viernes, 24 de septiembre de 2010

IRON MAIDEN “The Final Frontier”

(Emi)

¡Ah, qué tiempos aquéllos! Ha pasado un cuarto de siglo, pero parece que hace sólo cuatro días la salida de un disco de los Maiden era el acontecimiento del año para los seguidores del metal. Cada plástico era una sucesión de composiciones inmortales, resultaba imposible decidir qué tema te gustaba más, y sin duda en su compañía discográfica lo pasaban realmente mal a la hora de escoger un single. Y ahora… cada vez que hay nuevo trabajo de Harris y compañía no sabes si alegrarte o temblar. Agarras el redondo con una gran suspicacia, lo escuchas una y otra vez intentando encontrar algo positivo y terminas dándote cuenta de que pierdes el tiempo. Si llega a tus manos el CD de un grupo nuevo que no te gusta, simplemente te olvidas de él. No lo pinchas reiteradamente intentando buscar no sabes muy bien qué. Como viene ocurriendo en los últimos años con Iron Maiden, este disco de estudio no se asemeja ni de lejos a los de sus mejores tiempos. Los comerciales y geniales himnos han sido sustituidos por pestiños interminables. En lugar de caña desenfrenada, encontramos medios tiempos insulsos y repetitivos. En esta ocasión las excepciones son “The Alchemist” y “The Talisman”, algo más moviditas que el resto. Pero por lo demás… Y no es que sean tampoco malas canciones. “Coming Home”, por ejemplo, aunque lenta, es muy buena. Pero cuando todo el disco viene en este plan… pues acabas hasta el gorro. Y el caso es que el CD empieza más o menos bien. “Satellite 15… The Final Frontier” es en realidad una canción dividida en dos partes, en la que el único nexo de unión es la letra, que habla de un astronauta perdido en el espacio. El primer fragmento es un poco raro, pero la parte final es de lo mejorcito del disco, un poco en la onda de "Brave New World”. “El Dorado”, sin ser ninguna maravilla, resulta pasable, igual que “Mother Of Mercy”. A continuación viene la ya mencionada “Coming Home”, que es bastante bonita. Con “The Alchemist” te reencuentras con los Maiden de siempre, entonces te das cuenta de que hasta ese momento has echado de menos temas rápidos como este, sólo le falta un estribillo un poco más corto y comercial para ser redonda. Te preguntas si aún puede salvarse lo que te falta por oír. Pero con “Isle Of Avalon” y sus nueve interminables minutos vuelves a la realidad, y ya lo que queda del álbum son cortes largos, interminables y aburridos, quizá con la excepción de “The Talisman”, más animada que el resto. En conjunto el trabajo es sin duda malo, pero no es menos cierto que comparado con su predecesor “A Matter of Life and Death” (el cual tiene el dudoso honor de ser el peor disco de la historia de la Doncella), la mejora es considerable. Lo cual nos permite alimentar una débil esperanza en el futuro.
Nacho Jordán

No hay comentarios: