lunes, 12 de agosto de 2013

WOLFPAKK "Cry Wolf"


(AFM / Avispa)

Dos años después de sorprendernos con “Wolfpakk”, Michael Voss (Casanova, Mad Max, Bonfire) y Mark Sweeney vuelven a la carga con la segunda entrega de este interesante y ya menos sorprendente proyecto. Manteniendo sonidos y estructuras más heavies de lo que es habitual en ellos con sus bandas de cabecera, consiguen de nuevo conjuntar junto a un selecto y nutrido grupo de colaboradores un puñado de buenas y variadas composiciones que pueden llegar a todo tipo de público, desde el más hard melódico al más clásicamente heavy.
Todo ello tremendamente trabajado y pulido de la mano del talento compositivo de Voss y Sweeney que se encargan de poner su voz en todos los temas alternando con los invitados, además de dejar un puñado de solos de guitarra el primero, creando ambientaciones y sonidos versátiles que redondean una decena de cortes originales más una sorpresiva versión de un clásico del heavy rock de siempre, en este caso una aligerada revisión de “Run With The Wolf” de Rainbow que sin ser tan rotunda como la original si resulta igualmente atractiva a pesar de chocar al principio al haber variado bastante tanto su cadencia rítmica como su estructura resultando más pomposa y dejando explayarse a uno de sus responsables primigenios, el teclista Tony Carey del que nos alegramos volver a saber de él ya que le teníamos bastante perdida la pista.
El inicio con “Moonlight” es bastante cañero pero a su vez muy melódico sucediéndose las voces de los dos padres de la criatura con la de Ralf Scheepers (Primal Fear) que deja su huella dentro de un sonido bastante épico cercano al de Avantasia, manteniéndose la potencia melódica pero con más crudeza en la sólida “A Matter of Time” que me recuerda bastante a los Crystal Ball de Sweeney con un Johnny Gioeli (Hardline) imperial subiendo tonos y con el señor Brian Tirchy (Whitesnake, Foreigner) rompiéndola en los tambores.
Se calma la tormenta con la tierna balada “Cold Winter” en la que la bella voz de Amanda Somerville contrasta con las principales acariciando sobre la melodía de teclados que nos regala Don Airey (Deep Purple, Rainbow, Gary Moore…) creando el momento más cálido y relajado del disco. Poco a poco vuelve a crecer el ritmo con la inquietante “Palace of Gold” pesada y densa con la participación a la voz de Tony Mills (Shy, TNT, Siam, Serpentine) más engolada y menos aguda de lo habitual.
Se dinamiza la historia con la veloz cercana al power “Beast In Me” con el gran Goran Edman (Yngwie, Nostradamus, Glory…) dejando constancia de su capacidad camaleónica capaz de llegar a tesituras duras y rotundas sin perder un ápice de clase y con Roland Grapow (Masterplan, Helloween) aportando un melódico y trabajado solo, para romper seguidamente con un pelotazo en forma de himno como es “Wakken” pegadiza a más no poder para ser cantada a grito pelado en directo, sobre todo en el mítico festival de Wacken al que está dedicada, siguiendo el ritmo marcado de nuevo por Tichy y con la voz de Piet Sielck entrando como un cuchillo en su clarísimo estribillo.
Continúan enganchándonos con la más hard “Pressure Down” en la que la voz de Doogie White se remarca dentro de un ritmo más pesado roto por su estribillo retador y por un discreto solo de guitarra de Voss, que cede el testigo en esta labor a Kee Marchello (Europe, Red Fun) que aporta originalidad y punzante energía al tema título “Cry Wolf” que se extiendo hasta los diez minutos con sonidos relajados, efectos lluviosos y partes narrativas en las que se abre camino con poderío sorprendiéndome gratamente la potente voz de Blaze Bayley (ex Iron Maiden, ex Wolfsbane) mostrando registros variados junto a los protagonistas principales dentro de los cambios de ambiente que propone la composición.
Se quedan solos en las voces Michael y Mark doblándose en las pesadas “Dark Revelation” muy a lo Shakra con unas punzantes guitarras que se clavan en su rítmica estructura, y “Kid Raw” más agria y descarnada en una onda también actual pero sin saturar, potente y sin excesivo brillo pero con el aliciente de la pegada seca y precisa del batería Herman Rarebell (ex Scorpions).
Muy buen trabajo una vez más de estas dos brillantes figuras del hard & heavy centroeuropeo que parecen querer dar continuidad a su vena más cañera.
Mariano Palomo

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