miércoles, 28 de noviembre de 2012

U.D.O. “Live In Sofia”

(AFM / Avispa)

Con un set list muy irregular, alternando momentos intensos y dinámicos, los menos, con otros excesivamente densos y planos. Incluso la interpretación de los inevitables clásicos de Accept va perdiendo fuerza y vigencia, al menos en esta grabación, alargándolos en exceso como en el caso de “Princess of the Dawn” a pesar de lo cual sigue siendo un temazo con un tremendo sonido, “Metal Heart” o “Balls to the Wall”, consiguiendo convertir en tediosas las interpretaciones de estos himnos del heavy metal, algo difícilmente asimilable por alguien que se ha pasado más de media vida cantándolos.
Resultan más correctas, aunque sin la chispa de antaño, otras como “Screaming for a Love Bite” algo ralentizada a pesar del aliento del público, “Neon Nights” menos brillante que otras veces, o la genial “Up to the Limit” que resulta algo atropellada con el bajo de Fitty Wienhold muy marcado pero algo impreciso. Afortunadamente los temas más directos y rockanroleros siguen siendo efectivos y divertidos, así “I’m a Rebel” y “Burning” son de lo mejor del disco con el público entregado y coreando sin parar.
El inicio del disco supone un breve recorrido por los singles de los últimos trabajos del grupo, comenzando por la agresiva “Rev Raptor”, que no está mal con los duros riffs que destripan Stefan Kaufmann e Igor Gianola, que siguen en la misma línea con más rítmica “Dominator” jaleada sobre su buena melodía vocal a pesar de su opaco estribillo, y con la más rápida “Thunderball” destacando la rotunda pegada de Francesco Jovino desde los tambores dando soporte a buenos cruces de guitarras, siendo de las que más me ha convencido.
Tras este primer tramo, se densifica el sonido con la siniestra “Leatherhead” con el coreo marcial característico de U.D.O. que se repite en la más rítmica “Independence Day” de marcada base rítmica con los fans participando en su parte final para enlazar con la referida “Screaming for a Love Bite”, mejorando en cuanto a melodía de vocal y de guitarras en “Heart of Gold”, para volver a caer en la machacona “Vendetta”, que pasa prácticamente desapercibida para llegar a “Princess of the Dawn”, y a la power ballad “I Give As Good As I Get”, que acaba resultándome excesivamente monótona.
Aunque para monótona “Kokopelli”, once minutos de infumable solo de guitarra sin apenas gracia, sirviendo como preludio a “Neon Nights” que se contagia un poco tardando en arrancar para acabar excesivamente acelerada y agria por la voz de Udo, mejorando con la más fresca y contundente “Break the Rules”, y con la siempre resultona “Man and Machine” jaleada de nuevo al ritmo de los redobles de Jovino que se explaya seguidamente de forma innecesaria con un aburrido solo.
A estas alturas, y después de quince cortes, ya me estaba costando bastante mantener la atención, pero todavía quedaban ocho temas más que, sólo al final, consiguieron hacerme mover el pie. Y es que “Living on a Frontline” sin estar mal es más de lo mismo, correcta y ya, al igual que la versión embarullada de “Up to the Limit”, subiendo el nivel de dinamismo con “Two Faced Woman” sobre todo por su pegada y buen estribillo, para bajar otra vez con la descafeinada y larguísima ejecución de “Metal Heart”, y con la densa de tintes industriales “The Bogeyman”.
Afortunadamente el cierre rockanrolero con “I’m a Rebel” y “Burning” me dejan con buen sabor de boca, con el caramelito de “Balls to the Wall” entre medias a pesar de que se exceden en su duración sobre su espectacular cadencia con mucha participación del respetable en su inconfundible parte coreada.
Un disco irregular de un combo irregular últimamente que tengo la sensación que empieza a agotarse y repetirse en exceso, aunque siempre nos dejan algún momento rescatable para el recuerdo. Si me permitís que os recomiende un directo de U.D.O., quedaros con el “Live from Russia” de 2001.
Mariano Palomo

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