jueves, 22 de marzo de 2018

PHIL LANZON “If You Think I’m Crazy”


(Phil Lanzon Ditties/Cargo Records UK)
Con medio siglo de carrera musical a sus espaldas, Phil Lanzon es sin duda uno de los teclistas más reconocidos y brillantes del Reino Unido, con una trayectoria jalonada de excelentes trabajos en bandas como Grand Prix, absolutamente top dentro del hard melódico su LP “Samurai” (1983), y que sirvieron para llamar la atención de los legendarios Uriah Heep que le reclutaron para sustituir a John Sinclair en 1986, y donde continúa impartiendo su magisterio hasta la fecha.
Entre medias colaboraciones con músicos de la talla de Mick Ronson, Robin McAuley o The Sweet, pero ha sido ahora cuando se ha decidido a completar su primer disco en solitario, este delicioso “If You Think I’m Crazy” donde muestra su enorme talento y clase. Para la ocasión ha contado con la ayuda de competentes músicos de la escena progresiva, como el arreglista y productor Richard Cottle (Alan Parsons Project, John Parr), el bajista Laurence Cottle (Alan Parsons Project), el guitarrista John Mitchell (Arena, It Bites) o el batería Craig Blundell (Steven Wilson, Frost, Pendragon) entre otros, además de con algunos cantantes que iremos detallando más adelante y con los que Lanzon comparte las tareas vocales a lo largo del trabajo.
Todos ellos han conseguido completar una decena de excelentes temas en los que el rock sinfónico brilla y llega con una elegancia enrome, envolviéndonos y seduciéndonos desde la embrujadora “Mind Over Matter” con la que se abre el disco creando una logradísima atmósfera llena de evocador sinfonismo, relajado pero intenso, con un sobrecogedor trabajo vocal en tonos medios con la voz del citado John Mitchell sobrevolando su cuidada instrumentación acompañado por unos coros llenos de espiritualidad. Algo que se repite con los mismos protagonistas en la más orquestada con aires de musical “I Knew I Was Dreaming” donde llegan a rozar el góspel subiendo en su estribillo con un resultado sencillamente espectacular.
Entre medias se inserta “Kelly Gang” también con bastante orquestación y con más ritmo, siendo la primera en la que participa el vocalista Andy Makin (Psycho Motel) creando momentos bastante teatrales y optimistas mostrando versatilidad y poderío, donde todos los músicos brillan con especial mención a Blundell a la batería. Se relajan posteriormente con “I Saw Two Englands” acústica de tintes bucólicos y country, suave con delicados aportes corales acompañando a Lanzon a la voz y con un entrañable sonido de Steel pedal por debajo a cargo de Sarah Joy.
Retoman el sonido más reconociblemente Uriah Heep con la instrumental “Step Overture” como preludio a la vuelta de Makin en la tremenda “Lover’s Highway”, pieza de rock progresivo llena de matices, destacando los sonidos orgánicos marca de la casa con Lanzon exhibiéndose tirando de registros entre cambios de ritmo y atmósferas sinfónicas colándose un encantador toque de trompeta pícolo de Joe Atkins y la cristalina guitarra de Mitchell, espectacular. Tras esta exhibición continua el viaje con el delicado sonido de caja de música y cellos con el que comienza “Donna & Joe” y donde el timbre grave de voz me recuerda mucho al de Gary Hughes (Ten) replicado por unas brillantes voces femeninas dentro de una suave y sólida instrumentación.
Llegamos a “Carolin” con la que rozan el A.O.R. a medio tiempo con unas deliciosas melodías de voz llenas de calidez con Andy Caine al frente y de nuevo con Sarah Joy tirando de Steel pedal con suavidad y encanto, antes de llegar a “The Bells” tema poderoso y épico de nuevo con la voz de Makin haciéndose notar y con unos detalles celtas de violín magníficos complementando las excelentes teclas de Lanzon y las guitarras de Mitchell.
El cierre viene otra vez en clave bucólica y sinfónica con “Forest”, el tema más largo del disco que durante nueve minutos deja unas magníficas aportaciones vocales femeninas acompañando a Lanzon a los coros mientras se desarrolla con acogedora calma pero sin perder nada de cuerpo creando una fabulosa ambientación con tramos narrativos, intensos y susurrantes completando un elaborado conjunto lleno de armónica musicalidad.
Espectacular broche para un magnífico trabajo que creo debería ser de escucha obligada para los seguidores del rock sinfónico.
Mariano Palomo

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