(Cargo Records)
Tras las buenas críticas
recogidas con su debut discográfico, ampliamente defendido en directo durante
casi dos años, los británicos Cats In
Space han parido otra decena de buenas composiciones para redondear su segunda
entrega en estudio. Continuando su línea de rock melódico lleno de clase y
encanto enraizado el sonido de los setenta, pero con un toque más sinfónico y
menos pop-rockero, este nuevo disco ofrece temas elaborados pero asequibles,
con la voz de Paul Manzi magnífica
creando unas espectaculares armonías junto al bajista Jeff Brown y al también guitarrista Greg Hart que forma pareja de hachas junto a Dean Howard. Por su parte los teclados de Andy Stewart siguen siendo fundamentales desplegando un amplio
catálogo de registros sobre la más que correcta base rítmica conformada por el
batería Steevi Bacon y por el citado
Brown.
Se abre el disco con unas suaves
teclas espaciales que nos trasladan al armónico desarrollo vocal de “Jupiter
Calling”, con las guitarras dejándose notar con fuerza entre algunos sonidos
robóticos, pomposos teclados y cuidados coros creando un conjunto amable pero
con mucha pegada que recuerda a los inmensos Boston y como casi siempre a la E.L.O. por ese tratamiento tan particular de las melodías. Sigue
presente el influjo de la banda de Jeff
Lynne pero en su versión más teatral con la irreverentemente adictiva “Mad
Hatter’s Tea Party” de voces engoladas dentro de un ritmo vivo a golpe de piano
y guitarras muy a lo Brian May,
haciendo que la sombra de Queen
también esté presente.
Intensa con un punto inquietante
aparece “Clown In Your Nightmare”, marcada por unas originales alternancias
vocales dentro de un ritmo y un sonido más hard rockero rasgando las guitarras
con chispa entre sintetizadores y talk box, cayendo luego en la melancolía de
la lenta “Scars” que arrulla entre suaves voces dobladas y delicados sonidos de
piano creciendo en cuerpo e intensidad dentro de una evocadora atmósfera.
Vuelve el A.O.R. sinfónico de esencia setentera con la magnífica “September
Rain” llena de preciosas melodías de guitarra acompañadas de acertados arreglos
orquestales rodeando la fantástica voz de Manzi.
Más teatralidad circense en
“Broken Wing” cuyo ritmo se balancea entre envolventes voces e incisivos
acordes de guitarra marcados a ritmo medio entre golpes de caja y piano creando
intensas ambientaciones, recordando de nuevo a los Queen más pomposos, reduciendo un poco la dramatización en la
animada “Two Minutes 59” brillando su trabajadas armonías vocales doblándose
con clase y encanto, para volver a aumentar la ambientación circense y
cabaretera en optimista “Felix and the Golden Sun”, pieza ligera marcada por
sus coros y piano.
Los aires de opereta siguen
presentes ligeramente en el ritmo de la sólida “Timebomb” llena de potentes
guitarras y excelentes voces que acaban seduciendo con gusto y elegancia
creando uno de mis cortes favoritos del disco. Para cerrar el tema título
“Scarecrow”, casi ocho minutos de rock sinfónico setentero con unas teclas
orgánicas a lo Uriah Heep que
destacan entre su ritmo cabalgante sobre el que rompen con unas enormes voces
alternándose y doblándose, dejando también retazos envolventes más suaves con
detalles acústicos y partes vocales dramatizadas.
Final excelente para un disco de
esta banda que parece decidida a consolidarse y en el que se intuye un gran
trabajo tanto de composición como de grabación, cuidando los detalles con mimo
pero sin caer en la sobreproducción ni la exhibición instrumental excesiva,
resultando bastante entretenido. Recomendable una vez más para los amantes de
las bandas citadas a lo largo de esta crítica y del rock sinfónico más
accesible.
Mariano Palomo
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