miércoles, 29 de septiembre de 2010

IRON MASK “Shadow Of The Red Baron”

(Lion Music)

Viendo la portada, alguno puede creer que se trata de un grupo de versiones de Barón Rojo, y nada más lejos de la realidad. De entrada, Iron Mask es una banda de nacionalidad belga, así que difícilmente van a dedicarse a homenajear a un conjunto español. El personaje que aparece pilotando el conocido triplano del aristócrata es el mismo que da nombre al grupo, la Máscara de Hierro, el misterioso protagonista de uno de los más siniestros e injustos episodios de la historia del absolutismo francés. Gracias a que su existencia no pudo ser ocultada por completo, y a que Voltaire difundió su historia mezclando realidad y fantasía, desempeñó un involuntario papel como símbolo revolucionario contribuyendo a la caída de la caduca monarquía gala. Por todos es conocida la fama que alcanzó gracias a Dumas, popularidad que ha impulsado durante dos siglos y hasta hoy en día las investigaciones para descubrir la auténtica identidad del legendario preso. La banda que utiliza su nombre, de la cual creo que es la primera vez que hablamos en Alianza, comenzó su andadura en 2002, este “Shadow Of The Red Baron” es ya su tercer trabajo. Como tantos otros, han elegido la senda del power metal. Cuando escuché su primer disco, “Revenge Is My Name” me pareció tan del montón, que no lo encontré digno de la atención de los lectores. Felizmente, con el paso de los años han ido mejorando, aunque por supuesto no aportan nada nuevo. Lo cual no quita que nos encontremos con canciones bastante buenas, majestuosas y de tintes épicos, en la onda de Hammerfall, como “Dreams”, “Only The Good Die Young” o “We Will Meet Again”, que es de las mejores. Hay algunos cortes que dan más variedad, como la pesada “Resurrection” o las melódicas “Sahara” y “Forever In The Dark”. Para no dejar de cumplir con todos los clichés del género, no falta la balada (“My Angel Is Gone”) ni el instrumental (“Ghost Of The Tzar”). La más atractiva para mi gusto es “Black Devil Ship”, con un más que evidente sabor a Running Wild. A estas alturas ya nuestros lectores pueden suponer que no se trata ni mucho menos de un disco conceptual dedicado al Barón Rojo, sólo hay una canción dedicada al gran aviador, la misma que da nombre al CD y que, siendo buena, no es la mejor si la comparamos con algunas de las mencionadas. Como ya hemos dicho, los Iron Mask no inventan nada, pero no deja de ser alentador que un grupo que empezó su carrera discográfica al borde de la mediocridad hayan sabido brindarnos un disco de calidad, ameno y entretenido.
Nacho Jordán

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