martes, 9 de julio de 2013

KING KOBRA "II"

(Frontiers / Mastertrax)

Parece que estos King Kobra 2.0 resucitados hace unos años tienen intención de seguir dando guerra encabezados por un gran Paul Shortino a la voz que ha encajado a la perfección en la banda acompañando a sus instrumentistas originales dotando al sonido de la banda de una energía y feelin’ realmente importantes. Si hace un par de años su disco homónimo de regreso nos convenció con su hard melódico estándar y divertido, con este “II” suben un escalón y, sin perder su esencia, se aventuran en territorios más variados y crudos con un resultado más que convincente.
El inicio es avasallador, con la potente “Hell On Wheels” en la que ya observamos una suciedad controlada en las guitarras de Mick Sweda y David Michael Philips que, sin olvidar partes técnicas y melódicas, se mantendrá prácticamente a lo largo y ancho de todo el disco, creando un sonido polvoriento, crudo, básico por momentos, hecho a la medida de la recia y personal voz de Shortino que brilla con luz propia en este tema hard rockero y pegadizo de marcado estribillo y dinámica base rítmica con los redobles marca de la casa de Carmine Appice dejando constancia de la tremenda clase del batería de ascendencia italiana.
Sigue la línea marcada por “Hell On Wheels” con la punzante y enganchante “Knock’em Dead” de ritmo vivo y melodía de guitarras más trabajada, que se vuelca hacia territorios más blues rockeros en la festiva y vacilona “Have a Good Time” marcada por sus palmas y su ganador estribillo coreado que invita a bailar siendo de las más divertidas del disco, al igual que curiosa “The Ballad of Johnny Rod” que arranca con una breve fanfarria para meternos de lleno con la voz del bajista Johnny Rod dando paso a un ritmo boogie rock a lo ZZ Top que desde luego no tiene nada de balada y sí de canción de cantina fronteriza absolutamente contagiosa.
Dejan momentáneamente la fiesta para destripar “Take Me Back” un precioso medio tiempo-balada, esta vez sí, en la que la voz de Shortino se llena de sentimiento doblada por otra en segundo plano resultando profunda y emotiva sobre una percusión y unos teclados magníficos sobresaliendo entre unas opacas y rasgadas guitarras. Sigue destacando Appice en la rotunda “When The Hammer Comes Down” de guitarras infecciosas y ritmo sostenido que no me acaba de convencer del todo haciéndoseme excesivamente monótona aunque mejora avivándose un poco al final.
Rugidos y redobles para meternos de nuevo en harina con “Running Wild” el tema que más me recuerda a la primera etapa “Ready To Strike” de la banda por sus guitarras más limpias brillando dentro de un ritmo claro y con empaque en el que su estribillo sin ser coreado muy alto sí llega bien siendo de las más resultonas. Tampoco se queda atrás “Got It Comin’” otro fantástico tema lleno de melodía a medio tiempo en el que Shortino muestra una cara más suave transmitiendo feelin’ y recordando a lo que ha venido haciendo últimamente junto a Javier Vargas, Tim Bogert y al propio Appice, sencillamente deliciosa.
Nuevo giro hard rockero para la tórrida “The Crunch” llena de guitarras sinuosas y duras dando réplica a la magnífica melodía vocal doblada que la marca a ritmo blues eléctrico, tornándose más pesado para la setentera “Deep River” con la sombra de Led Zeppelin presente con unas guitarras huecas y un ritmo denso adornado por unos buenos coros femeninos y por unos sonidos de órgano que le dan cierto aire épico-lisérgico que se alarga hasta más allá de los siete minutos.
Para el final dejan la rítmica “Don’t Keep Me Waiting” algo roma en sus guitarras pero tremendamente sólida en su base con improvisación final de batería incluida, y la melódica “We Go Round” que a pesar de lo justito de sus guitarras, tiene ese ingenuo encanto ochentero de las melodías vocales propias de los mejores tiempos del hard americano.
Muy buen disco que empieza como un tiro prácticamente hasta su ecuador para luego resultar más experimental y algo denso por momentos, y siempre con las figuras de Paul Shortino y Carmine Appice absolutamente fundamentales por encima de sus compañeros.
Mariano Palomo

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