jueves, 21 de septiembre de 2017

H.E.A.T "Into The Great Unknown"

(Ear Music)

Pocos lanzamientos han levantado últimamente tanta polvareda como este nuevo trabajo de los que pasan por ser uno de los grandes del hard melódico del siglo XXI, los suecos H.E.A.T. Una banda que no ha parado de crecer desde que sorprendieran hace casi una década con su delicioso debut homónimo y que desde entonces lanzamientos y giras cada vez con mayor repercusión, con un cambio de vocalista y de algún miembro más de la formación que a la larga parecen haber sido fundamentales en la evolución de su sonido, hasta llegar a este “Into The Great Unknown” con el que muestran un cambio de registro que a muchos, entre los que me incluyo, nos parece un error.

Y me parece un error porque por mucho que se quiera experimentar, tantear o probar nuevos elementos a la hora de crear música, creo que se deben conservar algunas señas de identidad básicas y sobre todo hacerlo con una calidad y talento que resulten lo suficientemente atractivas y creíbles tanto para los fans de siempre como para el nuevo público al que parece estar destinado mayoritariamente este nuevo disco. A mí desde luego no me convence esta nueva orientación, la mayoría de los temas me resultan anodinos, huecos, sin cuerpo, “Cheese” que dirían los anglosajones. Con exceso de protagonismo de los sonidos sintetizados, algo que no tiene por qué ser negativo necesariamente si se hace con gusto y equilibrio, con las guitarras en muchos momentos meramente testimoniales o simplemente postizas, como metidas con calzador dentro de unas melodías por lo general simplonas y sin gracia.

Quizá el que más se luce, aunque tampoco acaba de convencerme, es el vocalista Erik Gronwall, mostrando un amplio rango de registros vocales con momentos rockeros y potentes, más cercano al pop en otras ocasiones, e incluso con alguna licencia lírica y teatral. De la mano del teclista Jone Tee marcan la mayoría de las composiciones, aunque curiosamente comienzan de forma bastante enérgica y convincente con el tema más crudo y rockero del disco “Bastard Society”, uno de los pocos salvables en mi opinión, sonando a los H.E.A.T frescos, directos y descarados que nos seducían, con la guitarra del repescado Dave Dalone dejándose notar junto al bajo de Jimmy Jay y a la seca pegada de Crash a la batería, todo ello redondeado por una buena línea coral y a una poderosa interpretación vocal de Erik.

A partir de aquí la cosa empieza a decaer por momentos, comenzando por la ultra sintetizada “Redefined”, con unas voces poppies que no me dicen nada, una batería hueca y sin punch, unas guitarras casi ausentes hasta un solo metido con calzador sonando tremendamente artificial, vamos, perfectamente prescindible, al igual que “Time In Our Side” llena de arreglos electrónicos sin gracia con unas voces lamentables, más propia del tecno pop del siglo XX, si quieres parecerte a A-Ha o a Duran Duran, por lo menos hazlo bien.

Algo más de cuerpo tiene “Shit City” intentando subir con la voz más arrogante y con un solo de guitarra salvable, pero ahogada entre unos teclados y unos coros mediocres, como le sucede a “Best Of Broken”, de nuevo sonando sin una definición clara, algo más intensa en su propuesta vocal y rítmica pero sin pegada terminando por ser bastante sosita.

Parecía que llegábamos a un tramo algo más salvable con “Eye Of The Storm” que sin estar entre los mejores cuarenta temas del grupo por lo menos aporta algo de pasión en su interpretación vocal aunque con una alarmante falta de ritmo y concreción en su desarrollo, por momentos parece que va a romper épica y teatral pero de repente aparecen unos teclados que no pintan nada, un mini solo de guitarra de nuevo metido a capón, vamos, que parecía que sí, pero vuelve a ser que no. Por el contrario en “Blind Leads The Blind” si aparece la guitarra con más fuerza y llegada empastando bien con la base rítmica y la melodía de voz, pero estropeada un poco una vez más por unos teclados excesivos.

La vena lírica de Erik se plasma en la envolvente “We Rule”, compuesta a mayor gloria suya con un sonido in crescendo suave y teatral, agradable en un principio, creando una especie de cruce entre una versión cortita de los Queen más barrocos y la banda sonora de Frozen, para tenerla de fondo no está mal pero poco más, y mejor no fijarse en su vulgar solo de guitarra que la hacer bajar algún punto más. De “Do You Want It?” poco que decir, una insulsa horterada popera y simplona perfectamente olvidable con unos teclados y unos falsetes de juzgado de guardia.

El cierre lo pone el tema título “Into The Great Unknown”, un extenso corte con tintes sinfónicos y dramáticos que en sus más de siete minutos de desarrollo acaba por cansar sin terminar de rematar la faena aunque cabe resaltar su cuidada melodía vocal y esta vez sí un correcto tratamiento de teclados, algo que no se puede decir de sus monótonas guitarras y de su bajo que aparece de repente con un mini solo que no aporta nada.

Lo dicho, una pena que un grupo que había conseguido un estatus tan grande dentro del hard melódico pueda empezar a echar por la borda su reputación con experimentos como este, me da la sensación que como sigan por este camino van a perder a muchos fieles y que quizá deberían ir pensando en denominarse Erik Gronwall’s H.E.A.T o algo así. Me temo que el ex guitarrista del grupo Eric Rivers ya empezaba a olerse la tostada, y mucho antes el cantante original Kenny Leckremo, esperemos que puedan trabajar juntos de nuevo para recuperar tiempos mejores, o que los mantienen el nombre de la banda vuelvan a la senda anterior, o las dos cosas, por pedir que no quede. Y recordar, esto es solo un deseo y una opinión personal.

Mariano Palomo

No hay comentarios: