Estamos ante uno de los más claros ejemplos de talento que pasa inadvertido en nuestro país a pesar de llevar veinticinco años de trayectoria y nada menos que catorce discos publicados, hablamos del multinstrumentista gallego afincado en la provincia de Málaga Kike G. Caamaño y de su proyecto Asha. Este señor lleva todo este tiempo participando y colaborando en infinidad de producciones y recogiendo premios a su trabajo tanto en España como en otras partes de Europa, y desgraciadamente hasta ahora no he tenido posibilidad de poder apreciar su buen hacer, gracias a la intermediación de mi amigo y compañero Carlos Treviño que me ha hecho llegar sus dos últimas entregas, “Euphoria Project” (2010) y este “Pleasures Of Equality” recién publicado y que ahora nos ocupa. En ambos Kike se encarga de toda la instrumentación y le acompaña a la voz el cantante danés Jacob Alcain Poulsen que aporta un buen número de matices y registros a las trabajadas composiciones de Caamaño que brilla sobre todo en su labor como guitarrista mostrando su virtuosismo y tremendo nivel técnico, sin desdeñar su capacidad con el resto de instrumentos. Centrándonos ya en los temas de “Pleasures Of Equality” podría pensarse con esta exposición previa que sólo son exhibiciones técnicas sin demasiada sustancia, pero afortunadamente la espiritualidad y sentimiento que impregnan el mensaje de sus letras y el hecho de tener sólo una instrumental hacen de este disco un trabajo variado, versátil y entretenido, con el hard rock virtuoso como base, pero con sitio para sonidos más duros. El primer nombre que se me viene a la cabeza escuchando el disco es el de Steve Vai en su etapa más accesible (“Passion & Warfare”, “Sex & Religion”), incluso con esos toques divertidos y vacilones que podemos apreciar en cortes como la alegre “Welcome To The Lost Paradise” de base un poco desparramada pero con un brillo hard muy interesante, la curiosa y enrevesada “How Could You” con las guitarras confusas y con esos arreglos “marcianos” tan gusto del genio norteamericano, que aparecen también en la más dura “The Deep Serenity” creando una especie de controlado caos sonoro luciéndose Kike como percusionista y bajista, al igual que en la personal y divertida “Unwritten Obsessions”. Esta dureza se acentúa aun más en la agresiva “So Ends The End” marcada por sus pesados riffs a lo Freak Kitchen dentro de un delirante y original ritmo con los cambios de voces ásperas y limpias a cargo de Jacob, y con los balbuceos de Ana G. Rueda, hija de Kike, que también participa con apenas cuatro meses de edad en mayor medida en la inicial “New Born” junto a unas suaves guitarras de su padre. El único tema instrumental del disco es “Travels” técnica y melódica con buenos cambios de ritmo luciendo sobre todo las guitarras, quedando algo más experimentales y chirriantes en la pesada “Here We Come Around” con la voz insinuante, y en la compacta de escaso ritmo “It Doesn’t Matter” con sonidos acústicos y presencia de coros. Las teclas toman mayor protagonismo en la hard melódica “Come Back (Waiting For You)” que llega muy bien con un sonido más directo, quedando más escondidas en la densa de ritmo medio “Stuck In Our Moment” con un punto progresivo por sus relajados cambios de ritmo, que se vuelven más sombríos en “Afterlife” que me resulta excesivamente lúgubre con un expresivo lamento para cerrar. Muchas veces entre la cantidad de paja en forma de lanzamientos que nos invaden nos perdemos granos tan interesantes como este que nos ofrece Asha con sus discos, esperemos que ahora que ya le hemos tomado la matrícula no le perdamos la pista.
Mariano Palomo
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