jueves, 19 de octubre de 2017

BIGFOOT “Bigfoot”


(Frontiers Music)

El hecho de estar apadrinados por el gran Jeff Scott Soto y, en menor medida a modo de anécdota el ser originarios de una población con tanta tradición hard rockera como Wigan, hace que de inmediato estos cinco jovenzuelos británicos llamen nuestra atención. Después de un par de interesantísimos EPs, Bigfoot dan a luz por fin a su primer larga duración para confirmar las buenas expectativas despertadas desde que empezaron a dar guerra hace tres años.

Con un estilo difícilmente clasificable, con el hard rock como base, pero con multitud de matices e influencias que van aleándose para crear un resultado compacto y personal, con la melodía y la calidad técnica como premisas innegociables, siendo capaces de ofrecer una propuesta actual en su producción pero enraizada en los sonidos clásicos con elementos que abarcan desde el stoner setentero al metal melódico noventero, pasando por el hard ochentero, el funky o el blues, incluso sin necesidad de cambiar de canción en algunas ocasión.

Todo los miembros de la banda muestran un gran nivel, comenzando por el poderoso y versátil vocalista Antony Ellis, todo un descubrimiento capaz de mostrarse fiero y rotundo en las canciones más cañeras o cálido y suave cuando el tema lo requiere. Enganchan perfectamente con esta versatilidad los guitarristas Sam Millar y Mick McCullagh que igual descerrajan furibundos ataques metaleros que acarician sus cuerdas con delicados acordes, siempre sólidamente sustentados por el bajista Matt Avery y por el batería Tom Aspinall. Mención también para el Justin Richards que se ha encargado de la producción, mezcla y grabación obteniendo un excelente resultado junto al grupo.

Empezamos a comprobar lo bien que suena este disco con “Karma” un crudo ataque de hard actual con tintes metaleros en sus punzantes riffs con la voz de Ellis arrogante y melódica dentro de un sonido tremendamente compacto y directo gracias a los golpes de voz de su estribillo. Continúan las guitarras potentes y trabajadas en la más melódica “The Fear” marcando un contagioso ritmo balanceándose entre su fiereza inicial y sus cuidados desarrollos vocales y armónicos, pasando a terrenos cercanos a la sleazy y el funky con la vacilona “Tell Me a Lie” con unas guitarras muy Slash por momentos pero con un curioso deje en sus rítmicas que acercan el tema a Extreme, barnizado todo de una excelente melodía de voz.

Tras esta poderosa terna inicial se relajan para regalarnos una auténtica preciosidad de corte como es “Forever Alone” un señor baladón lleno de sentimiento y calidez con un Ellis superlativo desplegando clase al igual que Millar y McCullagh con sus guitarras para envolverlo todo de delicada intensidad, rematando con un apasionado solo. Vuelta al hard más movido con “Eat Your Words” potente y vacilona con un ligero aire Tyketto en sus melodías de voz pero de nuevo con el toque Extreme-Guns n’ Roses en sus guitarras.

Se atempera y densifica el ritmo con “Prisoner Of War” con unas bases más pesadas de cierto regusto bluesy, con mucha fuerza y encanto en sus voces y guitarras acompañadas de un delicado aporte orgánico alargándose en su suave parte final, para rasgarse de nuevo con poderío acercándose al stoner más asequible en el inicio de “Freakshow” dotada de un gran groove con el bajo de Avery dejando su huella y donde se mueve con soltura Ellis hasta llegar a un solo de guitarra clásico doblado a lo Thin Lizzy-Maiden.

Continúan sorprendiéndonos con “I Dare You” de nuevo con la base rotunda y entrecortada entre la que se cuelan unas guitarras pesadas aligeradas por las melodías de voz con unos grandes coros e incluso por un breve fraseo reggae para acelerar luego poderosa en su tramo final. Levantan un poco el pie del acelerador para seguir mostrando su amplitud de miras con “The Devil In Me” en clave heavy rock teatral, con unas voces dramatizadas, unas guitarras matizadas tanto eléctricas como acústicas y cierto aroma sinfónico a lo Uriah Heep. Más sencilla y directa resulta “Uninvited” cruda pero cuidada, clásica en su estructura hard rockera pero actual en su sonido, con unos coros que golpean por momentos entre la potente voz principal que engancha sin empalagar.

El cierre lo pone la extensa “Yours”, casi nueve minutos de profunda y atormentada ambientación de nuevo con elementos teatrales en sus evocadores coros, vibrantes guitarras e intensas melodías de voz adornadas por suaves rasgueos acústicos. Buen final para este más que notable trabajo lleno de matices y calidad al que quizá solo le falte ser un poco más concreto en su propuesta, por momentos podemos despistarnos y no saber exactamente qué estamos escuchando.

Mariano Palomo

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