lunes, 19 de septiembre de 2011

SEBASTIAN BACH “Kicking & Screaming”

(Frontiers / Mastertrax)

Hace ya bastante tiempo que el trabajo de Sebastian Bach me resulta menos reconocible e interesante que antaño cuando irrumpió como un torbellino con los añorados Skid Row convirtiéndose en uno de los frontmen de referencia de la escena hard rockera mundial. Ninguna de sus aventuras musicales posteriores han llegado a convencerme y creo que con el tiempo gran parte de la energía y encanto de antaño ha ido diluyéndose como un azucarillo quedándose simplemente en una buena voz, que no es poco, pero emboscada en unas composiciones carentes de la calidad y capacidad de enganche a las que nos mal acostumbró sobre todo en los dos primeros trabajos de la banda que le dio a conocer. No se si es porque los años no perdonan, porque no ha sabido escoger los compañeros de viaje adecuados, o simplemente porque el talento y la inspiración no son ilimitados, pero este nuevo trabajo en solitario vuelve a resultarme escasamente atractivo mostrándonos a un Bach que por momentos parece sedado haciendo que eche en falta la mala leche y la fuerza que solía imprimir a sus composiciones. Por otra parte no es que cante mal, ni mucho menos, incluso hay temas rescatables que pueden recordar a su mejor época, como es el caso de la cañera y agresiva “One God Reason” que bien podía encajar en el track list de “Slave To The Girnd” mezclando poderío y melodía, la arrogante y embarullada “Dirty Power”, o las más actuales “Caught In A Dream” con buenas melodías vocales dotando de cuerpo a su estribillo, junto a los punzantes riffs del también bajista Nick Sterling, y la inicial y enérgica “Kicking & Screaming” con más intención que fiereza final. Cumplen con la densa y rasgada “Tunnelvision” una especie de cruce entre los últimos Crüe y Nickelback en la que participa como invitado el guitarrista John 5, con la intensa e intimista a medio tiempo “I’m Alive” adornada por suaves detalles acústicos, con la trabajada y amable “As Long As I Got The Music”, con la curiosa “Live The Life” en la que no me cuadra mucho su sonido denso con el mensaje que parecen querer dar en su título, o con la suave y profunda “Wishin’” que cierra con una agradable sonido electroacústico. Por lo demás temas pesados con poco brillo como “My Own Worst Enemy” que pierde la potencia instrumental que se le intuye por el excesivo edulcoramiento de la voz de Seb, la justita y rasgada “Dance On Your Grave”, el correcto pero insustancial medio tiempo modernete “Dream Forever”, o la pesada y plana “Lost In The Light” en la que se salva algo su chirriante pero no hiriente sonido de guitarra. En este caso, y aunque el disco podría aprobar por los pelos, creo que a su creador se le puede dar prácticamente por amortizado si continúa en esta línea.
Mariano Palomo

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