martes, 21 de mayo de 2013

DARK MOOR “Ars Musica”

(Scarlet Records)

Dark Moor lo han vuelto a hacer, han vuelto a sacarse de la manga una nueva joya que no podía tener un título más idóneo y elocuente “Ars Música”. No me resisto a reivindicar una vez más el inmenso talento tanto compositivo como interpretativo de un genio como Enrik García, por muy manido que pueda resultar a estas alturas, pero es que este madrileño guitarrista, compositor, arreglista, en definitiva MUSICO, parece tener que hacer siempre el triple salto mortal, el más difícil todavía para recoger una mínima parte del reconocimiento que sin duda merece, en general mucho mayor allende nuestras fronteras, así nos va.
Por supuesto Enrik, aun siendo el alma de la banda, no puede hacerse cargo de todo, siendo también fundamentales para el impresionante desarrollo musical de la misma sus compañeros de fatigas conformando un sólido y dinámico entramado. Con la figura del vocalista Alfred Romero creciendo lanzamiento tras lanzamiento mostrando una fuerza y versatilidad al alcance de unos cuantos elegidos permitiéndose cantar en un amplio rango de tonos, timbres y colores, abarcando desde el lirismo al rock pasando por el metal. Por su parte Mario García al bajo y Roberto Cappa a la batería forman una de las parejas más sólidas y técnicas del panorama en la base rítmica que, sin perder nada de su fiabilidad y clase, me parece que en este disco suena algo menos rotunda y con menos protagonismo que en lanzamientos anteriores.
En todo esto mucho habrá tenido que ver la mano de productor habitual del grupo Luigi Stefanini, al que hay que añadir la participación de nuevo de la fantástica soprano Berenice Musa (Tears of Martyr) y de los indispensables aportes corales y orquestales bastante más épicos que clásicos respecto a ocasiones precedentes. Se redondea la obra con una espectacular portada a cargo de la artista brasileña Nathalia Suellen, tanto es así que la compañía ha querido hacer una tirada muy limitada en vinilo del disco para poder disfrutarla a lo grande.
Comienza el viaje a través de “Ars Música” con la intro orquestal que le da título con esos aires épicos pero tremendamente melódicos que predominan a lo largo del recorrido, enlazando con un magnífico tema como “First Lance Of Spain”, primera referencia a nuestro legado histórico que tan bien saben recuperar Dark Moor siempre en sus discos (¿por qué hay que hablar siempre de dragones y de tíos bajitos de pies peludos?) Musicalmente hablando el tema es un pelotazo, melódico, directo, con un ritmo power claro pero nada machacón haciéndose ligero sin perder nada de esencia ni fuerza con un Alfred superlativo, y un Enrik cristalino y punzante en sus guitarras, mientras que coros y orquestación guerreros lo rodean todo.
Sorprenden a continuación con un corte más rockero en su melodía central, pero siempre con la presencia orquestal y sinfónica marca de la casa aunque aquí más en segundo plano, creando lo que bien podría ser un single más “comercial” y asequible con la voz de Alfred menos exigida y con la instrumentación más desnunda resultando emocionante guiada por su envolvente estribillo. Vuelven los Dark Moor más power metaleros y grandilocuentes con “The Road Again”, escogida como primer single manteniendo los parámetros que han hecho reconocible el sonido de la banda, ritmos vivos y cortados, voces expresivas y profundas, dramatizados arreglos orquestales y una guitarra que habla en manos del señor García.
Se mantiene el nivel con la intensa “Together As Ever” una composición poderosamente romántica en la que una ambiental orquestación impregna su elocuente melodía de voces casi fabuladas, rompiéndose en su parte central con un duelo de piano y guitarra de altura, para retomar caminos más power sinfónicos con la más orquestada “The City Of Peace” que conquista con su ritmo más heavy con una sucesión de escalas de guitarra y bajo más barrocas con un ligero sonido de hammond en segundo plano, mientras Alfred y Berenice siguen exhibiendo su potencial lírico. Aunque donde alcanzan sus mayores cotas de emotividad es en la balada “Gara And Jonay”, nueva referencia a las leyendas españolas, en este caso canaria, y en la que su inicio de piano y voz a lo Queen deja una estela mágica que completa un solo de guitarra de Enrik que acaba poniendo los pelos de punta a cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad.
Cambio de registro radical para llevarnos hasta la teatral “Living in a Nightmare” el tema más rotundo y dramático del disco con la voz de Alfred muy engolada en clave de barítono respaldada por unos pomposos coros y un ritmo power más agresivo y acelerado, creando unos buenos contrastes de guitarra y orquestación de nuevo con el bajo de Mario marcando unas buenas líneas rítmicas. Baja la velocidad pero aumenta la emotividad y el preciosismo con la histórica “El Ultimo Rey” maravilloso homenaje a Granada en la voz gaditana de Alfred con sus aires andalusís elevados por una impresionante orquestación que nos lleva hasta los muros de la Alhambra con Boabdil entregando las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos. Único tema en español del disco y que ha sido de los que más ha seducido, como me sucedió con “La Canción del Pirata” de su anterior LP “Ancestral Romance”.
Vamos llegando al final con “Saint James Way” más power melódico, muy melódico y lírico de hecho, marcado por sus marciales golpes de voz de Alfred y Berenice y por una nueva clase de guitarra de Alfred, que se explaya a continuación con otra de sus buenas costumbres como es la de homenajear, y en muchos caos descubrir para el gran público, a compositores clásicos españoles como ya hiciera en anteriores entregas con los maestros Falla o Rodrigo. En este caso nos regala una maravillosa revisión de “Spanish Suite (Asturias)” pieza clave del genial Isaac Albéniz en la que el giro más metalero pero siempre preciosista de las guitarras queda complementado con su grandilocuente orquestación creando pura magia para los oídos. A alguno le sonará porque gente como The Doors o Iron Maiden incluyen retazos de esta composición en “Spanish Caravan” y en “To Tame a Land” respectivamente.
El cierre lo ponen una suave y delicada versión acústica de “The Road Again” mucho más tranquila pero igualmente embrujadora, y otra orquestal de “Living In a Nightmare” casi aun más inquietante y teatral que la cantada, siendo ambas otro par de deliciosos complementos para rematar un disco sencillamente impresionante. Una Obra de Arte con mayúsculas de uno de los mejores grupos de nuestra historia.
Mariano Palomo

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