lunes, 6 de julio de 2009

CHICKENFOOT “Chickenfoot”

(Edel Music)

Cuando hace unos meses se dieron a conocer los miembros de esta formación (Sammy Hagar, Joe Satriani, Michael Anthony, Chad Smith), los seguidores del hard rock de altura nos frotábamos las manos pensando en lo que este poker de grandísimos músicos podrían ofrecernos uniendo sus fuerzas. Ahora, ya podemos disfrutar de su primera entrega en forma de grabación discográfica, con once temas que, a grandes rasgos, creo que satisfacen las expectativas creadas. Sonido limpio y potente, buenas melodías, gran instrumentación, y ritmos más o menos pegadizos junto a ejecuciones instrumentales trabajadas y brillantes en general. El inicio con “Avenida Revolucion” muestra contundencia y solidez, con una densa base junto a la agresiva voz de Hagar más dura de lo habitual como en la mayor parte del disco, y con un Satriani que empieza su catálogo de solos y adornos sólo al alcance de un puñado de privilegiados como él. Toman derroteros más rockeros y ligeramente funkies con “Soap On A Rope”, pegadiza y hasta bailable, con la voz cortada bien rodeada de unos convincentes coros, fundamentales en todo el redondo, como seguimos comprobando en la alegre y hard rockera “Sexy Little Thing” en la que sobresalen la percusión de Smith y los dibujos de guitarras de Satriani, además de un leve toque sureño en la onda de Hagar en solitario o de ZZ Top. Más original resulta “Oh Yeah”, que comienza suave y bluesy para ir endureciéndose sobre un ritmo tendido que va a aumentando a lo RHCP, tornándose más machacones en el estribillo de la melódica “Runnin’ Out” de nuevo con los coros en lo alto junto a unos sonidos de guitarras algo psicodélicos, y mucho más directos en la rascona de influencias hispanas “Get It Up” que podría estar sacada de las sesiones de Hagar con los Wabos, pero adornada con un virguero solo de Satriani. Vuelve algo de aire sureño con “Down The Drain”, más densa y pesada en la que se deja notar el trabajo del ex Van Halen, Michael Anthony al bajo, en una onda más actual, pasando a una mucho más melódica y comercial “My Kinda Girl”, con algún pequeño detalle de teclados y panderetas que recuerda algo a los Cult más accesibles, culminada con un enorme solo de guitarra. La parte final del disco se inicia con la lenta e intimista “Learning To Fly”, con mucho feelin’ y calidez, sobre todo en la voz de Sammy Hagar que se va desgarrando e intensificando sobre una instrumentación suave y unos envolventes coros, animándose a continuación con la dinámica “Turnin’ Left” de esencias moteras y rockeras de estribillo claro y directo y buenos coros a lo Van Halen, cerrando definitivamente con la curiosa “Future In The Past” medio acústica, guitarrera, algo funky, sobre todo con grandes guitarras e irregular ritmo. Muchas veces las reuniones de mega músicos son un fiasco y no desprenden la unión y solidez necesarias, en este caso afortunadamente, sin estar ante el disco de los discos, sí estamos ante una entrega entretenida, de enorme calidad musical, y que rezuma autenticidad.
Mariano Palomo

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