Al fin ve la luz uno de los proyectos que más ganas tenía de echarme a la oreja desde que hace ya unos cuantos meses se anunció su gestación. Unas ganas alimentadas sobre todo al estar liderado por Robbie LaBlanc, uno de los cantantes que más me han impresionado últimamente con su banda Blanc Faces, pero del que llevábamos demasiado tiempo sin disfrutar de su tremendo talento. Si a esto unimos la participación en tareas de composición, producción e instrumentación de un grande de la escena melódica como Daniel Flores, las expectativas casi no podían ser mejores, y afortunadamente, al menos en mi caso se han cumplido sobradamente.
Robbie sigue cantando como pocos, con un chorro de voz tremendo lleno de clase y fuerza, matizando sus tonos cuando es preciso, pero siempre convincente desprendiendo pasión y emotividad en cada una de sus interpretaciones. Una voz que encaja perfectamente en las brillantes composiciones de Flores ayudado en esta labor entre otros por viejos conocidos como Alessandro Del Vecchio, Erik Martensson (¿estos chicos tendrán vida aparte de la música?), o Tom y James Martin. Compendian todos ellos una docena de temas que convencen por su solidez, por su exquisito tratamiento instrumental y vocal, y por su capacidad para cubrir de un ligero barniz actual una base fundamentalmente clásica dentro del A.O.R. sin perder nada de esencia.
Desde el principio empezamos a descubrir las perlas que nos deja este “Wings Of Love” con un tema de rotundo como “Road To Nowhere”, nítido pero poderoso, con la voz de Robbie espectacular desprendiendo cierto dramatismo balanceándose sinuosa entre los aportes de guitarra de Chrsitopher Vetter y David Sivelindt que dejan sendos interesantes solos. Crece el ritmo con la más pegadiza “Another World” plena de garra y actitud con un comienzo un poco a lo “Separate Ways” (Joruney) marcado por la pegada del propio Flores que también se hace cargo de los teclados a lo largo del disco, dejando buena muestra de su versatilidad en temas como este en el que sus adornos sintetizados se dejan notar.
Mayor brillo y guitarras más ligeras para la positiva “Dancing To A Broken Hearbeat” puramente A.O.R. de nuevo con una enorme melodía vocal resultando de las más inmediatas por su fantástico estribillo, al igual que “Firefight” desarrollándose a menor ritmo pero con unos coros realmente buenos dotándola de cuerpo, o la más potente “One Soul” con unas líneas vocales dobladas ultra melódicas sobre un colchón de teclas sustenándolas junto a un matador estribillo y a otros dos buenos solos de guitarra con Vetter repitiendo junto a Daniel Palmquist (Xorigin).
Más temas dinámicos e intensos, como “On The Outside” con ese regusto escandinavo en su sonido de teclas sintetizadas pero sin saturar dando cobijo a otro remarcable trabajo vocal, que se incrementa en “Bottom Of My Heart” marcada por unos efectivos repuntes de ritmo de la mano de unas espectaculares subidas a cargo de LaBlanc, y en la más tranquila “Wings Of Love” que envuelve con sus coros y teclas.
Algo menos de chispa encuentro en “Powerless”, con la percusión marca de la casa compartiendo primer plano con la voz, más lineal en este caso, junto a unas discretas teclas más sinfónicas, que toman mucho más protagonismo, breve solo incluido, en el suave medio tiempo “Unbreakable” que en ciertas melodías de guitarra y voz me recuerda ligeramente a “Hysteria” (Def Leppard) creando una ambientación magnífica. Se completa el disco con otro medio tiempo “Your Lips” de claro estribillo reiterado creciendo sobre unos teclados siempre presentes, y con la intensa balada “Eternally” plena de clase y sentimiento en otra demostración de calidad de Robbie junto al piano de Flores y la guitarra de Sivelindt.
Resumiendo, gran disco, con un enorme cantante para unas buenas composiciones, algo manidas de la mano del equipo habitual de Frontiers pero siempre competentes, que nos hacen disfrutar de un buen rato de A.O.R. sólido y con llegada.
Mariano Palomo
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