viernes, 3 de febrero de 2017

THE MURDER OF MY SWEET “Echoes of the Aftermath”


(Frontiers Music)
El proyecto más “peliculero” de la vocalista sueca Angelica Rylin junto al instrumentista Daniel Flores sigue produciendo frutos en forma de disco, acompañados por el guitarrista Christopher Vetter y al bajista Patrik Janson. Los cuatro han dado vida a la docena de cortes que forman “Echoes of the Aftermath”, cuarto trabajo de The Murder Of My Sweet, una colección de temas de clara inspiración sinfónica y teatral que podrían estar pensados para poner banda sonora a películas de temática gótica o romántica, y que por momentos consiguen crear intensas y logradas atmósferas, pero que en otras ocasiones acaban por resultarme excesivamente huecas e incluso poppies.
La voz de la señorita Rylin cumple de sobra, abarcando un buen rango de registros coqueteando en algunos retazos con el lirismo, en otros con el metal contemporáneo y en las más con el rock melódico o el pop, sobresaliendo entre una instrumentación excesivamente saturada de arreglos orquestales y de teclados, con una solvente base rítmica, y con unas aportaciones de guitarra muy discretas para mi gusto.
Así los primeros temas del disco “Sleeping Giant” y “Personal Hell” son básicamente metal gótico actual con rotundos arreglos de cuerda y buenos cambios de ritmo el primero, y más envolvente a lo Evanescence el segundo con las guitarras de Vetter en modo prácticamente testimonial sin brillo ni excesiva presencia perdiéndose entre su orquestación, dejándose notar algo más en “Racing Heart”, de lo más destacado del disco en mi opinión por su dinámica base rítmica y  por su cuidada melodía de vocal con la esporádica participación de una segunda voz masculina complementando la de Angelica.
Tampoco están mal “Cry Wolf” que a tempo medio crea un sonido muy melódico y evocador con discretos pero agradables aportes acústicos y corales, o “Flatline” misteriosa y recitante con arreglos sintetizados dentro de una limpia ejecución vocal, que antes se muestra más rotunda en la lineal “Echoes of the Aftermath” igualmente agradable al oído con más presencia de guitarras pero sin acabar de romper manteniendo la tónica general.
Algo parecido ocurre con la bucólica y relajada “Loud as a Wishper” que arrulla y envuelve con sus tonos medios a lo Blackmore’s Night, cogiendo más ritmo en la resultona “Singing After Dark” con toques pop actuales en sus pegadizas melodías, que reiteran en la ingenua “Ode To Everyone”, lo mismo, agradable, asequible, pero algo insustancial, con poca chicha, como pasa con la final “Inside, Outside” a mayor lucimiento de Angelica sobre una instrumentación suave y algo monótona.
Se completa el trabajo con otros dos cortes que, aunque tampoco sean para volverse loco, tienen más cuerpo e intención, “Go On” hard melódico rodeado de arreglos sintetizados con ritmillo pegadizo y estribillo recordable, y la sencilla “In Risk of Rain” más cercana a sonidos góticos ligeros con una trabajada melodía vocal. Vamos, que sin ser malos ni sonar mal no acaban de seducirme, como el disco en su conjunto que desde luego no ha hecho que aumente mi valoración ni curiosidad sobre la banda. Para tenerlo de fondo y poco más.
Mariano Palomo

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