viernes, 12 de diciembre de 2014

THE VAL “Heading For The Surface”

(Soundarella Records)

Hace tres años los seguidores del rock melódico nos llevamos una gran alegría con el reencuentro de la vocalista Gaby De Val y del guitarrista Alfonso Samos encabezando The Val, un nuevo proyecto que les volvía a unir después de haberles perdido la pista hace un montón de años cuando militaban juntos en Yin Yang a finales de los ochenta, y que se vio materializado en un fabuloso trabajo discográfico como fue “Back”.
En esa reunión estaba también el teclista David Erik Criado, que ahora ya no está en la banda por motivos laborales que le han llevado fuera de España, siendo sustituido para la grabación de este segundo disco por Tony Ortega, algo que en cierta medida se deja notar, no porque Tony lo haga peor ni mejor que Erik, pero creo que, aun siendo fundamental en el sonido del grupo, se aprecia más protagonismo de las guitarras, algo que algunos demandábamos observando la diferencia que había del sonido del grupo en directo respecto al del primer disco. Permanece en el grupo el bajista gerundense Alex Morell, que también se deja notar más, formado una más que solvente base rítmica junto al nuevo batería Rubén Berengena.
De nuevo con Alfonso Samos a los controles ayudado por Oscar Marañón, y con esas pequeñas diferencias en su sonido siempre con el A.O.R. como referente pero ahora algo más rockero, este segundo disco mantiene la línea y esencia de su predecesor, rock melódico elegante, fino, nítido y sobre todo con mucho encanto. Por supuesto resulta imposible abstraerse al magnetismo de la preciosa y versátil voz de Gaby que muestra unos matices y registros que encajan perfectamente en la trabajada instrumentación que proponen cada una de sus composiciones.
Se abre el disco, tras la breve intro que le da título, con la luminosa y pegadiza “Wish You All The Best”, con un estribillo ligero y ultra melódico doblado por una voz en segundo plano empastando con unos bonitos dibujos de teclas y guitarra. Continúan con la algo ingenua “Crusaders” (nada que ver con Saxon), igualmente pegadiza pero con un ritmo más envolvente sobre una base de A.O.R. clásico y con unos preciosos arreglos de teclados y guitarra que me recuerdan a los primeros Marillion. Aumenta la carga evocadora y fabulística en la espectacular “Roses And Chains”, dejando un aroma a Candice Night con unas enormes melodías vocales que arropan su mística ambientación pero también con la guitarra haciéndose notar en clave Blackmore sonando todo muy compacto.
Meten más ritmo rockero en “Up To Where U Are” con una mezcla de arrogancia y dulzura en la voz de Gaby que se complementa con los aportes de guitarra más punzantes de Alfonso que se marca buen solo con mucho feelin’, que se mantiene aunque en clave acústica en la delicada “She’s Dumb And Blind” que va cogiendo ritmo sobre sus rasgueos y toques de piano junto a unos suaves arreglos de percusión, aumentando si cabe en la intimista “Stardust” que con su aire soul y sus apasionadas armonías vocales hace que nos acordemos del clásico “Stop” de Sam Brown.
Vuelta a territorios más puramente A.O.R. con temas como la pegadiza “My Heart Is Beating”, potente y llena de intención, aparentemente sencilla pero con muchos detalles emboscados, o la optimista “I Saw Him First” de ritmo alegre igualmente salpicado de buenos arreglos y pinceladas instrumentales con ese regusto del A.O.R. U.S.A. más asequible para todos los públicos. Se vuelve a suavizar el ritmo que no la intensidad con “Breathe Me In” aportando preciosismo y pasión a partes iguales, para continuar envolviéndonos después con la atormentada “Wreckage Of My Heart” dotada de cierta carga teatral creando de nuevo una atmósfera evocadora.
El cierre lo pone “Borderline” una suave delicatesen con la voz de Gaby tremendamente expresiva y aterciopelada acariciando junto a unos bonitos punteos acústicos de Alfonso, sirviendo como relajado colofón a este fantástico disco que debería confirmar a The Val, si no lo son ya, como una de las mejores bandas españolas de A.O.R. de la historia.
Mariano Palomo

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