Tras el magnífico sabor de boca que nos dejó hace un par de años su “Happiness Is The Road”, el que fuera vocalista de Toto a mediados de los ochenta, Fergie Frederiksen, vuelve ahora con una nueva muestra de su enorme talento y capacidad de superación de la mano de este “Any Given Moment”. Resalto el hecho de su capacidad de superación ya que en 2010 le fue diagnosticado un cáncer del que desde entonces intenta recuperarse, incluyendo a la música como parte de su terapia y tratamiento. Por desgracia parece que con esto no basta para curarse ya que en últimamente su estado se ha agravado y de hecho sus hijos acaban de pedir públicamente donaciones para poder seguir tratándole en su casa.
Al margen de esto que viene a ensombrecerlo, paradójicamente nos encontramos de nuevo con un fantástico trabajo lleno de energía y positividad en el que Frederiksen deja patente su tremenda clase que hace de la suya una de las mejores y más personales voces del A.O.R., con ese timbre elegante pero potente que impregna sus composiciones y en el que las guitarras de un buen puñado de invitados (Robert Sall, Bruce Gaitsch o Peter Friestedt entre otros) tienen peso y relevancia junto a los teclados del incansable Alessandro Del Vecchio que además de producir el disco también participa en los coros junto a Roberto Tiranti (Labyrinth).
La técnica y compacta base rítmica formada por el batería Heman Furin (W.O.A.) y por el bajista Nik Mazzucconi también se dejan notar desde el inicio de la ochentera “Last Battle Of My Heart” llena de cuerpo y personalidad en la que su intenso ritmo acaba por atrapar dejando un regusto sinfónico en sus arreglos de teclas y guitarra contrastando con unas voces más pomposas. Salto hasta territorio más clásicamente A.O.R. con la apasionada “Let Go” marcándose los teclados en los cambios entre estrofa y estribillo pero también con aportes durillos de guitarra, al igual que en el solo de “Price Of Loving You” más setentera por su sonido de teclas y en la que la voz de Fergie ejecuta unos magnífico repuntes, o en “When The Battle Is Over” de espectacular estribillo que sobresale sobre el compensado equilibrio que consiguen teclados y guitarras.
Continuamos con los sentimientos como protagonistas en las baladas “I’ll Be The One”, con una buena melodía de guitarra creando un corte A.O.R. de manual pero con personalidad y llegada, y “How Many Roads” más profunda y acústica con el piano presente adornada de unos suaves arreglos de cuerda para envolver su emotividad a flor de piel, con cierto aroma Pride Of Lions.
En un tono completamente distinto nos topamos con la brillante “Time Will Change” optimista con sus melodías vocales rivalizando con un breve duelo de sintetizadores y guitarras que me recuerdan a los Journey de Augeri, amortiguándose un poco en “Candles In The Dark” algo menor en ritmo pero en absoluto en solidez y melodía, como sucede con el magnífico medio tiempo “Any Given Moment” que roza terrenos baladísticos llenándose de pasión intercalando rasgueos acústicos y eléctricos sobre la maravillosa voz de Fergie más desnuda en este caso sin apenas apoyos corales.
Se completa el disco con la relajada y cálida “Not Alone” marcada por un interesante dueto junto a Issa Oversveen que aporta su voz algo nasal creando un bonito contraste, y con una fiel versión de “Angel Don’t Cry” de Toto que ya grabó originalmente Fredeiksen en el fantástico “Isolation” (1984) y que sirve para recordarlo sin apenas cambios apreciables respecto de aquella, para qué estropear lo que ya está bien, ¿no?
Casi inmejorable manera de cerrar este muy buen trabajo que esperemos no sea el último que nos pueda ofrecer Fergie Frederiksen, desde aquí nuestros mejores deseos para que pueda afrontar con fuerza su lucha.
Mariano Palomo
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