viernes, 10 de agosto de 2012

TRIUMPH “Live At Sweden Rock Festival”

(Frontiers / Mastertrax)

Antes de nada me gustaría indicar que la crítica de este disco está bastante mediatizada, ya que al recoger una actuación en la que pude estar presente, inevitablemente se mezclarán sensaciones y recuerdos al volver a revivir un momento que resultó ser menos mágico de lo esperado.
Pero pongámonos en situación: Sweden Rock Festival, 7 de junio de 2008, Triuimph volvían a juntarse veinte años después de su separación, uno de los grupos de culto de mi adolescencia que uno ya pensaba que era imposible poder ver en directo, pero ahí estaba junto a unos cuantos miles de fieles de todo el mundo, frente al escenario principal de la "Meca" veraniega de los hard rockeros.
Todo empezaba muy bien, con un montaje y un sonido magníficos, con los tres miembros históricos del grupo sobre las tablas, pero cuando terminaron de tocar me quede un poco frío, como diciendo ¿esto es todo? Más que nada por la composición del set list interpretado, tanto por su disposición, como por su escasez de temas (sólo diez, incluida una versión con la cantidad de temazos que tienen), como por la manera un tanto desganada y laxa de interpretarlos.
Esa fue mi impresión de primera mano, y al final es la que permanece marcada en mi memoria, pero al volver a escuchar el audio concierto ahora me da la sensación que, o bien me falla la memoria, o esta grabación está más restaurada que la Capilla Sixtina. Todo suena nítido, espectacular, con una fuerza y solidez que no recordaba, con el nivel instrumental tremendo del que siempre ha hecho gala el trío canadiense, Gil Moore (batería y voz), Rik Emmett (guitarra y voz), Mike Levine (bajo y teclados), acompañados por el invitado Dave Dunlop a la guitarra.
La compacidad y brillantez con la que suenan las guitarras desde el inicio con “When The Light Go Down” es realmente notable, con la voz de Gil Moore inconfundible y potente dando altura a su estribillo mínimamente coreado por lo que se escucha desde el público, que sin duda está subido artificialmente entre los temas. Con “Lay It On The Line” cambia la voz principal haciéndose cargo de ésta Rik Emmett, comenzando una alternancia que se mantiene escrupulosamente hasta el final del disco, un tema más melódico donde la pasión del guitarrista-cantante y su rasgueo característico atrapan dentro de su ritmo medio.
Se anima más la cosa en cuanto a ritmo con la poderosa y setentera “Allied Forces” marcada por su reiterado estribillo y por un punzante solo de guitarra, que vuelve a rasgarse a continuación para dar paso a uno de los puntos álgidos como “Never Surrernder”, una auténtica belleza de tema con la voz de Emmett embaucando y acelerando en su parte final para volver a caer, retomando la fiesta con la guitarrera “I Live For The Weekend” con su ritmo rockanrolero a lo Boston haciéndonos mover el pie.
Pero de repente entramos en una fase un tanto espesa, con una versión extendida de la primigenia “Blinding Light Show” que aparecía en el disco de debut del grupo en 1976, que como curiosidad y guiño a sus fans más acérrimos vale, pero que cortó el rollo sobremanera con su envolventes desarrollos instrumentales, muy técnicos, muy limpios, pero muy pesados por momentos sobre todo tratándose de un festival y de un público ansioso por disfrutar de los clásicos de la banda después de tanto tiempo. Se anima más la cosa con la versión del clásico blues rockanrolero “Rocky Mountain Way” de Joe Walsh, que ya hicieron suya en estudio en 1977 registrándola en su segundo disco “Rock & Roll Machine”, y en la que Gil Moore arrastra su voz dotándola de mucho sentimiento.
En el tramo final mejora aun más el panorama con la tremenda “Magic Power” que es pura esencia Triumph con la voz de Emmett acariciando y percutiendo sobre su base de hard sinfónico de altura, para contagiarnos seguidamente con el ritmo setentero y guitarrero de “Rock & Roll Machine” que alargan con un correcto solo de guitarra que baja un poco los ánimos y que incluye breves retazos de “The Hall Of The Mountain King” original del compositor clásico noruego Edward Grieg y de “Hocus Pocus” de Focus. Para el cierre queda otro de los “temas”, una maravilla plena de pasión y elegancia como “Fight The Good Fight”, intensa como pocas y donde además de la voz de Emmett se deja notar la percusión de Moore.
Y ya está, esto es todo, que no es poco, pero que tratándose de quien se trata me sigue dejando a medias, han pasado cuatro años y todavía no me entra en la cabeza cómo pudieron dejarse sin tocar himnos como “Spellbound”, “Never Say Never”, “Tears In The Rain”, y sobre todo “Follow Your Heart”, ignorando por completo discazos como “Thunder Seven”, “The Sport Of Kings” o “Surveillance” quedándose en la primera mitad de su carrera hasta 1983. Visto lo visto como documento está bien, más aún para los que fuimos testigos del mismo ya que aparecerá como CD+DVD, pero para directo de Triumph donde este el “Stages”
Mariano Palomo

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