martes, 12 de enero de 2016

JOSE ANDREA UROBOROS “Resurrección”

(Rock Estatal Records)

El ex vocalista de Mago de Oz, José Andrea, nunca me ha llamado la atención especialmente por su técnica o estilo a la hora de cantar, siempre me ha parecido un cantante correcto sin más. Pero lo que sí le reconozco, sobre todo en su andadura en solitario y ahora con Uroboros es su buen gusto a la hora de escoger sus acompañantes y de reflejar sus marcadas influencias en sus composiciones, algo que quedó claramente plasmado en su disco de baladas “Donde el Corazón te Lleve” (2004). Hasta ahora era el trabajo que más me gustaba de todos en los que había participado este hispano boliviano superándolo con esta segunda entrega de Uroboros creo que ha redondeado un trabajo de lo más completo e interesante.
Un disco en el que con el hard rock clásico como espina dorsal podemos encontrar retazos de blues, heavy metal o folk, perfectamente engarzados, con una muy buena producción,  y con unos aportes instrumentales brillantes a cargo de una experimentada alineación de músicos conformada por los guitarristas Chino Flores (Sínkope) y José Rubio (Nova Era), el batería Bernardo Ballester (Santa, Neomenia, Ñu, Golden Farm), el bajista Pedro Díaz “Peri” y el teclista Sergio Cisneros “Kiski”, estos dos últimos compañeros de Andrea en Mago de Oz. Todos están a un muy buen nivel, con sus momentos de protagonismo bien repartidos y equilibrados al servicio de unas composiciones trabajadas pero no enrevesadas, siendo por lo general bastante directas y recordables.
Buen ejemplo de esto es el tema título que da apertura al CD, “Resurrección”, un corte de poderoso hard clásico atemperado con un toque sinfónico en los teclados de Kiski acompañando la presencia guitarrera de Chino y Rubio junto a una buena melodía vocal algo engolada pero sin excederse dejando que el estribillo suene claro y potente. Aumenta la velocidad dejándose notar el influjo de la saga Purple en las guitarras y teclados de “La Mujer Lobo” donde participa Fernando Ponce de León con un ligero toque de whistle que junto a la melodía vocal le da un rollo muy Mago.
La indisimulada devoción por Blackmore y compañía queda reflejada también en otro intenso tema como “La Torre de Cristal” de marcadas rítmicas y orgánicas teclas rodeando una acertada melodía de voz, o en la más cañera “Vive” dando protagonismo al órgano sobre unos fraseos de guitarra golpeando con un motivante y claro estribillo perfecto para ser coreado en directo. En esta misma línea cañera pero dando más cancha a sonidos más metaleros pero muy melódicos nos dejan “Jackyll y Hyde” marcada por sus redobles y por unas misteriosas bajadas de tono.
En onda más rockanrolera nos encontramos con la vacilona “Amantes en Soledad” con un ligero toque funky en su marcada línea de bajo, con la festiva “En Mi Barrio Nadie Quiere Dormir” que tiene pinta de convertirse en una de las más celebradas en sus conciertos por su divertida letra bien acompañada de unos teclados de lo más resultones, al igual que sucede en la gamberra “¡Dímelo!” en la que su pegadizo estribillo atrapa dentro de una muy buena instrumentación rematada por una nueva aportación de Ponce de León con unos originales toques de gaita.
Por su parte el medio tiempo “Sobreviviendo” está dotado de una enorme musicalidad con un poso blues que arropando su letra callejera y algo canalla consigue un resultado final con mucho encanto, al igual que sucede en la competente “Para Que Nunca Amanezca” que en clave de rock melódico resulta de lo más elegante tanto en su trabajo vocal como instrumental, con especial mención a las guitarras, al igual que en la romántica balada “Redención Bafda” suave al principio pero tremendamente intensa con un magnífico solo.
Se completa el disco con un extenso tema de casi once minutos de duración como es “La Salida del Averno”, que sirve para que los músicos se explayen dentro de una teatralizada ambientación en el que se insertan detalles acústicos, envolventes teclados y coros donde se deja notar Natalia Martín, preciosistas solos de guitarra acelerando por momentos su cadencioso ritmo general, y una buena interpretación vocal yendo desde tonos casi susurrantes a poderosas subidas.
Como decía al principio este es un disco versátil, con muchos matices, y con el que he redescubierto a un señor al que había perdido la pista hace tiempo, bienvenido sea.
Mariano Palomo

No hay comentarios: