martes, 7 de agosto de 2012

ALL HAIL TO THE YETI “All Hail To The Yeti”

(AFM / Avispa)

Cuando hace unos días tuve acceso al primer larga duración de este cuarteto californiano lo primero que me llamó la atención fue su extravagante nombre, que traducido al español vendría a significar algo así como “Qué todos saluden al Yeti”. Acompañado por una portada un tanto rústica y campestre, y una vez leída su curiosa nota de prensa de presentación, uno comprende mejor la afición de estos muchachos por los hongos y demás productos del bosque.
Tras una primera escucha pensé que seguramente ayudaría bastante estar bajo los efectos de alguna sustancia lisérgica para entender este curioso disco, algo que no hice obviamente, y que probablemente me haya restado perspectiva a la hora de enfrentarme al disco.
Comienzan atacando con el metal más agresivo y descarnado de la inicial “Deep Creek” con la voz de Connor Garritty (curioso personaje este canadiense también tatuador) áspera y opaca escupiendo sus versos sin excesiva delicadeza pero siendo lo suficientemente claro en su dicción.
Siguen arrollando en cortes como “Suicide Woods”, violenta pero con groove a golpe de riffs marcados a cargo de Carw NeQuent que la hacen bastante dinámica mientras Skylar Feigel machaca sus tambores sin piedad, destacando también en la más clásica “I Am Wedigod” con un ritmo casi hard pero con una contundencia y opacidad más pesadas, rozando el sonido stoner.
Algo de este sonido también lo encontramos en la más movida “Bloodguilt” mejorada por una acertada combinación de voces limpias y agrias que dan más brillo al tema, como sucede en la desgarrada “When The Sky Falls” que incluye partes prácticamente recitadas sobre una base cortada y actual acentúandose en la pesada y misteriosa de ritmo doom “After The Great Fire” que se desarrolla tras el minuto y medio de “The Weak And The Wounded” a modo de preludio con un tenso diálogo niña-adulto tipo “El Exorcista”.
Los ritmos pesados siguen predominando, ya sean más cercanos al doom como en la actual y atormentada “The Art Of Mourning” que termina con un curioso detalle de armónica, o al también citado stoner en la densa y angustiosa “Axe Murder Hollow” que me resulta muy pesada, mejorando algo en “Ruby Ridge (Every Knee Shall Bow) de clarísimo influjo Sabbath en su versión más densa, para poner el cierre definitivo con la terrorífica y teatral “Judas Cradle” que en teoría dura veinte minutos, de los cuales siete son de tema propiamente dicho desarrollando ritmos plomizos matizados por detalles melódicos que rozan el death metal con inclusión de teclados.
Los otros trece minutos del tema acaban por confirmar que estos chicos son grandes amantes de la naturaleza, ya que lo único que se escucha en este tiempo son bucólicos aportes de animalitos campestres, pájaros, ovejas… lo que le da hasta un cierto toque de humor al asunto y resta gravedad a un disco de por sí bastante oscuro.
En cualquier caso la producción me parece bastante buena, los músicos técnicamente también, y escuchando los temas con más calma y a ser posible por separado ganan bastantes enteros. Como experimento está bien, pero no creo que aguante mucho tiempo en mi reproductor digital.
Mariano Palomo

No hay comentarios: