martes, 9 de enero de 2018

MANZANO “4”


(The Fish Factory)

Hace seis años y tras un prolongadísimo periodo de silencio el vocalista catalán afincado en Suiza José Antonio Manzano volvía a la actividad musical para participar en la esperada reunión de Banzai, después y bajo el epígrafe de su apellido publicaba un potente trabajo en estudio como fue “Mi Religión” (2015), ofreciendo un sonido algo más crudo de lo que nos tenía acostumbrado. Ahora, después de pasar por el complicado trance de superar un cáncer de colon del que parece felizmente restablecido, vuelve con más energía que nunca con un puñado de buenos temas reunidos bajo el título de “4” completando el que, a mi juicio, es uno de los lanzamientos más interesantes del pasado 2017 dentro del hard rock nacional.

Como decía su anterior entrega era algo más heavy de lo habitual dentro de la discografía de Manzano, y en esta nueva obra volvemos a encontrar su sonido más hard rockero y reconocible pero sin dejar de ser en absoluto poderoso y con una gran pegada, en la que tiene mucho que ver la labor del bajista Nico Martínez, que repite, y del batería Danny Navarro que sustituye al clásico David Biosca (Banzai, Tigres, Tebeo), formando una sólida base rítmica con gran presencia a lo largo y ancho del disco. Se completa la formación con el guitarrista Félix Barcojo, quedando como único hacha titular de la banda tras la salida de la misma de Fredy Fresquet (Banzai, Tigres, Bon Scott Band, Vizio), pero con la aparición como colaborador de Tony Baena. Además Félix compone casi todas las canciones del disco junto a José Antonio.

El disco, producido por Sue Gere (Star Mafia Boy, Warrior Soul), ha sido grabado entre Suiza y Barcelona, logrando un buen sonido en su mezcla, aunque quizá en algunos momentos con el bajo excesivamente alto, será porque Sue es bajista y le gusta dar protagonismo a su instrumento, aun así todo suena más que correctamente y los temas entran bastante bien desde un inicio. Comenzando por “Sí, Pero No”, enérgico corte de hard rock con gancho y pegada dentro de un insinuante ritmo con un riff que recuerda al celebérrimo “Do You Like It” de Kingdom Come sobre el que Manzano muestra una magnífica forma vocal cantando con fuerza y personalidad llegando a un claro estribillo acompañado de buenos coros.

Sigue la misma línea aunque algo más dura con “Adicción” otro tema poderoso con un punto descarnado que seduce junto a unas curradas guitarras y al bajo de Nico dibujando acordes que empastan con su contagiosa melodía, para continuar haciéndonos mover el pie con la más rockera, como indica su elocuente título,  “Rocanrolear”, sencilla, bailonga, directa, pegadiza, perfecta para el directo con unas muy buenas voces.

Después de esta primera terna llena de ritmo, baja un poco el movimiento que no la intensidad con “Demonízame”, una desgarrada balada en la que José Antonio exhibe registros y poderío, una composición con fuerza y pellizco redondeada por un buen solo de guitarra de Félix, como lo es del de “Especial” con el que vuelven a subir de marcha dejándonos otro corte tremendamente contagioso con un estribillo reiterado que se clava sin remedio a la primera, sencilla y efectiva a más no poder, recordando mucho a Beethoven R.

Se repite la fórmula aunque con algo más de elaboración y peso en sus guitarras en “Santo Tomás”, resultona y con chispa con otro estribillo pegadizo, metiendo una marcha más en “Nunca Dejes de Creer” rozando el heavy rock ochentero de Banzai con un ritmo dinámico y motivante con el bajo dejándose notar sobremanera junto al peso de las guitarras, retomando el sonido más hard melódico con “Este Falso Amor” más sinuosa en su desarrollo para dejarnos un descarnado mensaje no exento de cierto sarcasmo.

Llegamos al final con “Perdón” otro de los temas más heavies del disco dotado de un brioso ritmo marcado por unas trabajadas líneas de guitarra y bajo sobre las que se eleva la arrogante voz de Manzano, para cerrar definitivamente con “No Morirá” más melódica en sus arreglos pero igualmente intensa en su rítmica con un excelente riff y un magnífico estribillo que sin subir excesivamente de tono transmite perfectamente su mensaje de autoafirmación rockera.

Resumiendo, un muy buen disco que debería estar entre las preferencias de los hard rockeros patrios más clásicos, y que reafirma a su autor como uno de los artistas españoles que mejor ha sabido llevar el paso del tiempo desde los remotos ochenta a pesar de las dificultades con las que se ha encontrado por el camino.

Mariano Palomo

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