viernes, 12 de enero de 2018

LOUDNESS “Raise To Glory”


(Ear Music)

Parece que Loudness quieren seguir reivindicando su cetro dentro del heavy metal japonés. Para ello, además de girar bastante por todo el mundo desde hace unos años, han vuelto a sacar un notable disco de estudio, cerca del nivel que mostraron en la primera mitad de los ochenta cuando nos conquistaron con sus cinco primeros discos culminados por esa obra maestra del heavy nipón que es “Thunder In The East”.

Después de tocar techo siguieron con aquel inmenso redondo ofrecieron algún trabajo más hard rockero con su formación original hasta que a finales de la década Mike Vescera sustituyó al cantante titular Minoru Nihara con el que la banda, siempre liderada por el inmenso guitarrista Akira Takasaki, registró un par de buenas entregas, para entrar luego en un marasmo de entradas y salidas en el grupo que creo que terminó por confundirles llevándoles a unos sonidos más pesados y experimentales. Algo que hizo que, a pesar de no parar de publicar discos tanto en estudio como en directo, muchos les perdiéramos prácticamente la pista hasta que hace un lustro empezaron a rescatar poco a poco su sonido más clásico con álbumes como “2.0.1.2”, “The Sun Will Rise Again” y este que ahora nos ocupa.

Así, recuperada la alineación titular prácticamente íntegra con Minoru y Akira al frente junto al bajista Masayoshi Yamashita, acompañados por el competente batería Masayuki Suzuki que sustituyó al original Munetaka Higuchi tristemente fallecido en 2008, Loudness parecen volver por sus fueros, aunque con matices como hemos tenido oportunidad de apreciar tanto en estos últimos discos como en directo en un par de ocasiones no hace demasiado. Y es que el tiempo pasa para todos, y la energía que era capaz de desprender Nihara con su voz ya no es la misma, sigue siendo perfectamente válido manteniendo su reconocible timbre pero se nota que ya no puede llegar a donde llegaba antaño, bajando tonos inteligentemente. El resto del grupo sigue a nivel top, con un Akira siempre tremendo manteniéndose como uno de mis hachas favoritos, sustentado por la precisa pegada de Suzuki y la sólida pulsación de bajo de Yamashita.

En cuanto a los temas, no todos me parecen igual de redondos y atractivos, pero superan ampliamente el aprobado, llegando bastantes al notable y rozando el sobresaliente en algún caso. Y eso que el inicio con “8118” a modo prácticamente de intro nos hace temernos una vuelta a los tiempos oscuros, un monótono minuto y pico de inquietante instrumentación que afortunadamente desaparece para dar paso a “Soul On Fire” en la que ya apreciamos la personal afinación de Akira llevando sus riffs junto a la buena modulación vocal de Minoru sobre una técnica base, rompiendo poderosa en su estribillo sin necesidad de subir mucho el tono, sonido de esencia clásica del grupo actualizado en su justa medida.

Con “I’m Still Alive” dan un giro de tuerca más, arrollando con unos ataques rítmicos tremendos machando Suzuki su batería por momentos en clave thrash empastando con melodías vocales limpias y agresivas llegando hasta un virtuoso solo de guitarra para redondear un original corte pleno de energía y nivel instrumental. Siguen las rítmicas con mucho peso con el bajo luciendo en la más oscurilla “Go For Broke” con la voz de Niahara más justita pero cumpliendo en clave más teatral, recordando ligeramente a King Diamond más por la estructura de la composición que por la voz en sí.

Baja la intensidad con la lenta “Until I See The Light”, correcta instrumentalmente pero demasiado pesada, con un aire algo angustioso en su interpretación dentro de un desarrollo bastante lineal haciéndola la menos atractiva del disco para mi gusto. Mejoran con “The Voice” con mucho más cuerpo y melodía, salpicada de originales y deliciosos arreglos de guitarra rozando el progresivo, para volver a la rotundidad total con “Massive Tornado” de nuevo con elementos thrashers sobre todo en su base rítmica atacada por unos afiladísimos riffs dejando un aire épico en su curioso estribillo, otro de los temas más completos de esta entrega.

Paréntesis instrumental con “Karma Sutra” para mayor lucimiento de Akira experimentando durante algo más de tres minutos con su guitarra con notable gusto y técnica, para atacar seguidamente con el tema que da título al álbum “Rise To Glory”, uno de los más clásicos del mismo, de nuevo con la voz dosificándose para llegar donde puede llegar bien apoyada de coros en una onda guerrera y dramatizada por momentos con un break central que desemboca en otro tremendo solo de guitarra. Sigue la línea clásica, más aún, con la cabalgante “Why And For Whom” dinámica en su instrumentación acompañada de unas muy buenas melodías de voz que brillan sobre una rítmica muy Accept, algo característico en los inicios de la banda.

No se apartan de esta onda con “No Limits” también bastante melódica pero más lineal dejándonos otro gran solo de Akira, en este caso más barroco, cayendo luego más densos en la melancólica “Rain” que rezuma cierto aire Sabbath creando una hipnótica ambientación, que desaparece en el final para que se marque con fuerza el ritmo marcial de “Let’s All Rock” que recuerda mucho en su cadencia a “The Zoo” de Scorpions pero con algo más desgarro hasta llegar a un espectacular solo de guitarra, uno más.

Un buen disco a la primera escucha, bastante bueno a la segunda y notable ya a la tercera, para recuperar, esperemos que definitivamente, a la banda más grande que ha dado la Tierra del Sol Naciente. Queda pendiente la visita a Madrid, a ver quién recoge el guante.

Mariano Palomo

No hay comentarios: