Una de las bandas más míticas y longevas de Australia, tras remozar parte de su formación desde hace unos años, parece querer reverdecer viejos laureles con lanzamientos como este que nos ocupa y que estará en la calle a finales de este mes. De hecho el único miembro que permanece en el grupo desde 1980 es el bajista y cantante Wayne Nelson, y ni siquiera es uno de los fundadores ya que el grupo se creó a principios de los 70’s, y por el mismo han pasado figuras de culto del A.O.R. de la talla de Graeham Goble, John Farnham o Peter Beckett entre otros, lo que da idea de su magnitud.
Desde principios del siglo XXI Nelson recuperó la creación discográfica de Little River Band reclutando a distintos músicos hasta llegar a la alineación actual con los guitarristas Greg Hind y Rich Herring, el teclista Chris Marion y el batería Ryan Ricks hasta completar el equipo que ha dado forma a este “Cuts Like a Diamond”, acompañados el guitarrista Stephen Housden que aparece como invitado.
El caso es que una banda con tanta historia y con tantos lanzamientos publicados nunca me ha llamado en exceso la atención, hasta la fecha de su extensa discografía únicamente había escuchado hace bastante tiempo su LP “Playing to Win” (1984) sin dejarme apenas huella. Tras diseccionar esta nueva entrega observo una banda con clase y elegancia a la que echo en falta una mayor capacidad de llegada y enganche, nada excesivamente extraño por otra parte tratándose de un grupo de A.O.R. en su vertiente más suave pasando la línea del West Coast.
Al empezar a escuchar este disco nos encontramos con “The Lost And The Lonely” un optimista tema ochentero lleno de melodía y encanto que con algo más de chispa bien hubiera podido escalar en las lista americanas como ya hicieron algunos otros de Little River Band en su momento, pero que acaba por caer en un ritmo excesivamente edulcorado. Siempre con unas buenas armonías vocales, agradable al oído, con buenos aunque algo tímidos aportes de guitarra, coronados por unos discretos repuntes rítmicos que me dejan con ganas de más.
Más o menos me sucede lo mismo con “Forever You Forever Me” que siendo de ritmo menor es bastante pegadiza por su estribillo, al igual que la luminosa “Cuts Like a Diamond” que sube un escalón convirtiéndose en una de las destacadas por sus buenísimas voces y sus suaves guitarras dentro de una entrañable ingenuidad.
Otras de las que más me han convencido han sido el medio tiempo “What If You Were Wrong” sobresaliendo el trabajo de guitarras aliándose acústicas y eléctricas con suavidad y acierto creando un agradable sustrato para una embaucadora melodía vocal, la envolvente “Where Do I Run” también a ritmo medio aliñado con un sonido sureño de guitarras magnífico, la más lenta “Someone” que en clave west coast reúne buenos aportes instrumentales y vocales rematados con un solo de saxo, y la final “Love Is” romántica y dulce pieza casi recitada con bellos detalles acústicos.
Menos brillo he encontrado en cortes más pop como “You Dream I’ll Drive” a pesar de algunos buenos detalles instrumentales pero muy discontinuos, la balada “I’m An Island” agradable pero sosita, al igual que “Way Too Good” con más ritmo pero se me queda un poco hueca. En un término medio situaría “Who Speaks For Me” bien por su intención y por su mayor presencia de guitarras, pero peca de linealidad y reiteración.
Como decía disco bonito, agradable, con buen sonido, pero que si se escucha del tirón puede acabar aburriendo cual etapa llana del Tour, al menos a mí es lo que me ha sucedido.
Mariano Palomo
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