Que el influjo de Iron Maiden sobre las bandas de heavy metal de todo el mundo no conoce fronteras es algo tan obvio que casi no hace falta ni mencionarlo, pero viene bien recordarlo en esta ocasión para presentar y situar a Kryptos. Una banda procedente de la India que sin duda tiene a los británicos como a una de sus mayores referencias una vez escuchado este “The Coils Of Apollyon” con el que les conocemos y que supone su tercer disco oficial desde que surgieron desde el underground en 1998.
Mucho habrán tenido que ver en esta devoción por Harris y Cía. las giras que éstos han hecho pasando por la India donde son auténticos dioses como bien queda reflejado en más de un documental con miles de entregados fans en sus shows, entre los que me imagino a los cuatro miembros de Kryptos tomando buena nota.
El comienzo no puede ser más clásicamente Maiden, con tres temas que cada uno a su manera recuerdan claramente a la Doncella. El primero de ellos “The Mask Of Anubis” con el bajo muy marcado por parte de Jayawant Tewari dando sustento junto a los redobles de Ryan Colaco a las buenas melodías de guitarras cruzadas al más puro estilo Smith-Murray por parte de Rohit Chaturvedi y de Nolan Lewis que también se encarga de poner su áspera voz que es lo que menos recuerda a sus alter egos.
Siguen la senda marcada con la más épica “The Coils Of Apollyon” con un ligero toque progresivo en sus cambios de ritmo y de nuevo con unas destacadas melodías de guitarra, flojeando en la voz de Nolan excesivamente agria para mi gusto, repitiendo la fórmula en la más extensa “Serpens Mage” que a pesar de su pesada cadencia gana en brillo y melodía en fases más rápidas destacando la buena labor de Ryan a los tambores y una vez más de Rohit a la guitarra.
Una base dura y un ritmo machacón marcan “Nexus Legion” sencilla y correcta composición dotada de un punto oscuro y terrorífico sobre todo por sus líneas vocales, que se tornan más recitantes en la marcial y algo monótona “Eternal Crimson Spires” con unas guitarras más distorsionadas que van cogiendo ritmo pero sin acabar de romper, excesivamente densa mejorada por su buena percusión.
Tras estos dos temas más sombríos, recuperan pegada y agresividad con “Spellcraft” con un ritmo algo atropellado cercano al thrash primigenio de algunas de las bandas de la NWOBHM, todo un reclamo para los amantes de los sonidos underground. Recuperan la vena más épica con la melódica “Starfall” sonando muy bien sus guitarras dando réplica a la poderosa voz de Nolan que transmite a pesar de su aspereza y escaso brillo.
En el tramo final nos encontramos con “Vision Of Dis” una extensa pieza de más de ocho minutos de cadencia pesada que va cambiando de ritmo en su desarrollo con partes progresivas luciendo las melodías de guitarra y las buenas aportaciones de bajo y percusión contrastando de nuevo con la angustiosa voz de Nolan, que desaparece en la breve “The Isle Of Voices” que no es más que un lento solo acústico para cerrar de forma relajada.
Un disco más que correcto, que confirma una vez más la universalidad del heavy metal, con un notable nivel técnico y compositivo, pero con un cantante que sin hacerlo mal del todo baja bastante la media del resto de sus compañeros, y que sobre todo en su primera mitad, parece casi más un tributo a Iron Maiden con lo que ello conlleva de falta de originalidad como de buen gusto musical, cosas de la Commonwealth.
Mariano Palomo
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