolera pero sin abandonar la base blues aparece “Follow Me Under” marcada por su seductor ritmo que engancha entre los aportes orgánicos de Wakeman y el encanto vocal de Ousey, sin olvidarnos del trabajo de Wisefield y McBride, que seguidamente nos regalan unos delicados sonidos acústicos que nos llevan hasta “I’ll Take You As You Are” un bonito medio tiempo en el que crean una acogedora atmósfera perturbada en algunos momentos por el excesivo volumen de los platos de James, mostrándose más contundente aún en la zeppeliniana “Hell Of A Way To Live” marcada por un adictivo riff adornado por unas buenas aportaciones de órgano.

Vuelta a los sonidos envolventes con la evocadora “Fade Away” otra apasionada pieza a ritmo lento llena de sutiles detalles instrumentales acompañando otra magnífica interpretación vocal, recuperando el ritmo animado de sonido más clásico a lo Free-Bad Company con “Dress It Up” de las más pegadizas del disco con un estribillo claro rompiendo enérgico entre una sólida base con el bajo de Murray haciéndose notar, para volver a dar mayor protagonismo a las acústicas sin olvidar las eléctricas en “Punching Above My Weight” que tiene un rollo soul en sus teclados, coros y palmeos mezclado con un fantástico toque A.O.R. a lo Heartland.

Vamos llegando al final con más blues rock de manual de la mano de “Forgive & Forget” desplegando su encanto de forma cadenciosa entre sonidos de pianola, guitarras atemperadas y voces en tonos medios seduciendo suavemente, como lo hace para cerrar a fuego lento con la emotiva “Where Do We Go From Here”, otra delicia para poner el broche entre suaves rasgueos de guitarra y teclas que  van creciendo para subir de tono e intensidad terminando tremendamente intensa.

Como dije en su momento con el primer disco de Snakecharmer estamos ante otra demostración de apasionada elegancia de la mano de un puñado de buenísimos músicos que han sido capaces de crear otra excelente obra destinada a cualquiera que tenga un mínimo de buen gusto y que, como ya comprobamos hace más años de los que nos gustaría, también son capaces de trasladar al directo, esperemos poder volver a disfrutarlos también en vivo.

Mariano Palomo

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