viernes, 13 de mayo de 2011

ÑU “Viejos Himnos para Nuevos Guerreros”

(Santo Grial)

Cuesta mucho decir esto para alguien que se considera a sí mismo un incondicional de Ñu, pero… este nuevo disco es decepcionante. Después del gran sabor de boca que dejó “Títeres” hace casi ocho años, creo que nadie se esperaba un trabajo tan… rarito. En la publicidad se dice que vuelve al sabor de los orígenes, y por desgracia en parte es verdad. Al disco que más recuerda es a… “A Golpe de Látigo”. Seamos sinceros. Si no fuera por “El Flautista”, aquella soberana castaña habría quedado totalmente olvidada. Ñu saltó a la primera división del rock duro patrio por “Fuego” y “Acorralado Por Ti”, por mucho que el Molina reniegue ahora. Si quiere volver a hacer composiciones intragables para el gran público, allá él. Por mucho que lo intentes, no encuentras por dónde agarrar este “Viejos Himnos”. De entrada te sorprende que sólo vengan ocho cortes. El comienzo con “Arreando Mi Suerte” es simplemente infumable, diez interminables minutos de aburrimiento. “Cantarás Sin Fe”, la siguiente canción, comienza de forma un poco más movida, pero según avanza se va estropeando más y más. Después va una especie de balada acústica, “Hoy Por Ti Dejaría Mi Piel”, que no mejora precisamente la impresión general. “La Tentación de Cristóforo Orsino” aunque lentorra, resulta por lo menos audible, que no es poco, hasta tiene un estribillo reconocible y todo. Después va el tema que da título al disco, similar en cierto modo a su predecesor en cuanto a que sobresale algo del resto del conjunto, un poco más marchoso que los demás, aunque no mucho. “El Invento de Sentir”, es otro rollete medio acústico que termina cansando, y eso que sólo dura cuatro minutos. “Serafín”, el séptimo corte, va contando la vida del tipo homónimo, que no se sabe si el Molina simpatiza con él o le pone a parir. Es una tónica común a todo el CD, que le hace perder muchos enteros, unas letras a las que no consigues pillar el sentido por mucha atención que pongas. Cuando ya estás hasta el gorro y deseando que Ñu se tire un lustro por lo menos sin dar señales de vida, te encuentras con la mejor canción de todo el trabajo, “Siempre en Escena”. En cierto modo parecida musicalmente a “Tocaba Correr”, es una bonita declaración de fidelidad incondicional a la música y al rock. Creo que es la única que puede resultar en directo. Pero este tema y los dos un poco pasables no bastan para que sientas que tantos años de espera hayan merecido la pena. Lo sentimos, Molina, siempre serás grande, pero esta vez no has acertado.
Nacho Jordán

1 comentario:

uti dijo...

Cito: "...“A Golpe de Látigo”. Seamos sinceros. Si no fuera por “El Flautista”, aquella soberana castaña habría quedado totalmente olvidada..."
Pienso justo lo contrario. Así que para mi toda la critica tiene el mismo valor que esa frase.