Uno de los máximos exponentes del hard rock & roll británico nos dejan un nuevo lanzamiento en directo para que no nos olvidemos de ellos hasta que vuelvan a ofrecernos nuevo material en estudio, algo que no hacen desde 2008 con el correcto “Homewreckers & Heartbreakers”. Rescatan una entrañable actuación de 2004 en el mítico Marquee londinense en el que compartían cartel con sus paisanos Thunder (x en la quiniela del top inglés hard rockero), y donde recuperaban su esencia primigenía en mitad de la gira Monsters Of Rock dejando los pabellones para volver a donde empezaron a forjar su leyenda. La calidad de sonido es bastante buena, y el repertorio plagado de clásicos de su maravilloso debut discográfico “A Bit Of What You Fancy”, con un mínimo guiño a “Bitter Sweet And Twisted”, y cuatro temas de “This Is Rock & Roll” que en cierto modo presentaban. Es precisamente de este trabajo de donde rescatan “C’mon” para abrir con su ritmo arrastrado y cazallero en la voz de Spike, bien secundado por las brillantes guitarras de Guy Griffin y Luke Bossendorger. Una pareja que sigue tomando protagonismo junto a la pianola de Keith Weir en la caraismática “Mislead” llena de rollo y vacile, seguida por la fiestera garantía de éxito que supone “Hey You” llena de buenos coros y sonidos slide a cargo de Guy, continuando en la misma línea con un ligero toque sureño para “This Is Rock & Roll” que destaca por la pegada del batería Jason Bonham que acaba en plan vacilón con el incio del “Rock & Roll” de los Zeppelin, de casta le viene al galgo. Más sensualidad y melodía para la más contagiosa a lo Faces “There She Goes Again”, bien secundada por la setentera de deje arrastrado y aire canalla “Show Me What You Got”, volviendo a acelerar con la más descarada y festiva de aires western “Tramps & Thieves”. Momento para la relajación con la siempre intensa y emotiva “I Don’t Love You Anymore” que no para de crecer con sus tremendas guitarras sobre la base de piano de Keith y de la apasionada voz de Spike, bajando un poco de nivel con la menos habitual “Turn Away” que aun así cumple, para volver a subir la adrenalina con la puramente rockanrolera e inevitable “7 O’Clock” que siempre triunfa para cerrar antes de los bises con un Spike pletórico. Vuelta a escena con la western de ritmo tendido y polvoriento “Whippin Boy”, llena de desgarro vocal y curradas guitarras, con el público coreando para acabar de cerrar la fiesta totalmente involucrado con “Sex Party” de forma desmadrada haciendo que uno se mueva sin remisión con la interacción creada entre banda y audienca. Buen directo, como siempre de los londinenses, que sirve como entremés hasta que vuelvan a sorprendernos con un nuevo trabajo en estudio. También lo sacan en DVD junto al CD, con una calidad de imagen y producción tan sencillas como efectivas, y sin más contenidos que el concierto puro y duro, sin extras ni contenidos superfluos.
Mariano Palomo
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