lunes, 17 de junio de 2013

JORN “Traveller”

(Frontiers / Mastertrax)

Uno de los vocalistas más activos del panorama hard & heavy acaba de poner en circulación una nueva tirada de composiciones originales, tras dejarnos hace unos meses una correcta recopilación de algunos de sus temas barnizados de arreglos orquestales bajo el título de “Symphonic”. Casi sin tiempo para degustar esta revisión y apenas un año después de su anterior disco en estudio “Bring Heavy Rock To The Land”, el rubio cantante nórdico vuelve a la carga con este “Traveller” en el que una vez más vuelve a cambiar a algunos de sus compañeros de viaje, en este caso entran a formar parte de la banda dos miembros de los glammies Wig Wam, el bajista Bernt Jansen (Flash) y el guitarrista Trend Holter (Teeny), sustituyendo respectivamente a Nic Angileri y al su, hasta ahora, casi inseparable Tore Moren, permaneciendo en el grupo el batería Willy Bendiksen y el guitarrista Jimmy Iversen.
Estos cambios creo que se dejan notar sobre todo en el sonido de guitarras del disco, que sin dejar de ser duro y punzante por momentos, no tiene ese grado tan alto de distorsión y pesadez que aportaba Moren, irredento admirador de Zakk Wylde. Iversen y Holter se reparten solos y armonías con acierto, dentro de unas estructuras a las que nos tiene acostumbrados Jorn en sus composiciones, con ese indisimulado aire Sabbath-Dio que cada vez parece más marcado, haciendo que todo sea tan correcto como previsible, eso sí, dejando siempre lugar a cuidadas melodías tanto vocales como instrumentales.
Se abre el disco con la pesada y nítida “Overload”, que a pesar de su ambiente un tanto siniestro tiene suficiente melodía y dinamismo como para no resultar espesa, sobre todo por la limpieza de sus guitarras brillando sobre la sólida base rítmica que marcan Jansen y Bendiksen, resultando más monótona en la correcta “Cancer Demon” salpicada por los golpes de voz de Lande en tonos medios, y mucho más movida en la clásica “Traveller” con las guitarras en su punto justo dando réplica a las andanadas vocales a lo Dio, y en la guerrera “Widow Maker” en la que el cantante noruego deja traslucir otra de sus grandes pasiones recordando en su ritmo y en sus guitarras a los Thin Lizzy más cañeros pero con una magnífica melodía vocal central luciendo sin necesidad de forzar.
Cadencia pesada para la más densa “Make Your Engine Scream” que a pesar de su buena melodía no acaba de romper, consiguiéndolo a continuación con rotundidad en la dinámica “Legend Man” de sonido clásicamente hard con unos interesantes aportes de teclado que quizá también supongan un guiño al también recientemente desaparecido Jon Lord, adornando uno de los mejores cortes del disco, espesándose de nuevo en la sombría “Carry The Black” melódica pero algo plana haciéndoseme largos sus más de seis minutos de duración.
El último tercio del disco me resulta bastante interesante y entretenido, comenzando por el heavy rock lleno de motivación que propone “Rev On” con unas guitarras que me recuerdan a las de Vivian Campbell en “Holy Diver” o “The Last In Line” (los discos) quedando resultona. El sonido se torna más Blackmore en la competente “Monsoon” muy melódica incluyendo un cambio de ritmo lento en su parte central con un sentido solo de guitarra para volver a remontar en su parte final. El cierre definitivo lo pone otro de los temas grandes del disco, “The Man Who Was King”, una pieza llena de feelin’ y cierto dramatismo en la que, a ritmo medio, una vez más Jorn rinde tributo con acierto a Dio, tanto en su timbre de voz como en su mensaje homenajeando al gran Ronnie.
Resumiendo, como decía antes este “Traveller” quizá resulta un tanto previsible, en buena medida por el excesivo mimetismo que el señor Lande ha establecido con su idolatrado Dio (no hay más que ver las continuas referencias a lo largo de su carrera al desaparecido cantante de Rainbow y Black Sabbath), pero en esta ocasión el sonido me ha resultado más asequible y fluido, y sobre todo como siempre ejecutado con clase y nivel. Parece que los cambios le han venido bien, a ver cuánto duran.
Mariano Palomo

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