miércoles, 25 de febrero de 2015

THUNDER “Wonder Days”


(Ear Music)
Una de mis debilidades musicales desde que aparecieron en la escena hard rockera británica hace un cuarto de siglo son los magníficos Thunder. Una banda con una clase y calidad que, en mi modesta opinión, debería haberles llevado mucho más lejos de lo que lo ha hecho, aunque tampoco es que estén perdidos en el underground. Con una buena base de fans y con un gusto a la hora de componer y grabar al alcance de pocos el quinteto inglés ha ido completando una más que fructífera cosecha de discos, desde el ya lejano pero imprescindible “Back Street Symphony” que les abrió las puertas de la MTV o del mítico Festival de Donington, pasando por joyas como “Laughing On Judgement Day” o “Behind Closed Doors”, hasta su producción más reciente con muy buenos discos como “The Magnificent Seven”, “Robert Johnson’s Tombstone” o “Bang”.
Seis años después, tras otra de sus enésimas despedidas aderezadas con sus correspondientes recopilatorios y directos, vuelven a la carga con una preciosidad de disco lleno de esencia hard blues, algo menos inmediato pero con un feeling tremendo. Pueden echarse en falta riffs más marcados y más estribillos coreables, que los hay, pero el conjunto tras unas cuantas escuchas resulta de lo más seductor.
Comienzan con el tema título “Wonder Days” un encantador ejercicio de nostalgia en clave setentera con unos aromas Zeppelin en las guitarras de Luke Morley y Ben Matthews (afortunadamente parece recuperado ya del tumor de amígdalas que le extirparon) envueltas en la calidez de la inmensa voz de Daniel Bowes acompañada por unas muy buenas coristas que tienen su peso en todo el disco, creando un clima espectacular con un ligero pellizco slide sureño. Ese rollo zeppeliniano también aparece en la cabalgante “The Prophet” con unos rasgueos cortados que son puro Page maridando con unas insinuantes oscilaciones vocales, que comparecen también en la cadenciosa “Chasing Shadows” que crece sobre su embaucadora melodía rítmica algo soul, siempre con el gran Harry James marcando el ritmo con su batería junto al sobrio bajista Chris Childs.
Nos recuerdan más a sus primeras etapas con la contagiosa “The Thing I Want”, vacilona y pegadiza con unos toques de pandereta que siempre molan y con un estribillo doblado que es de los mejor se quedan a la primera siendo de las más “bailongas”, junto a la divertida “I Love The Weekend” que a ritmo de rock & roll clásico y sencillo hace que se nos vayan los pies sin remisión.
Las referencias sonoras más próximas a Bad Company-Free no podían faltar, y así se acentúan sobremanera en la embaucadora “The Rain” pura calidez acústica con sonidos de mandolina al más puro estilo “Seagull” suave y envolvente, como sucede en menor medida en la magnífica “Resurrection Days”, asequible medio tiempo de gran melodía vocal y acertada alternancia electro-acústica, o en la curiosa “When The Music Played” con la voz de Bowes prácticamente relatando su letra de nuevo acompañada por unos buenos coros suaves pero que se torna casi psicodélico con un cambio de ritmo y guitarras que desaparecen luego volviendo a su sonido inicial con un punto soul.
Esa carga soul se incrementa en la tierna balada “Broken”, plena de expresividad y calidez, o en la atormentada a medio gas “Black Water” que con sus tremendas guitarras y sus segundas voces en puente y estribillo se llena de rollo, como la blues-country “Serpentine” con unos sonidos slide que van creciendo en ritmo acelerando a lo ZZ Top creando un entretenido momento guitarrero.
Thunder han vuelto, seguramente nunca se fueron del todo, y lo han hecho con otro señor disco que además han tenido el buen gusto de editar en diversos formatos (doble vinilo, CD sencillo, doble CD con un directo del Wacken de 2013), y con una presentación y fotografías vintage que son sencillamente maravillosas. Ahora sólo falta que se prodiguen un poco más en directo y vengan a presentarlo por aquí.
Mariano Palomo

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