lunes, 25 de abril de 2016

THE DEFIANTS “The Defiants”


(Frontiers Music)
Más de una década después vuelven a cruzarse los caminos del vocalista Paul Laine y del bajista Bruno Ravel. Ambos coincidieron durante una amplia etapa en Danger Danger con irregular éxito en lo que a sus lanzamientos discográficos se refiere tras la salida del grupo del cantante original Ted Poley que ha vovió hace unos años a la formación para recuperar su esencia primigenia. Ahora Laine y Ravel, junto al guitarrista Rob Marcello, también actualmente en Danger Danger donde coincidió brevemente con el cantante, dan forma a The Defiants, un proyecto más surgido a petición de la discográfica Frontiers, concretamente de su presidente Serafino Perugino que aparece como productor ejecutivo de este primer disco.
Cuando se anunció está reunión tenía mis dudas de por donde irían los tiros por esa irregularidad que comentaba antes en sus anteriores aventuras discográficas, sobre todo por parte de Paul Laine, capaz de sacar discos tan atractivos de puro rock melódico como aquel magnífico “Stick It In Your Ear” (1990) en solitario o el también buenísimo “The Return Of The Great Gildersleeves” (2000) con los propios Danger Danger, mejorando notablemente en mi opinión a sus predecesores “Dawn” (1995) y “Four The Hardway” (1998), y llegando a perderse en terrenos modernos e insustanciales con Shugaazer, otro efímero proyecto con apenas un obviable trabajo titulado “Shift” (2004), o tocando el country en otras propuestas que han pasado prácticamente inadvertidas.
Tampoco me ofrecía demasiadas garantías la figura de Marcello, ya que su aportación en Danger Danger no me parecen demasiado adecuada para el sonido de la banda, excesivamente barroca por momentos, resultándome mucho más atinada y atractiva su ejecutoria en el disco que sacó en 2008 con el cantante Frank Vestry (Last Temptation, Laneslide).
Y es precisamente ese sonido más limpio, comercial y en cierto modo edulcorado el que más podemos equiparar en esta disco de The Deifants, con temas muy asequibles, sin excesivos arabescos ni complicaciones compositivas, pero con el suficiente cuerpo y elaboración como para no quedarse en un puñado de canciones facilonas. Todo está bien construido y sólidamente ejecutado, los tres protagonistas de la obra, junto al batería de sesión Van Romaine, desarrollan brillantemente su labor desde el cuidado exquisito en las melodías de voz con un gran Paul Laine recuperando a su mejor versión bien acompañado por sus compinches en los coros creando unos pegadizos estribillos que encajan perfectamente entre unas pulcras líneas de guitarra.
Tras la intro “Carillon’s Theme” de Ennio Morricone como referencia al concepto western de la portada, y sólo de la portada ya que no aparece para nada en el sonido del CD, arrancan de forma vigorosa con “Love and Bullets” corte de ritmo alto y base hard A.O.R. a lo Danger Danger llegando con facilidad en sus melodías de voz completadas por unas teclas sintetizadas a cargo de Ravel y por unas brillantes aportaciones de Marcello con su guitarra. En esta misma línea pero algo más festiva aparecen las chispeantes “Lill’s Miss Rock ‘n’ Roll” y “When The Lights Go Down” de nuevo con estribillos tremendamente pegadizos y unos coros algo poppies en el caso de la segunda y que también encontramos en las igualmente eficaces “Runaway” y “Take Me Back” pudiendo llegar a empalagar un poco, sobre todo en la primera, pero que acaban metiéndose en la cabeza sin remedio con su contagiosa melodía de voz.
Más sugerente me resulta el expresivo medio tiempo “Waiting On a Heartbreak” con su elegante y expresiva instrumentación arropando una cuidada interpretación vocal, que mantiene su gran nivel en la más actual y desafiante “The Last Kiss” con unas guitarras más duritas, que también aparecen en la más hard “We All Fall Down”, relajándose en las lentas “Save Me Tonight” con un punto atormentado en su interpretación encajando unos cálidos aportes acústicos y de teclados, y en la romántica “That’s When I’ll Stop Loving You” que se me hace demasiado larga en su lineal desarrollo de casi siete minutos en los que cabe la colaboración del guitarrista Tony Bruno, otro ex Danger Danger que también participa con un buen solo en “The Last Kiss”.
El cierre lo pone la divertida “Undernath The Stars” con un resultón regusto gamberro noventero algo horterilla en sus coros pero perfecto para despedirnos con una sonrisa de este buen disco que creo que agradará bastante a los fans del trío y de sus grupos,  pudiendo entretener a cualquiera que se acerque a él sin excesivas pretensiones.

Mariano Palomo

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