(AFM / Avispa)
No es habitual que en Alianza comentemos reediciones de discos ya que normalmente poco o nada aportan, bien porque apenas incluyan extras o alicientes complementarios a los originales, bien por su amplio conocimiento al tratarse de obras clásicas, o bien porque, por el contrario, nunca tuvieron el nivel suficiente para despertar nuestro interés. Pero en este caso que nos ocupa creo que es oportuno recordar este trabajo del bajista, cantante y compositor Mat Sinner, conocido sobre todo en la actualidad por su trabajo en Primal Fear, sin olvidarnos de Voodoo Circle.
El disco que nos ocupa fue publicado originalmente en 1990 y, como sucedió con muchos de los aparecidos en esa época, pasó bastante inadvertido entre la vorágine de lanzamientos que nos inundaba, pero con el tiempo se ha convertido en una cotizada pieza de coleccionismo que ahora vuelve a estar disponible gracias a AFM Records. Este trabajo es el único que Mat Sinner ha publicado bajo su propio nombre hasta la fecha, y podemos considerarlo consecuencia y evolución lógica de su banda primigenia Sinner con los que ya había sacado media docena de buenos trabajos y con los que sigue publicando discos, el último “One Bullet Left” en 2011.
Este “Back To The Bullet” recoge el sonido hard & heavy más melódico y asequible de Sinner, con temas tremendamente pegadizos y hasta comerciales por momentos, pero sin olvidarse de la fuerza y energía siempre presentes en la trayectoria del rubio bajista alemán. En este disco además se hace cargo de la voz (como siempre también en Sinner), cumpliendo con creces con un registro menos áspero y agresivo de lo que nos tenía acostumbrados últimamente. En este disco no se complicó la vida a la hora de buscar colaboradores y tiró de los músicos con los que compartía y en algún caso sigue compartiendo banda, como en el caso del fantástico guitarrista Alex Beyrodt (Primal Fear, Sinner, Voodoo Circle) que forma una brillante pareja de hachas junto a Tom Nauman (ex Primal Fear, ex Sinner). El competente batería Tommy Resch (ex Sinner) y el prácticamente inadvertido teclista Tommy Geiger (ex Sinner) completan la formación.
Ciñéndonos al contenido del disco, con portada actualizada ahora pero manteniendo el sentido de la original, lo que más me gusta es lo fácil y entretenido que es de escuchar, como decía antes con temas directos y sencillos, que no simplones, llenos de estribillos claros y melodías de guitarra compactas y nítidas que te hacen corear y mover el zapato. Temas potentes como el que da título y apertura a la obra “Back To The Bullet” eficaz corte que entra a la primera con su estribillo coreado en la más pura tradición germana, como lo está también la veloz melódica “Tear Down The Wall” con un incendiario y trabajado juego de guitarras dobladas, que se afilan de nuevo para cortar el ritmo melódico y poderoso de “Every Seconds Count”, hard rock de alto octanaje ideal para el directo por sus coreos, y donde Mat deja su impronta con una marcada línea de bajo.
En esta onda cañera y melódica se desarrollan la mayoría de temas, dejándonos momentos curiosos como en la punzante y relinchante versión de “Crazy Horses” de The Osmonds, más tranquilos e intimistas en la cálida balada electro-acústica “Call My Name” que se rompe con un solo eléctrico bastante durito, o más festivos en la movida “Down Undercover” que me recuerda mucho en su sonido a Fastway por su gran melodía de voces y su estribillo matador.
“In The Name Of Rock & Roll” es más sencilla y machacona en su desarrollo, como alegato rockero no está mal pero acaba por cansar un poco, al igual que la más melódica “Wildest Dreams” que pierde un poco de intensidad en sus subidas y bajadas de ritmo a pesar de su buen estribillo, mejorando con “Face To Face” que sin acelerar demasiado si resulta más intensa sobre su insinuante propuesta rítmica.
En el final la cosa crece notablemente para dejarnos un muy buen sabor de boca con dos cortes vivos y pegadizos como son “Crying In Wires” que dentro de su sencillez y reiteración engancha con facilidad, y “She’s Got The Look” que en su momento apareció como tema extra y que me parece de lo mejorcito del disco con un festivo rollo hard rockero contagioso que hace que se te quede en la cabeza a la primera.
Lo dicho, buen disco, sólido, solvente y entretenido, que vuelve a estar al alcance de todos los públicos, tanto de los que no pudieron conseguirlo en su momento como los que pueden descubrirlo ahora por primera vez. En cualquiera de los casos muy recomendable si te gustan Bonfire, Victory, Praying Mantis, o los Accept y los propios Sinner más melódicos.
Mariano Palomo
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